La Delfina

Placa que recuerda a La Delfina en el barrio “La Concepción” (Foto: Mabel Gómez)

El 28 de junio de 2022, se cumplen 183 años de la desaparición física de La Delfina, persona que al igual que muchos aspectos de la vida del Supremo Entrerriano, como su figura y rostro, es otro misterio que rodea al caudillo Francisco Ramírez.

Se habla de cuatro mujeres que influyen en su vida, su madre Tadea Jordán, su novia Norberta Calvento, Dominga Romero, madre de sus dos hijos y La Delfina.

La Delfina, es la mujer que veneramos los entrerrianos. En nuestra Plaza Principal, Francisco Ramírez, se encuentra desde hace poco tiempo, y por gestiones del escultor local Mario Morasán,  su monumento que fuera realizado por la escultora de la ciudad de Gualeguaychú, Adela Pérez Cheveste. Su emplazamiento primitivo fue en Costanera Norte, entre el Monumento a la República (Monumento a las manos) y el Yacht Club.

Lamentablemente vándalos, una noche lo destruyeron. Los restos fueron juntados por la Municipalidad y años más tarde el artista local Mario Morasán lo rescata y se emplaza en Plaza Gral. Francisco Ramírez.

Que decir de ella, algunos la imaginan morocha otros pelirroja, todos coinciden en que fue una mujer muy bella. Traída por nuestro caudillo, del sur de Brasil, presumiblemente como prisionera. De nacionalidad portuguesa.

La Sra. María Luisa Zaffaroni, en su libro Los Cuatro Amores del Gral., Francisco Ramírez dice:

“Delfina, la inseparable compañera. La portuguesa, La Coronela de las Montoneras”

Haciendo referencia que fue la mujer que acompaño en las campañas a Francisco Ramírez. Debe haber sido muy importante ya que transcendió hasta nuestros días. Ella ve morir a nuestro caudillo, la leyenda dice que Ramírez detuvo su huida para salvarla y ahí es dónde es ultimado, y luego fue traída por los pocos soldados que quedaban de regreso a concepción del Uruguay, donde vivió hasta su muerte.

Se dice que vivió en un rancho, ubicado en calles Suipacha y Lucas Piris. Superando al caudillo en 18 años.

Mucho no se sabe de ella, Yorga Salomón, nos cuenta que esta mujer fue pretendida también por Mansilla, pero ella lo rechaza.

Y Leoncio Gianello, en su novela “Delfina”, narra la pasión que despertaba esta dama. Y nos cuenta que, al enterarse Ramírez, se enoja y zamarreándolo y haciendo uso del uniforme lo amenazo, – “Atendé Mansilla, atende a lo que debes hacer y acordate desde hoy hasta siempre que ni el pensamiento, ni los ojos se ponen en lo que yo quiero”.

También narra que después de la muerte de Francisco Ramírez, fue pretendida por el Comandante Portes, hombre de la familia que había criado a María Delfina en su orfandad y en un momento dado, llevado por su mala pasión, intenta ultrajar a Delfina, la que es defendida por el negro Comandat, esclavo de Norberta Calvento, quien le da muerte a Porte, señalando:

“Ella…robó la dicha de mi amita Norberta… Pero el Supremo la amaba…por eso es como si juera (sic) sagrada para mi”

Esta mujer que despertó tanta pasión, falleció el 28 de junio de 1839, el acta de defunción dice María Delfina o Delfín, como indicando que de nombre seria María y apellido Delfina o Delfín…, se encuentra en libro de la Basílica de la Inmaculada Concepción y se presume que sus restos descansan en inmediaciones de la capilla La Concepción.

En el Monumento que se levantó en memoria a los Primeros Pobladores del lugar hay una placa que la recuerda.

Texto: Virginia Civetta. Bibliografía: Salomón, Yorga “Francisco Ramírez, Motivos del Caudillo”; Zaffaroni, María Luisa “Los cuatro amores del Gral. Francisco Ramírez”; Gianello, Leoncio “Delfina” (novela) y Nadal Sagastume, José “Nuestra Parroquia de la Inmaculada Concepción”.

 

 

4/6/1952 – Felipe Texier asume la gobernación de Entre Ríos

Felipe Texier. Gobernador de Entre Ríos (1952-1955)

El 4 de junio de 1952 Felipe A. Texier asume el gobierno de Entre Ríos. Elegido como representante del Partido Peronista, en fórmula con Miguel Ángel Torrealday como vicegobernador. Es primer gobernador electo sin colegio electoral tras la reforma constitucional de 1949.

El 11 de noviembre de 1951, durante la Gobernación de Entre Ríos del General de División (R) Don Ramón Amancio Albariño, se llevaron a cabo las Elecciones de renovación de autoridades Provinciales, en las cuales triunfó el Partido Peronista, consagrando como nuevo Gobernador al Señor Don Felipe A. Texier y Vicegobernador al Profesor Don Miguel Ángel Torrealday.

Felipe Texier Egresó del Colegio del Uruguay, de donde fue profesor de historia desde 1921 y posteriormente rector entre 1948 y 1952, cuando abandona el puesto siendo electo gobernador. Había alcanzado la rectoría de aquel instituto tras el desplazamiento de Luis Grianta por motivos políticos.

Durante su gestión el banco provincial pasó a ser una sociedad mixta, como así también se construyeron algunos caminos y viviendas económicas. Se destaca el encargo de un estudio para la construcción del túnel subfluvial entre Paraná y Santa Fe. 

Fue depuesto por el golpe de estado nacional el 16 de septiembre de 1955. Su período debía terminar el 4 de junio de 1956.

Sus restos descansan en el Cementerio de Concepción del Uruguay (Ver: Panteón de Felipe Texier). Una calle de Paraná lleva su nombre en su homenaje. Paradójicamente, en esta ciudad, no existe una calle con su nombre. 

(Fuentes: Archivo General de Entre Ríos – Secretaría de Cultura, Prof. Damián D. Reggiardo Castro y Silvia Texier)

La Fundación de Concepción del Uruguay

Plano tipo que utilizó Tomás de Rocamora para fundar Concepción del Uruguay
 
El 11 de Febrero de 1783, Rocamora le informaba al virrey había sido su propósito “marchar al Arroyo de la China a principiar por allí el planteo de las nuevas poblaciones, como pide el fiscal en el expediente respectivo”.
El día amaneció frío v nublado. Un viejo poblador, cargado de años y experiencia, pronosticó lluvias v tormentas. Rocamora se apresuró a reunir a los vecinos más caracterizados del paraje del Arroyo de la China, con los que realizó, como diligencia preliminar, el examen de los terrenos circundantes. Según era de prever, resultó imposible lograr unanimidad respecto al sitio en que habría de erigirse la villa. Algunos de los vecinos consultados se pronunciaron en favor del antiguo puerto de Echarrandieta ubicado al sur del Arroyo de la China, en cuyos alrededores se habían realizado los primeros asentamientos y donde, posiblemente, se habría levantado en 1778 la capilla gestionada por León Almirón. 
Frente a esa situación, Rocamora optó por la persuasión. Por llevar al ánimo de todos los pobladores la convicción de que aquel lugar estaba muy lejos de ser el más indicado para el emplazamiento de un pueblo. Fundamentalmente por la estrechez del terreno, que por un lado terminaba en una barranca y por el otro en una cañada. Dijo Rocamora: “No es en el puerto de Echarrandieta, que solicitaba este vecindario, y sobre el lugar de la capilla pleiteada, que se desechó por ser una cuchilla alta, larga y muy estrecha con barrancas a un lado y cañadas al otro, mas propia para ermita de campo que para parroquia de una población formal; distará de este paraje, media legua al SE”.
La decisión fue entonces tomada. El pueblo sería erigido al norte del arroyo de la China, sobre una cuchilla situada en la rinconada que forma dicho arroyo antes de desembocar en el Uruguay, separado por una isla. El sitio elegido se hallaba, pues, media legua al norte del puerto de Echarrandieta, arroyo de la China por medio: el que corría a trescientos pasos al sur de la nueva población.
“De suerte que esta situación, expresó Rocamora al virrey, hallándose casi en el extremo de la rinconada o confluencia del arroyo y río, y presentándose de alto a bajo, se granjea por la parte del agua que creo principal, la vista más delicada y agradable”.
El lugar se encontraba cubierto de espinillos y malezas Era necesario; pues, como primera medida, desbrozar el terreno. Rocamora reunió a los vecinos más cercanos para realizar esa tarea, pero esa acción no pudo desarrollarse ya que se desencadenó una fuerte lluvia que obligó a suspender los trabajos. Fue necesario esperar algunos días. La lluvia cesó al fin pero nada podía hacerse mientras la tierra no se secara. Llegado el momento oportuno, Rocamora ordenó el inicio de la tarea La yesca cobro fuego rápidamente. En solo tres días toda la maleza fue quemada. Por delante quedaba la dura faena del talado. Hachas y machetes cayeron entonces sobre talas: algarrobos y espinillos. 
La tarea de limpiar la tierra y nivelar la parte en que debía establecerse el centro de la villa, llegó felizmente a su término. El tiempo que ella había demandado no había sido mucho, sobre todo si se lo compara con el que exigió la planificacion de Gualeguay y Gualeguaychú.
Rocamora procedió entonces a concretar el segundo paso: delinear y amojonar los sitios, las calles y la plaza, para lo que siguió exactamente el mismo plan y orden que aplicara en Gualeguay. Por cierto que conocernos algunos detalles de ese plan, previamente expuesto al virrey. La plaza de la villa estaría ubicada con sus ángulos mirando a los cuatro puntos cardinales; se reservarían sitios para la iglesia, el cabildo, la cárcel y haciendas para los habitantes. De la plaza arrancarían cuatro calles principales Y ocho angulares con la anchura correspondiente; las casas se construirían de paja y palo a pique embostado: aunque los vecinos más acomodados podrían utilizar ladrillos de adobe. Estas construcciones se levantarían en el centro de la línea del frente de cada sitio, con el objeto de evitar la propagación de posibles incendios. Cada vecino debería cercar su predio con palos a pique o estacas verdes de sauce. Las cocinas deberían hacerse “a la espalda de los ranchos de habitación; con el posible intermedio para evitar las desgraciadas comunicaciones del fuego, que esta gente conserva día y noche: para su mate y sus asados”.
Llegó, al fin, el momento tan esperado. Allí estaban los hasta entonces dispersos pobladores del Arroyo de la China, a quienes Rocamora había convencido para reunirse en un pueblo formalmente establecido, con autoridades locales que velasen por los intereses de la comunidad. Eran más de un centenar de familias esperanzadas en un mejor porvenir. El comisionado Rocamora procedió a distribuir los correspondientes sitios, y cada jefe de familia asumió el compromiso de comenzar, lo más pronto que les fuera posible, el cercado de los mismos y la edificación de sus viviendas.
Luego de ello, Rocamora expreso al virrey. “Hasta ahora he repartido 153 sitios; ya se ha empezado el laboreo de las casas. Hay aquí gente de alguna aplicación, y creo que será sin mucho dilatarse un lugar bonito y bien poblado”.
Para que la nueva villa quedase formalmente constituida era necesario la elección del cabildo – Alcalde y regidores- a cuyo cargo estaría el gobierno de aquélla y la defensa de los intereses del vecindario. La elección de los cabildantes -ad referéndum del virrey- fue comunicada a este funcionario mediante el oficio elevado por Rocamora con fecha 25 de junio de 1783. Lamentablemente, al que lo ocurrido con la fundación de Gualeguay, no se ha podido hallar el acta de elección del primer cabildo Uruguayense. No obstante la carencia de este importante documento, la paciente labor de los historiadores ha permitido salvar del olvido el nombre de los primeros cabildantes de la villa. Ellos fueron: alcalde, Juan del Mármol; regidores: Jose de Segovia, Pedro Martín de Chanes (o Echaniz, Domingo Leyes, Felipe López, Leandro Salvatella, Manuel Rico del Camino, Lorenzo Ayala, Gonzalo Ferragut, Miguel Martínez y Miguel Godoy.
Hacendados como Mármol, Segovia, Chanes, Leyes, Lopez; labradores como Salvatella y Godoy, pulpero como Rico del Camino, asumieron la responsabilidad de servir a la comunidad. Sólo restaba para perfeccionar el acto de fundación, dar nombre a la nueva villa. El cura del lugar se había empeñado, desde hacia tiempo, en que el Partido del Arroyo de la China llevase el nombre de San Sebastián, en homenaje al obispo Malvar y Pinto, pero Rocamora insistió ante el virrey para que la villa y la zona bajo su jurisdicción tuviese el nombre de la Patrona de la Parroquia; la Purísima Concepción. “Por dignidad, por posesión y por afecto -expreso al virrey- prefiero la reina de los santos todos. Con el nombre de la Concepción del Uruguay, se titularía gloriosamente la población v su distrito”.
El virrey Juan José de Vértiz, por resolución fechada el 12 de julio de 1783, aprobó la elección de los primeros cabildantes Y el nombre para “el nuevo pueblo del Arroyo de la China, que deberá titularse la Concepción del Uruguay”. Quedaba entonces finalizado el proceso que daría origen y entidad a nuestra Concepción del Uruguay.Texto: Urquiza Almandoz, Oscar, “Historia de Concepción del Uruguay”, Tomo I, Comisión Técnica Mixta de Salto Grande, 2002 (Se puede descargar en: http://www.logiawashington.org.ar/010.htm)

Inmaculada Concepción, la imagen fundadora

Esta imagen de la Purísima Concepción, fue donada por el Cabildo de Buenos Aires hacia 1781, presidio la vida de hombres y mujeres que dieron vida a la Villa del Arroyo de La China a `partir de 1783, a la hoy ciudad de Concepción del Uruguay.

“Ante esta imagen, Tomas de Rocamora dio nombre a la ciudad y ante ella fueron bautizados los dos máximos prohombres de Entre Ríos, en 1786, Francisco Ramírez y en 1801, Justo José de Urquiza.

“Hasta 1851, la imagen de la Purísima había permanecido en diferentes templos locales que se sucedieron. A fines de ese año, desaparecen datos de la misma en los archivos parroquiales. Es posible que haya sido entregada por el Pbro. Céspedes a la familia Echaniz, para su custodia y guarda. En estas manos permanecerá la pequeña imagen hasta 1938, año en que Catalina Echaniz, por medio de su sobrino Fidel Adrián Zaballo la entrega a la Parroquia de Villaguay.

“Por años esta Parroquia Basílica requirió la intervención del Obispo de Gualeguaychú y el Arzobispo de Paraná para que – contando con la conformidad de los descendientes de esa familia – la imagen retorne a esta ciudad.

“Realizado nuevamente este pedido, y habiendo acordado ambos prelados, en el mes de octubre de 2013, el Párroco de la Iglesia de Santa Rosa de Lima de Villaguay, Hizo entrega al Párroco de la Iglesia de la Inmaculada Concepción Pbro. Jorge Almeida y a la Comisión de Archivo y Patrimonio Histórico en la figura del Prof. Adrián Bertolyotti de la imagen en cuestión.

Nuevamente la Histórica estatua de la Madre de Jesús está en la Parroquia y en la ciudad que vio nacer y a los cuales su nombre dio.”

Copia fiel de la placa que acompaña a la imagen en Basílica de la Inmaculada Concepción

La “Casa de Delio Panizza” y la adhesión a la Revolución de Mayo

Museo “Casa de Delio Panizza”, ex residencia de la familia Calvento. Foto de 1979

Cuenta el escritor Gregorio Troncoso Roselli, autor  de  una  publicación  sobre  Concepción  del Uruguay y descendiente de la familia Calvento,  que en la  vieja casona de  los Calvento (Hoy Museo Delio Panizza), donde él  asistía de niño con su familia,  vivía doña Manuela  Céspedes  y su  esposo  Fulgencio López.  

Manuela Céspedes  era  pariente  de  su  padre.  Recuerda  que  en  la  casona  aún   se  conservaban  un  candelabro de tres velas que pertenecieron a Narciso Calvento y un óleo pintado por  Victorica  de  don  Mariano  Calvento,  hijo  de  Narciso.

En una habitación de huéspedes –que  luego  se  transformó  en  el  aposento  de  Norberta Calvento–, se  hospedaron el Gral. Martín Rodriguez,  Díaz Vélez  y  el  Dr.  Manuel  Belgrano. Según  el autor  allí  se habría discutido en tertulia privada de vecinos el reconocimiento a la Primera Junta de Gobierno, aprobada oficialmente el 8 de junio de 1810.

El escritor Gregorio Troncoso Roselli en su libro “Evocaciones a la distancia” (Recuerdos de Concepción del Uruguay), evoca aquel momento:

Es tradición, tía Dolores me lo refirió muchas veces, allí en la casona de su abuelo Don Narciso Calvento (actual Museo Delio Panizza) en reunión de notables de la villa, se discutió y se acordó reconocer a la Junta de Mayo, el día 7 de Junio. Al día siguiente fue reconocida en sesión especial del Cabildo…. Al anochecer comienzan a llegar los primeros convocados: Miguel Díaz Vélez, José Aguirre, Belisario Céspedes, Joaquín, Agustín Urdinarrain, Domingo Morales, Melitón González, Octavino Benítez, Domingo Calvo, Mariano López; Francisco Ramírez, Antonio Salvatella, Juan José Irigoyen, Ramón Olivera y muchos otros. La asamblea contó con una treintena de asistentes, que ocupó la amplia sala de la casa…”Al día siguiente,8 de Junio, viernes, el Cabildo de nuestra ciudad, en sesión especial, reconoce al Primer Gobierno Patrio, librando a la misma, el siguiente oficio:”Exmo. señor: Acabamos de recibir con oficio de V.E del 1 del corriente, los impresos que manifiestan los justos motivos y fines de la instalación de la Junta Provisional Gubernativa de las Provincias Unidas del Río de la Plata, a nombre del señor Fernando Séptimo, y quedan dadas todas las disposiciones para que se lleven a debido efecto en el distrito de esta jurisdicción, cuanto V.E. se sirve prevenirnos. El más pronto envío del diputado de ésta villa y el puntual cumplimiento a las presentes y sucesivas órdenes de V.E. acreditan el celo y patriotismo de este vecindario a cuyo nombre tenemos el honor de felicitar a V.E. Nuestro Señor guarde de la vida de V.E. muchos años. Villa de la Concepción del Uruguay, 8 de junio de 1810.Exmo. Señor José Miguel Díaz Vélez, Domingo Morales, Agustín Urdinarrain, José Aguirre. Señores de la Junta Provisional Gubernativa de las Provincias Unidas del Río de la Plata”…

Gregorio Troncoso Roselli, Evocaciones a la distancia (Recuerdos de Concepción del Uruguay), Editorial Arismar, Buenos Aires, 1957.

El viejo puente de calle Suipacha

Viejo puente de la calle Suipacha (Foto: Jorge Haidar)

Pese que en la actualidad ya no existe, el lugar se lo conoce como “el puente de la Suipacha”. Nos acompañó hasta el año 2000 y hoy se está trabajando en la zona, realizando un entubado y colocando adoquines en los caminos aledaños, realzando la zona que permaneció “abandonada” durante mucho tiempo, siendo que ese barrio es dónde se reunieron los futuros habitantes de la ciudad y dónde estuvo también la primera capilla y el primer y tercer cementerio Uruguayense.

En la década de 1930, el Estado Nacional adquiere terrenos pertenecientes a Doña Teresa Arreseigor de López, para el ejército y Gendarmería.

El ejército (Regimiento 10 de Infantería de Montado) ya estaba en la ciudad, ocupando terrenos de lo que hoy es el barrio La Rural.

 A su vez el puerto local estaba en plena expansión hacia el Sur sobre el riacho Itape. Registraba un importante movimiento de buques que venían a cargar cereales.

Por iniciativa del Ing. Emilio Pereyra, Jefe de División Rio Uruguay del MOP (Ministerio de Obras Públicas), el gobierno nacional dispone de una partida de dinero, para la ampliación de la Costanera Paysandú (antes se llamaba Justo José de Urquiza).

En 1929 se inicia la pavimentación de la misma, terminándose en 1933.

En 1933, se muda a su nuevo emplazamiento el Ejercito, hasta 1935 que es trasladado y lo reemplaza “Agrupación de Zapadores Pontoneros”.

En 1934, la Municipalidad llama a licitación para la pavimentación de 198 cuadras del centro de la ciudad.

Simultáneamente el MOP, recibe la orden de pavimentar, las calles que llevaban al puerto, hoy desde Bvard Martínez e Irigoyen hasta Antártida Argentina y por esta hasta Artusi. Desde aquí al puerto. Por estos trabajos, el acceso al puerto se vio interrumpido y siendo imperioso llegar al lugar, fue necesario buscar otra alternativa.

Se eligió calle Suipacha, pero esta calle, se interrumpía por una cañada a la altura del barrio “La Concepción”, donde desaguaban las aguas de lluvias de la ciudad (Arroyo Las Animas).

A esto se sumaba que, para abrir la calle al Oeste, había que expropiar algunos terrenos privados y la Municipalidad no contaba con el dinero. Esto llevo a que los propietarios donaran sus terrenos. En 1937 el MOP y la Municipalidad dan inicio a los trabajos, estando terminado en unos meses (1938).

Como “proyecto Sur al Puerto”, nunca se usó, pero la obra permitió la unión con la populosa zona de la ciudad.

Texto: Andrés Rousseaux, Diario La Calle 7/3/99 

La primera municipalidad y los intendentes 1873-1983

Primer lugar de funcionamiento de la Corporación Municipal, ese edificio luego paso a formar parte hacia 1890 del Hotel París

Galería de intendentes 1873-1983 al final del artículo.

La Sección 10 de la Constitución provincial aprobada en 1860 estableció la constitución de municipalidades en todos los departamentos de Entre Ríos y, aunque el Art. 6° establecía un plazo de 3 años para esto, diversas causas pospusieron el cumplimiento de este punto. Recién en 1872 se dicto la Ley orgánica de los municipios compuesta de 7 capítulos y 92 artículos, que entre otras cosas, establecía que en los municipios de las ciudades estarían conformados por once miembros titulares e igual número de suplentes, renovándose la mitad cada dos años,

Promulgada esta Ley, en Concepción del Uruguay, el 1° de octubre de 1872 se abrió el registro de vecinos a efectos de confeccionar el padrón correspondiente. La junta fue presidida por el Juez de Paz y compuesta por dos vecinos propietarios, designados por el Jefe Político. Cualquier cuestión que se suscitara sobre falta de inscripción o inscripción indebida en los registros, sería resuelta por un “iuris” integrado por el coronel Pedro M. González Y los señores José Barreiro Bavio y Patricio Roca, todos vecinos de Concepción del Uruguay.

Confeccionados los padrones correspondientes, el gobierno entrerriano convocó a elecciones para municipales en todo el territorio provincial, menos en Paraná donde ya existía Municipio, las que se llevaron a cabo el 1° de diciembre de 1872. Ese día, en Concepción del Uruguay, participaron en los comicios los ciudadanos mayores de dieciocho años y los extranjeros mayores de veintidós; “que ejercieran algún arte o profesión, o que pagasen contribución directa o de aduana, o de patente que no bajara de diez pesos, o que supieran leer y escribir y que estuvieran domiciliados en el Municipio desde un año antes de la elección y que se hallasen inscriptos en el registro municipal”.

Les estuvo vedado participar en las elecciones a “los deudores del tesoro público, que ejecutados legalmente que no hubiesen cubierto la deuda; los que estuvieran privados de la administración de sus bienes; los quebrados fraudulentos, declarados tales por sentencia y los procesados en causa criminal por delito que hubiese merecido pena corporal o infamante o los condenados a dichas penas”.

El 1 de diciembre, a las siete de la tarde se clausuró el acto comicial. Efectuado el escrutinio, cuyo resultado fue aprobado por el Poder Ejecutivo veinte días después, resultaron electos para integrar la primera Municipalidad de Concepción del Uruguay, las siguientes personas: Titulares: José M. Zapiola, Luis Scappatura, Jose Antonio de Urquiza, Federico Guido; Enrique González, Francisco Ratto, Antonio L. Piñón, José Aguirre, Francisco Deschamps,  Juan Guimaraens y Lorenzo Barceló. Suplentes: Roberto Cremen, Ciriaco Allende, José Ubach, Domingo Rondoni, Porfirio G. Tenreyro, Pedro D. López, Plácido Guerrico, Antonio Panicera, Andrés Paulsen, Francisco Calot y José Ballestrín.

De acuerdo con lo dispuesto por la ley Orgánica de Municipalidades; en la primera sesión que se efectuara debía procederse al nombramiento de un presidente y vicepresidente que durarían un año en el cargo, aunque podían ser reelectos por un período más.

A fines de diciembre el gobierno dispuso que la instalación de la Municipalidad de Concepción del Uruguay se efectuara el 1° de enero de 1873. El secretario de la Jefatura Política, en representación del gobierno, presidió el acto. Fijada la fecha de la primera sesión para el día 3 de enero, se efectuó en esa oportunidad la elección de las autoridades de la primera Municipalidad, resultando elegidos el señor Antonio Piñón como presidente yel señor Luis Scappatura como vicepresidente.

La Sede. Las primeras reuniones de la corporación municipal se realizan en los salones de la planta alta del “Club Casino URUGUAY”, luego funcionó en una de las casas del General Urdinarrain. Durante el gobierno de Raúl Febre, se construyo un nuevo edificio para la Jefatura Política frente a su antiguo emplazamiento (la “Comandancia”), cediendo este edificio para que ahí funciones la Corporación Municipal (Actual edificio de la Policía de Entre Ríos),

Algunos años después, a fines de 1923 el Gobierno de la Provincia de Entre Ríos a cargo de Ramón Mihura ofrece a la intendencia de la ciudad de Concepción del Uruguay la cesión definitiva del terreno y edificio de la  ex  Escuela Normal de Maestro a fin que en el edificio se instalen las oficinas municipales. La misma fue aceptada mediante la Ordenanza Nº 570 de fecha 23 de enero de 1924. Pasará un tiempo, antes que se concrete la mudanza, dado que primeramente el edificio debía ser sometido a importantes obras de reparaciones, estos trabajos demandaron, prácticamente dos años, iniciándose la mudanza  el 6 de septiembre  de 1928.

El edificio del Centro Cívico: En el año 1983, entre  los actos programados para la celebración del II Centenario de la Ciudad de Concepción del Uruguay, el 25 de junio se efectúa la “inauguración simbólica” del edificio, cuyas obras se habían iniciado en 1978, estando previsto su finalización total para el mes de febrero de 1984. Finalmente, el 13 de junio de 1984 se inicia la mudanza al nuevo edificio de la Municipalidad local.

De esta manera comenzaba una historia que a los largo de los siglos XIX y XX tuvo 68 presidentes municipales, entre los elegidos democráticamente y los impuestos por regímenes militares. Se incluyen las fotos de los intendentes resaltados en negrita

1873-1902

1873. Antonio López Piñón. 1873. Julio V. Díaz. 1873. José R. Navarro​. 1875. Juan L. Caminos​, 1876. Domingo Vico; 1876. Mariano Jaime; 1877. Juan Bautista Rey; 1878. Francisco Ratto; 1878. Martín Ruíz Moreno​; 1879. Jacobo Gibert; 1881. Pedro Melitón González; 1882. Francisco Ferreyra; 1883. Olegario Mabragaña​; 1885. Pedro Melitón González​; 1887. Esteban del Castillo; 1887. José Scelzi​; 1889. Darío del Castillo; 1889. Benito E. Pérez Colman; 1890. Rafael M. Paradelo; 1890. Miguel F. Britos​; 1893. Agustín Carosini; 1893. Pedro E. Busquet; 1894. Benito Benestead; 1899. Wenceslao S. Gadea,

1902- 1950

1902. Porfirio L. Tenreyro, 1903. Juan Leo, 1904. Darío del Castillo, 1906. Vicente M. Corvalán, 1908. Emiliano B. Sanguinetti, 1910. Juan Benigno Martínez, 1912. Juan M. Chiloteguy, 1912. Benito Yáñez, 1912. Miguel Solanas, 1914. Vicente M. Corvalán, 1915. Juan Pedro Piñón, 1920. Juan Carlos González, 1925. Demetrio Etchezarraga, 1926. Olegario Mabragaña, 1927. Antonio E. Bacciadone, 1930. Ernesto T. Marcó, 1930. Juan M. Bruzera, 1932. Albano L. Giménez, Juan José Terenzio, 1934. José Anselmo Orsolini, 1935. Dr. Justo Germán Ravenna​, 1937. Ambrosio A. Artusi, 1943. Ezio A. Grandi, 1944. Pbro. Andrés Zaninetti, 1944. Héctor J. Castagnino, 1945. Enrique Etcheverry, 1945. Dr. Rafael Pepe, 1947. Dr. Rómulo Tófalo, 1948. Alberico Segheso, 1948. Juan José Rizzo

1950-1983

1950. Juan Antonio Sansoni, 1952. Omar Blanc, 1955. Hector J. Chapelet, 1955. Capitán Antonio L. Merlo, 1955. Tte. Cnel. Carlos Chasseing, 1955. Dr. Juan José Bonelli, 1955. Ramón E. Bartet, 1958. Dr. Juan E. Lacava, 1962. Dr. Salvador Trigos, 1963. Juan Antonio Sansoni, 1966. Tte. Cnel. Leopoldo Galtieri, 1966. Dr. Carlos A. Roca, 1967. Dr. Lucilo López Meyer, 1970. Prof. Miguel A. Gregori, 1973. Carlos María Scelzi, 1976. Pref. Gerardo Genuario​, 1976. Eduardo A. Giqueaux, ​1980. Alí Honoré Argachá, 1983. Juan Carlos Lucio Godoy

Textos: Urquiza Almandoz, Oscar, “Historia de Concepción del Uruguay”, Tomos II. Rousseaux, Andrés René “Desde la Comandancia al Centro Cívico de Concepción Del Uruguay”. 

Fotos: Diario “La Calle” Suplemento Especial para el 2° Centenario de Concepción del Uruguay, junio de 1983

Creciente extraordinaria del Río Uruguay (1959) y otras

 

Avenida Paysandú, se puede ver el desaparecido frigorífico Swift, la barraca Americana con la grúa hoy casi totalmente destruida y el Molino Concepción (Foto: Graciela Holzmann)

Es lo que se conoce, hasta el momento, como la mayor creciente en nuestra zona ocurrida el 17 de abril de 1959, cuando a las 7 de la mañana la marca llegó a los 10,22 metros sobre el cero del hidrómetro local, que sobrepasó la marca anterior de 8,22 metros registrada el 20 de mayo de 1941, como nunca desde que se tenga registro, las aguas avanzaron tanto dentro de la ciudad. Fue tan significativa esa experiencia que aún hoy, a casi 60 años del hecho, sigue siendo una referencia para las personas, aún cuando no hubieran nacido todavía en 1959.
Con la Defensa Sur inaugurada en junio del 2006, la cantidad de evacuados disminuyó notablemente. Solo unas 800 personas tuvieron que ser evacuadas. Un logro excepcional para una ciudad que tuvo casi 5.000 personas reubicadas con la creciente de 1983 cuando el río llegó a los 8.09 metros y la Defensa Sur solo era un sueño que se hizo realidad y posibilitó que la creciente del 2009 (8.20 m.) no afectara la parte sur de la ciudad. Hoy, gracias al aporte de los gobiernos Nacional y Provincial, avanza la construcción de la Defensa Norte, que impedirá que las aguas del arroyo Molino ingresen a la zona norte de la ciudad.

9 dd julio

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La ciudad y el turismo. Suplemento diario “Provincia”

Portada del suplemento editado en celebración del 16 aniversario del diario “Provincia”, diciembre de 1971

En el mes de diciembre de 1971, con motivo de cumplir su aniversario N° 16, el diario “Provincia”, cuyo slogan era “Un diario libre para un pueblo libre”, dirigido por Juan E. Lacava y que tenía como redactor a Enrique M. González, publicó un suplemento especial dedicado a la ciudad y especialmente al turismo. Es interesante destacar la importancia que los medios de difusión de la época le daban al turismo como herramienta de desarrollo “económico y social” y hacía eje en los valores históricos y culturales de la ciudad, es de deducir, entonces, que la explosión que tuvo el turismo en Concepción del Uruguay a fines de esta década estuvo cimentada por el trabajo de concientización de estos medios de comunicación. A continuación transcribimos 3 notas que aparecieron en ese suplemento y cuyas imágenes acompañan esta publicación.

Atractivos turísticos de Concepción del Uruguay

Lo hemos dicho y lo afirmamos una vez más: el turismo tiene una importancia económica-social de indiscutible y trascendente significación.
De ahí que Provincia, al cumplir sus 16 años de vida activa haya querido dar a sus lectores, al publico de C. del Uruguay y muy especialmente al turista que llega hasta nosotros, y a aquel que aún no lo ha hacho, un panorama lo más amplio posible de lo que fue y de lo que es hoy la ciudad de Rocamora, de Ramírez y de Urquiza.
De este modo contribuimos, con sincero deseo de colaborar, a fomentar la conciencia turística que se está gestando y a la vez, estimular el interés por conocernos, para disfrutar con nosotros la gracias que la naturaleza ha querido prodigar en belleza y en grandeza sobre estas heroicas tierras de la gesta.

Concepción del Uruguay, ciudad de turismo

Con encomiable visión de futuros, desde hace ya varios años se trabaja intensamente para dar al turismo la condición socio-económica que realmente tiene y que entre nosotros, por diversas razones, se la había descuidado hasta ahora.
Se está realizando consciente, activa y convenientemente, una interesante experiencia que está mostrando fehacientemente todas las posibilidades y las magníficas perspectivas que mil circunstancias deparan a esta actividad en nuestro medio.
Desde la creación de la Comisión Municipal de Turismo se ha organizado diríamos científicamente, la promoción turística.
En el lugar denominado “El parquecito”, frente a plaza Ramírez, se ha instalado una oficina moderna, que cuenta con comodidades para la atención diaria de las personas que allí concurren.
La Secretaría de esa Comisión es atendida por la señorita Margarita Lovisa, diligente y activísima empleada, y allí el turista encuentra cuanto hace a indicaciones, asesoramiento, informaciones y material impreso de diverso tipo.

Movimiento turístico

Casi diariamente llegan a nuestra ciudad excursiones de turistas, organizadas por distintas empresas de todos los puntos cardinales del país.
Además de ellos, son innumerables los turistas que llegan por sus propios medios: ya en automóvil, ya por tren, otros con casas rodantes, los mas con carpas para acampar en nuestras hermosas playas o en los magníficos lugares naturales con que el gran Río de los Pájaros cuenta sobre sus costas, plenas de exuberante y fresca vegetación, sus arenas y sus claras aguas que resultan verdaderos sedantes para el cuerpo y para el espíritu.
Dejando aparte todos los turistas que llegan por diversos medios, tenemos datos concretos de las personas que en calidad de turistas han requerido asesoramiento diverso en la Secretaría de la Comisión de Turismo. En el año que corre, 1971, han sido atendidas, allí, solo en el mes de octubre 2.121 personas.
Naturalmente, el número de turistas en ese mes y los restantes, anteriores y posteriores, suman una cifra diez veces mayor, por lo menos, de acuerdo a los registros hoteleros y también a los que han visitado los monumentos históricos y otros lugares de la ciudad y aledaños. Cabe destacar que el turista cuenta aquí con el asesoramiento de guías cultos, cordiales, amables, que realmente hacen de su tarea un sacerdocio porque sienten la belleza y las glorias de la ciudad Histórica.

Medios de transporte

Concepción del Uruguay, cuenta con múltiples medios de transporte que conexionan con todos los rumbos del país.
Por ferrocarril (General Urquiza) se comunica con Buenos Aires. Paraná, Concordia, Basavilbaso, en forma directa.
Por vía aérea, se cuenta con la empresa LAPER (Líneas Aéreas de la provincia de Entre Ríos), con Paraná y Buenos Aires, diariamente, menos los domingos. Son aviones Cessna para 9 pasajeros.
Aerolíneas Argentinas, sale desde Gualeguaychú menos sábados y domingos, en aviones Avro para 44 pasajeros.

El Panteón de Dolores Costa de Urquiza

Vista general del panteón. (Foto: Carlos Ratto)

A fines del siglo XIX, Doña Dolores Costa de Urquiza mandó a construir una bóveda en el Cementerio de C. del Uruguay; monumento arquitectónico muy poco valorado como tal.

El panteón tiene una ubicación céntrica, tomado la perspectiva del casco histórico del cementerio local. Lugar más que destacable e importante, que en las necrópolis de localidades vecinas ocupa el oratorio o la imagen de un santo o de una virgen.

Lo que, en principio nos muestra la preponderancia e influencia de Dolores Costa en nuestro medio fue verdaderamente notable, con lo que quedaría justificada la sesión que en su momento le hiciera el Municipio local de tal terreno.

Los primeros datos hallados en numerosos documentos al respecto en el archivo municipal surgen en 1882, cuando el 28 de julio, el Sr. Andreasi, en representación de la mencionada eleva una solicitud al Presidente Municipal expresando su intención de adquirir un terreno en el cementerio público local con el objeto de construir una bóveda  para lo que solicita un espacio de 5 varas de frente (4,20 m.) por 6 de  fondo, con frente a la del Sr. Urdinarrain”.

Esto nos indica que el terreno estaba ubicado en uno de los lados de la calle principal. Tal solicitud no sé ajustaba a las disposiciones vigentes pues en  la contestación del 13 de agosto de 1882 por parte de las mencionadas autoridades se indica que no se le puede conceder más que 5 varas de fondo por ser lo que tenían las demás construcciones existentes en esa línea, mientas que de frente no existían obstáculos al respecto lo que nos da la pauta de que no eran demasiado numerosos   los monumentos funerarios en el sector señalado, hoy conocido como “casco histórico”, hoy, totalmente saturado.

La operación se concretó 8 de Agosto por una suma de 250 pesos fuertes. Con lo que se inicia la parte más interesante de este tema, porque la viuda del General Justo José de Urquiza, no estaba conforme con el lugar adquirido, lo que pone de manifiesto en una carta de fecha 20 de diciembre de 1883 a la Honorable Corporación Municipal de puño y letra  de la interesada aclarando sus deseos de permutar el terreno obtenido recientemente por otro “Mas céntrico y notable”, que por lo interesante de su lectura, vale la pena transcribir algunos párrafos textuales que nos ayudarán a comprender la significación que ella le daba al tema: “… por las esculturales del monumento, por la calidad del material que va a emplearse, por las demás condiciones contenidas en el contrato celebrado  con el arquitecto, no es un error asegurar que no solo será de agradable aspecto, sino que puede el contribuir y contribuir{a a hermosear nuestro cementerio, llamando la atención de los que en adelante quieran visitarlo como a uno de los centros que se encuentran aglomeradas las más hermosas construcciones de una población…” Y que estando iniciadas las obras habrían notado con su arquitecto, que esa ubicación no permitiría apreciar los efectos que estaba destinado a producir. Siendo el nuevo elegido el punto de encuentro de las calles que van de N. a S., y de O. a E., donde sería percibido desde los cuatro extremos de las mismas. En su evidente deseo de impresionar a las autoridades municipales para lograr su objetivo pone en su conocimiento que las columnas y planchas de mármol se habían encargado a Italia, “… y que por su clase será de lo mejor y más costoso que ha llegado al país… Aclarando que abonaría “alguna diferencia” si fuera necesario para concretar la permuta referida. La respuesta de la Comisión de Obras Públicas con fecha 22 de diciembre de 1383 fue afirmativa, con la sola aclaración que la obra se iniciara a los 2/3 del común central del cementerio, debido a la existencia de otra sepultura particular en el punto señalado, de la que no hemos hallado dato alguno.

Al mismo tiempo se recomienda la plantación de árboles en los caminos laterales. Desde entonces encontramos en el “centro” del Cementerio de Concepción del Uruguay la bóveda de Doña Dolores Costa de Urquiza, cuyo nombre perdura grabado sobre la puerta pese a que los avatares del tiempo hayan deslucido las doradas letras originales, y su blanco mármol ennegrecido y marcado por las huellas de los años, pero aún en pie, testigo silencioso de los devenires de nuestra historia. Todo lo expuesto nos lleva a una reflexión final: ¿Se condice el empeño de Doña Dolores Costa de hermosear la “Ciudad de los muertos” con su bóveda con el olvido de los hombres del siglo XXI respecto al patrimonio histórico-arquitectónico? Pues la ordenanza municipal (N° 3647/93) que ha declarado de “interés histórico” a toda construcción anterior a 1940, respecto a los monumentos funerarios del cementerio local, no basta para protegerlos si sólo queda la buena intención en el Papel

Texto tomado de: Prof. Celia D’Angelo, C. C. “Ibarra Grasso”, “Doña Dolores Costa de Urquiza y la ciudad de los muertos”. Artículo publicado en diario “La Calle” el 17/01/1994