Pinturas de la Basílica Inmaculada Concepción. Las originales y las nuevas

El primer mural pintado fue el ábside (altar de la Inmaculada Concepción). El autor represento al Cristo Glorioso y Señor de todo el Universo y de la historia a quien la tradición eclesial lo llama: “Cristo Pantocrator”. (Foto: Jorge Duarte)

Nuestra Basílica abrió sus puertas el 25 de marzo de 1859, por primera vez y para todos sus fieles. En un principio fue un templo macizo, pero modesto y sencillo. Poseía tres altares costeados por el Gral. Urquiza.

Para el año 1880, comienza una época en que la devoción y el ánimo de decorar el templo, hacen que pasara a tener doce altares y el edificio se llena de filigranas de imágenes y colores. Este movimiento dura hasta 1930. Es en ese período cuando aparecen las pinturas de Ítalo Puccioli, seleccionadas por el Pbro. Amancio Rodríguez, ayudado por un grupo de damas notables de la ciudad. Las pinturas fueron realizadas entre los años 1901 y 1902, lamentablemente años más tarde se pierden por la humedad del lugar y falta de mantenimiento (1960).

A casi 100 años de aquel trabajo de Puccioli y del que sólo nos han quedado algunas fotos, nace un nuevo proyecto pictórico, que recupere la belleza del edificio, además de propiciar el encuentro y reencuentro con la Divinidad. Es así que el pintor seleccionado fue Raúl González de la ciudad de Paraná.

El primer mural pintado fue el ábside (altar de la Inmaculada Concepción). El autor represento al Cristo Glorioso y Señor de todo el Universo y de la historia a quienes la tradición eclesial lo llama: “Cristo Pantocrator”, es decir el Cristo del final, el cristo que nos vendrá a buscar. Con esta imagen se quiere subrayar la Fe de los fieles. También en este mural, el autor pinta un rio, el Uruguay, vegetación al costado, representando la vegetación de las islas y detrás una ciudad, que sería Concepción del Uruguay.

En segundo lugar, pinta la Cúpula y Pechinas, (crucero central), dedicado a la VIRGEN, donde hace un cielo con la Inmaculada Concepción, acompañada a la derecha por Santos y Beatos venerados en Argentina y a la izquierda los venerados en América Latina.

Cuatro pechinas sostienen a esta cúpula que está 28 metros de altura y tiene 13 metros de diámetro. En ellas pinta a los cuatro Evangelistas, haciéndolos en este caso con rostros latinoamericanos.

Luego pinta el ábside lateral derecho (altar de Nuestra Señora del Carmen). Este mural se llama, “La Anunciación del Ángel a la Virgen”. Representa el ángel en el momento en que le avisa a María que sería madre y la generosa respuesta de esta accediendo a la voluntad de Dios. En esta representación se ve en el centro a la virgen recibiendo al ángel, a la derecha representa a todas las Santas y a la izquierda hace una escena de nuestra era, donde están las mujeres entregando al virgen pan casero y naranjas. Dos productos importantes en Entre Ríos, trigo y citrus.

En el ábside lateral izquierdo (altar del Sagrado Corazón), representa el día de Pentecostés. En este mural representa a la Virgen en el medio con los Apóstoles recibiendo el Espíritu Santo. A la derecha de esta pintura entre otros vemos a Don Bosco con los jóvenes y a la Madre Teresa con los enfermos, a la izquierda, una ciudad, Damasco (según la biblia inmediaciones de esta es donde la Virgen se reúne con los Evangelistas) y votes, pues los Apóstoles eran pescadores.

Y por último el frontón posterior o pared del coro, (Balcón del coro) aquí nos hace el Nacimiento de Cristo. Se puede ver que en este pesebre hay un árbol de manzana, esta Adán y Eva, están los Reyes Magos, Santa Teresita y fría y también vemos al Papa Francisco y a su pie San Francisco, el santo por el que toma su nombre. José preparando el lugar donde acostaran al niño y la Virgen con el niño, a su lado.

(Fuentes: Folleto de Parroquia Basílica de la Inmaculada Concepción. Programa pictórico. Charla con el artista plástico Raúl González).

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