Hasta aquí estamos en los primeros tiempos del incendio. Recordemos que la Iglesia pasó a funcionar en el ala sur del Colegio Nacional. Al decirlo así parecería que fue aquella una instalación precaria, pero no. Alcanzó a ser una iglesia formalmente instalada, con todos los elementos del culto, altares, imágenes, púlpito, en fin, los detalles que darían al ambiente el tono del lugar sagrado.
Con motivo de la muerte del Cura Párroco Dr. José Benito Cotelo, -asesinado en Villaguay- se recibió como párroco interino el Pbro. Gregorio Maria Céspedes y Calvento, bajo el siguiente inventario: Viva la Confederación Argentina, mueran los enemigos de la Organización Nacional! En la ciudad de Uruguay, a los dos días del mes de octubre de mil ochocientos cincuenta y uno, año 42 de la Libertad, 37 de la Federación de Entre Ríos, 37 de la independencia y 22 de la Confederación Argentina, yo el Juez de Paz del Departamento pase a la iglesia parroquial de esta Ciudad a consecuencia de la muerte del cura de ella, D. José Benito Cotelo y en presencia del Presbítero D. Gregorio Céspedes, D. José Solares (representante del Síndico, D. Jorge Espiro, ausente) y los vecinos que suscribe: Procedía al inventario de los ornamentos, alhajas, útiles y existencias de dicha iglesia parroquial de modo siguiente: La iglesia y sacristía, están ocupando uno de los solares del Colegio de estudios, su extensión es como de 50 y tantas varas de largo y 6 varas de ancho; el dicha capilla hay cuatro altares incluso el altar mayor, con su tarima correspondiente y alfombra, el cual se compone de una mensa de madera con cuatro gradas, tabernáculo, sagrario y nicho, todo de madera; en dicho nicho se halla una imagen de la Purísima Concepción de talla en regular estado con una corona de plata lisa por adorno… etc. etc.
El Colegio del Uruguay en sus primeros años.
Continúa este documento, muy extenso para su reproducción integra, el que por otra parte se encuentra borrado en varios lugares al margen de las páginas por haber sufrido la acción de la humedad. Sin embargo de él se deduce lo que antes decía: se trataba de una iglesia debidamente instalada, con proyección en el tiempo. Se advierte un detalle de objetos a veces de gran valor en imágenes, telas, joyas finas, platería, en fin… todo eso que da la sensación, podríamos decir, de esplendor. Este inventario está rubricado por el Juez de Paz Mariano Jurado. El Cura Gregorio M. Céspedes. Por el Sindico Jose Solares. Testigo Pedro Ma. Irigoyen y abarca seis páginas manuscritas de 39 líneas cada una, en texto bien apretado.
Plano del Colegio del Uruguay en 1874. (Foto: Calomar Argachá)
Siempre en relación a esta iglesia provisoria se registra en la página 25-26 del mismo libro de Fábrica antes mencionado la siguiente: Relación de las alhajas que han entrado a esta iglesia para su ornamento, a saber: De orden de SE el Gobernador y capitán General de la provincia Brigadier Justo José de Urquiza ha remitido el maestro platero de Gualeguaychú, Nicolás Pérsico lo siguiente: Una Custodia de plata como de dos tercias varas de altura con la base cincelada, con adornos en contorno del viril de hojas y espigas de plata dorada, un incenciario grande con la naveta y cuchara, dos cáliz uno de ellos todo cincelado y el otro con una guarnición solamente tiene sus pátenas y cucharas, todo de plata lisa, un ascebre para agua bendita con hisopo, todo de plata cincelada, un hostiario de plata.
Sigue luego un detalle de objetos adquiridos por colecta popular, entre los que figura el Órgano serafín que importó cuatrocientos cincuenta patacones, etc.
Al devenir de los tiempos, muchas de estas cosas han desaparecido destruidas por el uso. En algunos casos el metal fino ha servido para construir nuevos elementos, sin perjuicio de que alguna pieza -dicho sin malicia-, haya ido a parar a algún museo. Pero de los objetos regalados por Urquiza se conservan, identificados: la custodia del Santísimo, dos cálices, la naveta de incienso, el juego de vinajeras y el hostiario, verdaderas joyas que merecen ser conservadas.
Edición del texto: Civetta, María Virginia y Ratto, Carlos Ignacio, sobre el texto extraído de: Nadal Sagastume, José A. “Nuestra Parroquia, apuntes para la historia”, 1975
Casa del general Urdinarrain en 1970 (Foto: Diario “La Calle”)
Hace poco me ocupé en un programa radial sobre la casa del General Urdinarrain en la cual viví con mi familia durante casi cincuenta años.
Ahora un periodista amigo me dijo: Omar ¿por qué no me hace una nota sobre esa casa que seguramente habrá dejado tantos recuerdos en Ud.?
Y cumpliendo con esa solicitud, deslizo algo de lo mucho que en tantos años 1932-1979 ocupó espacio de mi vida. Pero como seguramente lo que le interesa al lector es saber sobre la parte histórica de la antigua casona, transcribo lo anotado por Lorenza Mallea en el libro: “Las mallas del viaje”, luego de haber estado en casa para documentarse: “Antiguo zaguán, piso de mármol, ventanas enrejadas, puerta de hierro a la galería con las iniciales H. I. U. y una fecha, 1855. Las iniciales significan Hermenegilda Irigoyen de Urdinarrain. Fue ella la esposa del General Urdinarrain, amigo y gran colaborador del General Urquiza, nació aquí, el 8 de Junio de 1800. Se conserva en la casa el aljibe de una pieza de mármol traído por Urquiza desde Italia. En esta casa funcionó antiguamente la Escuela Profesional de Mujeres”.
En el libro de Luis R. Boschetti “El amor que oculta el corazón” (cuando se prepara la defensa de Uruguay y al nombrar los distintos cantones donde se ubicarán los piquetes) dice: “Casa del Sr. General Urdinarrain, dos cuadras al Nord-Oeste de la Plaza, piquetes de los pre citados batallones, a las órdenes del Capitán Don Roque Cámara”. “Desde estos cantones aplastaron el ataque del General Madariaga el 21 de Noviembre de 1852” (los techos eran de terraza con altos muros semejantes a trincheras, principalmente los que daban a la calle).
Vista de la construcción de un nuevo tramo de la Peatonal Rocamora. A la derecha se puede ver el complejo de canchas de padel construido luego de demoler la casa de Urdinarrain
El General Manuel Antonio Urdinarrain fue gran colaborador del General Urquiza, ocupando preponderantes lugares en el accionar del Gobierno y en cuanta comisión se formaba. (Constan muchos datos valiosos de la vida del General Urdinarrain en la “Historia de Concepción del Uruguay” del Profesor Oscar Urquiza Almandóz, al que le dedicó varias páginas).
Tomando al pasar algunas de ellas, dice: “Estuvo presente en la colocación de la piedra fundamental de la actual Pirámide dedicada a Ramírez en 1858 (la primera pirámide databa de 1828; en la fundación del Histórico Colegio; en todo lo relacionado con la creación del Templo Parroquial, programando el futuro Banco Entrerriano y el Poder Judicial, etc., etc. Hasta para la compra de un local propio para el Club Uruguay donde se realizaban las fiestas, contando el mismo con gabinete de lectura, y entre muchas cosas interesantes que rescata Oscar Urquiza Almandóz, anota por ahí, ponderando la personalidad de Urdinarrain, que en 1849 fue nombrado Comandante General de la frontera del Uruguay -en ese entonces era diputado-. Fue presidente de la Legislatura y, en fin, sin lugar a dudas, una figura importantísima en la historia de nuestra ciudad.
Por eso duele que no haya un control para evitar que edificios tan valiosos como esta casona, ubicada en calle Rocamora 814 desaparezca para siempre llevándose tal caudal de historia que hubiese podido permanecer latente, instalando en ella -por ejemplo- un museo.
Esta casona forma a parte con el edificio de la esquina de Rocamora y Leguizamón. Era toda una enorme mansión con el hermosísimo aljibe ubicado en principio en el centro del patio que al dividirse la propiedad, quedó de nuestro lado embelleciéndolo. Patio de baldosas que conservamos hasta el final lleno de flores, con altos rosales trepadores que lo separaban de las galerías, y helechos por doquier, todo aromado con el exquisito perfume del jazmín de país y del gran árbol de pitanga que en su momento dejaba caer su caudal de flores, luego la puerta de hierro de dos hojas que daba paso al otro patio de larguísimo parral. En la casa de la esquina queda todavía la otra puerta que hacía pareja con la nuestra.
Vista actual, en el lugar donde estaba la casa de Urdinarrain es ocupado por un salón de juegos para chicos (Foto: Mabel Gómez)
Me detendrá brevemente recordando algunos momentos pasados ahí con mi familia: Cuántas fiestas de fin de año con la mesa presidida por mi madre! .Cuanta lucha también para sortear tiempos difíciles! ¡Cuántas vivencias forman parte de cincuenta años de una familia. Imposible al sintetizarlas. Quedan particularmente en mi recuerdo innúmeras visitas de personalidades de la cultura que ponderaron el patio, el aljibe; la casa toda. Cuanto artista plástico llegó a Uruguay en tan dilatado lapso, visitó mi taller mis dos Salas de Exposiciones que eran también frecuentadas por excursiones y alumnos de establecimientos educacionales de nuestro medio. Así pasaron: Spilimbergo; Soldi; Castagnino; Policastro; Raquel Forner; Bigatti; Pellegrini; Julio Payró, etc. (la señora de Castagnino aprovechó para el pintar un tema del patio con el aljibe). Músicos como Los Chalchaleros; Los Quilla Huasi; Carlos Di Fulvio; Ramón Ayala. Escritores y poetas como Martínez Howard, Koremblit, Peltzer, Aráoz, Ruiz, Panizza tantos otros, que quedan en el recuerdo al rememorar los días vividos en la querida casona Ahora, al contemplar esos restos de muros, afloran esas saudades con marcada insistencia, poniendo la nota nostálgica que golpea el corazón, trayéndome ese tiempo pasado que se ha ido junto con los mejores años de mi vida. Están ellos sepultados ahí, debajo de ese montón de escombros que cubren una buena parte de la Historia de Concepción del Uruguay.
Edición: Civetta, María Virginia y Ratto, Carlos Ignacio sobre el texto de Omar Scolamieri Berthet “La casa del General Urdinarrain”, Diario “La Calle” c. 1990
Actual edificio del Juzgado Federal (Ex- primer edificio propio del banco Hipotecario Nacional)
Primer edificio del Juzgado Federal de Concepción del Uruguay
Ubicación:
Primer edificio propio: Esquina noroeste de las calles 9 de Julio y Onésimo Leguizamón. Actual Esquina noroeste de las calles Galarza y Supremo Entrerriano de Concepción del Uruguay.
Historia:
El 2 de Diciembre de 1863 se instala con carácter provisorio, el Juzgado Federal de Sección de Paraná (ER) (denominación de la época) y en forma definitiva el 7 de Diciembre del mismo año siendo designado para cubrir el cargo el Doctor Leónidas Echagüe, con jurisdicción en toda la Provincia de Entre Ríos.
Con anterioridad los delitos federales acaecidos en la provincia de Entre Ríos (caso levantamientos del General Ricardo López Jordán de los años 1870-1873 y 1875) estuvieron a cargo del Juzgado de Sección de la ciudad de Rosario (Santa Fe) por no estar establecida la justicia federal en la provincia.
Esta situación se mantendrá hasta principios del siglo XX, en que por iniciativa del Diputado Nacional por Entre Ríos, oriundo de Concepción del Uruguay Dr. Mariano E. López el Gobierno Nacional Mediante Ley Nº 5011 de fecha 5 de octubre de 1906 crea el Juzgado Federal con asiento en la ciudad de Concepción del Uruguay (ER) con jurisdicción sobre la mitad occidental de la Provincia de Entre Ríos, es decir el territorio de los Departamentos de Feliciano, Federación, Concordia, Colón, Concepción del Uruguay y Gualeguaychú, posteriormente se agrega el Departamento Islas del Ibicuy, al crearse como subdivisión del último de los nombrados.
La Ley de creación del Juzgado Federal de Concepción del Uruguay (ER) preveía el siguiente personal: Juez Federal, Secretario, Procurador Fiscal, Defensor de Pobres, Ausentes e Incapaces, Escribientes (2) y un Ordenanza.
Además, se autoriza la inversión de $ 80 pesos mensuales para alquilar una casa para instalar el juzgado, $ 50 pesos mensuales para gastos de oficina y publicar edictos y por única vez la suma de $ 1000 para la compra de muebles.
Para cubrir los cargos en el Juzgado Federal de Concepción del Uruguay son designados por Decreto del PE. Nacional con fecha 5 de Octubre de 1906 el Dr. Alfredo Berduc, como Juez Federal y el Dr. Salvador I. Sartorio como Procurador Fiscal.
Posteriormente se completa la dotación de personal con el nombramiento del Secretario Escribano José L. Navarro que viene de desempeñarse en igual cargo en el Juzgado Federal de la localidad de Toay (La Pampa), Oficiales de Justicia Enrique Arteaga, Juan José Rodriguez y Francisco Garibaldi.
El Doctor Berduc, presta juramento a su cargo ante la Excelentísima Cámara de Apelaciones de la ciudad de Paraná.
Casa de calles España y Almafuerte , esquina noroeste, fue la primera sede del Juzgado Federal. (Foto: Andrés Rousseaux)
La habilitación se concreta el 10 de Noviembre de 1906, demora que se debió a la obtención en alquiler de un edificio adecuado en el radio céntrico de la ciudad para su instalación.
Su primera sede, fue en una casa alquilada en la suma de $ 80 pesos mensuales (partida asigna por la ley de creación) ubicada en la esquina de las actuales calles España y Almafuerte hasta tanto el Gobierno Nacional construyera el edificio propio. En este edificio, años después el 1º de Junio de 1929 se inaugura el “Hotel Internacional” perteneciente al Sr Juan A Vazzoler.
Antecedentes del terreno y primer edificio propio:
Por Ley Nº 3381 de fecha 25 de Agosto de 1896, el Ministerio del Interior de la Nación resuelve donar a favor de la Biblioteca Popular “El Porvenir” de Concepción del Uruguay, la casa y parte del terreno propiedad nacional, de la esquina de las calles 9 de Julio y Mendoza (actual Onésimo Leguizamón), comprendiendo 24 metros sobre la primera y 17 metros sobre la segunda, gracias a gestiones que realizara el Uruguayense Dr. Mariano E López.
En la ley de transferencia del predio se establecía que la nación recobra la propiedad en caso “que la sociedad dejara de existir o se diese al bien donado, un destino ajeno a los fines de la “institución popular…”
En el año 1906, siendo Presidente de la Biblioteca Popular “El Porvenir” D José E Argüello y Secretario D. José Haedo, por Ley del 11 de Septiembre de ese año se “Ordena a la Biblioteca a “entregar el edificio y terreno que se le había donado en por (Ley Nº 3381/1896) en la esquina de “las calles 9 de Julio y Mendoza (Onésimo Leguizamón) por ser necesario para obras de “ampliación del Colegio Nacional del Uruguay…. (Obras aprobadas por Ley 5081/ 1907).
Edificio de correos, en las oficinas de la calle 25 de Mayo funcionó la segunda sede del Juzgado Federal.
El gobierno nacional indemniza a la sociedad de la Biblioteca Popular con la suma de $ 20.000 pesos fuertes “que se destinarán a la construcción del local propio, que será levantado en “el terreno que la Institución posee sobre la calle San Martín de la ciudad de Concepción del “Uruguay (se refiere al actual edificio de la Biblioteca Popular El Porvenir”)
La transferencia del dominio del edificio y terreno se concreta el 2 de Abril de 1908 interviniendo en la escrituración el Escribano Público Francisco Martoq firmando el representación de la Biblioteca Popular “El Porvenir”, su Presidente Salvador Sartorio y en nombre de la Nación el Rector del Colegio Nacional del Uruguay “Justo José de Urquiza” Dermidio Carreño, actuando como testigos los ciudadanos Víctor Tófalo y Miguel Bordato.
En el año 1913, se le encomienda a los profesionales del “Ministerio” (se refiere a la División Río Uruguay de la entonces Dirección Nacional de Construcciones Portuarias y Vías Navegables del Ministerio de Obras Públicas de la Nación MOP) la elaboración del proyecto y pliegos de condiciones para el llamado a licitación para la construcción del edificio del Juzgado Federal de Concepción del Uruguay en el terreno transferido a la nación al efecto, cuya construcción había sido autorizada mediante Ley 9150/1913 .
El edificio proyectado por el “Ministerio” tiene líneas elegantes y dos plantas, pero pasarán aún varios años antes que su construcción se concrete.
En el año 1915, al finalizarse la construcción del nuevo edificio de la Escuela Normal y efectivizado su traslado de los edificios que ocupaba (Edificio del Correo y Municipalidad vieja) se dispone que el edificio de la esquina de 25 de Mayo y Galarza-Ex residencia familia Urquiza, es asignado a varios organismos; entre ellos el Juzgado Federal que pasa a ocupar las oficinas sobre calle 25 de Mayo, a partir de enero de 1916, donde vivían los porteros de la escuela normal.
Casona de la familia Maury, fue la tercera sede del Juzgado federal
En Marzo de 1921, las oficinas del Juzgado Federal son trasladas desde el edificio del Correo a la casa alquilada al efecto en la esquina de las calles Coronel Gonzalez (actual Urquiza) y Posadas (Ex Residencia de la familia Maury).
En el presupuesto de la nación para el año fiscal del año 1924, siendo Presidente de la Nación el Doctor Marcelo T. de Alvear se asigna una partida de $ 100.000 para la construcción del edificio del Juzgado Federal de Concepción del Uruguay llamándose a licitación para el 2 de Enero de 1925, obra que fuera iniciativa del Dr. Mariano E. López.
Presentan ofertas los Srs. Bedogni y Conrado, Manuel Cometta en representación de la firma de Montevideo Meier y Tori, las que son desestimadas por considerárselas elevadas. Efectuada una nueva licitación, la obra es adjudica a la empresa Barrera y Cía. de la ciudad de Concordia que tiene como director técnico al Ingeniero Martín Fonseca.
El nuevo edificio del Juzgado Federal en construcción. (Foto: Andrés Rousseaux)
Por Decreto del 20 de Mayo de 1926 se adjudica la obra a la empresa Barrera y Cía. en la suma de $ 117.234,91 m/m para una superficie cubierta de 762,20 m2 constando de dos plantas.
Los trabajos se inician en el mes de Enero de 1927, con la demolición del antiguo edificio que existía en el predio y donde había funcionado la Biblioteca Popular el Porvenir.
El 4 de Octubre de 1927, visita Concepción del Uruguay el Ministro de Obras Públicas de la Nación Dr Roberto Ortíz, recorriendo diversas obras que la nación ejecutaba en la ciudad y entre ellas el nuevo edificio del Juzgado Federal, cuya construcción se encontraba avanzada.
Juzgado federal, nuevo edificio terminado (Foto: Andrés Rousseaux)
Para mediados del año 1928, el flamante edificio estaba terminado, iniciándose el 7 de Julio del mismo año, la mudanza de las oficinas del Juzgado, desde la casa alquilada de la familia Maury en la esquina de Coronel Gonzalez (actual Urquiza) y Posadas,
El Sr Juez Federal Dr. Manuel Ruíz Moreno, por tal acontecimiento cursó una conceptuosa nota al Dr. Mariano E. López quién siendo Diputado Nacional por Entre Ríos fuera precursor de la obra.
Al cesar sus actividades en Julio de 1990, el Banco Hipotecario, pone en venta el edificio, no logrando su propósito por falta de oferentes.
A partir de 1991, se inician los trámites para adquirir el edificio por parte de la justicia nacional, para destinarlo a sede del Juzgado Federal, previa adaptación y modernización.
El 15 de Abril de 1994 es adquirido por la Suprema Corte de Justicia procediéndose a importantes trabajos para adecuarlo a las necesidades del Juzgado Federal
A partir del lunes 30 de Noviembre de 1998, parte del Juzgado Federal de Concepción del Uruguay comienza a funcionar en la nueva sede que es inaugurada oficialmente el 15 de Diciembre del mismo año.
Edición: Civetta, maría Virginia y Ratto, Carlos Ignacio sobre el texto de: Andrés Rousseaux, “Edificios del Juzgado Federal de Concepción del Uruguay”, Concepción del Uruguay, Edificios con Historia, Tomo III.
En 1831 la Sala de Representantes de la provincia de Entre Ríos autorizó la radicación de saladeros en las localidades de Paraná, Concepción del Uruguay, Victoria, Gualeguay y Gualeguaychú. Estableció la normativa sobre el lugar donde los mismos debían construirse respecto a la ciudad: “a una legua de distancia cuando mas”. El trayecto estipulado mantenía cierto margen de protección a los centros poblados, disminuyendo los efectos nocivos provocados por la actividad, a la vez que permitía que la fuente de trabajo estuviese lo suficientemente próximas para facilitar el desplazamiento de la mano de obra urbana.
La exigencia básica para la localización lo constituyó la presencia de un curso fluvial, ya que estos servían como “cloaca para evacuar todos los desperdicios de los saladeros, tiñendo sus aguas de rojo a causa de la sangre de los animales muertos”.
Vista de “Santa Cándida” y de los rieles que llegaban hasta el muelle.
Un saladero emblemático en la costa del Uruguay por la magnitud de la producción involucrada, los constituyó el saladero Santa Cándida, instalado en 1847 por el General Justo José de Urquiza. Comenzó faenando un promedio mensual de 200 cabezas en mayo y 400 en diciembre (época de mayor engorde y aprovechamiento del ganado), en 1848 la cifra registrada en enero y febrero subió a un promedio mensual de l000, para en 1849 registrar 1600 vacunos y yegüerizos.” Producía cueros vacunos secos y salados, sebo, grasa, cerda, lana y tasajo. En su conjunto, el establecimiento demandaba el trabajo de más de un centenar de personas.”
La actividad realizada en los saladeros llamó la atención en particular a los extranjeros, los que dejaron vividas referencias sobre una experiencia impactante. Así lo hizo el francés Martín de Moussy, quien en su obra publicada en 1890 describió las intensas jornadas que principiaban con la aparición del sol y finalizaban hacia el mediodía.
“Al comenzar la matanza el ejecutor tira el lazo que aprisiona los cuernos de la vaca más próxima y anuncia con un grito que se debe sacar a ésta. En efecto la vaca se lleva al instante hacia una plataforma apuntalando instintivamente sus cuernos contra la puerta. Y así se queda inmóvil algunos segundos. El hombre aprovecha este momento para hundir perpendicularmente su cuchillo en la nuca del animal, entre el occipital y la primera vértebra y corta neto y de un solo golpe la médula espinal. La vaca cae como fulminada: la puerta se abre para dejar pasar el carro, arrastrado por dos hombres, e inmediatamente se vuelve a cerrar. El cuerpo del animal es levantado y tendido sobre un piso embaldosado, el carro empujado a un corredor y se enlaza otra vaca. Esta maniobra se hace con extrema rapidez. En cuanto al animal tendido en el piso, y cuya muerte fue instantánea, se lo desangra. La sangre corre por un canal particular y se recoge en una especie de estanque, donde hoy se hace guano artificial. Los desolladores se apoderan entonces del cuerpo exánime y lo desuellan en un abrir y cerrar de ojos; lo despedazan y trozos se llevan a un galpón y se cuelgan en unos ganchos, de manera que no quedan más que los huesos. Las carnes se apilan bajo espesas capas de sal y se hacen pilas que alcanzan hasta cinco metros de altura por otros tanto de diámetro. Durante estas operaciones se aparta una fracción de la grasa, los huesos de los miembros y los esqueletos llevan a grandes tinajas de madera, calentadas por un tubo que conduce vapor de agua de una caldera, para que se desprenda toda la grasa. Cada una de estas tinas contiene hasta veinticinco o treinta esqueletos.
Tratamiento del cuero de los animales
Los cueros se salan y apilan como la carne y una parte de los intestinos se tiran y sirven, como la sangre, para hacer guano; el resto va a la caldera. Se ponen aparte los cuernos, las pezuñas, los recortes de los cueros, las crines, etc. Cuando se sacan los esqueletos de las calderas ha desaparecido casi toda la grasa y no se conserva más que los ligamentos y algunos restos de carne, e separan los huesos gruesos que pueden servir para la marquetería mientras que los otros se tiran al fuego y sirven para calentar las calderas. Las cenizas de huesos se ponen en viejas barricas y se envían a Europa como abono… (…) Tal es en resumen el conjunto de las operaciones de un saladero bien puesto…”
Numerosas fueron las especializaciones de los obreros del saladero: desnucador (introducía el cuchillo en la nuca del animal), desollador (retiraba el cuero del cuerpo), despostador (separaba las partes destinadas a la salazón); lavador de tripas, osamentero , soplador de vejigas (inflaba vejigas destinadas al envasado de grasa), charqueador, descarnador, desgrasador, tonelero (preparaba tinas o toneles para envasar la grasa), etc.
Con el saladero se incrementó el aprovechamiento de la carne vacuna, pero aún con serias dificultades. Inglaterra prohibió en 1864 la comercialización del tasajo como alimento humano, por sus dudosas condiciones de salubridad.
Europa necesitaba carne fresca y Argentina colocar su producción, razones por las que se redoblaron los esfuerzos por salvar el escollo más importante, la conservación. La solución fue posible con la utilización del frigorífico, el que se efectivizó recién el 23 de diciembre de 1876, cuando el vapor “Frigorifique” llegó a Montevideo y se ofreció un almuerzo a bordo consistente en: filetes fríos de 105 días y “chateaubriand” trufado de 53 días, todo eso embarcado en Lisboa.” Cambió a partir de entonces la historia de la producción de uno de los bienes tradicionales de la Argentina.
Edición: Civetta, María Virginia y Ratto, Carlos Ignacio. Texto extraído de: Barreto, Ana María, “Vida cotidiana. Aspectos del comer y beber en tiempos de Urquiza (1850-1870)”, Editorial Dunken, 2010
Vista del Colegio en 1875, puede verse la puerta sobre calle Galarza.
La tradición oral es una fuente de datos que un investigador no puede desechar y que muchas veces sirvió para explicar, desentrañar, comprender algunos aspectos de nuestro pasado.
Es por ello que vamos utilizarla para conocer el origen del sobrenombre que acompañó a Julio Argentino Roca durante toda su vida y del personaje que se lo impuso.
Generación tras generación se ha mantenido oralmente una anécdota que hemos decidido transcribirla para que no se pierda o se deforme.
Busto de Roca en el Colegio, puede verse la nariz brillosa ya que considera que tocarla antes de un examen da suerte. (Foto: Jorge Duarte)
El General Julio Argentino Roca llegó a la Presidencia de la República en el año 1880 por primera vez y repitió el cargo entre 1898 y 1904, estructurando desde la primera magistratura una régimen que perduró a través del tiempo, convirtiéndose en el Jefe indiscutido de la política argentina hasta su muerte.
La Generación del 80, que se conformó y aglutinó a su alrededor, desarrolló un proyecto político de largo alcance, que logró alcanzarlos debido a la presencia y peso de su conductor y líder y de una formación homogénea de sus integrantes, muchos de ellos hijos del Colegio del Uruguay.
Podemos decir que Roca durante cuarenta años manejó la política de nuestro país. Postuló Gobernadores, presionó sobre legisladores y ministros, puso y sacó presidentes, ocupando como vimos, dos veces el sillón que erróneamente llamamos de “Rivadavia”, cuando en realidad deberíamos denominar de “Urquiza”.
¿Cómo pudo mantenerse durante tanto tiempo en la cresta de la ola? El periódico «El Mosquito», de carácter satírico-político, siempre representó en los dibujos a Julio A. Roca como un Zorro. ¿Porqué este sobrenombre? Porque para el común de la gente el zorro es sinónimo de astucia, de picardía, de habilidad, de sagacidad, de engaño, de intriga, de hipocresía y de sutileza. Incluso a todos estos calificativos juntos se les llamo “zorrerías”.
Pero ¿quién le impuso a Roca este apodo? Según una vieja tradición oral que se conserva en el Histórico Colegio del Uruguay, afirma que surgió de la manera que pasamos a contar.
Retrato de Andrés Trucco, el último portero del internado. (Foto: Argachá, Celomar, “Colegio del Uruguay Justo José de Urquiza”)
El joven Julio Argentino Roca, tucumano, fue becado por el General Urquiza y alojado en el internado que funcionaba en el establecimiento. A los estudiantes internos se les permitía salir del Colegio a pasear y visitar amigos pero debían indefectiblemente regresar antes de las 21 horas al instituto, ya que hacerlo con posterioridad era motivo de severas sanciones. Una noche, el alumno Roca, regresó después de dicho horario y se encontró con la puerta del establecimiento cerrada.
El tucumano golpeó reiteradamente el gran portal y el Sereno, entreabriendo el mismo, le informó que no lo podía dejar entrar, reprochándole la gravedad que significaba el retardo. Además Roca sabía que debía quedarse a la intemperie toda la noche o molestar a la familia de amigo externo y además, soportar al día siguiente, la severa reprimenda de las autoridades y la posibilidad cierta de perder la beca.
Ante la desesperación sacó de un bolsillo una moneda de oro y mostrándosela al Sereno le dijo que se la entregaría a cambio de que le permitiera el acceso. Andrés Trucco, alias “Vizcacha”, portero-sereno del establecimiento, después de meditar un momento el ofrecimiento, tomó la moneda y lo dejó entrar al Colegio.
Una vez en el interior, el joven Roca tocándose la cabeza, le dice a “Vizcacha” que se había olvidado el “chambergo” (sombrero) sobre uno de los bancos de mármol que antiguamente se encontraban en la vereda, a cada lado de la puerta principal, pidiéndole que se lo alcance.
Cuando el Sereno salió al exterior del establecimiento, Julio Argentino Roca cerró inmediatamente la pesada puerta, exigiéndole para abrirla, la devolución de la moneda que hacía un momento le había entregado, ya que de lo contrario quedaría afuera, debiendo atenerse a la sanción y quizás despedido, por estar en la calle durante el horario de trabajo, habiendo dejado a los alumnos completamente solos por la noche.
“Vizcacha” le devolvió la moneda y Roca le permitió pasar al interior del establecimiento y fue en ese momento que Andrés Trucco lo bautizó, diciéndole “Eres un Zorro”, mote que le quedó para toda la vida.
Pero a manera de epílogo, cuenta la tradición, que este celador, ordenanza y sereno del Colegio del Uruguay llegó a venerar tanto el establecimiento donde trabajó toda una vida, que antes de morir, decidió donar su esqueleto al Colegio.
La transmisión oral sostiene que el esqueleto que se encuentra en la Sala de Ciencias Biológicas, en el primer piso del viejo Instituto, es el de “Vizcacha”, que siguió ofreciendo a miles de jóvenes sus servicios aún después de muerto. Realmente una entrega total y desinteresada hacia el Colegio.
Estos dos hechos, el sobrenombre de “Zorro” a Julio Argentino Roca y el Esqueleto de “Vizcacha” son anécdotas que la tradición oral ha mantenido a través del tiempo.
Edición: Civetta, maría Virginia y Ratto, Carlos Ignacio. Texto extraído de: Argachá, Celomar, “Colegio del Uruguay Justo José de Urquiza”, 2006
El 12 de Agosto de 1887 se inaugura oficialmente la Estación “Uruguay”
El 9 de Julio de 1866 el Gobernador de la Provincia de Entre Ríos José María Dominguez, en representación del General Urquiza, inaugura el primer ferrocarril de la provincia, entre Gualeguay y Puerto Ruiz.
El 27 de Marzo de 1874, se inaugura el tramo del Ferrocarril del Nor-Este Argentino entre las ciudades de Concordia y Federación con la presencia del Presidente de la Nación Domingo Faustino Sarmiento, acompañado por el Gobernador de la Provincia Leónidas Echague y un año después, el presidente Avellaneda y el mismo Echagüe, hicieron lo propio con el tramo Federación–Monte Caseros.
El Ferrocarril Central Entrerriano
En una ceremonia realizada en la ciudad de Paraná (ER) el día 12 de Julio de 1885, se inician las obras de construcción del ferrocarril Central Entrerriano, acto que estaba programado para el día 9 de Julio, pero debido al mal tiempo, debió diferirse para ésa fecha, de ahí que las medallas mandadas a acuñar para la recordación de tan trascendente acto para la vida económica de la provincia figure la fecha originalmente prevista (9 de Julio de 1885).
Este ferrocarril se debió a la iniciativa del Gobernador de la Provincia General Racedo, contando originalmente con la financiación de recursos de la provincia y empréstitos que se tomaron para su concreción.
Los trabajos son realizados por la empresa concesionaria de la obra Lucas Gonzalez y Cía. y se inician simultáneamente en los puntos extremos de la línea: Paraná y Concepción del Uruguay, teniéndose previsto la unión de los rieles en la ciudad de Rosario del Tala (en el centro de la provincia).
El Ferrocarril al Puerto Viejo
Plano del ferrocarril al Puerto Viejo (Gentileza Andrés Rousseaux)
Es poco conocido entre los concepcioneros, la existencia de un ferrocarril que unió, aunque transitoriamente, un muelle construido al efecto, en la zona denominada hoy “Puerto Viejo” y la línea troncal del ferrocarril que unía la estación Uruguay (Concepción del) con el puerto, que si bien tuvo un “tendido provisorio y por poco tiempo” es interesante rescatarlo para conocimiento de las actuales generaciones y quede como testimonia para las futuras.
Encontrándose en plena construcción, el Ferrocarril Central Entrerriano, la empresa constructora Lucas Gonzalez y Cía., tiene la necesidad de transportar materiales (rieles, durmientes, etc.) para la construcción del tramo Uruguay-Rosario del Tala, los que se transportaban desde Buenos Aires en buques hasta el “Puerto Viejo”, en razón que el muelle nacional o puerto exterior, sobre el rio Uruguay, en ésas circunstancias, se encontraba en plena construcción (Fue habilitado en 1887).
Con tal motivo, la empresa constructora, solicita con fecha 28 de diciembre de 1885, a la Municipalidad de Concepción del Uruguay, la correspondiente autorización para el “tendido de una vía provisoria para hacer circular un tranway a tracción a sangre (tirado por caballos) desde un muelle construido al efecto en el puerto de los barcos {Puerto Viejo) ubicado a unos 160 metros del actual muelle (se refería al muelle de Urquiza) tomando la vía una curva hacía el norte, siguiendo derecho por la calle Londres (denominación de la época de la actual Juan Perón) y Colón (actual Eva Perón) hasta el empalme a la vía que va a la estación Uruguay… ”. “Los rieles se colocaron a la izquierda de las calles (mirando de sur a norte) a anos 0,60 centímetros de la vereda”. “Terminada la obra, la empresa se compromete levantar la vía, dejando a las calles en su estado primitivo a satisfacción de la inspección que realizará la municipalidad”.
El 26 de Enero de 1886, la municipalidad de Concepción del Uruguay, autoriza a la empresa, la construcción de la línea férrea provisoria. Obtenido el correspondiente permiso, empresa ferroviaria construye “un muelle provisorio” el que fuera autorizado por la nación por Decreto de fecha 18 de Enero de 1886 y el tendido de la vía para el traslado de los materiales en zorras tiradas por caballos.
Al poco tiempo, la empresa peticionante, ante la necesidad de incrementar el ritmo de construcción de la vía ferroviaria Uruguay-Tala, solicita con fecha 29 de Abril de 1886 a la municipalidad local, la autorización para “reemplazar las zorras tiradas por caballos por una máquina a vapor explicando que ”…las zorras tiradas por caballos sólo transportan 2 toneladas cada una, mientras que utilizando vagones (25 en total) arrastrados por locomotoras a vapor, se transformarían en 200 toneladas por viaje, siendo la carga total a ser transportada de 20.000 toneladas es decir, que si se sigue utilizando zorras, se deberían realizar 10.000 viajes de ida y vuelta, mientras que si se autoriza a utilizar una locomotora, sólo se deberían realizar 100 viajes de ida y vuelta con un ahorro de 58. 000 kilómetros”.
El 13 de Mayo de ése mismo año, la municipalidad acepta la propuesta, estableciendo una serie de condiciones que debían ser cumplidas por la empresa, como por ejemplo, la circulación de los trenes se debería realizar en determinados horarios, las que son aceptadas por empresa peticionante.
El 18 de enero de 1887, asume la gobernación de la provincia de Entre Ríos Manuel Crespo, pero fallece el 4 de marzo del mismo año asumiendo el Vice Gobernador Clemente Basavilbaso. Este designa, el 16 de Mayo de 1887, como Presidente del Directorio del Ferrocarril Central Entrerriano al Ingeniero Honoreto lssoribehere quién es autorizado a recibir la línea ferroviaria Paraná-Concepción del Uruguay y ponerla en servicio.
Inmediatamente se habilita al servicio público el tramo Paraná-Nogoyá. El 2 de Junio del mismo año el tramo Nogoyá- Tala y el 30 del mismo mes y año el tramo Concepción del Uruguay-Tala, quedando de esta manera concluida la línea troncal del tendido ferroviario previsto.
El 12 de Agosto de 1887 se inaugura oficialmente la Estación “Uruguay” y el 5 de Diciembre del mismo año, el Presidente de la República Juárez Celman inaugura el “Muelle Nacional” o “Puerto Exterior sobre el río Uruguay”, obras que impulsan el crecimiento sostenido de Concepción del Uruguay.
Finalizado los trabajos del ferrocarril Central Entrerriano, la empresa Lucas Gonzalez y Cía., como habían acordado con la municipalidad, levanta las “vías provisorias” del ferrocarril al “Puerto Viejo” y procede a dejar las calles afectadas por la traza, en las condiciones originales, abonando además la suma de $1200 pesos al municipio como resarcimiento de los daños ocasionados.
De este tendido ferroviario, no se tienen fotografías, salvo el croquis del recorrido de la vía que obra agregado al expediente presentado oportunamente a la municipalidad local.
Edición: Civetta, María Virginia y Ratto, Carlos. Texto extraído de Rousseaux, Andrés, Serie Pequeñas historias Uruguayenses “El Ferrocarril al Puerto Viejo”.
Vista de la isla del Puerto sin su corte definitivo, foto de c. 1920, sólo se observa el edificio de la Barraca Americana.
Este trabajo que consistió en el corte noroeste de la Isla del Puerto fue uno de los logra más importantes alcanzados últimamente el pro de la reactivación del puerto de Concepción del Uruguay, ya que para adecuar el mismo a las exigencias de la Prefectura naval Argentina para la operación de buques de gran eslora , se hacia imprescindible ampliar la dársena interior del puerto para dotarla de un radio de giro y zona de maniobras acorde a esas necesidades.
El corte fue encargado por el Departamento Distrito Río Uruguay en el año 1985, y previa tarea de desmonte, tala de árboles y extracción de raigones se acometió con el dragado con la Draga a cangilones 35-C y
Gráfico que muestra el corte realizado sobre a la isla
Si bien esta draga no era la más específicamente adecuada para la tarea, el corte su cumplió dentro de los plazos previstos en 67 días de trabajo, en los cueles se extrajo un volumen total de 182.800 m3, lo cual sumados a los repasos efectuados en el zona en 1987 y 1988 arrojan un volumen total de 260.000 m3 de material extraído, con lo que se logro alcanzar plenamente el objetivo.
Dentro del rol de competencias de la Dirección Nacional de Construcciones Portuarias y Vías Navegables, la concreción de estos trabajos, han significado un logro muy importante dentro de las pautas fijadas para la reactivación del Puerto de Concepción del Uruguay, ya que de esta forma la dársena interior ha quedado habilitada por la PNA para la operatoria de buques de eslora superior a los que han estado operando últimamente. Este trabajo sumado al los dragados de profundización de la ruta navegable del tramo desembocadura-Concepción del Uruguay, que actualmente ya están cumplidos en su primera etapa de llevar el calado a 21 pies al cero en sus pasos críticos, permiten mirar con optimismo el plan de llevarlo luego a 23 pies lo que lo asimilarán con los pasos del Río de la Plata, lo que significa un generoso aporte de la Repartición, ya que por Ley está fijado para el río Uruguay una profundidad de 19 píes al cero. El fruto de este trabajo se ha visto reflejado en los importantes volúmenes de carga reflejados últimamente en el puerto de Concepción del Uruguay
En el gráfico que acompaña este artículo se puede apreciar el sector dragado, que en su parte central representa unos setenta metros ganados a la isla, con lo cual se amplió considerablemente la dársena interior, que ahora tiene un radio de giro de 330 metros, con lo cual podrían operar con comodidad dentro de los límites de seguridad, buques de una eslora de 220 metros. Un trabajo de real importancia para nuestro puerto, que permitirá la operatividad de naves de gran eslora, y se puede por consiguiente llevar más carga en igual calado.
Diario “La calle”, “El corte de la Isla del Puerto”, Suplemento Especial 90 años de la Dirección Nacional de Construcciones Portuarias y Vías navegables, 31 de octubre de 1988
Inauguración del muelle de “Alto Nivel”, el 30 de noviembre de 1919
Es en la oportunidad que se crea el canal de acceso al “puerto interior” que se construye el “murallón de piedra” en el canal de acceso -sobre su ribera sur- en su unión con el Río Uruguay, en cuyo extremo saliente se colocó una estructura de hierro con señal luminosa, de ahí que al lugar se lo conociera como “El Faro”; posteriormente en el año 1948, esta estructura metálica fue reemplazada por un pedestal de mampostería en cuya parte superior se colocó la imagen de la Virgen Stella Maris. (Protectora de los navegantes).
Murallón y faro, construido en el canal de acceso al puerto de Concepción del Uruguay en los trabajos previstos por el Decreto del 29 de noviembre de 1911, de ampliación del canal.
Canalizada la isla -hoy conocida como Del Puerto- la cual con anterioridad a la apertura del Canal se denominara “Islas de Las Garzas”, perdió vigencia el puerto exterior sobre el Río Uruguay (prolongación hoy del terraplén en el cual está la casa de bombas de Obras Sanitarias Municipal).
En 1915 el Ministerio de Obras Públicas desmontó el viaducto y muelles del puerto exterior, utilizándose parte de los materiales recuperados en la construcción de los muelles de “Alto Nivel”, como hoy lo conocemos.
Los nuevos muelles de “Alto Nivel” fueron inaugurados el día 30 de noviembre de 1919 en una tocante ceremonia que se realizó en los mismos a las 15 horas, estando presente el gobernador de la provincia de Entre Ríos Doctor Celestino Marcó (1918-1922); en representación del Ministro de Hacienda, hizo uso de la palabra el Administrador de Aduanas de la ciudad Don Rafael Garmendia, e hizo entrega de las obras en representación del señor ministro de Obras Públicas, el Jefe de la Dirección de Estudios y Obras del Río Uruguay, Ingeniero Emilio Pereyra, estando presentes otras altas autoridades nacionales, provinciales y municipales, entre ellos, el Jefe de la Subprefectura de Concepción del Uruguay Subprefecto de 3° (denominación de esa época) Don Julio Granillo Posse y el diputado provincial Don Alberto Carosini.
La Delegación oficial arribó al puerto de Concepción del Uruguay a bordo del Vapor de Pasajeros “Tritón”, encontrándose el río crecido (6,20 m. sobre el cero) amarrando el vapor al nuevo muelle sin inconvenientes y demostrando plenamente la utilidad de la obra inaugurada.
Posteriormente el puerto se fue ampliando hacia el sector sur, tal como lo conocemos en la actualidad.
Edición: Civetta maría Virginia y Ratto, Carlos Ignacio sobre un artículo sin firma, Diario “La calle”, “El murallón para el faro”, Suplemento Especial, 14 de junio de 1991
Panteón de Dolores Costa de Urquiza (Foto: Carlos Ratto)
A lo largo de nuestra historia local, muchas fueron las personas que participaron de masonería, de este modo en muchos lugares podemos ver parte de su simbología. Muchos de estos símbolos los podemos ver en diferentes tumbas y panteones del cementerio local, entre ellos se destacan los siguientes
El ojo que todo lo ve: es un símbolo compuesto por un ojo dentro de un triángulo. A menudo, la luz brilla desde el ojo, de alguna manera simboliza a Dios. Es un símbolo de uso corriente dentro del ritual masónico, donde es conocido como “DELTA LUMINOSO”. Triangularidad: significa la perfección absoluta. Crismón: funcionan las letras griegas Ji y Rho (X y P), las dos primeras, en griego, del nombre de Cristo. Búho y la lechuza: son mensajeras del mas allá, los egipcios las veían como símbolos de la muerte, pero también de la sabiduría (por ser una de sus virtudes, la atenta observación). Tumba sin cruz: es muy común que no tenga cruz en la tumba por ser masón. Libro abierto: representa el volumen de la ley sagrada, que debe normar nuestras acciones, porque contiene la palabra de la verdad. Omega: es la última letra del alfabeto griego, por ello representa el fin (de un ciclo, de una vida, una fase, etc.). Los rayos en la puerta: simbolizan la luz y la búsqueda de la verdad, la ciencia y la razón, como tratando de iluminar el camino divino o el cielo de la persona. La luz se va filtrando en el espíritu, igual como el sol… junto con la tolerancia, que es una de las virtudes de la masonería. Antorcha invertida: representa la muerte o el paso de un alma a otra vida. Estas antorchas al estar encendidas tienen como misión iluminar la verdadera vida después de la muerte. Frontón triangular: es un triángulo isósceles, con la base más grande que los lados. Indica la delta luminosa de la tradición masónica, se asimila al delta radiante que significa la eternidad del tiempo y el germen de la inmortalidad (todo triangulo es el símbolo de la perfección). Los tres puntos del triángulo: indican la Trinidad, el número tres está muy relacionadas con la masonería. Por ejemplo, el lema: Ciencia-Justicia-trabajo /Libertad-Igualdad-fraternidad. Siempre se dan de a tres. Escuadra y compás: el compás está marcando una dicotomía o una confusión.
Si bien la escuadra es inflexible, el compás habilita todo tipo de tolerancia y amplitud. A partir de un punto, cubre todos los puntos de la circunferencia. De acuerdo a la forma en que habitualmente se dispone la escuadra y el compás, la escuadra con sus brazos hacia arriba y el compás con los hacia abajo, forman un triángulo en sentido opuesto. La escuadra se transforma en receptor y el compás se transforma en vertiente.
Texto: Franco Vega, “Rincones, historias y mitos de Buenos Aires”
Símbolos cristianos en el cementerio
Columna rota
Cruz: significado del cristianismo: el de la crucifixión. A la vez establece una relación primaria entre los dos mundos, el terrestre y el celeste. Ángeles: intermediarios o mediadores entre la tierra y el cielo. Simbolizan la ascensión del alma al reino celestial. Árbol: intermediario entre la tierra y el cielo. Específicamente las coníferas (ciprés) que por su resina incorruptible y su follaje persistente evoca la inmortalidad y resurrección. Calavera: es de orden pagano de escasa presencia en este cementerio de Concepción del Uruguay. Animales: (escasos también) serpiente: representan la eternidad (por su longevidad) o posee el poder de renovarse y mantenerse siempre joven. Aves: es el alma del difunto en el transito al cielo. Ancla: su función de fijar los navíos al fondo del mar, es símbolo de seguridad, firmeza y solidez. Para los primeros cristianos representaba la esperanza y reemplaza a la cruz para eludir su uso. Alfa y omega: hacen referencia al principio y el fin. Dolientes: imágenes femeninas abatidas, envolventes, hincadas, dobladas, abrazadas, desoladas orando. Columnas: obeliscos o pirámides rotas: es la interrupción que genera la muerte sobre lo vital. Pirámide: es un sólido derivado del triángulo y simboliza al hombre en busca de la divinidad y de la energía cósmica que supuestamente son captadas por el ápice e irradiadas al área de la base. (Ápice: en geometría es el punto más distanciado a la base). Retrato: para representar a la persona fallecida. Puede asumir forma escultórica (busto) o fotograbado o grabado a manera de camafeo (bronce u otro metal) sobre una placa u otra montura. Trébol de tres o cuatro hojas: tradicionalmente ha sido una planta que cumple dos propósitos, por un lado, confiere buena suerte y por el otro priva a los espíritus malévolos de que actúen a su antojo. Espiga: es símbolo de muerte y resurrección. Rama de olivo o corona: de esa especie rematadas por un nudo o envolventes cintas, las que aluden a la unión entre los miembros de la logia. Árboles o ramas tronchadas: tienen el mismo significado que las columnas. Símbolos alusivos a la actividad terrenal del difunto: ej. Colegio, Escuela Normal, maestras y alumnos, operación quirúrgica, obrero con yunque y martillo. Reloj: indica la hora en que ocurrió el deceso. Vitreaux: como un canto inunda de silenciosa colorida luz a los panteones. Puerta: es el puente o nexo entre el mundo de la vida y el de la muerte, el exterior e interior. Triangulo: típico de la trinidad en innumerables religiones. Con el vértice hacia arriba hace referencia al bien e invertido al mal. Es símbolo de la luz. Abeja: simboliza el alma, no solo a causa de las ideas de laboriosidad, creación y riqueza, que derivan de la miel, sino por su individualización, producida al salir en forma de enjambre (igual salen las almas de la unidad divina). Lechuza: se asocia con lo nocturno, la muerte y en forma paralela a esas connotaciones negativas se le atribuye la de la sabiduría y la prudencia, con una cruz sobre la cabeza o su alrededor, representa el tiempo de Cristo sobre sus enemigos y se la considera guardiana de los demás. Amapola o su semilla: significa la vida eterna. Antorcha o tea hacia abajo: significa el fin de la vida. Antorcha o tea hacia arriba: significa, símbolo de purificación por la iluminación. Guadaña: representa a la muerte, atributo de Saturno y de Atrapo, la más impiadosa de las parcas, encargada de cortar el hilo de la vida. Desde el siglo XV se utiliza – el esqueleto empuñándola. Guirnalda: evoca la vinculación entre este mundo y el mas allá. Flechas o escaleras: son símbolos que vinculan la tierra con el cielo. Hacen referencia al destino. Mariposa: Psi letra griega que se asocia con la palabra psiquis que poseía antiguamente el significado de mariposa. Después vario su semántica y significo: aliento, animo, soplo y finalmente alma. Los griegos creían que el último aliento, del ser se exhalaba en forma de mariposa lo que le permitía elevarse. De ahí que la mitología representa a la diosa Psiquis como una joven con alas de mariposas. Palos con hachas: son la unión, el hacha la justicia. La unión hace la fuerza de la justicia. La capacidad de castigar por eso el hacha. Es la justicia en manos de muchos…. que son representados por los palos unidos en su mango.
Fuente: “De cruces, alas y mármoles” Luis Salvarezza y “Las sociedades secretas”, S. Hutin (cuaderno numero 47)
Las fotos ilustrativas son de Luis Salvarezza
Vista del Molino Fabani en el año 1959, puede verse también los galpones de la Barraca Americana y el frigorífico Swift, hoy demolido (Foto: gentileza Graciela Holzmann)
En marzo de 1928, el Sr. Mateo Fabani junto a sus hermanos, propietarios del molino hidráulico del Arroyo Urquiza, adquieren a Augusto S. Rivero, el terreno y edificios de la ex-destilería “La Uruguaya” comprendiendo el terreno una superficie de 3.900 m2 entre las calles 9 de julio al norte, San Martín al sur, calle 4 del este (hoy Zubiaur) al oeste y camino de la ribera (hoy Avenida Costanera Paysandú) al este, abonando la suma de $15 m/n el m2.
Los nuevos propietarios, proyectan construir en el lugar un moderno molino harinero, con máquinas adquiridas en Europa, teniéndose previsto una producción diaria de 65.000 kilos de harina de primera calidad, constituyendo este emprendimiento en un gran progreso para el puerto y la ciudad, con una inversión total en el orden de los $200.000 m/n.
El molino “Concepción” en construcción, detrás, la fábrica del Dr. Reibel, que será demolida (Foto: Andrés Rousseaux)
Los trabajos se inician inmediatamente, procediéndose a la demolición de parte de los antiguos edificios de la ex destilería del Dr. Martín Reibel.
El 13 de julio de 1929, atracó en el puerto local el vapor de bandera alemana “Artemisia” el transporta en su bodegas, las modernas máquinas para el molino de la empresa Fabani Hnos, iniciándose inmediatamente su montaje, por ser intención de los empresarios locales, ponerlo en servicio lo antes posible.
El 2 de noviembre del mismo año, se habilitan las oficinas comerciales del flamante molino en calle 9 de julio Nº 75, iniciando la compra y acopio de trigo para satisfacer las necesidades del molino próximo a inaugurarse.
El 26 de noviembre de 1929, se inaugura el moderno molino, cuyos propietarios deciden llamarlo “Concepción” en homenaje a la ciudad donde estaba emplazado.
Para el almacenaje del trigo que se adquiere, la firma utiliza los viejos galpones de la ex destilería hasta los año 1935/1936 en que la empresa alemana “Cristian Nielsen” construye los tres primeros silos de almacenaje. Habilitados los nuevos silos, lo que quedaba de la destilería “La Uruguaya” es demolido, para dar paso a nuevas instalaciones del molino harinero.
El Molino “Concepción” de Fabani Hnos. en 1938 (Foto: PNA)
En el año 1947, como anexo al molino harinero, sobre la calle 9 de julio, en el terreno adyacente hacia el oeste, que había sido adquirida a la municipalidad, se construye el molino arrocero.
El 21 de junio de 1971, se suicida el propietario del “Molino Concepción” Sr. Mateo Fabani a la edad de 82 años, desapareciendo de esta forma uno de los pioneros de la industria molinera de nuestra ciudad.
El “Molino Concepción” es adquirido posteriormente por la firma “La Plata Cereal” hasta su cierre el 1º de octubre de 1985.
En enero de 1987, asume su dirección y explotación la firma “Molinos Goldaracena SAIC”, dándosele al molino el nombre de “San Joaquín”.
En el año 1996, pasa a ser explotado por la empresa “ALSEL” hasta la quiebra de la firma propietaria Goldaracena SAIC en el año 1998, lo que motiva su cierre, ante su eminente remate judicial, que se concreta el 23 de abril de 1999, quedando en poder del Banco de la Nación Argentina en carácter de principal acreedor de la quiebra, en la suma de $1.050.000 m/n.
Edición: Civetta, María Virginia y Ratto, Carlos. Texto extraído de la publicación de Rousseaux, Andrés René “Desde la fábrica de aguardiente “La uruguaya” al molino harinero “Concepción”