Edificio de la Capitanía de Puerto del Uruguay (Universidad tecnológica Nacional)

Edificio de la capitanía de Puerto hacia el año 1936

Durante el gobierno del General Urquiza, como Gobernador de la provincia de Entre Ríos,(1842-1852)  se concretaron diversas obras públicas de relevancia, entre ellas el Colegio del Uruguay que hoy lleva su nombre.

Según testimonio de Cuyás y Sampere expresa: “…tan sólo en un año (se refiere al año 1848) Urquiza ha reemplazado a los asquerosos ranchos de” “paja que servían en las capitales de los departamentos de comandancia militar, aduanas  y” “demás  edificios públicos por otros nuevos, aunque sencillos, eran decorosos y mejoran el “aspecto  de la población…”

La destacada historiado entrerriana Beatriz Bosch en su libro  “Urquiza Gobernador (1842-1852)” Capítulo III página 23 hace referencia a las obras encaradas por el General  Urquiza  expresando:  “Obras públicas :edificios de las comandancias de Gualeguay- Gualeguaychú y Uruguay” “(Concepción del ) y Aduana de Concepción del Uruguay (se refiere al edificio de la Capitanía de Puerto y Comandancia del Resguardo) acorde el reglamento de Echagüe del año  1832)

Estos antecedentes y otros que se irán mencionando, queda claro que el edificio de la Capitanía de Puerto y Comandancia del Resguardo del Uruguay (Concepción del ) se construyó entre los años 1849 y  1850 por parte del reconocido constructor D. Pedro Remón (el mismo que había tenido a su cargo la construcción del edificio del Colegio del Uruguay) juntamente con su similar de la ciudad de Gualeguaychú .-

Al producirse la frustrada invasión de los Generales Hornos y Madariaga el 21 de noviembre de 1852, el edificio de la Capitanía de Puerto y Comandancia del Resguardo, fue  asiento “…del 5to cantón de la defensa de la ciudad al mando del Capitán D. Ramón Bergará …”

En el Plano de Concepción del Uruguay, levantado por el agrimensor  Augusto Picont en el año 1853 figura el edificio de la “Capitanía de Puerto” en el actual emplazamiento de UTN mientras que el edificio de la Aduana se encuentra frente a la Plaza Gral Ramírez, donde posteriormente se construyera el Teatro 1º de Mayo, después  anexo del Hotel París hoy sede de la Universidad de Entre Ríos.

El periódico local “El Uruguay” de fecha 22 de diciembre de 1858 (Nº 359) se refiere al edificio analizado y prueba que el mismo por diversas causas, políticas y militares en que se viera comprometida la provincia de Entre Ríos entre los años 1851/1853, no había sido terminado al expresar: “Acabamos a ver el hermoso plano trabajo del Sr Fossatti (Constructor de la Iglesia” “Parroquial de la ciudad) para la conducción (sic) (debería decir conclusión) del edificio de la” “aduana que debe ponerse en obra. Será un precioso edificio que aumenatrá el ornato de la” “ciudad……”

En el plano del “Proyecto de Delineación de la Capital de la Provincia de Entre Ríos (se refiere a Concepción del Uruguay) elaborado aproximadamente en el año 1857, existente en el Palacio San José en la parte dispositiva expresa:

Calles: Artículo 4to:”Las calles que se hallaren al esterior (sic) del boulevar i (sic) que” “determinan las suertes de chacras i (sic) quintas  tendrán 20 varas de latitud (sic) una calle” “también de esta dimensión, será también delineada en dirección i enfrente a la aduana y la” Capitanía de Puerto  i  (sic) llegará hasta el río en el punto donde se piensa establecer el” “nuevo muelle de desembarque (se refería al proyectado muelle -en ése momento- que se va concretar en el año 1969/1870 muelle de Urquiza en el Puerto Viejo)”

Cuadras: Artículo 3er: “Desde la Capitanía hasta el boulevard del sud (se refiere a la actual Calle Ingeniero Pereyra), se delinearán dos secciones especiales de solares…..”

Plazas: Artículo 2do: “A más de las plazas indicadas (se refería a las indicadas en el plano de referencia) para la ciudad y alrededores, existirá una frente a la Capitanía de Puerto que tendrá “una cuadra de largo, en cuadro i (sic) esta ha de servir exclusivamente para la carga i (sic) descarga de las mercaderías que se introduzcan o exporten de la aduana”

Esta plaza en realidad estaba a una cuadra al este de la capitanía y se denominaba “del Comercio” en clara alusión a su destino y es la correspondiente a la ex Plaza Italia y que posteriormente  ocupara el Club División Río Uruguay (hoy Parque Sur)

Posteriormente en la rendición de cuentas de las “Rentas Nacionales de agosto de 1861 expresa: “…En cuentas abonadas pertenecientes al edificio provincial que sirve para aduana y” “capitanía de puerto… $ 1003,48 “

Las funciones de policía marítima (Capitanía de Puerto) y las fiscales aduaneras (Comandancia del Resguardo) fueron ejercidas por la misma persona (Capitán de Puerto y Comandante del Resguardo) en la provincia de Entre Ríos hasta el año 1863, en que se separan estas funciones, Capitanía de Puerto por un lado y Aduana Nacional por el otro.

Consecuentemente esta debidamente probado, con documentación indubitable que el actual edificio de la Facultad Regional de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) fue asiento de la Capitanía de Puerto y Aduana  del Uruguay desde su construcción hasta el 31 de marzo de 1888 cuando ambas instituciones  toman posesión de sus respectivos nuevos edificios en el “Puerto Nuevo” (los actuales) y que fueran ocupados el 18 de junio del mismo año.

Al desalojarse el edificio, con motivo de su traslado al “Puerto Nuevo”, en el mismo quedó una “Ayudantía” (destacamento de la Prefectura) para tender las necesidades de la navegación en el “Puerto Viejo”, hasta su entrega  en febrero de 1900, al Ministerio de Obras Públicas de la Nación, con destino a las  Oficinas de las Obras Hidráulicas Nacional, predecesora de la División Río Uruguay (El Ministerio) remitiéndome a un artículo publicado por el periódico local “La Juventud” del 22 de febrero de 1900 que dice: “Casa para una oficina: Se ha resuelto que la casa ocupada por la Capitanía de Puerto (se aclara que en ésa época era Subprefectura) conocida como “Aduana Vieja” sea ocupada por las” “oficinas de las Obras Hidráulicas…”

La entrega formal la efectúa el Subprefecto de Concepción del Uruguay (Jefe de la Subprefectura) D. Benito Figari a las autoridades del Ministerio de Obras Públicas de la Nación ratificando la propiedad del antiguo edificio por parte de la Prefectura

El edificio de la Capitanía de Puerto y Comandancia del Resguardo del Uruguay (Concepción del) conocido en la jerga popular como la “Aduana Vieja” fue declarado Monumento Histórico Nacional  mediante Decreto Nº 562/1991, pasando a ser el octavo monumento nacional de Concepción del Uruguay (ER).

Texto: Rousseaux, Andrés Federico, para “Cuaderno de Bitácora”

“Cortiñas y Cía”: Un gran establecimiento comercial

Vista interior de los almacenes “Cortiñas y Cía”, foto revista Panorama, 1939

Entre los grandes establecimientos comerciales de Concepción del Uruguay, el almacén por mayor y menor y bazar de la firma Cortiñas y Cía., ocupa un lugar de preferencia, no sólo por la importancia de sus giros y el volumen de su stock, sino también por lo perfecto de su organización.

Esta organización, fruto de la experiencia y de la inteligencia de sus dirigentes le permite desenvolver sin tropiezos sus vastas actividades y atender con eficacia admirable, a sus millares de clientes de la ciudad y el departamento, dejándolos plenamente satisfechos por la fiel interpretación de sus pedidos, la prontitud con que son atendidos y la calidad invariablemente superior de las mercancías, aunada a precios incompetibles.

Es así que el establecimiento se ha rodeado de un sólido prestigio, que es el factor primordial de la franca prosperidad que evidencia y que le permite abarcar un radio de acción más amplio cada día, con la conquista ininterrumpida de nuevos clientes y la anexión a sus ramos de nuevos e importantes renglones.

Están al frente del comercio, tres hombres a cuyo dinamismo y capacidad se debe la marcha próspera del establecimiento  y la perfecta organización a que nos hemos referido. Son ellos los señores Leoncio Cortiñas, Teodosio Murillo y Marcos Del Rio. De su capacidad comercial es una prueba brillante este gran almacén dirigido y administrado con tino e inteligencia cuya conducción representa una responsabilidad que no podría asumir exitosamente quien careciese de  condiciones relevantes para ello

Hemos tenido oportunidad de hacer una visita a la Casa Cortiñas y Cía. Lo que nos ha, permitido apreciar objetivamente su importancia. Ocupa un amplio local ubicado en las calles Congreso de Tucumán y 9 de Julio, a la primera de las cuales da le Sección por menor y Bazar y a la segunda, la Sección Por Mayor y Escritorios. Lo que llama a primera vista la atención, es la vastedad de los stocks, la variedad de las mercancías almacenadas y su conveniente distribución. Da de inmediato la impresión del poderío comercial de la firma. Las fotografías que acompañan esta nota, servirán para dar al lector una idea de la Sección Bazar y del almacén por menor, cómodamente instalada en especiosos salones.

Tres grandes secciones

Vista exterior de los Almacenes Cortiñas

La Sección Bazar merece ser consignada especialmente, ya que es muy importante, contando con un extraordinario surtido completamente moderno ofrecido a precios absolutamente módicos, lo que hace que el público le dispense francamente su favor. Pueden encontrarse allí todos los objetos del ramo, desde los más simples y corrientes hasta las más delicadas y preciosas creaciones.

La Sección de ventas al detalle desarrolla una actividad intensísima ya debe abastecer a gran parte de la numerosa población de la ciudad y de la campaña, teniendo organizado al efecto un eficaz servicio de reparto, que con rapidez hace llegar al cliente su pedido. Así montada, esa Sección, que se destaca por la calidad superior de los artículos, debe hacer frente a una demanda cada vez mayor.

La Sección de ventas por mayor tiene vastas vinculaciones comerciales en la ciudad y en el departamento. Asumiendo la representación de varias marca acreditadas. Esta circunstancia, la seriedad de la casa, los precios ventajosos que está en condiciones de ofrecer al comercio, le aseguran una reputación que es la mejor base para el desarrollo y progreso de sus transacciones.

A continuación ofrecemos el detalle de algunos de los renglones que representan

Cortiñas y Cía. y que recomienda a los comerciantes: Vino tinto “Granata”. Vinos blancos “La Etelvina”. Yerba mate brasileña “La Purísima”. Aceites “Valdivia” y “Cuvillas”. Yerbas “Goal”. Esmaltes y pinturas “Dr. Lhenart”. Desnatadores e implementos avícolas “Alfa Laval”. Heladeras eléctricas y demás artículos “Frigidaire“.

El personal

No queremos terminar esta nota dedicar un párrafo al personal de la casa Cortiñas y Cía., cuya corrección en el trato y eficiencia merecen ser destacados, por lo que sus componentes son dignos colaboradores de los propietarios, constituyendo uno de los factores del éxito del establecimiento.

Son ellos el condigno componente de esta perfecta organización comercial que constituye un elemento de progreso y  un motivo de legítima satisfacción para Concepción del Uruguay.

Texto: Revista Panorama, año 1939

 

4/6/1952 – Felipe Texier asume la gobernación de Entre Ríos

Felipe Texier. Gobernador de Entre Ríos (1952-1955)

El 4 de junio de 1952 Felipe A. Texier asume el gobierno de Entre Ríos. Elegido como representante del Partido Peronista, en fórmula con Miguel Ángel Torrealday como vicegobernador. Es primer gobernador electo sin colegio electoral tras la reforma constitucional de 1949.

El 11 de noviembre de 1951, durante la Gobernación de Entre Ríos del General de División (R) Don Ramón Amancio Albariño, se llevaron a cabo las Elecciones de renovación de autoridades Provinciales, en las cuales triunfó el Partido Peronista, consagrando como nuevo Gobernador al Señor Don Felipe A. Texier y Vicegobernador al Profesor Don Miguel Ángel Torrealday.

Felipe Texier Egresó del Colegio del Uruguay, de donde fue profesor de historia desde 1921 y posteriormente rector entre 1948 y 1952, cuando abandona el puesto siendo electo gobernador. Había alcanzado la rectoría de aquel instituto tras el desplazamiento de Luis Grianta por motivos políticos.

Durante su gestión el banco provincial pasó a ser una sociedad mixta, como así también se construyeron algunos caminos y viviendas económicas. Se destaca el encargo de un estudio para la construcción del túnel subfluvial entre Paraná y Santa Fe. 

Fue depuesto por el golpe de estado nacional el 16 de septiembre de 1955. Su período debía terminar el 4 de junio de 1956.

Sus restos descansan en el Cementerio de Concepción del Uruguay (Ver: Panteón de Felipe Texier). Una calle de Paraná lleva su nombre en su homenaje. Paradójicamente, en esta ciudad, no existe una calle con su nombre. 

(Fuentes: Archivo General de Entre Ríos – Secretaría de Cultura, Prof. Damián D. Reggiardo Castro y Silvia Texier)

La Fundación de Concepción del Uruguay

Plano tipo que utilizó Tomás de Rocamora para fundar Concepción del Uruguay
 
El 11 de Febrero de 1783, Rocamora le informaba al virrey había sido su propósito “marchar al Arroyo de la China a principiar por allí el planteo de las nuevas poblaciones, como pide el fiscal en el expediente respectivo”.
El día amaneció frío v nublado. Un viejo poblador, cargado de años y experiencia, pronosticó lluvias v tormentas. Rocamora se apresuró a reunir a los vecinos más caracterizados del paraje del Arroyo de la China, con los que realizó, como diligencia preliminar, el examen de los terrenos circundantes. Según era de prever, resultó imposible lograr unanimidad respecto al sitio en que habría de erigirse la villa. Algunos de los vecinos consultados se pronunciaron en favor del antiguo puerto de Echarrandieta ubicado al sur del Arroyo de la China, en cuyos alrededores se habían realizado los primeros asentamientos y donde, posiblemente, se habría levantado en 1778 la capilla gestionada por León Almirón. 
Frente a esa situación, Rocamora optó por la persuasión. Por llevar al ánimo de todos los pobladores la convicción de que aquel lugar estaba muy lejos de ser el más indicado para el emplazamiento de un pueblo. Fundamentalmente por la estrechez del terreno, que por un lado terminaba en una barranca y por el otro en una cañada. Dijo Rocamora: “No es en el puerto de Echarrandieta, que solicitaba este vecindario, y sobre el lugar de la capilla pleiteada, que se desechó por ser una cuchilla alta, larga y muy estrecha con barrancas a un lado y cañadas al otro, mas propia para ermita de campo que para parroquia de una población formal; distará de este paraje, media legua al SE”.
La decisión fue entonces tomada. El pueblo sería erigido al norte del arroyo de la China, sobre una cuchilla situada en la rinconada que forma dicho arroyo antes de desembocar en el Uruguay, separado por una isla. El sitio elegido se hallaba, pues, media legua al norte del puerto de Echarrandieta, arroyo de la China por medio: el que corría a trescientos pasos al sur de la nueva población.
“De suerte que esta situación, expresó Rocamora al virrey, hallándose casi en el extremo de la rinconada o confluencia del arroyo y río, y presentándose de alto a bajo, se granjea por la parte del agua que creo principal, la vista más delicada y agradable”.
El lugar se encontraba cubierto de espinillos y malezas Era necesario; pues, como primera medida, desbrozar el terreno. Rocamora reunió a los vecinos más cercanos para realizar esa tarea, pero esa acción no pudo desarrollarse ya que se desencadenó una fuerte lluvia que obligó a suspender los trabajos. Fue necesario esperar algunos días. La lluvia cesó al fin pero nada podía hacerse mientras la tierra no se secara. Llegado el momento oportuno, Rocamora ordenó el inicio de la tarea La yesca cobro fuego rápidamente. En solo tres días toda la maleza fue quemada. Por delante quedaba la dura faena del talado. Hachas y machetes cayeron entonces sobre talas: algarrobos y espinillos. 
La tarea de limpiar la tierra y nivelar la parte en que debía establecerse el centro de la villa, llegó felizmente a su término. El tiempo que ella había demandado no había sido mucho, sobre todo si se lo compara con el que exigió la planificacion de Gualeguay y Gualeguaychú.
Rocamora procedió entonces a concretar el segundo paso: delinear y amojonar los sitios, las calles y la plaza, para lo que siguió exactamente el mismo plan y orden que aplicara en Gualeguay. Por cierto que conocernos algunos detalles de ese plan, previamente expuesto al virrey. La plaza de la villa estaría ubicada con sus ángulos mirando a los cuatro puntos cardinales; se reservarían sitios para la iglesia, el cabildo, la cárcel y haciendas para los habitantes. De la plaza arrancarían cuatro calles principales Y ocho angulares con la anchura correspondiente; las casas se construirían de paja y palo a pique embostado: aunque los vecinos más acomodados podrían utilizar ladrillos de adobe. Estas construcciones se levantarían en el centro de la línea del frente de cada sitio, con el objeto de evitar la propagación de posibles incendios. Cada vecino debería cercar su predio con palos a pique o estacas verdes de sauce. Las cocinas deberían hacerse “a la espalda de los ranchos de habitación; con el posible intermedio para evitar las desgraciadas comunicaciones del fuego, que esta gente conserva día y noche: para su mate y sus asados”.
Llegó, al fin, el momento tan esperado. Allí estaban los hasta entonces dispersos pobladores del Arroyo de la China, a quienes Rocamora había convencido para reunirse en un pueblo formalmente establecido, con autoridades locales que velasen por los intereses de la comunidad. Eran más de un centenar de familias esperanzadas en un mejor porvenir. El comisionado Rocamora procedió a distribuir los correspondientes sitios, y cada jefe de familia asumió el compromiso de comenzar, lo más pronto que les fuera posible, el cercado de los mismos y la edificación de sus viviendas.
Luego de ello, Rocamora expreso al virrey. “Hasta ahora he repartido 153 sitios; ya se ha empezado el laboreo de las casas. Hay aquí gente de alguna aplicación, y creo que será sin mucho dilatarse un lugar bonito y bien poblado”.
Para que la nueva villa quedase formalmente constituida era necesario la elección del cabildo – Alcalde y regidores- a cuyo cargo estaría el gobierno de aquélla y la defensa de los intereses del vecindario. La elección de los cabildantes -ad referéndum del virrey- fue comunicada a este funcionario mediante el oficio elevado por Rocamora con fecha 25 de junio de 1783. Lamentablemente, al que lo ocurrido con la fundación de Gualeguay, no se ha podido hallar el acta de elección del primer cabildo Uruguayense. No obstante la carencia de este importante documento, la paciente labor de los historiadores ha permitido salvar del olvido el nombre de los primeros cabildantes de la villa. Ellos fueron: alcalde, Juan del Mármol; regidores: Jose de Segovia, Pedro Martín de Chanes (o Echaniz, Domingo Leyes, Felipe López, Leandro Salvatella, Manuel Rico del Camino, Lorenzo Ayala, Gonzalo Ferragut, Miguel Martínez y Miguel Godoy.
Hacendados como Mármol, Segovia, Chanes, Leyes, Lopez; labradores como Salvatella y Godoy, pulpero como Rico del Camino, asumieron la responsabilidad de servir a la comunidad. Sólo restaba para perfeccionar el acto de fundación, dar nombre a la nueva villa. El cura del lugar se había empeñado, desde hacia tiempo, en que el Partido del Arroyo de la China llevase el nombre de San Sebastián, en homenaje al obispo Malvar y Pinto, pero Rocamora insistió ante el virrey para que la villa y la zona bajo su jurisdicción tuviese el nombre de la Patrona de la Parroquia; la Purísima Concepción. “Por dignidad, por posesión y por afecto -expreso al virrey- prefiero la reina de los santos todos. Con el nombre de la Concepción del Uruguay, se titularía gloriosamente la población v su distrito”.
El virrey Juan José de Vértiz, por resolución fechada el 12 de julio de 1783, aprobó la elección de los primeros cabildantes Y el nombre para “el nuevo pueblo del Arroyo de la China, que deberá titularse la Concepción del Uruguay”. Quedaba entonces finalizado el proceso que daría origen y entidad a nuestra Concepción del Uruguay.Texto: Urquiza Almandoz, Oscar, “Historia de Concepción del Uruguay”, Tomo I, Comisión Técnica Mixta de Salto Grande, 2002 (Se puede descargar en: http://www.logiawashington.org.ar/010.htm)

Inmaculada Concepción, la imagen fundadora

Esta imagen de la Purísima Concepción, fue donada por el Cabildo de Buenos Aires hacia 1781, presidio la vida de hombres y mujeres que dieron vida a la Villa del Arroyo de La China a `partir de 1783, a la hoy ciudad de Concepción del Uruguay.

“Ante esta imagen, Tomas de Rocamora dio nombre a la ciudad y ante ella fueron bautizados los dos máximos prohombres de Entre Ríos, en 1786, Francisco Ramírez y en 1801, Justo José de Urquiza.

“Hasta 1851, la imagen de la Purísima había permanecido en diferentes templos locales que se sucedieron. A fines de ese año, desaparecen datos de la misma en los archivos parroquiales. Es posible que haya sido entregada por el Pbro. Céspedes a la familia Echaniz, para su custodia y guarda. En estas manos permanecerá la pequeña imagen hasta 1938, año en que Catalina Echaniz, por medio de su sobrino Fidel Adrián Zaballo la entrega a la Parroquia de Villaguay.

“Por años esta Parroquia Basílica requirió la intervención del Obispo de Gualeguaychú y el Arzobispo de Paraná para que – contando con la conformidad de los descendientes de esa familia – la imagen retorne a esta ciudad.

“Realizado nuevamente este pedido, y habiendo acordado ambos prelados, en el mes de octubre de 2013, el Párroco de la Iglesia de Santa Rosa de Lima de Villaguay, Hizo entrega al Párroco de la Iglesia de la Inmaculada Concepción Pbro. Jorge Almeida y a la Comisión de Archivo y Patrimonio Histórico en la figura del Prof. Adrián Bertolyotti de la imagen en cuestión.

Nuevamente la Histórica estatua de la Madre de Jesús está en la Parroquia y en la ciudad que vio nacer y a los cuales su nombre dio.”

Copia fiel de la placa que acompaña a la imagen en Basílica de la Inmaculada Concepción

Barrio “La Concepción” y el “viejo” cementerio de la ciudad

Vista de la capilla de La Concepción (Foto: Mario Soria)

Es este el barrio primitivo de Concepción del Uruguay. Allí se levantó el rancherío del Arroyo de la China tuvieron sus habitantes las lógicas arremetidas de los indios del lugar. El mangrullo levantó su altivo maderamen. Época difícil para la existencia de los pobladores. Montecillos de espinillos, de talas, abundantes pajonales, orillando el popular arroyo. ¿Cuándo se estableció el primitivo barrio que dio origen a nuestra ciudad?

Se sabe que en el año 1779, el vecindario resuelve fundar una capilla. Es de suponer que anteriormente algún rancho la arraigada fe cristina se exteriorizaría al atardecer rezando, todos juntos el Santo Rosario y el Angelus.

Don León Almirón a pedido del pago obtuvo licencia para la erección de dicha capilla por lo que se la conoció con el nombre de “Capilla de Almirón”. En 1780, estaba edificada de adobes y paja, en este mismo año la visitó el obispo Malvar y Pinto y la elevó al rango de parroquia, designando capellán a Fray Goitya, interinamente, pues su primer párroco fue Antonio Mariano Alonso, se eligió patrono de la misma a San Sebastián, acaso en homenaje a Malvar y Pinto; pero se propuso posteriormente para patrona a la Inmaculada Concepción “porque erra de la devoción del lugar”.

La primitiva imagen de la patrona no es la que hoy se venera en la capilla, aquella se encontraba en la parroquia de Santa Rosa en Villaguay. Últimamente, y en ocasión de festejarse el 185 aniversario de la fundación de nuestra ciudad. La primitiva virgencita, la fundadora fue traída nuevamente a la parroquia de la Inmaculada, el recibimiento fue grandioso y emotivo. El pueblo se volcó por las calles de la ciudad a tributar el homenaje de fe y admiración a la imagen que presidio nuestros primeros pasos. (Ver: Inmaculada Concepción, la imagen fundadora)

El retorno de la Sagrada Imagen a su pueblo se debe en especial a los trabajos de investigación de José Nadal Sagastume, publicados oportunamente en el boletín parroquial en sucesivas ediciones con el título de “Apuntes para la historia” que coleccioné y guardo celosamente. Es esta una obra de investigación de gran valor, por la paciente búsqueda de datos en archivos locales y en las de otras parroquias en metódicas y atinadas conexiones. Merece su publicación en un tomo, pues es un aporte valiosísimo para la historia integral de nuestra ciudad. Es de esperar que los verdaderos apasionados  por el pasado que nos atañe, tomen la iniciativa.

Volvamos a nuestro barrio; junto a la capilla y como era costumbre en la época, se habilitó el solar para el cementerio, habilitado hasta 1856.  Sobre la ubicación de este ha habido un error. Lo estaba en la manzana rodeada por las calles Malvar y Pinto, Washington (Hoy Dra. Ratto), 21 de Noviembre y Rivadavia. En esta manzana y no en la que se levanta la actual capilla, están enterrados los restos de  nuestros antepasados. En aquella se conservaba hasta hace relativamente pocos años un viejo panteón que resistía al tiempo.

Cuando se loteó, indebidamente para mi, dicha manzana fue demolida.  A este respecto existe una leyenda conocida por los viejos moradores de La Concepción y que oportunamente recordaremos. Cuando se niveló la calle malvar y Pinto, se hallaron filas de tumbas y algunas en la manzana que ocupa la actual capilla. Esto que asevero me ha sido confiado por viejos vecinos del barrio. Lo cierto es que al cavar los cimientos de la Escuela N° 48, se encontraron también filas de sepulturas. Además cuando se construyo el edificio del bar que está enfrente del actual templo, se encontró el osario. Algunos restos fueron depositados debajo del altar del mismo y otros junto al monumento con  una estrofa del poeta Delio Panizza. En éste se asegura que en ese sitio descansan los restos de La Delfina, la amante ocasional del Supremo Entrerriano. Allá los historiadores. La verdad es que nuestro primitivo Camposanto estaba entre las calles ya citadas y se había extendido a la próxima al sud, cuando la falta de espacio lo requirió.

Visito todos los años el antiguo barrio de La Concepción, entro en la capilla a orar ante la hermosa talla de la inmaculada, hablo con los vecinos, me intereso por sus vidas, oigo con atención sus leyendas, tradiciones y consejos que tiene sabor de fantasía, ingenio, pero sincera y por momentos me sitúo yo también, en aquella época deambulando por sus senderos entre el paisaje agreste, el cielo claro y la amplitud del campo verde moteado de bosquecillos. Me siento un poco integrante  de esa barriada que ha sabido conservar en el fondo la esencia de la tierra y la devoción a la Inmaculada Concepción.

Edición: Civetta, maría Virginia y Ratto, Carlos Ignacio. Texto extraído de: Gregorio Troncoso Roselli (publicado en diario “Provincia”, 1968)

La “Casa de Delio Panizza” y la adhesión a la Revolución de Mayo

Museo “Casa de Delio Panizza”, ex residencia de la familia Calvento. Foto de 1979

Cuenta el escritor Gregorio Troncoso Roselli, autor  de  una  publicación  sobre  Concepción  del Uruguay y descendiente de la familia Calvento,  que en la  vieja casona de  los Calvento (Hoy Museo Delio Panizza), donde él  asistía de niño con su familia,  vivía doña Manuela  Céspedes  y su  esposo  Fulgencio López.  

Manuela Céspedes  era  pariente  de  su  padre.  Recuerda  que  en  la  casona  aún   se  conservaban  un  candelabro de tres velas que pertenecieron a Narciso Calvento y un óleo pintado por  Victorica  de  don  Mariano  Calvento,  hijo  de  Narciso.

En una habitación de huéspedes –que  luego  se  transformó  en  el  aposento  de  Norberta Calvento–, se  hospedaron el Gral. Martín Rodriguez,  Díaz Vélez  y  el  Dr.  Manuel  Belgrano. Según  el autor  allí  se habría discutido en tertulia privada de vecinos el reconocimiento a la Primera Junta de Gobierno, aprobada oficialmente el 8 de junio de 1810.

El escritor Gregorio Troncoso Roselli en su libro “Evocaciones a la distancia” (Recuerdos de Concepción del Uruguay), evoca aquel momento:

Es tradición, tía Dolores me lo refirió muchas veces, allí en la casona de su abuelo Don Narciso Calvento (actual Museo Delio Panizza) en reunión de notables de la villa, se discutió y se acordó reconocer a la Junta de Mayo, el día 7 de Junio. Al día siguiente fue reconocida en sesión especial del Cabildo…. Al anochecer comienzan a llegar los primeros convocados: Miguel Díaz Vélez, José Aguirre, Belisario Céspedes, Joaquín, Agustín Urdinarrain, Domingo Morales, Melitón González, Octavino Benítez, Domingo Calvo, Mariano López; Francisco Ramírez, Antonio Salvatella, Juan José Irigoyen, Ramón Olivera y muchos otros. La asamblea contó con una treintena de asistentes, que ocupó la amplia sala de la casa…”Al día siguiente,8 de Junio, viernes, el Cabildo de nuestra ciudad, en sesión especial, reconoce al Primer Gobierno Patrio, librando a la misma, el siguiente oficio:”Exmo. señor: Acabamos de recibir con oficio de V.E del 1 del corriente, los impresos que manifiestan los justos motivos y fines de la instalación de la Junta Provisional Gubernativa de las Provincias Unidas del Río de la Plata, a nombre del señor Fernando Séptimo, y quedan dadas todas las disposiciones para que se lleven a debido efecto en el distrito de esta jurisdicción, cuanto V.E. se sirve prevenirnos. El más pronto envío del diputado de ésta villa y el puntual cumplimiento a las presentes y sucesivas órdenes de V.E. acreditan el celo y patriotismo de este vecindario a cuyo nombre tenemos el honor de felicitar a V.E. Nuestro Señor guarde de la vida de V.E. muchos años. Villa de la Concepción del Uruguay, 8 de junio de 1810.Exmo. Señor José Miguel Díaz Vélez, Domingo Morales, Agustín Urdinarrain, José Aguirre. Señores de la Junta Provisional Gubernativa de las Provincias Unidas del Río de la Plata”…

Gregorio Troncoso Roselli, Evocaciones a la distancia (Recuerdos de Concepción del Uruguay), Editorial Arismar, Buenos Aires, 1957.

El viejo puente de calle Suipacha

Viejo puente de la calle Suipacha (Foto: Jorge Haidar)

Pese que en la actualidad ya no existe, el lugar se lo conoce como “el puente de la Suipacha”. Nos acompañó hasta el año 2000 y hoy se está trabajando en la zona, realizando un entubado y colocando adoquines en los caminos aledaños, realzando la zona que permaneció “abandonada” durante mucho tiempo, siendo que ese barrio es dónde se reunieron los futuros habitantes de la ciudad y dónde estuvo también la primera capilla y el primer y tercer cementerio Uruguayense.

En la década de 1930, el Estado Nacional adquiere terrenos pertenecientes a Doña Teresa Arreseigor de López, para el ejército y Gendarmería.

El ejército (Regimiento 10 de Infantería de Montado) ya estaba en la ciudad, ocupando terrenos de lo que hoy es el barrio La Rural.

 A su vez el puerto local estaba en plena expansión hacia el Sur sobre el riacho Itape. Registraba un importante movimiento de buques que venían a cargar cereales.

Por iniciativa del Ing. Emilio Pereyra, Jefe de División Rio Uruguay del MOP (Ministerio de Obras Públicas), el gobierno nacional dispone de una partida de dinero, para la ampliación de la Costanera Paysandú (antes se llamaba Justo José de Urquiza).

En 1929 se inicia la pavimentación de la misma, terminándose en 1933.

En 1933, se muda a su nuevo emplazamiento el Ejercito, hasta 1935 que es trasladado y lo reemplaza “Agrupación de Zapadores Pontoneros”.

En 1934, la Municipalidad llama a licitación para la pavimentación de 198 cuadras del centro de la ciudad.

Simultáneamente el MOP, recibe la orden de pavimentar, las calles que llevaban al puerto, hoy desde Bvard Martínez e Irigoyen hasta Antártida Argentina y por esta hasta Artusi. Desde aquí al puerto. Por estos trabajos, el acceso al puerto se vio interrumpido y siendo imperioso llegar al lugar, fue necesario buscar otra alternativa.

Se eligió calle Suipacha, pero esta calle, se interrumpía por una cañada a la altura del barrio “La Concepción”, donde desaguaban las aguas de lluvias de la ciudad (Arroyo Las Animas).

A esto se sumaba que, para abrir la calle al Oeste, había que expropiar algunos terrenos privados y la Municipalidad no contaba con el dinero. Esto llevo a que los propietarios donaran sus terrenos. En 1937 el MOP y la Municipalidad dan inicio a los trabajos, estando terminado en unos meses (1938).

Como “proyecto Sur al Puerto”, nunca se usó, pero la obra permitió la unión con la populosa zona de la ciudad.

Texto: Andrés Rousseaux, Diario La Calle 7/3/99 

Edificio de los hoteles “Nacional”, “Nuevo Nacional” y “Concordia” y diario “La Calle”

Vista actual del edificio. Foto: Mabel Gómez

Por: Rousseaux, Andres René “El Edificio del diario La Calle y Rio Cable Visión“, de la Serie: Edificios Con Historia

El primer antecedente que se tiene sobre la existencia de un edificio en este lugar (Calles Moreno y Sarmiento, esquina noroeste), se remontan al plano levantado por el “Delineador Municipal” Don Victorio C. Guzmán, con el fin de elaborar un relevamiento de las defensas instaladas en la ciudad, ante un posible ataque de las fuerzas  del Gral. Ricardo Lopez Jordán.

En dicho plano, de fecha 25 de noviembre de 1873, se consigna sobre la calle De La Libertad (actual Moreno) “una construcción de de material con azotea de tejas”…. lo que fue en su momento la dirección y administración del diario La Calle.

Don José Romero, propietario de dicha manzana, fallece después de estos acontecimientos, dado que el l6 de Julio de 1874, su Viuda Doña Juana Lozada de Romero, otorga poder especial a Don Leandro Reynoso para que la represente en los “trámites ó juicios sucesorios de las propiedades de su esposo D. Jose Romero, ubicadas sobre la calle De La Libertad (Moreno),entre Buenos Aires (Sarmiento) y Entre Ríos (Alberdi), siendo éste el primer documento legal, que testifica la propiedad de los terrenos en cuestión

En el año l878, fallece Doña Doña Juana Lozada de Romero, dejando sus propiedades en herencia a sus dos hijas mujeres, Doña Prudencia Romero de Cabezón, la “mitad” del cuarto de manzana del terreno de la esquina de las calles Moreno y Alberdi; mientras que, a la Señora Doña Nicanora Romero de Savari, su otra hija, le correspondió el cuarto de manzana de la esquina de las calles Lima (Moreno) y Buenos Aires (Sarmiento),es decir, donde funcionara por muchos años  el diario La Calle.

El 5 de diciembre de 1878, Nicanora Romero, vende con derecho de “retroventa” (en la práctica una hipoteca sobre la propiedad) a Agustín M. Alió, la propiedad en cuestión. La venta se efectúa en al suma de $ 1000 pesos fuertes, cumplido lo pactado en dicha fecha, solicitando sucesivas prórrogas, hasta el 22 de noviembre de l880, en que se le abonan al Sr. Alió la suma de $ 1000 pesos fuertes, correspondiendo a la suma prestada más $ 340 pesos fuertes, en concepto de intereses, restituyéndose a Nicanora Romero el mencionado solar.

Ese mismo día, el matrimonio Romero-Savari, ante el escribano público D. Rafael Paradelo, “venden con derecho a retroventa”, al Sr Jacobo Gilbert la propiedad en la suma de $ 1.404 pesos fuertes, con derecho de recuperarla dentro de los dos meses, a contar de ésa fecha, sufriendo sucesivas prórrogas hasta el año 1882. En el año 1881, la Calle Lima pasa a llamarse Mariano Moreno o Moreno como se la conoce popularmente, manteniendo el nombre de Buenos Aires la actual Sarmiento.

El 16 de septiembre de l882, Braulio Savari, esposo de Doña Nicanora Romero compra, en realidad “levanta la hipoteca” de la propiedad de la calle Moreno y Buenos Aires, en la suma de $ 1500 pesos fuertes, con la intervención del Escriba no Rafael Paradelo.

Hotel Nacional:

Braulio Saravi, el 7 de Septiembre de l885, vende el edificio y terreno de su propiedad a Don Isidoro Cereda en la suma de $ 1900 pesos fuertes quién lo destinará a “Hospedaje”, dándole el nombre de “Hotel Nacional”, iniciándose de ésta manera una larga trayectoria, en este tipo de actividad comercial, de más de 50 años que iremos viendo.

El “Hotel Nacional” es explotado entre los años 1890 a 1894 por el matrimonio de Pedro José Barral y su esposa Doña Amabrosina Delaloye De Barral, continuando su explotación a partir de 1895 por parte de su propietario Isidoro Cereda. El 20 de diciembre de 1904. Isidoro Cereda, propietario del “Hotel Nacional” pone en “venta los útiles y muebles que conforman el patrimonio del hotel”, por haber decidido “retirarse de las actividades comerciales”, ofreciendo en arriendo-alquiler el edificio, según reza en el artículo publicado por el periódico local “La Juventud”.

El Hotel es arrendado,con todas sus existencias, al conocido comerciante de la ciudad Sr Carlos Gatti, quién se hace cargo el 6 de febrero de l905,introduciendo mejoras en las instalaciones y contratando personal especializado en Buenos Aires para el servicio de cocina y atención al público, ofreciendo un esmerado servicio de lunch, despedidas y banquetes. La explotación comercial del “Hotel Nacional”, por parte de Carlos Gatti, no dura mucho tiempo, dado que el 27 de Mayo de l906,se lo reintegra a su propietario Isidro Cereda, que continúa con su atención, dándole el nombre de “Nuevo Hotel Nacional”.

“Nuevo Hotel Nacional”.

El dueño introduce muchísimas mejoras, ofreciendo variados servicios de atención al público, incluso ofrece lugar para la “guarda de carruajes y caballos”, contratando la “ampliación del edificio sobre la calle Buenos Aires (actual Sarmiento) para aumentar el número de habitaciones disponibles y reformando otras, para dar mayores comodidades. El Sr. Isidoro Cereda, con su salud quebrantada, por una vieja dolencia, viaja a la Ciudad de Buenos Aires, para su atención médica, donde fallece en el Hospital Francés el 3 de Diciembre de 1906, a los 56 años de edad, siendo sepultado, en la Capital Federal.

La viuda de Cereda, queda a cargo del “Nuevo Hotel Nacional”, siendo declarada “única y universal heredera de todos los bienes” del Sr. Cereda por parte del Sr Juez de Primera Instancia en lo Civil y Comercial de Concepción del Uruguay.

Hotel “Concordia”

Doña Maria Zubeldia Guisti, vende las existencias del “Nuevo Hotel Nacional”, al conocido comerciante local Ángel Volanterio, qué a su vez “arrienda-alquila” el edificio para continuar su explotación como hotel, a partir del 8 de Junio de 1908, por cinco años, con opción a futuras renovaciones, acorde conformidad de la dueña de la propiedad.

Ángel Volanterio toma posesión el 1 de Julio de 1908 adoptando como primera medida, el cambio del nombre que tenía, por el de “Hotel Concordia”, realizando  importantes mejoras, entre ellas, la de “agrandar el Salón Comedor hasta la esquina (se refiere a la de las actuales calles Moreno y

Sarmiento), pasando el “despacho de bebidas a la habitación contigua, con comunicación a la calle. Además, ha adquirido en Buenos Aires, una importante partida de cristalería y lozas, para atender con esmero las comidas y banquetes que se le encomienden. Entre otras importantes innovaciones realizadas al edificio, es la colocación de alumbrado y campanillas eléctricas, en todas las habitaciones, las que serán equipadas con nuevos muebles, adquiridos en una conocida casa del ramo de la Capital de la República, anexando a partir del 4 de Junio de ése año un fiambrería.

Inaugurando su moderno comedor, el día 7 de Agosto de 1908,se sirve una cena, para despedir de la vida de soltero al joven caballero de la sociedad Uruguayense Héctor M. Herrerra, ofrecida, por un grupo de amigos, con motivo de su enlace con la Señorita Joaquina Yañez.

El 1 de Junio de 1933, Ángel Volanterio, renueva el contrato de arriendo-alquiler por dos años más, con opción a un futura renovación por igual lapso, fijándose en $ 255 pesos mensuales para los dos primeros años y en $ 300 pesos mensuales, para el futuro contrato. Al vencer el contrato mencionado, el 1 de junio de 1915, Ángel Volanterio, no renueva el arriendo del edificio del “Hotel Concordia”, en razón que en sus planes comerciales, tenía previsto dedicarse a la explotación de la Confitería y Cine del ex salón “Uruguay” (intercepción de las actuales calle Galarza y Urquiza, hoy Confitería Grow),hacho que se lleva a cabo, inaugurándolo, en sociedad con el Sr Cabrera, el jueves 6 de Mayo de l915, con el nuevo nombre de Confitería y Cine “Esmeralda”.

El “Hotel Concordia”, permanece cerrado hasta el 1 de enero del 19l6, fecha en que nuevamente abre sus puertas, bajo la dirección de los hermanos Marcial (Nemesio y Eustaquio),que eran familiares del viuda de Cereda, manteniendo su anterior nombre. Los nuevos administradores, introducen modificaciones en el edificio, incorporando mayores comodidades para los pasajeros y el “servicio de viandas a domicilio”, manteniendo los de lunch y banquetes.

El 1 de abril de 1920,el “Hotel Concordia” pasa a ser explotado por la sociedad de los Señores Luis Perematheu y B. Gautemein, quienes adquieren los muebles y demás enseres a los Srs. Nemesio y Eustaquio Marcial, continuando la propiedad del edificio en manos de la Sra. María Zubeldia viuda de Cereda, quién lo alquila por el término de dos años a contar de ésa fecha. Los nuevos propietarios, son experimentados profesionales del comercio hotelero, ofreciendo al público y visitantes extranjeros su especial atención, hablando la Gerencia los idiomas de “Inglés-Francés y Alemán”.

El 1o de abril de 1923, renueva el contrato de alquiler del edificio, por el término de cinco años a contar de ésa fecha el Sr Luis Perematheu solamente.

El día 14 de abril de 1924, siendo aproximadamente las 23,30 horas, un cortocircuito produce un  incendio en el despacho de bebidas del “Hotel Concordia”, quemándose totalmente ése local, no habiendo tomado mayores proporciones, por las personas que se encontraban presentes en el local que lograron sofocarlo.

El 15 de Octubre de 1925, la propiedad pasa a nombre de los herederos de Maria Zubeldia Guisti viuda de Cereda, Nemesio y Eustaquio Marcial

En el año 1927,los hermanos Nemesio y Eustaquio Marcial ,adquieren por compra judicial el terreno lindante al norte de su propiedad con un frente de 6 metros y 23,04 metros de fondo, con una superficie aproximada de 138 metros2.

El 1 de Abril de l928, finaliza el contrato de alquiler del edificio del “Hotel Concordia” con el Sr Luis Perematheu, que no renueva el contrato de locación, cerrando el hotel las puertas después de más de 30 años de actividad comercial en el ramo

El principal inconveniente, que tenía el edificio del hotel, era que, acorde las disposiciones municipales vigentes, a partir del 1 de enero de l928, todas las propiedades de la ciudad ubicadas dentro de un determinado radio desde la plaza Ramírez, debían instalar los servicios de aguas corrientes, cloacas y suministro de energía eléctrica, por parte de la nueva usina nacional.

El edificio del “Hotel Concordia”, es sometido a diversas reparaciones y construcción de baños, acorde las nuevas normas vigentes para adaptarlo a las exigencias de los usuarios por parte de sus propietarios Señores Nemesio y Eustaquio Marcial.

Los propietarios de la finca la alquilan el día 3 de Abril de 1928,a los hermanos Pedro Antonio y Isidoro Jose Pirovani hoteleros de la localidad de Basavilbaso, donde explotaban el conocido “Hotel Paris”, de ésa ciudad, pasando a radicarse en Concepción del Uruguay, firmando el correspondiente contrato de locación por el término de tres años a contar de ésa fecha, con opción a cinco años más, a razón de $ 450 pesos m/n mensuales, girando comercialmente bajo la razón social de “Pirovani Hnos”, teniendo a su cargo la explotación comercial del “Hotel Concordia”.

En el año 1930,la razón social “Pirovani Hnos”, pasa a denominarse “Pedro Antonio Pirovani y Cia”. El 29 de Agosto de 1936, Nemesio Marcial compra a su hermano la propiedad de la calle MORENO N° 129 y 149 y el terreno anexo-

La antigua Calle Buenos Aires, cuyo nombre mantenía desde el año 1850, por ordenanza municipal N° 1073 de fecha 26 de Agosto de 1938,pasa a llamarse “Sarmiento” que a la fecha mantiene.

El 1 de Abril de 1940,la Señora Maria Luisa Colombo De Marcial, con la venia de su esposo Nemesio Marcial, vende al Sr. Pedro Antonio Pirovani y a su esposa Elba Cornelia Angela Justet la referida propiedad y el terreno aledaño, al norte del edificio del “Hotel Concordia”. La venta se efectúa en la suma de $ 50.000 m/n correspondiendo al edificio el hotel la suma de $ 45.000 y $ 5.000 por el terreno anexo. En el año 1947, esta firma, pone en venta el prestigioso “Hotel Concordia”, incluyendo el edificio y existencias, prosiguiendo sus actividades comerciales hasta su concreción.

EL 9 de Enero de 1970, Editora La Calle, recepciona la nueva máquina impresora, la primera en su tipo, en un diario Uruguayense, que le permitirá tirar 4000 ejemplares por hora, y en forma automática los dobla y corta. La máquina, es instalada en el local de calle Moreno 139, iniciándose el traslado de la dirección, oficinas y talleres al mismo, lo que motiva que en ése período, las ediciones del diario, salgan a la calle, con un tiraje reducido debido que todo el personal, se encuentra abocado a la mudanza. El 28 de Enero de 1970, queda concluido el traslado del Diario “La Calle” a su propio edificio, simultáneamente se pone en marcha la moderna impresora rotoplana, que a un costo millonario se ha adquirido para la impresión del diario, siendo su Director el profesor Leopoldo Broëdl.

A partir del 14 de Junio de 1991,en el edificio del Diario “La Calle” comienza a emitir el Canal de cable “Rio Cable Visión” ,estando presente en su inauguración el Sr. presidente de la Nación Dr Carlos Saúl Menem, incorporándose otro hito en la historia de este antiguo edificio de la ciudad.

Durante los años 1995/1997,las necesidades propias de un diario moderno y en continua evolución como lo eran “La Calle” y del “Canal Rio Cable Visión” ,motiva que la empresa encare importantes modificaciones, en su estructura interior, manteniendo su fachada.

El edificio, sin ningún tipos de dudas, tiene más de un siglo de existencia, habiendo sido casa de familia, cuartel, cantón de defensa, hoteles como “Nacional”, “Nuevo Hotel Nacional” y ” Concordia”, del Diario “La Calle”, ” Rio Cable Visión” y la Radio FM “Sensaciones” 90.5 , Hoy, abandonado luego una disputa judicial entre los dueños y antiguos empleados, sigue esperando por alguien que lo vuelva a la vida y no lo deje caer víctima de la piqueta para construir en ese histórico lugar un nuevo edificio en torre.

Puerto nuevo: Capilla Stella Maris

Capilla Stella Maris (Foto: 03442.com)

Terminado el mes de octubre de 1959, se realizó en nuestra ciudad una Santa Misión, terminábamos de vivir una catástrofe natural, la crecida del rio Uruguay más alta de que se tenga memoria, recordemos que el 17 de abril de 1959 el río registró una  altura de 10,22 metros.

En el barrio “Puerto Nuevo”, el padre Misionero Rolando Federico, toma la iniciativa conquistando varias almas, fruto de concretos de la inspiración divina.

Al no tener un espacio físico para reunirse la Prefectura Naval Marítima, presta un galpón para realizar las celebraciones, donde se dieron Misas de Campaña.

Esto llevo a que el barrio viera la necesidad de tener una capilla, la que decidió por cercanía de la Prefectura estuviera bajo la advocación de la Virgen Stella Maris.

Se formó una comisión en presencia del padre Juan Ángel Fiorotto, presidida por la Señora María Angélica D. de Alfonso, quien fue acompañada por los vecinos: Bernay, Cherot, Grandi, Rizzo, Chichi, Ratto, Parodi, Costa, D`Agostino, Minaglia, Donatti entre otros.

Con diferentes beneficios se pudo comprar un terreno, en 8 de junio y Máximo Álvarez, esto ocurrió con el permiso del obispo Monseñor Jorge Chalup en 1960.

Los planos y presupuestos estuvieron a cargo del Almirante Gastón Clement.

La imagen donada por Don Elbio, de 1,35 metros de altura, hecha en cerámica y comparada en casa Majo de Buenos Aires.

Así nace la capilla de estilo sencillo, moderno y acorde a las normas sacras. Fue consagrada el 29 de octubre de 1967, por el obispo de Gualeguaychú, Pedro Boxler.

Recuerdo que mi abuela Elvira Ratto de Conci donó monedas viejas que tenía para, con ellas, fundir la campana del templo.

Bibliografía: Boletín Parroquial Basílica Inmaculada Concepción, septiembre de 2017