Heladería Dany´s, la más tradicional de Concepión del Uruguay

Vista del primer local de la, en ese entonces, Confitería y heladería Dany’s, puede verse el mostrador de frente y los distintos productos de confitería en el exhibidor. Foto c. 1970

En nuestra ciudad son pocas las empresas o pequeñas empresas que hayan superado los cincuenta años de vida y que aún continúan con el impulso de sus primeros tiempos.

Hoy vamos a contar la historia de una de ellas, que aún perdura en la ciudad y estamos seguros que nos acompañara por muchos años más. La heladería Dany´s

Fue fundada en noviembre de 1968 por Daniel Ángel Claramunt, hijo de doña Juana Bulay y Teodoro Claramunt. Era una familia de trabajadores con cuatro hijos. Daniel, nació en Concepción del Uruguay y desde muy chico supo del trabajo. A los 12 años ya repartía leche para ayudar a su familia.

Con 14 años entra a trabajar en la Confitería Parra, ubicada en calles 3 de febrero y San Martin (dónde hoy se encuentra el restaurante “Danubio Azul”). Hacia todo tipo de trabajo inclusive mandados. En esta confitería aprendió además del armado de sándwiches, el arte de elaborar helados. Esto último fue lo que le intereso, y a lo que le veía mucho futuro, a pesar que a sus ocasionales patrones no lo veían redituable, y priorizaban otros productos del comercio, como los sándwiches de miga o la bombonería.

En el año 1962 se casa con Olga Lemos, con quien tiene dos hijos, Alejandro y Diego.

La Heladería y Confitería Dany’s

Vista del primer local de la, en ese entonces, Confitería y heladería Dany’s. Foto c. 1970

Es ella quien anima a Daniel Claramunt a independizarse y es cuando decide comprar el terreno ubicado entre Basílica de la Inmaculada Concepción y el edificio Guini. Este terreno formaba parte de la antigua residencia de la familia Piñón, al fallecer su dueño original, los herederos de la antigua casona de Juan Piñón, la ponen en venta, por intermedio del rematador local Valle y Squivo, siendo adquirida el 30 de Octubre de 1957 por los reconocidos comerciantes uruguayenses Moisés y Samuel Guillermo Guini, firmando la correspondiente escritura, en representación de los herederos, Mariana Francisca Piñón de Fernández, interviniendo en el acto notarial la Escribana M. Lema de Cortiñas. Luego en ese terreno se construiría el edificio Guini.

Por solicitud de la iglesia, los descendientes de Piñón, dejaron una franja de terreno, con una antigua construcción, entre el predio adquirido por los hermanos Guini y la basílica. Parte de ese predio, la iglesia lo destino al funcionamiento de la Santería “El Verbo” y el resto, fue alquilado primero y luego adquirido por Daniel Claramunt para instalar ahí su heladería y confitería.

Daniel Claramunt alquila el local en el año 1968, el que finalmente compra, ayudado por un crédito bancario, a fines del año 1971, y luego de acondicionar las instalaciones para este nuevo emprendimiento (anteriormente había funcionado en ese lugar una tienda llamada “El mirlo blanco”), abre finalmente sus puertas en noviembre de 1968.

Hasta el año 1974, la heladería y confitería Dany’s, funcionó en  la vieja construcción, y no solamente era heladería, como la conocemos hoy, sino que además, a la usanza de aquellos tiempos, era además confitería, es decir que se vendían caramelos, bombones, chocolates, todo suelto al peso, masas y sándwiches. El local de ventas era más chico, aproximadamente la mitad del actual salón de ventas. Vale recordar que en ese mismo lugar, años antes de la tienda funcionó la conocida y recordada Confitería y heladería “Ramírez”.

En primer momento el mostrador estaba ubicado de norte a sur del local de atención, tal como se puede ver en alguna de las antiguas fotos que acompañan esta publicación.

Muñeco alusivo al carnaval colocado en el frente de la heladería, en el año 1972

Eran pocas las heladerías que elaboraban sus propios helados para fines de la década de 1960, Daniel recuerda a las heladerías “Uruguay”, de la familia Sittoni, “La Pequeña”, de Ricardo Ratto y otra que ha quedado olvidada en el tiempo, la Heladería Albis, también de elaboración propia o artesanal, ubicada sobre San Martín y bulevar Aráoz.

Por aquellos tiempos, se usaba contar con “heladeros”, que subidos a bicicletas recorrían las calles de la ciudad durante el verano, haciendo sonar una campanita y dando su clásico llamado, que era una fiesta para los chicos de entonces: “Tacita, palito y bombón helado”, tal vez los más recordados sean los de Bonafide, que tenía su comercio en calle Galarza, frente al colegio, pero, durante muy breve tiempo, la Dany´s también tuvo heladeros que recorrían las siestas de Concepción del Uruguay.

También, en aquel entonces, llevó sus helados a Pronunciamiento, lo hacían en un Fiat 1500.

La aceptación de los helados y demás productos de la Dany’s, fue casi inmediato, tal es así que en el año 1971, obtiene el “Certificado de oro en popularidad” para el rubro heladerías, años 1971 y 1972, superando a la RYS, que se ubicó segunda y a la Dión, que ocupó el tercer lugar.

Nuevo edificio, nuevo local

Inauguración del nuevo local en 1974

En el año 1974, la vieja construcción es derrumbada y en el lugar es edificado un nuevo local, en un emprendimientos que iba, en principio, a consistir en un edificio de cinco pisos, reservándose la planta baja para el local comercial. Era un proyecto de gran envergadura, pero quiso el destino que esta pareja terminara separándose en el año 1975, quedando inconcluso esta construcción, alcanzándose a edificar solo la planta baja y el primer piso, tal como se lo puede ver en el día de hoy.

Con esta reforma, se amplió casi al doble el salón de ventas, se cambio la orientación del mostrador y se reubicó la fábrica, que funcionaba en el mismo lugar. Antiguos clientes, recuerdan de esa reforma la hermosa araña que colgaba sobre un voladizo entre el primer piso y el salón de ventas.

Al momento de realizar las excavaciones para la edificación de los cimientos del nuevo emprendimiento, en 1974, fueron encontrados restos de una construcción similar a un túnel, el mismo estaba ubicado al fondo del terreno, y, parecía salir de la iglesia. El mismo estaba tapado de tierra y escombros. Si estos restos pertenecían a un túnel que conectaba a la basílica con el Colegio nunca se sabrá, ya que quedo sepultado en los cimientos de la nueva construcción.

Al momento de su reinauguración, se generó una situación muy especial, ya que el bloque de concejales de la UCR, presentó en 1973, un proyecto de Ordenanza que tenía como fin expropiar el terreno dónde se construiría la nueva heladería, argumentando que ese nuevo edificio perjudicaría la visión de la Basílica, el objetivo de ese proyecto, que finalmente no prosperó, pretendía “preservar la estética y la perspectiva del conjunto arquitectónico”, que ya se hallaba comprometido por la construcción del edificio Guini, a mediados de la década de 1960.

Otra situación que trajo esta remodelación, es que desde ese momento, la Dany’s, dejo de ser confitería, para pasar a ser heladería solamente, como hasta nuestros días.

En el año 1983, Daniel, forma una nueva pareja con la Sra. Gloria Pinget, quien lo acompaña desde entonces, en la vida y fabricación de helados desde entonces.

Frente de la Dany’s ya con el local reformado, año 1985.

En los primeros años fabricaban una treintena de gustos de helados, siendo los más vendidos, los gustos de dulce de leche y chocolate en primer lugar y la vainilla y el limón en segundo término.

Hoy superan los sesenta gustos, una amplia variedad donde se elaboran helados a la crema, helados al agua, helados diet y en breve, helados para celiacos. Es de destacar que para los gustos tradicionales se siguen usando las mismas recetas con que se empezó a fabricar el helado, allá por 1968.

Con el tiempo, las clásicas máquinas elaboradoras de helado verticales, que necesitaban de mucho esfuerzo físico, Ya que había que manejar el helado con una gran pala de madera semejante a un remo, fueron reemplazadas por nuevas máquinas, de carga horizontal, originarias de Italia, las que permanentemente se actualizan de acuerdo a las exigencias del mercado y de las autoridades sanitarias. Esta nueva tecnología no impide que sus helados sigan siendo considerados “Artesanales”, ya que su elaboración es de pequeñas cantidades logrando así un producto de cualidades únicas. Esto también permite que siempre el helado que se ofrece sea fresco y recientemente elaborado.

En la actualidad, y como viene pasando desde hace ya varios años, Daniel no está solo, lo acompañan sus hijos, que le dan a la fábrica,  una impronta de actualidad, cuidando cada detalle y muy atentos al requerimiento de los clientes.

Anécdotas

Una de las épocas que podríamos llamar de oro fueron los años 1980, cuando fue el auge del turismo en nuestra ciudad. “Había momentos en que era tanta la cantidad de gente que circulaba en torno a heladería, la Basílica y la Delfina (Confitería, ubicada en San Martín y 3 de Febrero), que había noches que se cortaba el tránsito. Los escalones de la Basílica fue un lugar de encuentro, el lugar elegido por los jóvenes de muchas generaciones.

Otras épocas de gloria para la Dany’s fue cuando se llevaban a cabo los corsos en la plaza Ramírez, ya sea el tradicional de murgas, carrozas y cabezudos, en la década de 1970 y los modernos de comparsas, hasta mediados de la década de 1980, que es cuando esté comienza a decaer.

Una vieja foto muestra una ambientación realizada para estas fiestas, se trata de un gigantesco muñeco de alambre y tela que ornamentaba la entrada al local, construido por el artista local “Pajarilla” Ángel Sotelo, alguien que, según nos comenta, no tiene el suficiente reconocimiento de la ciudad por sus trabajos, sobre todos en carrozas y cabezudos del viejo carnaval. El “Negro Pajarilla” Sotelo era un amigo de la familia, quien aparte de armar las carrozas y trajes de muchos carnavales era quien vendía los clásicos copos de nieve, garrapiñada, globos y todo tipo de juguetitos en plaza Ramirez todos los fines de semana.

Por el local pasaron muchísimos famosos de nivel nacional. Entre los ya desaparecidos, Antonio Carrizo y Leonardo Simons en la época de Música en Libertad.

Frente de la Dany’s ya con el local reformado, año 1985.

Muchos de los entrañables personajes de la ciudad también han pasado y disfrutado de los helados de la Dany’s, entre ellos Pocho, quien iba en las siestas, cantaba y contaba las historias de su novia, la “Beba” y el recordado Luisito Bonato, gran vidrierista de la ciudad que trabajaba en la óptica Gargano y solía pasar por el local como seguramente por tantos otros, con una bolsa enorme de galletas que compraba para tomar mate con su mamá y que la repartía casi toda entre los conocidos comerciantes.

Otro personaje que solía concurrir a la heladería era Carlitos Schiavo, quien, recuerdan, que parándose junto al mostrador podía pasar un buen rato en silencio si no se le hacia su heladito. Hay otro personaje que nos visitaba siempre que una vez cansado de esperar su heladito, dio la vuelta al mostrador y se sirvió su helado. Solo lo observábamos y entre risas se fue muy tranquilo.

En 1990, se reforma el lugar, tomando la fisonomía actual, claro que con el paso de los años se van haciendo pequeños ajustes en la decoración, como por ejemplo la  colocación de fotos de la heladería en diferentes épocas, algo que atrae la atención de los clientes del lugar.

Esta familia de heladeros no inventó el helado, pero hoy, si pasan por el negocio, le recomendamos hacer una pausa y degustar de sus nuevos y clásicos helados “bien caseros”, algo cada vez menos común en nuestra ciudad.

Texto: Civetta, María Virginia y Ratto, Carlos Ignacio. Fuente: Conversación con Daniel y Alejandro Claramunt

 

 

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