Formación de la Colonia Caseros
El marco indiscutible de la formación de Caseros, al igual que de la localidad de San Justo, estuvo dado por la Colonia Caseros, en la que se asentara Mugherli, motivado por la importancia productiva de esta región.
Una vez restablecida la paz en la provincia, perturbada por el asesinato de Urquiza y las luchas entre el Ejército Nacional y los acaudillados por Ricardo López Jordán, Dolores Costa de Urquiza comienza a organizar otro proyecto colonizador tanto o más importante que la Colonia San José. Llama a la colonia «Caseros›› en homenaje a tan significativa empresa de su esposo, y destina para su asentamiento parte de los campos circundantes al Palacio.
Si bien los primeros colonos llegan a Concepción del Uruguay en junio de 1874, la colonia adopta como fecha de fundación septiembre de ese mismo año. A partir de esa fecha, se comienza a poblar la región con colonos inmigrantes, en su mayoría italianos, franceses y suizos, quienes llegaban al país en busca de una vida más digna. A los colonos se los proveía de una parcela de tierra y herramientas para trabajarla, de acuerdo al «Contrato de Colonización» firmado entre el Jefe de familia y el administrador de la Colonia, en el que se estipulaban derechos y deberes de quienes se asentaban en la región.
En el contrato, la administración vendía a cada familia una “concesión” de catorce cuadras y cuarta más o menos, de 150 varas por cada cuadra, cuatro bueyes de labranza, dos vacas lecheras y un caballo o yegua mansa. Se le entregaban también herramientas de trabajo, como arados, palas y hachas. El valor de la concesión era de 350 pesos fuertes, con una bonificación de 50 pesos en el caso de la compra de una segunda concesión, y un descuento del 18% si el pago era al contado. En principio, se había estipulado que en caso de necesidad, la administración entregaría al colono un vale por $ 60, con el objetivo de que éste comprara herramientas y semillas, y comenzara a trabajar para poder así pagar su tierra. Dolores Costa encomendó la administración de sus negocios a su cuñado, Juan Balestrín, mediante un contrato firmado entre ambos en abril de 1874.
El primer director de la Colonia fue Rodolfo Siegrist. Tanto Siegrist como Balestrín debieron hacer frente a no menos problemas que los colonos. Los primeros tiempos de la Colonia no fueron fáciles para nadie. La falta de vivienda y alimento obligó a la administración a alojar a muchos de los colonos en el mismo Palacio San José, en las cocheras o en precarias instalaciones construidas a tal fin. En cuanto al alimento se distribuían raciones de carne y galleta.
En 1875, se habían mensurado los campos que componían la Colonia resultando 548 concesiones, de las cuales 257 se habían entregado.
Un aspecto importante, es que el 54% de las familias eran de origen italiano, y el 35% eran francesas, restando solo un 11% para los provenientes de otros países. Para septiembre de 1876, la población había aumentado significativamente. Vivían en la Colonia Caseros 170 familias que agrupaban a 722 Colonos, de los cuales 402 eran italianos, 235 eran franceses, 58 eran suizos y los otros 27 se repartían entre belgas, españoles y polacos.
El Ferrocarril
El principal adelanto socio económico de la Colonia, fue sin lugar a dudas la aparición del ferrocarril. Ágil medio de comunicación y esencial canal de salida para la producción de los colonos. Ya en el proyecto original del trazado del Ferrocarril Central Entrerriano, que unía Paraná con Concepción del Uruguay, se había destinado una estación para la Colonia.
Era lógico que la misma se ubicase en el Palacio San José, cosa que no ocurrió. Son variadas las versiones que intentan explicar el porqué la traza del mismo pasó alejada de la residencia Urquiza. Si bien no existe documentación escrita que afirme o niegue las mismas, dos son las que más se imponen en el acervo popular sobre la historia de la Colonia. Una de ellas es la que afirma que Dolores Costa se negó a la construcción de la estación en el Palacio pues ésta perturbaría la tranquilidad de la residencia. Otra es la que sostiene que para entonces, la viuda del General Urquiza había roto sus relaciones con el gobernador de la provincia, General Eduardo Racedo, quien habría dispuesto esa medida.
Por ley del 12 de junio de 1883 se autoriza a construir un ramal ferroviario de trocha media que uniría la ciudad de Paraná con la de Concepción del Uruguay. El trabajo se desarrollaría en tres etapas, a saber: Paraná – Nogoyá, Nogoyá – Rosario y Rosario del Tala – Concepción del Uruguay. Este ultimo tramo, se puso en servicio por Decreto del 30 de junio de 1887, realizando su paso el primer tren por esta línea el 19 de julio de 1887.
La estación que correspondió a estos parajes recibió el nombre de “Caseros”, al igual que la Colonia que atravesaba.
Nicolás Mugherli y la Formación de Villa Udine
Alrededor de 1877 se instaló en la región una familia de inmigrantes italianos, integrada por Miguel Esteban Mugherli, Teresa Josefina Zalatén y varios de sus hijos, provenientes de la ciudad de Cividale, actual provincia de Udine. El mayor de los hijos de la familia era Nicolás Mugherli, de 14 años de edad.
No se conocen detalles de la llegada desde Italia de esta familia, pero originalmente se habría instalado en la zona de Colonia Rocamora. Hacia 1885, Miguel Mugherli, jefe de la familia, compra a Dolores Costa de Urquiza 4 concesiones, al norte del actual pueblo, donde continúa con su actividad agrícola.
Atraído por la importancia que la Estación del Ferrocarril implicaría para la zona, Nicolás Mugherli, adquiere una parcela a Don Juan Gavet frente a la misma, en la que instala un comercio de ramos generales a mediados de 1887. Esta parcela es la primera que adquiere y es escriturada a su nombre recién el 19 de octubre de 1892 por el Escribano Rafael M. Paradelo.
La prosperidad económica que había alcanzado la colonia, hace que Mugherli progrese rápidamente. En una carta fechada en Caseros, el 26 de mayo de 1891 Mugherli se dirigía al administrador de la Colonia, Dn. Juan Balestrín, solicitando la compra de dos concesiones linderas a su propiedad.
La creciente actividad de su casa de ramos generales, relacionada con el ferrocarril en varios aspectos, por ejemplo, la venta de leña, hace que Mugherli solicite a Dolores Costa en 1895, autorización para pasar por parte de su propiedad lindera a la estación con un pequeño ramal ferroviario que lo comunicara con esta.
Mugherli estaba deseoso de adquirir los terrenos ubicados en las inmediaciones de la Estación Caseros, pues con su espíritu visionario sabia del alto valor que dichas tierras cobrarían con los años por su estratégica ubicación. Con este fin inicia variadas y repetidas gestiones con Dolores Costa de Urquiza y los administradores de la Colonia.
La respuesta fue por años negativa y su esfuerzo no tuvo frutos sino hasta 1901, cuando Juan José de Urquiza, hijo del General, y heredero de esta parte de la Colonia, acepta la proposición de Mugherli y le vende dos concesiones más. Poco después, el 26 de julio de 1902, Mugherli logra comprar otras cuatro concesiones
Esta última compra es la más importante, pues el terreno correspondiente a las concesiones 17 y 19 entre calles 2 y 3 es el que años más tarde utilizará Mugherli para subdividir en manzanas para la formación del pueblo. Dicha compra fue escriturada el 22 de octubre de 1902 ante el escribano Rafael M. Paradelo.
Es en esta fracción donde se ubicarían las 50 manzanas originales del trazado de Caseros, sufre una transformación a raíz del paso del ramal ferroviario a San Salvador. En 1906, Mugherli dona a la Sociedad Anónima Ferrocarriles de Entre Ríos una fracción para el futuro ramal a San Salvador. Según el asiento de fecha 27 de abril de 1906 “…hizo donación gratuita a la expresada Sociedad Anónima Ferro-Carriles de una faja curva que se extiende de sud-este a norte y mide quinientos noventa y dos metros de largo por veinte y cinco metros de ancho, y cuya fracción de terreno comprende el área destinada a la vía férrea del Ramal de Estación Caseros a Colonia “Villa Elisa””
Nótese que para 1906 no se realiza aún mención de la existencia de poblado alguno en las cercanías de la Estación Caseros, lo que aclara la anterioridad de estos hechos frente a la formación de «Villa Udine».
La Formación del Pueblo
Los primeros indicios ciertos de urbanización aparecen a partir de 1910. En efecto, es el 3 de diciembre de ese año en que Mugherli realiza la escritura de los tres primeros lotes de “Villa Udine”. Por este motivo se toma esta fecha como la fecha de fundación de la ciudad.
Estas operaciones se realizaron ante el escribano Rafael M. Paradelo siendo los primeros compradores: Pascual Scolamieri, lotes 1 y 4 de la manzana 11, donde en 1913 se instalará la Escuela Nacional N° 8; Juan H. Britos, compra la manzana N° 20 y Francisco A. Richard hijo, los lotes 5 y 6 de la manzana 2.
En las escrituras correspondientes, se hace referencia a las propiedades diciendo: “… ubicados en el paraje que el vendedor ha hecho subdividir para formar un pueblo que se denominará “Udine” en las inmediaciones de la Estación Caseros.
La subdivisión de estas concesiones 17 y 19 entre calles 2 y 3 se realizó en 50 manzanas de 85 x 85 metros separadas por una calle de 15 metros de ancho. La excepción a estas medidas estuvo en las manzanas próximas a la Estación del Ferrocarril y en aquellas donde pasaba el ramal a “Villa Elisa”. A pesar de haber realizado el amanzanamiento de ambas concesiones las ventas que realizó estuvieron dentro del grupo de las primeras 25.
El primer plano que se conoce es el confeccionado por el agrimensor Juan Leo, quién también lo fuera, anteriormente, de la . Dolores Costa, y tiene la siguiente leyenda: “Villa Udine – Fundada por Nicolás Mugherli – Depto Uruguay- Disto Molino – 1911”.
Es municipio de segunda categoría desde 1987, y fue creado mediante Decreto Nº 1867/87 MGJE de Entre Ríos, firmado por el entonces gobernador de la provincia Dr. Sergio Alberto Montiel.
EI Molino San Nicolás
A comienzos de 1912, Nicolás Mugherli alentado por la prosperidad lograda en su actividad comercial, y motivado por su afán de progreso, comienza la construcción de un molino harinero, anexo a su local comercial.
Una publicación de la época daba cuenta de ello en estos términos: “En la estación Caseros, se ha dado comienzo al replanteo del edificio en que instalará un molino de harina el sr. Nicolás Mugherli, (…)El molino molerá 40 bolsas por día y por ramal propio estará en comunicación con los ferrocarriles de Entre Ríos”
Parte de la construcción de este Molino, de la cual se sabe muy poco, fue realizada por el Sr. Santiago Giacomotti, constructor de Concepción del Uruguay.
Este Molino es inaugurado en 1913 y debido a su sorprendente y rápida evolución hace que en 1915 Mugherli liquide el negocio de ramos generales.
El Molino “San Nicolás”, con el correr del tiempo, llega a elaborar productos cuyos nombres comerciales fueron: Sol, Udine, Estrella y Luna, cuyo prestigio fue reconocido en el departamento y más allá de él.
La Escuela Nacional N° 8 “Corrientes”
La población comenzaba a asentarse en los alrededores de la Estación Caseros. Los chicos necesitaban una escuela a la cual concurrir.
Es por ello que el gobierno encarga al Sr. Rafael Carballo realizar el Primer Censo de la zona próxima a la Estación, de chicos entre 6 y 14 años. Por Decreto del Superior Gobierno de la Nación del 17 de Julio de 1906, se crea la Escuela Nacional N° 8 “Corriente”
El 19 de Marzo de 1907 es nombrada directora de la escuela recientemente creada la Srta. Gerarda Scolamieri, quien se había graduado de maestra en la Escuela Normal de C. del Uruguay el año anterior. Comienza a dictar clases el 10 de Mayo en un modesto edificio propiedad del Sr. Emilio Gavet, 55 alumnos inscriptos, siendo encargado escolar el Sr. Nicolás Mugherli.
Los primeros alumnos de la escuela fueron (en orden de inscripción): Rousseaux Eugenio, Trovalessi Juan, Trovalessi Clementina, Trovalessi Estela, Boffelli Pedro, Boffelli Juan Bautista, Boffelli Josefa, Boffelli Casilda, Rampoldi María, Rampoldi Celso, Rampoldi Félix, Rampoldi Teresa, Mugherli Teresa Genoveva, Dieci Gaitano, Gavet Emilio, Gavet Juan, Gavet José, Gavet Josefa, Gavet Ángela, Aguet José, Aguet Francisca, Benedetti Pedro, Benedetti Teresa, Scévola Enrique, Scévola José, Demarles Victorio, Demarles Ángela, Demarles Rosa, Cattáneo Juana, Cattáneo Lucia, Cattáneo Ángel, Gandini Ana, Gandini lsolina, Notari Atilio, Notari Pedro, Notari Celestino, Viale Matilde, Bernay Inés, Bernay Samuel, Berruad María, Medina Rudecindo, Medina Andrés, Coronel Elisa, Pitter Juan, Demarlenge Mariano, Gallay Maria, Gallay Sergio, Viale Adela, Gonzalez Juan, Mugherli Mauricio, Martinez Marta, Gonzalez Benedita, Acosta Nicolás, Trovalessi Elvira, Romero Andrés.
En el año 1913, siendo directora la Srta. Sabina Tachella, esta escuela se encuentra ya dictando sus clases en una propiedad alquilada por el Consejo Nacional de Educación al Sr. Pascual Scolamieri, contando con un aula de 10 x 5 m. y dos piezas de 4 x 5 m. para el personal.
Esta casa hace las veces de Escuela y hogar de la Directora, pero las comodidades y los espacios son reducidos. Dada la necesidad de contar con una escuela más amplia y cómoda, el 11 de julio de 1913 nace de un grupo de padres la idea de realizar un edificio propio en el terreno donado para este fin por el Sr. Nicolás Mugherli, frente a la plaza.
Deberán pasar varios años de idas y vueltas hasta que por Resolución del Consejo Nacional de Educación del 29 de abril de 1921 se destina la suma de S 12.000 para la construcción del edificio de la Escuela Nacional N° 8 consistente en dos aulas de 6 x 10 m separadas entre si por un zaguán. Las obras deben ser iniciadas por el constructor José Schiavo antes del 12 de Julio. Una vez finalizadas las obras de la Escuela se construirá la casa para la Dirección donada por el pueblo con el producto de los beneficios obtenidos.
La falta de los envíos de partidas de dinero comprometido por el Consejo Nacional de Educación con destino a la construcción del Edificio Escolar, hacen que la misma no pueda concretarse hasta el 13 de diciembre de 1927, fecha en que queda oficialmente inaugurada, siendo Directora la Srta. Elena Pasina.
Este edificio escolar contaba con dos aulas de 9 x 5,50 m., sanitarios, zaguán y una galería. Además se dotó a la escuela de un molino a viento y de un tanque de 2.000 litros para el agua.
En el año 1930 se cerca con tejido el perímetro de la manzana de la escuela, en el cual existían gran cantidad de árboles forestales y frutales, además de jardín y huerta.
El 30 de septiembre de 1978, la escuela pasa a depender de la provincia como Escuela provincial N° 86, manteniendo el nombre de “Corrientes”.
Desde su fundación hasta 1979 la escuela no recibe ninguna mejora de consideración, hasta que ese año con la colaboración del Ejército Argentino, la misma es ampliada y reacondicionada, inaugurándose el nuevo edificio en marzo de 1980.
La Parroquia “San Miguel Arcángel”
En 1922, Nicolás Mugherli, junto a su esposa, planearon la erección de un Templo que sirviera de centro espiritual para la población que comenzaba a formarse.
Para tal fin Mugherli ofrece al obispado de Paraná realizar una una donación en efectivo de cincuenta mil pesos para la construcción de una Iglesia y Colegio anexo pagaderos a medida que se iba a ir levantando el edificio además de haber escriturado antes una manzana de terreno frente a la proyectada plaza de “Villa Udine”.
Mugherli hace realidad su idea transfiriendo a nombre del Arzobispado de Paraná la manzana número ocho del trazado de Villa Udine (ubicada al este de la plaza). Dicha transferencia se efectiviza a través de la Escritura Pública realizada en la ciudad de Concepción del Uruguay el día 14 de julio de 1922 ante el Escribano Wenceslao Gadea.
Desde la idea de Mugherli de construir la Iglesia y el Colegio hasta la formalización de esta obra fueron variadas las negociaciones llevadas adelante tanto con el Obispado como con varios constructores de distintas localidades de la Provincia e incluso de Buenos Aires. En una entrevista mantenida en 1922 con el Obispo de Paraná Monseñor Nicolás De Carlo, Mugherli presentó su idea siendo aceptada inmediatamente. A tal fin, el Obispo encomendó al Cura Párroco de la Colonia Caseros con residencia en San Justo, Pbro. José Angió, que prestara toda la colaboración posible para la obra. Por su parte Mugherli solicitó que se mandaran hacer los planos para la obra por un monto límite de cincuenta mil pesos.
Al poco tiempo recibió los planos hechos por un constructor de Paraná pero con una edificación cuyo costo rondaba entre los 150.000 y 200.000 pesos, a lo que Mugherli contestó que era imposible adaptar al presupuesto original. Angió aseguraba que la obra podía hacerse por partes; incluso que el Obispado ayudaría y que se pensaba realizar colectas entre la población para llevar a feliz término la obra.
Sin embargo Mugherli no aceptó las condiciones y personalmente se contactó con el Sr. Santiago Giacomotti, constructor de Concepción del Uruguay, a quien ya conocía por haber trabajado en la construcción del Molino de la localidad ocurrida en 1912., Mugherli había presentado a Giacomotti el plano recibido de Paraná y le había indicado que lo redujera acorde al presupuesto original. El constructor preparó al tiempo un nuevo plano en el que no modificó la cantidad de habitaciones sino que rediseñó el proyecto para una construcción gradual, pero sin adjuntar presupuesto.
Pasaron los meses y estando Mugherli en Buenos Aires recibió noticias de Giacomotti presentándole el presupuesto que era de 54.000 pesos. Mugherli contestó que realizara un detalle minucioso de la obra conforme al presupuesto a fin de estipular las condiciones específicas de la obra.
El 15 de agosto recibió una carta en la que el constructor le informaba que el presupuesto no podía reducirse a menos de 52.000 pesos. En su contestación de fecha 18 del mismo mes, Mugherli le explicaba que no era una rebaja lo que pretendía, sino un detalle minucioso de la construcción a fin de evitar cualquier mal interpretación y futuras diferencias, recordando que estaba dispuesto a pagar la obra a medida que se fuera construyendo. Después de esta carta no volvió a recibir noticias del constructor.
Posteriormente Mugherli se contactó con un constructor de la ciudad de Gualeguay quien tras algunas gestiones enfermó y desistió de continuar las negociaciones.
Cuando se disponía a encargar la obra a un constructor de la Ciudad de Buenos Aires se acordó de quien había realizado el proyecto original. Se trataba de Miguel Brollo, de Paraná. Es por eso que Mugherli viajó a esa ciudad con el plano que había obtenido de Giacomotti y como Brollo estaba en buenas relaciones con el Obispado, lograron consensuar un proyecto de obra de 60.000 pesos, realizando algunas modificaciones. También se convino que Mugherli pagaría los 50.000 pesos originales durante la construcción de la obra y los restantes 10.000 en tres cuotas trimestrales al finalizar la misma.
El 16 de noviembre de 1923 arribó de Paraná Monseñor De Carlo junto a sus acompañantes, alojándose en la casa de Mugherli y el 18 de noviembre, encontrándose la obra construida hasta una altura de 3 metros, tuvo lugar la colocación y bendición de la piedra fundamental del Templo; acto que se realizó pese a la gran lluvia caída la noche anterior.
Por la mañana con la presencia del Sr. Vicario General y Obispo Auxiliar de la Diócesis Monseñor Nicolás De Carlo y el Cura Párroco de Caseros (Colonia) Presbítero José Angió”, se realizó la confirmación de un gran número de niños en un galpón de 22 metros de largo por 9 de ancho construido a tal fin.
Al mediodía se sirvió un banquete para las autoridades y público en general. A las 4 de la tarde se procedió a la bendición de la piedra fundamental con una gran concurrencia de público, pese al barro y a los malos caminos.
Nicolás Mugherli había solicitado a las autoridades eclesiásticas que el Templo se dedicara al culto de San Miguel Arcángel y a la Virgen Santísima bajo la advocación de Mater Misericordia, según consta en el acta y en la carta que a modo de memoria entregó ese mismo día a las autoridades eclesiásticas.
Las obras estuvieron listas a comienzos de 1925 y comprendían el Templo en sus dimensiones actuales, una habitación para casa Parroquial y las instalaciones correspondientes al Colegio. También Mugherli donó los bancos, las imágenes y el armonio existentes en el Templo.
El edificio de la parroquia fue inaugurado el primero de febrero de 1925 en una gran celebración a la que concurrió un nutrido número de vecinos. En el acto fue suscripta un acta firmada por todos los presentes.
Siendo Cura Párroco de la Colonia Caseros el Pbro. José Angió se nombra al Pbro. Juan Tresserra como primer sacerdote de la iglesia San Miguel Arcángel dependiente del primero. El 7 de abril de 1925 se hace cargo de la Parroquia de la Colonia
Caseros (San Justo) el Pbro. Bartolomé Cocco. Este sacerdote, por ausencia de Tresserra, se traslada diariamente para celebrarles misa a las Hermanas del Colegio. Por último, decide instalarse en esta localidad trayendo consigo los Libros de Bautismos y Matrimonios de aquella iglesia.
En agosto de 1925 Mugherli dona a la Parroquia una pequeña campana, primera que posee el Templo.
A comienzos de 1936, siendo por entonces Cura Párroco el Pbro. Miguel Seib, la comisión parroquia! decide comprar una nueva campana para la torre de la iglesia. El Sr. Sáenz Valiente es el encargado de realizar las gestiones ante el director del arsenal militar de Santa Fe, decidiendo la comisión la compra de una campana de bronce de 220 kilogramos a un precio de setecientos treinta y un pesos con veinte centavos.
La campana fue bendecida el 13 de setiembre de 1936 e instalada dos días después. Se convocó al Sr. José Rampoldi quien, para esta tarea, colocó andamios y al efecto tuvo que retirar las persianas que estaban ubicadas en la torre, las que fueron luego suplantadas por un tejido.
Ai Pbro. Miguel Seib lo sucede, el 17 de junio de 1936, el Pbro. Luis Zatti, hasta que el 10 de enero de 1939 es nombrado Cura Párroco de Caseros el Pbro. Juan Carlos de ia Caile.” El 20 de julio de 1947 el Arzobispo de Paraná Dr. Zenobio L. Guilland nombra al Pbro. Andrés Benito Queirolo como nuevo cura Párroco de Caseros.”
Plaza “Justo José de Urquiza”
En el primer plano de la planta urbana de Villa Udine, confeccionado por el Agrimensor Juan Leo en 1911, ya aparece una manzana reservada por el fundador Nicolás Mugherli para Plaza Pública, estratégicamente ubicada en el centro del pueblo. A su alrededor también reservó dos manzanas para edificios públicos, las que fueron ocupadas, la del este por la iglesia San Miguel Arcángel, y la del oeste, por la Escuela Nacional N° 8.
No obstante lo mencionado, esta manzana permaneció sin ningún tipo de mejoras más que un rudimentario cerco de alambre hasta el año 1936.
La idea de embellecer esta porción de campo nace de la activa directora de la Escuela Nacional, la Sra. Elena Pasina, quien el 18 de agosto de 1936 se entrevista con el señor Mugherli manifestándole que “Pensaba interesar al vecindario en el sentido de organizar una comisión que planeara la formación de jardines en la manzana frente a la escuela, destinado para una Plaza”
En la entrevista Mugherli habría aprobado la idea y prometido su ayuda haciendo sacar el molino y tanque de agua que se encontraban en el centro de esta manzana, aunque esto no ocurre sino hasta setiembre de 1939.
En septiembre de 1938 se inician las gestiones ante el Sr. Alfonso Richard, dueño de la usina que abastecía de electricidad a la ciudad para que instale el servicio en la plaza. El encargado de colocar los postes para las farolas fue Ceferino Olivera quien realizó su tarea durante el mes de octubre. En noviembre de 1938 se encuentra el primer pago a Richard por tal servicio.
En 1939 se comienza con la construcción de cordones de material en los cruceros (caminos interiores) de la Plaza. El trabajo es realizado por Félix González.
Ese mismo mes la Comisión comienza la construcción de la base para colocar un mástil de 11 metros de largo el cual fuera donado por el Dr, Chistrian Elliot Grieve, quién, desde el anonimato, dirige los trabajos.
En Julio del mismo año dado el avance de la construcción y con motivo de los festejos del Día de la Independencia la Comisión compra el cable de acero a la firma Hraste Hermanos y la Bandera para colocar en el mismo a la firma Longobardi.
Se realizan trabajos tendientes a mejorar la presentación de la Plaza y entre otros, se encarga al Sr. Cornelio González pintar el tanque de agua que está en el centro de la misma. También se encarga a Ceferino Olivera el reemplazo del alambrado y la colocación de molinetes en cada una de las esquinas para poder ingresar.
Pese a todos estos preparativos y diligencias, que denotan la intención de la Comisión de inaugurar el mástil el 9 de julio, esto no ocurre.
En agosto de 1939, se solicita al Intendente de la Municipalidad de Concepción del Uruguay, Don Ambrosio A. Artusi, cuatro arcos decorativos de hierro que fueron sacados de la Plaza Gral. Ramírez para ser colocados en la de Caseros. Esta solicitud es reiterada al Consejo Deliberante por nota de enero de 1940.
El hecho de mayor relevancia que llevó a cabo esta Comisión ProPlaza fue la inauguración y bendición del mástil y monumento con el busto del Capitán General Justo José de Urquiza, hecho que transpuso los límites de la localidad para poder realizar el día 3 de febrero de 1940 una fiesta realmente inolvidable para la localidad y para la época.
Esta negociación comienza en agosto de 1939, cuando en una entrevista mantenida entre el Sr. José Manuel Ruiz Moreno y el Sr. Francisco Sáenz Valiente éste promete la donación, en nombre de su madre, de un Busto del General J. J. de Urquiza y la construcción de la base correspondiente en el centro de la Plaza, con la condición de que se traslade el molino y tanque de agua que se encontraban allí.
Biografía de Nicolás Santiago Mugherli
Nació en la Villa de Chiala, camino a Castel del Monte, en las cercanías de la ciudad de Cividale, actual provincia de Udine, Italia, el 4 de Octubre de 1863 a las siete de la tarde. Hijo de Miguel Esteban Mugherli y de Teresa Josefina Zalatén, cuyo matrimonio fuera bendecido el 24 de noviembre de 1858.
Según reza su Fe de Bautismo, fueron sus padrinos Santiago Miguel Zalatén de Néboa y Maria Estefania Fourlán de Castro. Cursó la escuela primaria en el Colegio Nacional de Cividale.
Según testimonios, la familia residía en una vieja casona, que le perteneciera a una Condesa de apellido D’ Orlando. Aquí Miguel Mugherli habría sido intendente.
A la edad de 14 años, en 1877, arribó a la Argentina en compañía de sus padres y hermanos, de los cuales era el mayor.
En 1886 contrajo matrimonio con Margarita Thea (1868-1929), hija de José Thea y de Carolina Cagnola, ambos de origen italiano en la Parroquia de Concepción del Uruguay.
Sus hijos fueron: Miguel Esteban Mugherli (1891-1961) casado con María Elena Bahler, Teresa Genoveva Mugherli (1893-1964) casada con Mateo Rodolfo Miloslavich y Francisco José Mugherli (1895-1948) casado con Estela Daniela Blaser.
Hábil comerciante, se dedicó desde joven a esta actividad, instalando una casa de ramos generales en 1887 y luego, en 1912, un molino harinero.
Falleció en Buenos Aires, el 7 de noviembre de 1946, a causa de una grave enfermedad. Fue sepultado en el cementerio de Concepción del Uruguay. Sus restos descansan, junto a los de su esposa, en un mausoleo en la parroquia San Miguel Arcángel, al que fueron trasladados en 1975.
Edición: Civetta, marías Virgina y Ratto, Carlos Ignacio. Texto extraído de Díaz, Oscar y Leuze, Roberto, “Caseros, la historia de su formación”, 2011 y http://www.municaseros.gov.ar/historia/