La Casa del General Urdinarrain

Casa del general Urdinarrain en 1970 (Foto: Diario “La Calle”)

Hace poco me ocupé en un programa radial sobre la casa del General Urdinarrain en la cual viví con mi familia durante casi cincuenta años.

Ahora un periodista amigo me dijo: Omar ¿por qué no me hace una nota sobre esa casa que seguramente habrá dejado tantos recuerdos en Ud.?

Y cumpliendo con esa solicitud, deslizo algo de lo mucho que en tantos años 1932-1979 ocupó espacio de mi vida. Pero como seguramente lo que le interesa al lector es saber sobre la parte histórica de la antigua casona, transcribo lo anotado por Lorenza Mallea en el libro: “Las mallas del viaje”, luego de haber estado en casa para documentarse: “Antiguo zaguán, piso de mármol, ventanas enrejadas, puerta de hierro a la galería con las iniciales H. I. U. y una fecha, 1855. Las iniciales significan Hermenegilda Irigoyen de Urdinarrain. Fue ella la esposa del General Urdinarrain, amigo y gran colaborador del General Urquiza, nació aquí, el 8 de Junio de 1800. Se conserva en la casa el aljibe de una pieza de mármol traído por Urquiza desde Italia. En esta casa funcionó antiguamente la Escuela Profesional de Mujeres”.

En el libro de Luis R. Boschetti “El amor que oculta el corazón” (cuando se prepara la defensa de Uruguay y al nombrar los distintos cantones donde se ubicarán los piquetes) dice: “Casa del Sr. General Urdinarrain, dos cuadras al Nord-Oeste de la Plaza, piquetes de los pre citados batallones, a las órdenes del Capitán Don Roque Cámara”. “Desde estos cantones aplastaron el ataque del General Madariaga el 21 de Noviembre de 1852” (los techos eran de terraza con altos muros semejantes a trincheras, principalmente los que daban a la calle).

Vista de la construcción de un nuevo tramo de la Peatonal Rocamora. A la derecha se puede ver el complejo de canchas de padel construido luego de demoler la casa de Urdinarrain

El General Manuel Antonio Urdinarrain fue gran colaborador del General Urquiza, ocupando preponderantes lugares en el accionar del Gobierno y en cuanta comisión se formaba. (Constan muchos datos valiosos de la vida del General Urdinarrain en la “Historia de Concepción del Uruguay” del Profesor Oscar Urquiza Almandóz, al que le dedicó varias páginas).

Tomando al pasar algunas de ellas, dice: “Estuvo presente en la colocación de la piedra fundamental de la actual Pirámide dedicada a Ramírez en 1858 (la primera pirámide databa de 1828; en la fundación del Histórico Colegio; en todo lo relacionado con la creación del Templo Parroquial, programando el futuro Banco Entrerriano y el Poder Judicial, etc., etc. Hasta para la compra de un local propio para el Club Uruguay donde se realizaban las fiestas, contando el mismo con gabinete de lectura, y entre muchas cosas interesantes que rescata Oscar Urquiza Almandóz, anota por ahí, ponderando la personalidad de Urdinarrain, que en 1849 fue nombrado Comandante General de la frontera del Uruguay -en ese entonces era diputado-. Fue presidente de la Legislatura y, en fin, sin lugar a dudas, una figura importantísima en la historia de nuestra ciudad.

Por eso duele que no haya un control para evitar que edificios tan valiosos como esta casona, ubicada en calle Rocamora 814 desaparezca para siempre llevándose tal caudal de historia que hubiese podido permanecer latente, instalando en ella -por ejemplo- un museo.

Esta casona forma a parte con el edificio de la esquina de Rocamora y Leguizamón. Era toda una enorme mansión con el hermosísimo aljibe ubicado en principio en el centro del patio que al dividirse la propiedad, quedó de nuestro lado embelleciéndolo. Patio de baldosas que conservamos hasta el final lleno de flores, con altos rosales trepadores que lo separaban de las galerías, y helechos por doquier, todo aromado con el exquisito perfume del jazmín de país y del gran árbol de pitanga que en su momento dejaba caer su caudal de flores, luego la puerta de hierro de dos hojas que daba paso al otro patio de larguísimo parral. En la casa de la esquina queda todavía la otra puerta que hacía pareja con la nuestra.

Vista actual, en el lugar donde estaba la casa de Urdinarrain es ocupado por un salón de juegos para chicos (Foto: Mabel Gómez)

Me detendrá brevemente recordando algunos momentos pasados ahí con mi familia: Cuántas fiestas de fin de año con la mesa presidida por mi madre! .Cuanta lucha también para sortear tiempos difíciles! ¡Cuántas vivencias forman parte de cincuenta años de una familia. Imposible al sintetizarlas. Quedan particularmente en mi recuerdo innúmeras visitas de personalidades de la cultura que ponderaron el patio, el aljibe; la casa toda. Cuanto artista plástico llegó a Uruguay en tan dilatado lapso, visitó mi taller mis dos Salas de Exposiciones que eran también frecuentadas por excursiones y alumnos de establecimientos educacionales de nuestro medio. Así pasaron: Spilimbergo; Soldi; Castagnino; Policastro; Raquel Forner; Bigatti; Pellegrini; Julio Payró, etc. (la señora de Castagnino aprovechó para el pintar un tema del patio con el aljibe). Músicos como Los  Chalchaleros; Los Quilla Huasi; Carlos Di Fulvio; Ramón Ayala. Escritores y poetas como Martínez Howard, Koremblit, Peltzer, Aráoz, Ruiz, Panizza tantos otros, que quedan en el recuerdo al rememorar los días vividos en la querida casona Ahora, al contemplar esos restos de muros, afloran esas saudades con marcada insistencia, poniendo la nota nostálgica que golpea el corazón, trayéndome ese tiempo pasado que se ha ido junto con los mejores años de mi vida. Están ellos sepultados ahí, debajo de ese montón de escombros que cubren una buena parte de la Historia de Concepción del Uruguay.

Edición: Civetta, María Virginia y Ratto, Carlos Ignacio sobre el texto de Omar Scolamieri Berthet “La casa del General Urdinarrain”, Diario “La Calle” c. 1990

 

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