Momento en que es recuperado del lecho del río el antiguo cañón (Foto: Diario La Calle)
El día viernes 1 de julio de 1994, estando dragándose la entrada a nuestro puerto encuentran un cañón de 1,30 metros de largo de hierro fundido. La boca puede expulsar un proyectil de unos 12 cm. de diámetro y tiene un peso aproximado de 300 kg.
La pieza se halló en muy buen estado de conservación, posiblemente por estar enterrada en el limo, ya que este impide la acción del oxígeno para provocar la oxidación.
El cañón fue hallado a 2 metros debajo del lecho, lo que hace suponer de la sucesión de varias capas de arrastre que lo ocultaron tantos años.
Consultado el entonces Director de Cultura de la Municipalidad, Prof. Gregori dijo que: “…en apariencia la pieza era de hierro y bronce”, “…será sometida a un proceso de pulido mediante enarenado y esperamos que aparezcan los símbolos de la fundición o letras que nos permitan a través de catálogos poder orientar la época y procedencia. Luego se cotejarán los hechos históricos que se vinculan al antiguo puerto exterior, o si perteneció a la flota de Giuseppe Garibaldi cuando uno de sus buques se varó alrededor de 1830/1840. Garibaldi en su expedición llego a Gualeguaychu, luego remonto el rio Uruguay y se varó. Para zafar la varadura debió alijar uno de sus buques y arrojo dos o tres cañones, uno de los cuales está en Museo Casa de Don Delio Panizza”.
Por su parte el Prof. Oscar Urquiza Almandoz, valoro el hallazgo diciendo “importante”, pero prefirió no opinar, ni dar hipótesis, porque no tiene reportado combate ni batallas, en el lugar del hallazgo, explicando que: “…tanto en la época colonial como en la independiente navegaron por esta zona muchos barcos mercantes artillados y de guerra. Ahora combates, salvo el del arroyo de la China, no hay registrados”.
“… en cuanto a la antigüedad, si se determina -como se dijo- que puede tener 200 años, ya no pertenecería a la escuadra de Garibaldi. En fin, primero habrá que especificar qué edad tiene la pieza y luego entrar a escudriñar los hechos concurrentes”.
Este hallazgo fue denunciado en Prefectura Naval Argentina y el Juzgado Federal, quienes disponen quede en custodia en Museo Casa de Don Delio Panizza, donde hoy lo podemos apreciar.
Texto: Virginia Civetta. Fuente: Diario La Calle (2/7/1994).
Portada del suplemento editado en celebración del 16 aniversario del diario “Provincia”, diciembre de 1971
En el mes de diciembre de 1971, con motivo de cumplir su aniversario N° 16, el diario “Provincia”, cuyo slogan era “Un diario libre para un pueblo libre”, dirigido por Juan E. Lacava y que tenía como redactor a Enrique M. González, publicó un suplemento especial dedicado a la ciudad y especialmente al turismo. Es interesante destacar la importancia que los medios de difusión de la época le daban al turismo como herramienta de desarrollo “económico y social” y hacía eje en los valores históricos y culturales de la ciudad, es de deducir, entonces, que la explosión que tuvo el turismo en Concepción del Uruguay a fines de esta década estuvo cimentada por el trabajo de concientización de estos medios de comunicación. A continuación transcribimos 3 notas que aparecieron en ese suplemento y cuyas imágenes acompañan esta publicación.
Atractivos turísticos de Concepción del Uruguay
Lo hemos dicho y lo afirmamos una vez más: el turismo tiene una importancia económica-social de indiscutible y trascendente significación.
De ahí que Provincia, al cumplir sus 16 años de vida activa haya querido dar a sus lectores, al publico de C. del Uruguay y muy especialmente al turista que llega hasta nosotros, y a aquel que aún no lo ha hacho, un panorama lo más amplio posible de lo que fue y de lo que es hoy la ciudad de Rocamora, de Ramírez y de Urquiza.
De este modo contribuimos, con sincero deseo de colaborar, a fomentar la conciencia turística que se está gestando y a la vez, estimular el interés por conocernos, para disfrutar con nosotros la gracias que la naturaleza ha querido prodigar en belleza y en grandeza sobre estas heroicas tierras de la gesta.
Concepción del Uruguay, ciudad de turismo
Con encomiable visión de futuros, desde hace ya varios años se trabaja intensamente para dar al turismo la condición socio-económica que realmente tiene y que entre nosotros, por diversas razones, se la había descuidado hasta ahora.
Se está realizando consciente, activa y convenientemente, una interesante experiencia que está mostrando fehacientemente todas las posibilidades y las magníficas perspectivas que mil circunstancias deparan a esta actividad en nuestro medio.
Desde la creación de la Comisión Municipal de Turismo se ha organizado diríamos científicamente, la promoción turística.
En el lugar denominado “El parquecito”, frente a plaza Ramírez, se ha instalado una oficina moderna, que cuenta con comodidades para la atención diaria de las personas que allí concurren.
La Secretaría de esa Comisión es atendida por la señorita Margarita Lovisa, diligente y activísima empleada, y allí el turista encuentra cuanto hace a indicaciones, asesoramiento, informaciones y material impreso de diverso tipo.
Movimiento turístico
Casi diariamente llegan a nuestra ciudad excursiones de turistas, organizadas por distintas empresas de todos los puntos cardinales del país.
Además de ellos, son innumerables los turistas que llegan por sus propios medios: ya en automóvil, ya por tren, otros con casas rodantes, los mas con carpas para acampar en nuestras hermosas playas o en los magníficos lugares naturales con que el gran Río de los Pájaros cuenta sobre sus costas, plenas de exuberante y fresca vegetación, sus arenas y sus claras aguas que resultan verdaderos sedantes para el cuerpo y para el espíritu.
Dejando aparte todos los turistas que llegan por diversos medios, tenemos datos concretos de las personas que en calidad de turistas han requerido asesoramiento diverso en la Secretaría de la Comisión de Turismo. En el año que corre, 1971, han sido atendidas, allí, solo en el mes de octubre 2.121 personas.
Naturalmente, el número de turistas en ese mes y los restantes, anteriores y posteriores, suman una cifra diez veces mayor, por lo menos, de acuerdo a los registros hoteleros y también a los que han visitado los monumentos históricos y otros lugares de la ciudad y aledaños. Cabe destacar que el turista cuenta aquí con el asesoramiento de guías cultos, cordiales, amables, que realmente hacen de su tarea un sacerdocio porque sienten la belleza y las glorias de la ciudad Histórica.
Medios de transporte
Concepción del Uruguay, cuenta con múltiples medios de transporte que conexionan con todos los rumbos del país.
Por ferrocarril (General Urquiza) se comunica con Buenos Aires. Paraná, Concordia, Basavilbaso, en forma directa.
Por vía aérea, se cuenta con la empresa LAPER (Líneas Aéreas de la provincia de Entre Ríos), con Paraná y Buenos Aires, diariamente, menos los domingos. Son aviones Cessna para 9 pasajeros.
Aerolíneas Argentinas, sale desde Gualeguaychú menos sábados y domingos, en aviones Avro para 44 pasajeros.
Edificio del Centro Comercial en una foto del año 1970
En el año 1962, la comisión directiva de ese entonces, toma la iniciativa, de construir en el predio que ocupaba el “Centro Comercial y de intereses Departamentales de Concepción del Uruguay (denominación de la época) en la esquina de las calles Galarza y La Fraternidad (ex Colón, actualmente Eva Perón) de un edificio “en torre” con galería comercial en su planta baja y departamentos en sus pisos superiores, reservándose el primer piso para sede social y dependencias de la institución, además la “clausula de cesión por parte del Gobierno de Entre Ríos de 1922, así lo establecía. Para tal fin, se llama a asamblea extraordinaria para el 22 de julio de ese ano, estando previsto en el Orden del Día, el tratamiento de esta iniciativa, la que es aprobada.
En febrero de 1963, se llama a concurso de “anteproyectos” del edificio sede y galería comercial y departamentos. El 7 de septiembre de ese mismo año, se llama a concurso de pre selección, entre las empresas constructoras locales y no locales para la realización de la obra.
Para poder concretar este proyecto, la Comisión Directiva del “Centro Comercial”, busca apoyo económico en las entidades financieras locales. En abril de 1964, se adjudica la construcción del edificio, que iba a ser el segundo en la ciudad, después, del “Edificio Guini y Guini” de la esquina de 9 de Julio y 3 de Febrero que se había inaugurado el 22 de noviembre de 1964; a la empresa constructora local de D. Atilio Nichele.
La promoción y venta de los locales comerciales y departamentos, es encomendada en junio de 1964 a la empresa local “impulso Uruguay SRL” con oficinas en calle Vicente H. Montero N° 77.
A raíz de haberse aprobado la ordenanza municipal 2187 de 1964 que establece que establecía que no podrá autorizarse la demolición de ninguna finca en la zona céntrica, sino se han aprobado previamente el proyecto y los planos de la construcción que reemplazará a la existente, los tramites de construcción del nuevo edificio se ven demorados, hasta tanto las autoridades municipales aprueban los planos del nuevo edificio, trámite que se realiza rápidamente, dado que dicha Ordenanza, no estaba dirigida al caso particular del proyectado edificio del “Centro Comercial”, sino a la demolición de la casona de Sra. Sagastume de Chiloteguy en la esquina sureste de las calles 9 de Julio y Vicente H. Montero (actual Juan Perón).
En octubre de 1964, la Comisión Directiva del Centro Comercial, aprueba los pliegos para el llamado a licitación para la construcción del edificio. El 17 de noviembre de 1964 (martes) en una asamblea extraordinaria convocada al efecto, se aprueba el contrato que la Comisión Directiva había firmado “ad referéndum”, con la empresa constructora de D. Atilio Nichele. El edificio en torre constará de planta baja, garajes, bauleras, galería comercial y 16 pisos de departamentos.
Se reserva el primer piso de aproximadamente 400 m2 para la sede del “Centro Comercial” cumpliendo de esa manera con la clausula de cesión que el gobierno de la provincia había establecido en la escritura del 1 de mayo de 1922. El jueves 12 de diciembre del mismo año se firma el contrato definitivo de construcción del edificio con la empresa D. Atilio Nichele, teniéndose previsto iniciar los trabajos en los primeros meses del año siguiente.
El 22 de enero de 1965, se inician los trabajos de estudios de suelo tareas que están a cargo del ingeniero Hugo V. Vercelli, para determinar el cálculo de la estructuras.
El 15 de abril del mismo año, el “Centro Comercial y de intereses Departamentales de Concepción del Uruguay deja de tener su sede en el antiguo local del ex-Banco Entrerriano, trasladándose provisoriamente al edificio de COPUL en calle Rocamora, para permitir las obras de demolición que dan comienzo de inmediato previo vallado del predio. La ultima pared del antiguo e histórico edificio es demolida el día 29 de junio de 1965. Los materiales recuperables de la demolición mas muebles, útiles, rejas etc. son rematados por la firma martillera local juan Carlos Rabosto Barther y Plazaola.
En el mes de septiembre se inicia la excavación de los cimientos y subsuelos del nuevo edificio donde se coloca en oportunidad del hormigonado una “capsula del tiempo” construida en los talleres metalúrgicos de Celinsky Hnos., la que consta de un tubo de acero sin costuras de 4 centímetros de diámetro y 40 centímetros de largo, en forma de torpedo. En su interior se coloco un tubo de cristal sellado que contiene fotografías y películas de la ciudad con un tratamiento especial realizado por “Fotografía Yusti”.
Para septiembre de 1966, se habían vendido 26 departamentos para viviendas, quedando solo 13 disponibles además de los locales comerciales de la futura galería. A fines de enero 1967 la obra se encontraba en el piso 14, faltando dos más para completarla, pasando a ser el edificio de mayor altura de la Provincia de Entre Ríos de esa época, teniéndose previsto su finalización total para fines de 1969. El 15 de julio de 1968, se entregan los veintisiete locales de la galería comercial, a quienes los habían adquirido y son inaugurados el domingo 21 de julio, constituyéndose en la primera galería comercial de la ciudad. De inmediato se instalaron diversos comercios, entre ellos; “Foto Ricardo”, sucursal de “El Sportman”, “La Candela”, “Karina Calzados”, “Decoraciones Seven”, “Foto Yusty”, “Leopardo Turismo”, sucursal de la tienda “Víctor Niño”, etc. Es de hacer notar que los locales de la galería no solo se destinarían a comercios sino que también en ellos se podían instalar oficinas y profesionales, tal como se puede ver en la actualidad.
El 7 de marzo de 1969 (viernes) se firma la escritura de transferencia de la unidad que le corresponde al “Centro Comercial”, comprendiendo la totalidad del primer piso, interviniendo en el acto el Escribano Mario José Gluschan, firmándola el presidente de la entidad D. Francisco Hraste y el Secretario D. Ángel Massoni.
En el mes de mayo del mismo año, el Centro Comercial tiene previsto su traslado a su sede propia para lo cual se recurre a sus socios, solicitándoseles adhesiones, con el fin de adquirir el amoblamiento adecuado acorde sus nuevas instalaciones. A partir del mes de julio de 1969, la venta de departamentos y locales comerciales, pasan a estar a cargo del Banco de Entre Ríos, el que acuerda financiación especial a los compradores, acordando quince años de, completándose la venta de los departamentos
En el mes de julio de 1970 el “Centro Comercial” llama a licitación para la explotación del restaurant, bar y salón de fiestas de su sede social, sita en el 1° piso del “Edificio Centro Comercial el que es adjudicado al Sr. Alejandro Castro, el que se inaugura el 8 de diciembre de 1970, con una nutrida concurrencia. El 13 de agosto de 1972 -domingo- los conocidos rematadores locales, D. Edmundo Bastreri, padre e hijo rematan las cuarenta y cuatro bauleras del edificio, exclusivamente para los copropietarios del inmueble.
Texto: Rousseaux, Andrés, “Concepción del Uruguay, edificios con historia”, Tomo III, Concepción del Uruguay, 2013
Diario “La calle” 28/07/1978. Boquete abierto en la bóveda que permitió descubrir la construcción subterránea cuando se llevaban a cabo las obras para el futuro Centro Cívico.
Los túneles de la ciudad
Después de la demolición de la antigua “Comandancia”, en diversas circunstancias que se efectuaron trabajos en el predio, surgieron indicios de la posible existencia de una “red de túneles” que partiendo de este lugar, enlazaran con el edificio de la actual Jefatura de Policía, Iglesia, Colegio del Uruguay Justo José De Urquiza y el de la Residencia de la Familia Urquiza (hoy Correos).
La existencia de éstos túneles, se había transmitido verbalmente de generación en generación, pero la primera evidencia de su posible existencia se tuvo en mayo de 1946 cuando circunstancialmente se descubriera “…un posible túnel entre la Ex Comandancia y el Edificio de la Policía de Entre Ríos…”
Posteriormente el 27 de junio de 1957, en circunstancias que un grupo de empleados municipales se encontraban abocados a la construcción de un cimiento, notaron que el piso cedía bajo sus pies por lo que decidieron investigar. En la excavación se encontraron sables, hebillas de bronce, proyectiles de armas antiguas, vasijas, porrones de barro, estribos y frenos de hierro.
En dirección este a oeste, se halló una galería subterránea de gruesas paredes de ladrillo, con arcadas cada tres metros más o menos y en algunos de sus tramos tenía hasta 1,20 metros de ancho aproximadamente. La galería se cortaba en el extremo oeste en una pared que delimitaba con otra construcción edificada al otro lado de unos cuatro por dos metros, sin otra salida que no fuera “hacia arriba” lo que hacía suponer que se tratara de un sótano o depósito
En su extremo este la galería desembocaba en un ambiente más amplio, de forma aparentemente circular con techo abovedado.
Diario “La calle” 27/07/1978. Grupo de “curiosos” visitando la construcción descubierta cuando se llevaban a cabo las obras para el futuro Centro Cívico.
Estos hallazgos dieron lugar a los más diversos comentarios y variadas opiniones tanto de los historiadores locales como de los “entendidos en la materia”. Algunos dieron su opinión que se trataba de una “parte de una red de túneles”, otros de sólo de sótanos o depósitos, para el reconocido investigador de nuestro terruño Andrés García sólo se trataban de letrinas.
Tiempo más tarde, en los últimos días del mes de junio de 1974, en el patio del edificio de la Policía de la Provincia, apareció un pozo, dejando al descubierto paredes gruesas y derruidas haciendo retrotraer a los presentes a la época de la fundación de nuestra ciudad.
En ese momento se consultó a José Nadal Sagastume, quien no reconoce saber que podría ser esa construcción, sugiriendo se consulte con Andrés García. Pero igual opino sobre este hallazgo: diciendo que sería un pozo de agua o una letrina.
En esos momentos se recuerda que en el momento en que se construyó el depósito para el surtidor que poseen en el patio de la institución, se encontraron también con paredes de una galería antigua, huesos humanos y una serie de argollas de hierro forjado. Esto hizo suponer que son restos de la antigua cárcel que había en la antigüedad y que poseía un cementerio contiguo.
Como es de imaginar, la ciudad, se vio alarmada y muy curiosa con este hallazgo y “el Doctor Arturo Mardon, interesado por el asunto, alerta por la supuesta vinculación entre un hallazgo similar producido años antes, exactamente donde (en 1974) estaba la Oficina de Turismo” (Ex Comandancia).
En este sitio fue hallado un sótano y al parecer se conectaba con una galería subterránea hacia el Oeste, lo que hace suponer que los dos edificios (Comandancia y Policía), se comunicaban. También comento el Doctor que, en la reconstrucción del Colegio del Uruguay, se habían hallado una galería subterránea. Todo esto se tomó como una versión. Pero las autoridades locales, el Intendente Scelzi y el Gobernador Don Tomas Cresto se mostraron interesados en investigar de que época serian y hasta se llegó a pensar que serían un atractivo turístico mostrar estas excavaciones.
El Prof. Gregori, da por acertado la versión de que son “Túneles” y que él, en su infancia los recorría, ya que acompañaba a su papa a la vieja Comandancia donde se hacían ferias. En esas galerías había una tapa de madera en el piso que abrían y recorrían un túnel con dirección Oeste.
Diario “La calle” 29/06/1974. Construcción descubierta cuando se llevaban a cabo trabajos en el patio de la Departamental Uruguay de la Policía de Entre Ríos.
En búsqueda de dar respuesta acertada a lo encontrado, la prensa entrevista al Señor Domingo Egillor, quien fuera Jefe de la Policía, quien narra que, en su gestión, también el patio se hunde con el paso de un camión de bomberos, donde se descubren dos habitaciones de 6 x 4 metros, de donde se extraen cucharas, tenedores y trazos de sables.
Consultada también a Lorenza Mallea, ella narra que siendo joven paseaba por la quinta de Porta (en las inmediaciones de la Quinta de las Hermanas del Sagrado Corazón), y al estar a orillas del Arroyo de La China, ven una construcción, una especie de boquete, que daba al arroyo. Consultando de que se trataba, le comentan, que son salidas de túneles que venían del centro de la ciudad.
Ante este acontecimiento que mantenía al pueblo en vilo esperando una respuesta, Andrés Gracia destacado historiador local, asegura que son pozos negros y que en muchas oportunidades se usaron de basureros, de ahí que se encuentren botellas, frascos, cucharas, tenedores, huesos de algún asado. Y dijo entonces: “En fin, repito que creo firmemente no estar equivocado, pero si hubiera alguna opinión más verdadera que la mía, que ella prevalezca”.
Y claro que la había y siguieron apareciendo en la prensa, además de las expuestas, están también como la de Juan Chiozza Traverso que fue jefe de Policía en 1920, que dice que lo hallado en el patio de la policía pertenece al edificio antiguo de policía y cárcel.
En 1978, estando en construcción el actual Centro Cívico, vuelven aparecer estas edificaciones subterráneas y con ellas la pregunta ¿Qué son? ¿Túneles? ¿Letrinas?. Gran parte de la población visitaba estas construcciones y los obreros cavaban cada vez más. Hasta se llegó a sugerir que habría que llamar algún experto que investigara. Pero un día para otro, tapan lo hallado y se sigue con la construcción del actual Centro Cívico. De esta manera la acción de las excavadoras, borraron para siempre estos vestigios, quedando hoy en el recuerdo y en las páginas de los diarios de la ciudad, para las futuras generaciones.
Respecto de los túneles del Colegio, son, con seguridad una vieja cisterna que se usaba en tiempos dónde no existía el agua corriente, Luis Aráoz, la describe en si libro “Del tiempo viejo”: “El aljibe (pudimos ver su interior una vez que hubo que desagotarlo), está formado de una nave de bóveda como de cinco metros de ancho y de treinta de largo, más o menos, de Este a Oeste, desde donde terminaban las veredas de mármol. Se comprende la necesidad de haberle dado tanta dimensión, puesto que recibe el agua de lluvia de los cuatro costados del edificio…”.
En 1991, en la ampliación que realizan de la Asociación Bancaria, se encuentran huesos y cabellos humanos (sin confirmar), aclarando entonces que las reformas hechas fueron sobre terrenos en que años atrás pertenecieron a “El Despertar del Obrero” y que podrían tratarse de habitaciones subterráneas construidas con fines desconocidos.
En 1992, nuevamente aparecen estas construcciones abovedadas y subterráneas, esta vez en la remodelación de Confitería RyS. Y en 1995, durante una excavación que realizara una empresa en calle Supremo Entrerriano entre las calles 9 de julio y Galarza, encuentran una pared en casi todo el trayecto del trabajo q estaban haciendo. Extraen en esa oportunidad algunos ladrillos de gran tamaño. Por supuesto que se vuelve a la teoría de los túneles. En esta oportunidad los historiadores consultados opinan que serían ladrillos de la época del Cabildo.
En el año 2006, en un artículo que escribiera el Prof. Eduardo Giqueaux, para el Diario UNO, habla de los túneles en el Colegio Urquiza. No asegura que los hubiera, pero deja entrever que en la ciudad seguramente los hubo. Lo encontrado eran pasadizos de un metro de ancho por uno con ochenta a dos metros de alto, calzados con ladrillos sobre paredes y techo construido en forma de bovedilla. Lamentablemente para dar lugar a las nuevas construcciones, todos estos descubrimientos fueron tapados con escombros y tierras. Dejando así, a la población, sin la respuesta a una pregunta: “¿Hay túneles en Concepción del Uruguay?”
Texto: Virginia Civetta. Fuentes: Diario La Calle (1974 y 1978) y Diario UNO (2006); Andrés Rousseaux, “Los túneles de la Comandancia” y Aráoz, Luis, “Del Tiempo Viejo”
A fines del siglo XIX, Doña Dolores Costa de Urquiza mandó a construir una bóveda en el Cementerio de C. del Uruguay; monumento arquitectónico muy poco valorado como tal.
El panteón tiene una ubicación céntrica, tomado la perspectiva del casco histórico del cementerio local. Lugar más que destacable e importante, que en las necrópolis de localidades vecinas ocupa el oratorio o la imagen de un santo o de una virgen.
Lo que, en principio nos muestra la preponderancia e influencia de Dolores Costa en nuestro medio fue verdaderamente notable, con lo que quedaría justificada la sesión que en su momento le hiciera el Municipio local de tal terreno.
Los primeros datos hallados en numerosos documentos al respecto en el archivo municipal surgen en 1882, cuando el 28 de julio, el Sr. Andreasi, en representación de la mencionada eleva una solicitud al Presidente Municipal expresando su intención de adquirir un terreno en el cementerio público local con el objeto de construir una bóveda para lo que solicita un espacio de 5 varas de frente (4,20 m.) por 6 de fondo, con frente a la del Sr. Urdinarrain”.
Esto nos indica que el terreno estaba ubicado en uno de los lados de la calle principal. Tal solicitud no sé ajustaba a las disposiciones vigentes pues en la contestación del 13 de agosto de 1882 por parte de las mencionadas autoridades se indica que no se le puede conceder más que 5 varas de fondo por ser lo que tenían las demás construcciones existentes en esa línea, mientas que de frente no existían obstáculos al respecto lo que nos da la pauta de que no eran demasiado numerosos los monumentos funerarios en el sector señalado, hoy conocido como “casco histórico”, hoy, totalmente saturado.
La operación se concretó 8 de Agosto por una suma de 250 pesos fuertes. Con lo que se inicia la parte más interesante de este tema, porque la viuda del General Justo José de Urquiza, no estaba conforme con el lugar adquirido, lo que pone de manifiesto en una carta de fecha 20 de diciembre de 1883 a la Honorable Corporación Municipal de puño y letra de la interesada aclarando sus deseos de permutar el terreno obtenido recientemente por otro “Mas céntrico y notable”, que por lo interesante de su lectura, vale la pena transcribir algunos párrafos textuales que nos ayudarán a comprender la significación que ella le daba al tema: “… por las esculturales del monumento, por la calidad del material que va a emplearse, por las demás condiciones contenidas en el contrato celebrado con el arquitecto, no es un error asegurar que no solo será de agradable aspecto, sino que puede el contribuir y contribuir{a a hermosear nuestro cementerio, llamando la atención de los que en adelante quieran visitarlo como a uno de los centros que se encuentran aglomeradas las más hermosas construcciones de una población…” Y que estando iniciadas las obras habrían notado con su arquitecto, que esa ubicación no permitiría apreciar los efectos que estaba destinado a producir. Siendo el nuevo elegido el punto de encuentro de las calles que van de N. a S., y de O. a E., donde sería percibido desde los cuatro extremos de las mismas. En su evidente deseo de impresionar a las autoridades municipales para lograr su objetivo pone en su conocimiento que las columnas y planchas de mármol se habían encargado a Italia, “… y que por su clase será de lo mejor y más costoso que ha llegado al país… Aclarando que abonaría “alguna diferencia” si fuera necesario para concretar la permuta referida. La respuesta de la Comisión de Obras Públicas con fecha 22 de diciembre de 1383 fue afirmativa, con la sola aclaración que la obra se iniciara a los 2/3 del común central del cementerio, debido a la existencia de otra sepultura particular en el punto señalado, de la que no hemos hallado dato alguno.
Al mismo tiempo se recomienda la plantación de árboles en los caminos laterales. Desde entonces encontramos en el “centro” del Cementerio de Concepción del Uruguay la bóveda de Doña Dolores Costa de Urquiza, cuyo nombre perdura grabado sobre la puerta pese a que los avatares del tiempo hayan deslucido las doradas letras originales, y su blanco mármol ennegrecido y marcado por las huellas de los años, pero aún en pie, testigo silencioso de los devenires de nuestra historia. Todo lo expuesto nos lleva a una reflexión final: ¿Se condice el empeño de Doña Dolores Costa de hermosear la “Ciudad de los muertos” con su bóveda con el olvido de los hombres del siglo XXI respecto al patrimonio histórico-arquitectónico? Pues la ordenanza municipal (N° 3647/93) que ha declarado de “interés histórico” a toda construcción anterior a 1940, respecto a los monumentos funerarios del cementerio local, no basta para protegerlos si sólo queda la buena intención en el Papel
Texto tomado de: Prof. Celia D’Angelo, C. C. “Ibarra Grasso”, “Doña Dolores Costa de Urquiza y la ciudad de los muertos”. Artículo publicado en diario “La Calle” el 17/01/1994
Antigua máquina para hacer helados, con sus componentes
Hubo un tiempo en que el granizo, también llamado pedrisco, no se relacionaba con las abolladuras. Era una excelente noticia para los niños porteños, quienes se lanzaban a recoger la mayor cantidad posible porque era la oportunidad de tomar helado. El escritor, diplomático y dandi Lucio Mansilla, nacido en 1831, recordaba el entusiasmo que generaba el granizo del verano entre los chicos.
“El asunto tenia magia y llevaba varios pasos. Primero, la diversión de salir corriendo por el patio a juntar todo el granizo que fuera posible y llevarlo de prisa, antes que se derritiera hasta la cocina. Allí había un cilindro de madera que tenía adentro otro más pequeño de metal, en el cual se había colocado leche crema batida con huevos, azúcar, cacao y vainilla. En el cilindro más grande se colocaba el granizo, de manera tal que cuando se giraba violentamente la manija exterior del aparato, el cilindro pequeño giraba al tiempo que se enfriara y transformarse la crema en una sustancia muy fría que la gente de la época la llamaba “helado”, y era justo que así lo hicieran porque más frio que el granizo no había nada, en el tórrido verano de la vieja Buenos Aires”.
El aparato que describe Mansilla se llamaba “heladera “y se había puesto de moda en las principales casas de todas las ciudades. Ampliando un poco el texto del autor de Una Excursión a los indios Ranqueles, diremos que el cilindro era un balde de madera y contenía en su interior otro cilindro, de estaño. Afuera presentaba una gran manivela de hierro con mango de madera. Las que existían en el país había sido importadas de España. El dato que omitió Mansilla – o tal vez, lo desconocía – era que en el espacio donde se colocaba el hielo, la nieve o los copitos de granizo también se colocaba sal con el fin de bajar la temperatura. A medida que uno giraba con la manivela iba congelándose el interior del cilindro de estaño. Era necesario abrirlo para quitar el helado que se pagaba en las paredes y repetir el proceso hasta que todo el contenido se hubiera congelado.
En 1870, el viaje del presidente Sarmiento a Palacio San José, Entre Ríos, con el fin de reunirse con el Gral. Justo José de Urquiza fue uno de los hechos cruciales de su mandato, ya que el encuentro tendría serias repercusiones políticas. El anfitrión dispuso una serie de medidas para brindar al sanjuanino un recibimiento apoteótico. La emblemática fecha de la cumbre seria el 3 de febrero, aniversario de la batalla de Caseros en la que el entrerriano venció a Rosas.
A pedido de Urquiza, el 23 de enero llego al Palacio San José una máquina de helados. La remitía su yerno, Simón Santa Cruz, junto con una nota que comenzaba diciendo. “Mi respetado Señor, mando mi sirviente con la máquina de hacer helados y las sales y ácidos necesarios”. Por eso estamos en condiciones de sospechar que el histórico encuentro entre Urquiza y Sarmiento, en el caluroso febrero de 1870, estas dos figuras se refrescaron con unos helados, hechos con la máquina del servicial yerno.
Texto: Copia del libro “La comida en la historia Argentina” de Daniel Balmaceda – agosto 2016
El primer mural pintado fue el ábside (altar de la Inmaculada Concepción). El autor represento al Cristo Glorioso y Señor de todo el Universo y de la historia a quien la tradición eclesial lo llama: “Cristo Pantocrator”. (Foto: Jorge Duarte)
Nuestra Basílica abrió sus puertas el 25 de marzo de 1859, por primera vez y para todos sus fieles. En un principio fue un templo macizo, pero modesto y sencillo. Poseía tres altares costeados por el Gral. Urquiza.
Para el año 1880, comienza una época en que la devoción y el ánimo de decorar el templo, hacen que pasara a tener doce altares y el edificio se llena de filigranas de imágenes y colores. Este movimiento dura hasta 1930. Es en ese período cuando aparecen las pinturas de Ítalo Puccioli, seleccionadas por el Pbro. Amancio Rodríguez, ayudado por un grupo de damas notables de la ciudad. Las pinturas fueron realizadas entre los años 1901 y 1902, lamentablemente años más tarde se pierden por la humedad del lugar y falta de mantenimiento (1960).
A casi 100 años de aquel trabajo de Puccioli y del que sólo nos han quedado algunas fotos, nace un nuevo proyecto pictórico, que recupere la belleza del edificio, además de propiciar el encuentro y reencuentro con la Divinidad. Es así que el pintor seleccionado fue Raúl González de la ciudad de Paraná.
El primer mural pintado fue el ábside (altar de la Inmaculada Concepción). El autor represento al Cristo Glorioso y Señor de todo el Universo y de la historia a quienes la tradición eclesial lo llama: “Cristo Pantocrator”, es decir el Cristo del final, el cristo que nos vendrá a buscar. Con esta imagen se quiere subrayar la Fe de los fieles. También en este mural, el autor pinta un rio, el Uruguay, vegetación al costado, representando la vegetación de las islas y detrás una ciudad, que sería Concepción del Uruguay.
En segundo lugar, pinta la Cúpula y Pechinas, (crucero central), dedicado a la VIRGEN, donde hace un cielo con la Inmaculada Concepción, acompañada a la derecha por Santos y Beatos venerados en Argentina y a la izquierda los venerados en América Latina.
Cuatro pechinas sostienen a esta cúpula que está 28 metros de altura y tiene 13 metros de diámetro. En ellas pinta a los cuatro Evangelistas, haciéndolos en este caso con rostros latinoamericanos.
Luego pinta el ábside lateral derecho (altar de Nuestra Señora del Carmen). Este mural se llama, “La Anunciación del Ángel a la Virgen”. Representa el ángel en el momento en que le avisa a María que sería madre y la generosa respuesta de esta accediendo a la voluntad de Dios. En esta representación se ve en el centro a la virgen recibiendo al ángel, a la derecha representa a todas las Santas y a la izquierda hace una escena de nuestra era, donde están las mujeres entregando al virgen pan casero y naranjas. Dos productos importantes en Entre Ríos, trigo y citrus.
En el ábside lateral izquierdo (altar del Sagrado Corazón), representa el día de Pentecostés. En este mural representa a la Virgen en el medio con los Apóstoles recibiendo el Espíritu Santo. A la derecha de esta pintura entre otros vemos a Don Bosco con los jóvenes y a la Madre Teresa con los enfermos, a la izquierda, una ciudad, Damasco (según la biblia inmediaciones de esta es donde la Virgen se reúne con los Evangelistas) y votes, pues los Apóstoles eran pescadores.
Y por último el frontón posterior o pared del coro, (Balcón del coro) aquí nos hace el Nacimiento de Cristo. Se puede ver que en este pesebre hay un árbol de manzana, esta Adán y Eva, están los Reyes Magos, Santa Teresita y fría y también vemos al Papa Francisco y a su pie San Francisco, el santo por el que toma su nombre. José preparando el lugar donde acostaran al niño y la Virgen con el niño, a su lado.
(Fuentes: Folleto de Parroquia Basílica de la Inmaculada Concepción. Programa pictórico. Charla con el artista plástico Raúl González).
Fachada de la biblioteca Popular “La Buena Lectura”
Esta biblioteca , también llamada “Fiat Lux” que en latín significa “Que se haga la luz» o «Sea la luz», fue fundada el 21 de Junio de 1912 por iniciativa del cura párroco Don Andrés Zaninetti sobre la base de la Asociación “Hijas de Maria” de la Parroquia de la Inmaculada Concepción, de cuya congregación sería dependiente la Biblioteca, “con el alto fin de propender a la moralización de la Juventud, difundiendo lectura sana e instructiva…” según sus palabras. La primera Comisión Directiva estuvo formada por 6 señoritas, miembros de la Congregación. En los años 1931 y 1932, se trata el tema del “arreglo” del pequeño local en donde funcionaba la biblioteca sobre la base de base a un presupuesto presentado por el Señor Alesio, que consistía en la construcción de “dos pisos que llegaran hasta la Iglesia”. El edificio se levanta en un angosto lote de 8.37 m de frente entre medianeras, en un atípico planteo para biblioteca. La planta se organiza con un eje axial en coincidencia con el acceso principal, a ambos lados del mismo se encuentran los accesos secundarios, los 3 dan a un hall en donde subiendo medio nivel por una escalera, luego la misma se bifurca en dos, que llevan a Planta Alta en donde existe un Auditorio con butacas de madera fijas y escenario (debajo del auditorio, y detrás de la escalera del acceso se hallan los talleres en Planta Baja). Para llegar a la Biblioteca se sube otro nivel por unas angostas escaleras de 60 cm de ancho. La biblioteca se organiza en forma perimetral, ya que el espacio central balconea al Auditorio en casi su totalidad, dejando muy poco espacio para las estanterías y circulaciones. La fachada es simétrica, de Estilo Art Decó, uno de los pocos ejemplos en nuestra ciudad. En el nivel inferior se hallan los 3 accesos, con aberturas de hierro y vidrio especialmente diseñadas, y en los otros dos niveles se repiten la cantidad y tipo de ventanas. Una de mayor dimensión al medio, y otras más pequeñas a los lados, enfatizando la parte central del edificio y la tensión vertical del mismo. Los dinteles son de líneas rectas y el revoque exterior es símil Piedra Paris.
Fuente: “El Patrimonio Histórico Arquitectónico de la Provincia De Entre Ríos”, Gobierno de Entre Ríos, Consejo Federal de Inversiones y Colegio de Arquitectos de Entre Ríos.
El 12 de Julio de 1887 se inauguran oficialmente los trabajos de construcción de la línea férrea del Ferrocarril Central Entrerriano, entre las ciudades de Paraná y Concepción del Uruguay; llegando la “punta del riel” hasta la estación local el 30 de Junio de 1887 al quedar librado al servicio público el tramo Rosario del Tala-Concepción del Uruguay. El edificio de la “Estación Uruguay “ había sido terminado el 12 de Agosto de 1886.-
Paralelamente a estas circunstancias tan importante para el progreso de la ciudad, acorde la Ley Nacional Nº 1259 de fecha 10 de Octubre de 1882, se encontraba en plena construcción el “Puerto Exterior” ó “Puerto Nacional”, sobre el río Uruguay, el que constaba de un viaducto sobre el arroyo “Itapé”, que unía “tierra firme” con la isla de “Las Garzas”, para alcanzar mediante una via construida sobre un terraplén, los muelles sobre el rio “Grande” o “Uruguay”.
El proyecto “original” preveía el tendido de una doble vía, desde la playa de maniobra, ubicada entre los actuales edificios de la Prefectura y Aduana hasta los muelles, para el servicio de un “tranway” para el traslado de pasajeros y “zorras” para el traslado de cargas. En una primera etapa, ambos vehículos serían traccionados por caballos hasta la recepción de las máquinas a vapor adquiridas en Europa, pero en ningún momento se había previsto su enlace con las vías férreas del Ferrocarril Central Entrerriano”.
Las autoridades de este ferrocarril, vieron la necesidad de contar con un muelle sobre el río Uruguay, para el embarque y desembarque de los productos de la provincia, siendo su “intención” construirlo en inmediaciones del “Paraje Mal Abrigo”-próximo a la ciudad de Gualeguaychú- en los campos de propiedad de D. Saturnino Unzué, a unos cuatro leguas al sur, del actual puerto de Campichuelo Esta intención, dejaba a Concepción del Uruguay fuera del sistema ferroviario-portuario, con las lógicas consecuencias socio-económicas que su concreción acarrearían .
De inmediato, un grupo de notales vecinos uruguayenses gestionaron antes las autoridades nacionales, provinciales y el propio ferrocarril, para que se extendieran las “vías existentes entre la Estación Uruguay y el viaducto al puerto Exterior o puerto Nacional” como camino más lógico para la salida buscada al río. Las gestiones dieron sus frutos, resolviéndose aprovechar la infraestructura que brindaba el “muelle nacional”, para beneficio del ferrocarril y de la ciudad.
Inmediatamente las autoridades del Ferrocarril Central Entrerriano, iniciaron las gestiones pertinentes ante la municipalidad local, cuya presidencia ejercía Carlos Jurado, para la extensión de las vías, desde la estación Uruguay, hasta su empalme con el viaducto al puerto exterior, en las inmediaciones de los actuales edificios de Prefectura y Aduana, donde estaba la playa de maniobras. Estas gestiones, dan lugar a un voluminoso expediente tendiente a la “traza de las vías”, dando lugar a expropiaciones de terrenos particulares, desalojo de ranchos construidos sin autorización el desmonte de la zona y lo más importante “la nivelación del cerro” que se encuentra en el trayecto previsto, en la prolongación de la calle Córdoba (actual Estrada).
La nivelación del terreno, para el tendido de las vía, implicó la construcción de “una trinchera” de aproximadamente 600 metros de largo, más los terraplenes para salvar los pantanos de la parte baja (actual calle Erausquín), lo que dio lugar a que la ciudad “quedara divida en dos”. Esta situación, llevó a las autoridades municipales a gestionar ante el Ferrocarril Central Entrerriano, en base al informe que realizara el Jefe de la Oficina de Delineación Municipal D Lorenzo Presas, que dice: “esta oficina, ha estudiado la manera de como remediar en parte, las interrumpidas” “comunicaciones entre el sur y norte de la ciudad, que fueron interrumpidas por las obras del” “Ferrocarril Central Entrerriano y no ve más recurso para restablecer la viabilidad que” “extenderse puentes en todas las calles donde el desmonte realizado (se refiere a la nivelación del “terreno) faciliten la circulación de los trenes, combinado este sistema de “puentes” con los de” “paso a nivel”, facilitando la comunicación entre ambos sectores de la ciudad, caso contrario la” “región norte quedará relegada y condenada a una vida efímera….”
Este informe es hecho propio por el Ejecutivo Municipal, dando intervención al administrador de las obras del ferrocarril Ingeniero G.F. Dansey y a las autoridades de la provincia que era la propietaria de la línea férrea. Al respecto, el Gobierno de la Provincia, el 9 de Octubre de 1886 se expide sobre el tema planteado expresando: …el gobierno, ha resuelto que la empresa haga lo posible ocupar solamente lo que es” “indispensable para que la vía de la calle Córdoba (actual Estrada) en el espacio comprendido” “entre la estación y el puerto muelle, dejando el restante para vía pública……”
“Al mismo tiempo se ha recomendado a la empresa, trate de construir uno o dos puentes” “en la misma calle, en el paraje donde la excavación sea más profunda, a fin de no entorpecer” “el tránsito…..”
La parte más profunda de la trinchera, era a la altura del Km 287 de la línea central, en su intersección con la calle Nº 1 (a partir del año 1916 Paraná -actual Antártida Argentina- Ordenanza Municipal Nº 1308/1948), lugar que en común acuerdo entre el ferrocarril y la municipalidad local , se selecciona para la construcción de un puente.
De esta manera nace el 1° Tropezón”, construido por la empresa del ferrocarril en el año 1887 , utilizándose para su construcción madera dura, de barandas bajas como se puede apreciar en una antigua foto que ilustra esta nota.
Simultáneamente, la empresa ferroviaria, para salvar el bajo de la calle Erausquín, construye un puente o alcantarilla de hierro, que fuera bautizado en la jerga popular como de los “los estudiantes” dado que por ahí cruzaban los fraternales en sus excursiones a la “Salamanca”
En puente tenía como misión unir los dos sectores de la ciudad, que el tendido de la via ferroviaria al puerto había dividido, formándose inmediatamente en el sector norte un populoso barrio, conformado en su gran mayoría por familias de estibadores portuarios que se les atribuía condiciones de “buenos bebedores” y que debido a lo desparejo del piso del puente ,cuando venían con algunas copas de más- “tropezaban”- lo que dio lugar que la jerga popular barrial lo bautizara con el nombre de “Puente Tropezón” y con el correr del tiempo fue adquiriendo fama a través de hechos “entre guapos y malevos” que más de una vez se citaran en el lugar para “saldar diferencias”, incorporándose al anecdotario de los memoriosos
El segundo Puente Tropezón: (El actual)
El viejo “Puente Tropezón” (de madera) sufre el embate de los años y las inclemencias metereólogicas, que deterioran su estructura que llevan a las autoridades del Ferrocarril (Ex Ferrocarril Central Entrerriano el que por venta a partir del año 1892 recibe la denominación “The Entre Ríos Railways Company Limited) a invertir en el año 1909 la suma de $1500 para su reparación integral
Pero ante el mal estado general de su estructura de madera, al año siguiente (1910) las autoridades ferroviarias deciden su “reemplazo por uno nuevo metálico…”trabajos que se llevan a cabo de inmediato, encontrándose a mediados del año en su etapa final de armado habilitándose al tránsito vehicular el 9 de Julio de 1910
A modo de aclaración de los lectores, si bien en el lado oeste de la baranda del puente se puede observar una placa de hierro que dice “USA-1906- significa que el puente fue construido en los Estados Unidos de Norteamérica en el año 1906, no teniendo relación con la fecha de emplazamiento y habilitación concretada el 9 de Julio de 1910.
El viejo puente “Tropezón” desde su habilitación hace más cien años, fue sometido varias veces a importantes reparaciones para mantenerlo en servicio, dado que su estructura metálica ha sufrido la inclemencia del tiempo y del uso, pero la principal causa fue el incremento del peso de los vehículos que lo transitan -desde los recordados carros, ha los modernos camiones que lo transitan- llegando a “poner en peligro su estructura” , delimitándose el peso de los vehículos- siendo su estructura con dos “caballetes” de hierro, utilizándose tramos de hierro del antiguo viaducto a la isla de las “Garzas”, que podemos observar en la actualidad
En el año 1993, al antiguo puente vehicular, se le “adosó” un puente peatonal en el lado “oeste” y se le hicieron importantes trabajos de conservación y reparación en su estructura y piso, que le han permitido permanecer “en pie” hasta nuestros días.
Texto: Rousseaux, Andrés, “El puente Tropezón”, Concepción del Uruguay, Edificios con historia, Tomo II
Aunque muchos “Concepcioneros” no lo saben, a fines de la década del treinta el Histórico Colegio del Uruguay fue objeto de una profunda remodelación encarada por las autoridades nacionales. Siendo su Director en el archivo del Museo “Casa de Delio Panizza”, el Profesor Gregori encontró un abundante material relacionado con todo el proceso pertinente a la demolición y posterior remodelación del Colegio. Es de suponer que dicho material se encuentra en este museo por cuanto Delio Panizza integró varias Comisiones que estuvieron vinculadas a la remodelación del Colegio.
En el mes de setiembre de 1936 el Sr, Luis M. Campos Urquiza, escribía a Delio Panizza una carta diciéndole: “Ayer el Sr. Presidente, dictó un decreto por el que se autoriza a la Dirección de Arquitectura a proceder a la demolición de parte del Colegio y vender en subasta pública sus materiales, así pues muy pronto se iniciará esa obra ansiosamente esperada”
A fines de la década de 1930 se intensificaron los trabajos por parte de la Dirección de Arquitectura, pero, en el año 1940 se esparce como reguero de pólvora en la comunidad educativa local una noticia preocupante: el ministro había firmado la orden de demolición del Histórico Mirador sin considerar que este, encerraba todo un pasado viviente.
La comunidad educativa uruguayense se movilizó. Firmada por los ex alumnos Wenceslao Gadea, Delio Panizza, Julio Reibel, Albino A. Romanzo y Pedro Martínez Piñón, circulo una invitación destinada a los ex alumnos del Colegio Nacional y a los que se convocaba para tratar el preocupante tema, en el diario “La Juventud” de fecha 11 de agosto de 1940 se publicó un artículo titulado “A los ex alumnos del Colegio Nacional y Convecinos”, que entre otras cosas manifestaba ” En conocimiento de que se proyecta continuar las reformas del edificio de “nuestro Colegio Nacional del Uruguay Justo Jose de Urquiza”, comprendiendo las mismas la supresión o demolición de su Mirador, cuya enhiesta silueta a más de haber sido testigo de tantos decenios de historia lugareña, constituye un rasgo característico, tradicional e insustituible del edificio, los suscriptos, entendiendo que es imperativo de un deber de tradición, de cultura, de amor a lo nuestro y de justa conservación, poner toda la voluntad y acción en el sentido de impedir la realización de tal proyecto, nos permitimos invitar a los ex alumnos de nuestro histórico viejo y querido instituto, y también a los vecinos que simpaticen con la idea a una reunión con objeto de cambiar opiniones y aunar propósitos al respecto, el próximo domingo 14 de agosto, a las 10 horas en el Centro Comercial”.
Por otra parte los miembros integrantes de la Comisión interesaron a los alumnos del histórico que ocupaban puestos clave en el orden nacional como los Dres. Antonio Sagarna y Campos Urquiza.
La reunión se realizó con marcado éxito y como resultado de la misma se elevó al Ministro de Justicia e Instrucción Pública de la Nación, Dr. Jorge e. Coll, un petitorio que entre otros conceptos decía lo siguiente: “El pueblo de Concepción del Uruguay, en cuya representación acuden a vuestra Excelencia las Entidades Culturales, Sociales y comerciales de la Ciudad; sus autoridades y vecinos, ha sido conmovido por un rumor que lo ha llenado de inquietud pues, de hacerse efectivo, irrogaría un enorme perjuicio moral.
“Según él, con motivo de las refacciones emprendidas en el Edificio del Histórico Colegio Nacional que fundara Urquiza y que llevé su nombre, se ha dispuesto ahora la demolición del Mirador, lo cual implicaría un error tal que creemos no le tolerará V .E. accediendo a nuestro pedido.
“De ahí, que efectuada una numerosa reunión de vecinos y ex alumnos fue designada le Comisión de los cinco miembros firmantes en primer término, a fin de llevar a V. E. un memorial explicativo y que, como ve V.E., su gestión es apoyada por entidades de la Ciudad, Autoridades y vecinos que signan la presente.
“No es posible Exmo. Sr. que precisamente en una época en que despierta ardorosamente el sentido y el sentimiento de la argentinidad pueda procederse con tanto “desconocimiento” de la historia y tanta falta de amor a lo nuestro y se decida la demolición de verdaderos monumentos como es el Mirador del Colegio del Uruguay cuya campana no sólo llamó a tantas generaciones de estudiantes, sino que tocó a la libertad en el Pronunciamiento y desde cuya cima, en 1852, fue dirigida la heroica defensa de la ciudad.
“Quitar al Colegio su Mirador, es arrancar de él su más típico y original ornamento un trozo de casi un siglo de historia lugareña, es cercenar uno de sus atributos característicos, es romper un símbolo”.
El petitorio fue elevado al Ministro con más de cien firmas de Autoridades, Instituciones, Periodistas, etc. Finalmente, la cordura primó, el Mirador fue restaurado y ahí está mostrando a las generaciones de alumnos y visitantes, toda una etapa histórica dónde se consolido la organización nacional.
Texto extraído de: Gregorí, Miguel Angel, ¿Sabía Ud. que en 1941 estuvo a punto de ser demolido el Mirador del Histórico Colegio?, Diario “La Calle” 15 de agosto de 1993 · Actualizado el miércoles