En anteriores artículos nos hemos referido a la amplia inmigración italiana que llegó a nuestra ciudad Concepción del Uruguay. Estaban dadas las condiciones de vida que seguramente buscaban aquellos italianos que vinieron en los primeros años del siglo XX, alejándose de la Primera Guerra Mundial.
Concepción del Uruguay les ofrecía un lugar pujante para la vivienda y un puerto prometido de gran trabajo, que llevaría a estos italianos, en su mayoría panaderos, herreros y constructores, a tener paz y trabajo. En el aspecto constructivo muchos se destacaron, tal el caso de Santiago Giacomotti y D’Afarra hermanos, y también fue el caso de los hermanos Nichele, Atilio, Justo y Adriano, quienes llegaron de su pueblo natal, Monastier di Treviso, Italia.
Primero llegaron a nuestro país en el Vapor Duca D`Acosta, Atilio Valentín Nichele de 18 años, había nacido el 14 de febrero de 1904 y Justo (Giusto) Bruno de 16, quien había nacido el 23 de febrero de 1906, era el año 1924. Unos años después llega Adriano, el hermano menor, quien viajó en el Buque Belvedere, llegando en el año 1935, con 24 años, había nacido el 24 de noviembre de 1910. Era el menor de nueve hermanos, Amalia, Carolina, Armando, Atilio, Justo, hermanos mellizos que no se recordaban sus nombres, Ernesto y Adriano. Sus padres fueron Bartolo Nichele y Anna Mattiuzzo. Se educaron en su ciudad natal y fueron profesionales en la construcción, precisamente frentistas.
Atilio, el mayor, creó una empresa constructora, en 1938 a la que llamó: “Atilio V. Nichele”, aunque ya venía desempeñándose en el rubro de la construcción, participando en ella su hermano Adriano. Trabajaron junto al Ing. Zuccherino en varias obras, persona reconocida en el medio uruguayense. Atilio fue Vocal del Centro de Construcciones y anexos de Concepción del Uruguay, demostrando su integración con la comunidad concepcionera.
Adriano, en Concepción del Uruguay, comenzó con un bar y almacén, tal como se estilaba en esa época en la esquina de calles Alberdi y Mariano López. Pasa el tiempo, cierra el negocio y se une a su hermano Atilio, dedicándose a la construcción.
Esta Empresa Constructora, contemporánea de nuestra población, comenzó con sus primeros trabajos en Mar del Plata, construyendo chalets, con revestimientos en piedra y revoque, jardín y rejas en el frente. Algunas obras públicas en que participaron con la Empresa fueron: Escuela Nº 23 “Las Tunas” en Misiones, Casino de Oficiales en Villaguay, cinco pabellones de movilización drogas e inflamables en cuarteles de Paraná, Pabellón antituberculoso en Policlínico Regional del Litoral en Concepción del Uruguay y construcción de la actual Sala de salud Dr. Giacomotti, Edificio del Banco Hipotecario en el que actualmente está el Juzgado Federal; Instituciones como Aero Club, Centro de Constructores y Edificio Centro Comercial de nuestra ciudad, además de algo emblemático, la construcción del monumento a los Italianos, conocido popularmente como “a la loba”. En la construcción de los denominados “chalets” lograron verdaderas obras de arte.
En nuestra ciudad aún se conservan muchas de sus construcciones como en calles: 21 de noviembre y Sarmiento (año 1928), en Antártida Argentina al 540, en Almafuerte y Gral. Juan Perón (aquí se puede ver en la pared la placa que puso la Empresa Constructora). En Erausquin y Galarza, esta casa fue modificada años después de su construcción conservando las líneas arquitectónicas iniciales y en España 230, se conserva una casa, donde lo único nuevo es la reja en el frente.
La Empresa va creciendo y aparecen en escena las casas de dos plantas, planta baja negocio y alta vivienda familiar. Tal es el caso de sus viviendas, la de Atilio en 9 de julio y Zaninetti y sobre calle Zaninetti, la de Adriano. También en calle 3 de febrero 73, vemos una casa con revestimiento en mármol, balcones y ventanales. Otro ejemplo del modelo impuesto por la Empresa en calles Sarmiento y Rivadavia. En Artigas 60, la casa actual fue modificada, pero conservan aberturas y rejas primitivas. También construyeron estaciones de servicios, en Supremo Entrerriano y Galarza (hoy ya no la tenemos), y en Mitre y Supremo Entrerriano. Participan en la construcción de la Planta de YPF, en la Costanera Paysandú.
A mediados de la década de 1960, la empresa de los hermanos Nichele, afronta sus dos obras más importantes, una por la monumentalidad, y la otra por su significación, nos referimos, claro está, a la construcción del edificio del Centro Comercial, segundo “rascacielos” de la ciudad, con un revestimiento en vidrio molido, color mostaza y del Mausoleo del Gral. Justo José de Urquiza, en la Basílica de la Inmaculada Concepción (1967).
El edificio del Centro Comercial. En octubre de 1964, la Comisión Directiva del Centro Comercial aprueba los pliegos para el llamado a licitación para la construcción del edificio. El 17 de noviembre de 1964, en una asamblea extraordinaria convocada al efecto, se aprueba el contrato que la Comisión Directiva había firmado “ad-referéndum”, con la empresa constructora Atilio V. Nichele. El edificio en torre constará de planta baja, garajes, bauleras, galería comercial y 16 pisos de departamentos. El 12 de diciembre del mismo año, se firma el contrato definitivo de construcción del edificio con la empresa de Don Atilio V. Nichele, teniéndose previsto iniciar los trabajos en los primeros meses del año siguiente.
El 22 de enero de 1965, se inician los trabajos de estudios de suelo, tareas que estuvieron a cargo del ingeniero Hugo V. Vercelli, para determinar el cálculo de las estructuras con el arquitecto Schettini.
Para septiembre de 1966, se habían vendido 26 departamentos para viviendas, quedando sólo 13 disponibles, además de los locales comerciales de la futura galería. A fines de enero 1967, la obra se encontraba en el piso 14, faltando dos más para completarla, pasando a ser el edificio de mayor altura de la Provincia de Entre Ríos de esa época, teniéndose previsto su finalización total para fines de 1969. El 15 de julio de 1968, se entregan los 27 locales de la galería comercial, a quienes los habían adquirido y son inaugurados el 21 de julio, constituyéndose en la primera galería comercial de la ciudad. De inmediato, se instalaron diversos comercios, entre ellos: “Foto Ricardo”, sucursal de “El Sportman”, “La Candela”, “Karina Calzados”, “Decoraciones Seven”, “Foto Yusty”, “Leopardo Turismo”, sucursal de la tienda “Víctor Niño”, etc. Cabe destacar que los locales de la galería no sólo se destinarían a comercios, sino que también en ellos se podían instalar oficinas y profesionales, tal como se puede ver en la actualidad. A partir del mes de julio de 1969, la venta de departamentos y locales comerciales, pasan a estar a cargo del Banco de Entre Ríos, el que acuerda 15 años de financiación especial a los compradores, completándose la venta de los departamentos.
En el mes de julio de 1970, el “Centro Comercial” llama a licitación para la explotación del restaurant, bar y salón de fiestas de su sede social, sita en el 1° piso del “Edificio Centro Comercial”, adjudicado al Sr. Alejandro Castro, inaugurándose el 8 de diciembre de 1970, con una nutrida concurrencia.
El Mausoleo del Gral. Justo José de Urquiza. En 1965, ya fundada la Comisión de Lugares y Monumentos Históricos local, su presidenta Doña María del Carmen Miloslavich de Álvarez presenta a la comisión la idea de que se debería hacer un Monumento al Gral. Urquiza en la ciudad. Con motivo de la inauguración de la Central hidroeléctrica “Caseros”, el 3 de febrero de 1965, visitan la ciudad el Vicepresidente de la Nación Dr. Carlos Perette, el Gobernador de la provincia Dr. Carlos Contin, a quienes les solicitan ayuda económica para tal proyecto. Ese mismo día frente a la tumba del Gral., los mandatarios al referirse al caudillo entrerriano manifiestan que merecía tener un gran mausoleo. Por supuesto que las autoridades locales no dejan pasar este comentario y se ponen a trabajar.
Se solicita permiso a las autoridades eclesiásticas, el Obispo de Gualeguaychú Monseñor Jorge Chalup, no se opone, pero manifiesta: “Habrá que ver cómo se hace, pues los restos del Gral. Urquiza no pueden ponerse a la altura del piso – y agregó –pues todo lo que está sobre el piso es materia de culto”.
Siempre con el trabajo de la Comisión de Monumento, se fueron llevando adelante los trámites que llevaron a concretar el Mausoleo que hoy tenemos en la Basílica. Se trabajó en un proyecto inicial que estuvo a cargo de Luis Gonzaga Cerrudo, el que no prosperó. La Comisión de Monumentos y Lugares Históricos Nacional mandó a nuestra ciudad al Arq. O’ Conord, quien ya traía una idea de cómo debía ser la obra: “un recinto cerrado en forma oval que tuviera en la parte de arriba una baranda de hierro forjado desde donde se podría mirar el mausoleo que estaría abajo y en un pedestal de mármol levantado algo del piso que sostendría en su parte superior el ataúd”, que a la postre resultó muy parecida a la obra final.
La Dirección de Arquitectura de la Provincia hace los planos, los que fueron aceptados por el cura Párroco de la Basílica, padre Fiorotto, por la Comisión de Museos y Monumentos Históricos Nacional y visados por la Asesora de Historia del Gobierno, Srta. Beatriz Bosch. Logrado esto, el 25 de abril de 1966, se abren los sobres de los oferentes presentados para la construcción de la obra, fueron dos: Atilio V. Nichele y Peresson-Cimiotti, ambos locales. Recayó la elección finalmente en la empresa de los hermanos Nichele.
Fue construido en el lugar donde se encontraron los restos del Gral. en el año 1951. Tiene mármoles argentinos, contando con uno central que posee un medallón de bronce del busto del Gral. Urquiza, realizado por el escultor Sr. León Nux. Estando al principio prevista la inauguración para el 1° de mayo, finalmente fue realizada el 7 de mayo de 1967, con la presencia del Presidente de facto, General Juan Carlos Onganía, el Gobernador de la Provincia Brigadier Fabre, el Intendente Dr. Lucilo B. López y demás autoridades.
Atilio se casó con Luisa M. Baloni y tiene dos hijos: Carlos y Anabel, falleciendo 23 de marzo de 1982. Justo Nichele se casó con Laura Simonetti, muere trágicamente el 15 de febrero de 1940, dejando tres hijos: Ítalo, Hugo y José.
Adriano se casó con Francisca Clara Ibarra y tiene dos hijas: Susana y Adriana. Tuvo una reconocida vida en la sociedad uruguayense, desde su participación en el coro de la ciudad, como por su famoso hobbie en quintas de verduras que luego regalaba, plantaciones de flores, especialmente gladiolos, y por el loteo Nichele que constituye Villa Las Lomas Norte, ayudando a gente trabajadora a adquirir su terreno, muy recordado aún hoy por los vecinos de ese barrio, se puede decir, con justicia que Adriano contribuyó con su loteo a urbanizar una importante zona del oeste de la ciudad. Adriano falleció el 18 de marzo de 1988. Todos los hermanos descansan en el cementerio municipal de C. del Uruguay.
Actualmente, en lo que fuera su chacra se encuentra emplazado el Adriano Apart Hotel, edificado a partir de los galpones de acopio de materiales construidos por ellos, siendo el mudo testigo de un tiempo de arduo trabajo y esfuerzo, de estos italianos afincados en nuestra ciudad, dejándonos sus obras y su familia, entre nuestros pobladores.
Texto: Civetta, María Virginia y Ratto, Carlos Ignacio. Fuentes: Datos y fotos suministrados por Susana Nichele. Rousseaux, Andrés, “Concepción del Uruguay, edificios con historia”, Tomo III, Concepción del Uruguay, 2013. Zaffaroni, María L. “Anales” (2ª edición) y Miloslavich de Álvarez, María del C. “Los Restos del Gral. Urquiza. Construcción del Mausoleo”