Policlínico Regional del Litoral “Justo José de Urquiza”

Hospital “Justo José de Urquiza” a poco de ser inaugurado

Durante la presidencia del Dr. Victorino de la Plaza, en 1911, el Estado adquiere 30 hectáreas, para edificar un gran Colegio Tutorial, del que luego se desistió.
La Sociedad de Beneficencia de Concepción del Uruguay, consigue la donación de dicho terreno para la construcción de un nuevo Hospital, bajo la presidencia de Hipólito Yrigoyen, y gestiona ante los poderes nacionales su construcción, con la colaboración del Senador Martín Torino y el Diputado Alberto Carosini.
En diciembre de 1.923, el presidente Marcelo T. de Alvear dicta un Decreto creando el Policlínico Regional del Litoral “Justo José de Urquiza”. El nosocomio dependería de la Comisión de Asilos y Hospitales Regionales del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la Nación y su construcción se realizaría en el nordeste de la ciudad de Concepción del Uruguay. El día 4 de Abril de 1.925 se coloca la Piedra Fundamental del Policlínico Regional
A los pocos días de la colocación de la Piedra Fundamental comienzan las actividades,
Y es así que en el año 1.928 ya estaba concluida la primera su primera fase, que comprendía siete pabellones. Numerosos obstáculos de índole política y económica, entre ellos el golpe de estado que destituyó al presidente Yrigoyen y la crisis económica de 1930 fueron postergando su finalización y fecha de comienzo de la prestación de sus servicios. Finalmente se dio a conocer a la comunidad que el acto de inauguración del Policlínico sería el 29 de noviembre y comenzaría desde las 10 a 11 horas con la Llegada de Funcionarios Nacionales por vía fluvial.
Una vez inaugurado el Policlínico Regional del Litoral, solo quedaba por saber la fecha de su habilitación para ello, el Dr. Pascual Corbella, realiza un viaje a Bs. As. Al llegar de regreso el médico Director envía al Semanario La Juventud, un texto diciendo que el Policlínico comenzaría a funcionar el 22 de diciembre de 1931, tal como finalmente sucedió, En el año 2005 finaliza la obra del Nuevo Hospital, que también se vio atravesado por problemas económicos y políticos a donde se hubo que trasladar todos los servicios que se prestaban en el antiguo nosocomio. Desde el traslado, sólo dos dependencias quedaron ocupadas en el viejo policlínico: un centro de salud y el pabellón central donde en la actualidad es ocupado por la Sección Verificaciones de la División Investigaciones de la Policía de Entre Ríos.

Directores de la primera década
Dr. Pascual Corbella, desde la inauguración hasta el 31 de diciembre de 1.939. Dr. Oscar García, asume interinamente desde el 31 de diciembre de 1.939 hasta el 13 de abril de 1.940. Dr. Enrique Cirilo Sorcaburu, asume el 19 de febrero de 1.940 hasta el 24 de octubre de 1.940. Dr. Oscar García, asume el 24 de octubre de l.940 interinamente el cargo hasta el 25 de febrero de 1.941. Dr. Antonio Berrondo, asume el 25 de febrero de 1.941.

Fuente: El Estado y el Sistema de Salud al inicio del Siglo XX Policlínico Regional del Litoral ¨Justo José De Urquiza¨. Autor: Prof. Ramón Enrique Cieri. Artículo completo en: https://www.entrerios.gov.ar/hospitalurquiza/historiadelhopital.doc

El Castillo de Reibel

El Castillo de Reibel, vista completa del edificio

Se encontraba ubicado en calle Galarza y Máximo Álvarez, esquina noroeste. En el sector este de la ciudad, a pocas cuadras del riacho Itapé existió, ya  que con las remodelaciones que se han realizado prácticamente ha desaparecido, un singular edificio en torre, construido por orden de su propietario, el Doctor Francisco Martin Reibel en el año 1888, por el maestro constructor de nacionalidad italiana D. Ángel Luiggi o Luissi, en el solar (1/4 de manzana) en la esquina de la entonces calle N° 3 del este (hoy Máximo Álvarez) y Ciencias (actual Galarza).

Reseña biográfica del Dr. Francisco Martín Reibel

Nació el 5 de octubre de 1846,en la ciudad de Schlestad -Alsacia- Francia, graduándose de doctor en medicina a la edad de 24 años, participando como médico en la guerra franco-prusiana de 1870, en la que fue herido en dos oportunidades.

Las provincias francesas de Alsacia y Lorena, como consecuencia del conflicto bélico, fueron incorporadas al imperio Alemán, lo que motivó que el Dr. Reibel decidiera emigrar a la Argentina en el año 1871, ante una invitación que le hiciera su amigo D. Alejo Peyret.

Se estableció en la ciudad de Colón (ER) donde ejerció la medicina entre los años 1872 y 1884

El 24 de agosto de 1874, contrajo enlace con la Señorita Diana De Donatis, de nacionalidad italiana, de 17 años de edad, siendo éste el primer matrimonio civil llevado a cabo en la Argentina.

Independiente de sus actividades profesionales, desempeñó diversos cargos en la administración de la Colonia ” San José”; fundó y redactó los periódicos colonenses ” La Gaceta de Colón ” y ” El industrial”.

Fundó colonias y promovió exposiciones regionales de productos agrícolas, fomentó la siembra de la vid y la elaboración de vinos y alcoholes. Se desempeñó como médico de policía y de la municipalidad.

En enero de 1885, se establece con su familia en Concepción del Uruguay desarrollando una intensa actividad profesional. Al poco tiempo atendiendo sus relevantes cualidades, es convocado para ejercer la cátedra de alemán en el Histórico Colegio del Uruguay, asumiendo posteriormente la enseñanza de diversas materias por espacio de quince años.

Fue socio-fundador del establecimiento industrial “Destilería La Uruguaya “, conocida como la “destilería de Reibel”, donde se elaboraron diversas bebidas hasta su cierre en el año 1899.

Se desempeñó por dos veces como concejal municipal, presidente de la Sociedad Francesa de Socorros Mutuos, agente consular de la República Francesa, siendo condecorado por el gobierno de éste país con el título de “Oficial de Academia”.

Fue médico, industrial, docente y filántropo, falleciendo en nuestra ciudad a la edad de 53 años, en la extrema pobreza el lunes 10 de abril de 1899. Debiendo hacerse cargo de los gastos de su sepelio el rector del colegio Enrique de Vedia, quién cursó al Inspector General de Colegios Nacionales el siguiente telegrama “Acaba de fallecer en la pobreza nuestro digno profesor y cumplido caballero Dr. Francisco Martin Reibel”.

En su homenaje, la municipalidad local, en el año 1925, mediante Ordenanza N° 646/1925 impuso su nombre a la calle N° 148 (Ex calle B sud) y en el año 1949, el Ministerio de Educación de la nación le dio su nombre a la escuela N° 4 del Departamento Colón.

El castillo del Doctor Reibel

Los terrenos, donde se edificaría éste singular y particular edificio, de aspecto de “castillo europeo en torre”, pertenecieron originalmente al Sr. Rómulo Hermelo, quién se lo vende, con una fracción mayor, al conocido agrimensor de nuestra ciudad Juan Leo, comprendía todos los terrenos circundantes entre las actuales calle 8 de Junio y 9 de Julio, y desde Antártida Argentina hasta la ribera del Riacho Itapé.

El solar, (1/4 de manzana de 40 x 40 varas de la esquina de las calles 3 del este (hoy Máximo Álvarez) y Galarza es adquirido por el Doctor Reibel de la ciudad de Colón, en el año 1878 en la suma de $262, pesos m/n ,lo que demuestra su intención de radicarse en un futuro en nuestra ciudad.

En el mes de enero de 1885, la familia Reibel – De Donatis e hijos, se radican en Concepción del Uruguay, ocupando una casa arrendada mientras se construía su residencia (el futuro castillo de Reibel)

La obra estuvo finalizada para mediados del año 1888, habiendo estado su construcción a cargo del maestro constructor Ángel Luiggi o Luissi, de nacionalidad italiano, con quién lo unía una estrecha amistad desde la época que residiera en Colón.

El edificio, toda una novedad para la época y aún hoy, constaba de tres plantas “en torre” con una altura de quince metros desde el nivel del piso. Tenía la particularidad, que todas las habitaciones eran redondas, por lo cual se debieron construir especialmente los muebles, manteniendo ésa forma y adecuarlos a cada habitación. En el primer piso, se encontraba el comedor principal, con una mesa redonda en la que podían sentarse alrededor de quince comensales; en el segundo piso se encontraba el dormitorio del matrimonio y en el tercero los dormitorios de los hijos. Se accedía a los “pisos altos” por una hermosa escalera tipo “caracol”.

Poseía un amplio sótano, para depósito de víveres y bebidas, encontrándose debajo de éste la cisterna depósito de agua, lo que lo hacía extremadamente frío y adecuado para los fines que se había destinado. Desde el sótano, existía un túnel que comunicaba con los otros subsuelos de las otras dependencias del edificio.

El señorial edificio, fue el centro de la actividad social de la ciudad por varios años, siendo visitado por distinguidos personajes, entre los que podemos citar al dramaturgo y periodista Florencio Sánchez, los periodistas Eduardo Talero y Monteavaro.

Se comenta, que desde su torre, Florencio Sánchez, en su calidad de corresponsal del diario ” La Prensa”, mediante un catalejo observaba los desplazamientos de las fuerzas orientales en oportunidad de los enfrentamientos entre “blancos y colorados” en la costa uruguaya.

Al fallecer el Dr. Reibel en el año 1899, el castillo, como se lo conocía en la jerga popular, pasó a mano de sus únicos y universales herederos, su esposa Diana De Donatis e hijos.

Sus herederos, apremiados por la situación económica en que estaban atravesando, lo venden el 13 de diciembre de 1913, ante el escribano Diógenes Vallarino, al Sr. Federico Gans. En 1920, es puesto en venta por su propietario, con una base de $17.500, acorde avisos publicados por el periódico La Juventud de la época. A pesar de haberse presentado varios interesados, la operación no se realizó continuando en poder del Gans.

 El 28 de julio de 1928, Federico Gans lo vende al Sr. Miguel Esteban Mugherli en la suma de $16.000 pesos m/n interviniendo en la escrituración el escribano Wenselao Gadea. Miguel Esteban Mugherli, a su vez, el 31 de julio de 1933 lo enajena a favor de su hermano Nicolás Mugherli en la suma de $20.000, ambos de la localidad de Caseros. Al fallecer Nicolás Mugherli, la propiedad pasa a manos de su señora esposa y posteriormente a la distinguida historiadora Uruguayense, Doña Maria del Carmen Miloslavich de Álvarez.

A fines de 1973, empresarios de la Capital Federal, tuvieron la intención de alquilar el edificio para instalar en él una confitería bailable o club nocturno-whiskería, sin llegar a concretar el proyecto.

En víspera del fin del año 1973, en horas de la noche, se produjo en derrumbe de la cúpula de la torre mayor, de unos tres metros de diámetro y partes de las rejas que circundaban los pisos de alto, sin producir felizmente ningún daño.

Era notorio que la acción de los años y la falta de mantenimiento, iban mellando la resistencia del señorial edificio, lo que llevó a su propietaria, Sra. de Álvarez a hacer retirar todas las rejas que estaban en los balcones, para evitar ulteriores accidentes.

El 25 de abril de 1980, la Sra. Miloslavich de Álvarez, vende el lote donde se encuentra edificado el “castillo” a Luis Roberto Bonus y Elsa Mabel Blanc de Bonus interviniendo en el acto notarial el conocido escribano local Néstor Hugo Nichele. Sus nuevos propietarios, realizan importantes trabajos de remodelación del antiguo edificio, para adaptarlo a sus necesidades, lamentando que no se haya mantenido su estructura original, desapareciendo la clásica torre estilo medieval, estando hoy, prácticamente irreconocible a la vista.

Es muy lamentable que las autoridades locales del momento, cuando la Sra. de Álvarez, en dos oportunidades, quiso donar el edificio para destinarlo a un “centro cultural”, no hayan tenido la suficiente visión de aceptarlo y preservar éste patrimonio arquitectónico e histórico para la ciudad y que sin duda, podría haber sido un atractivo más en el circuito de turismo histórico de la ciudad.

Edición: Civetta, maría Virginia y Ratto, Carlos Ignacio. Texto: Rousseaux, Andrés, “El castillo del Dr. Francisco Reibel”, “Concepción del Uruguay, Edificios con Historia”. Tomo  III

 

Ultimo viaje de la Fragata Sarmiento como buque escuela

Arribo de la Fragata Sarmiento al puerto interior (1 de diciembre de 1938)

El 1 de diciembre de 1938 arribó al puerto de Concepción la Fragata “Presidente Sarmiento” (Su nombre fue en homenaje al Presidente Domingo Faustino Sarmiento quien tuviera como ideal que los jóvenes marinos recorrieran el mundo), en lo que sería su último viaje de instrucción alrededor del mundo (el N° 37) antes de arriar definitivamente sus velas como buque escuela. Su estadía en nuestra ciudad se extendería hasta el 5 de diciembre.                                                                                                                                                    
La recepción oficial estuvo a cargo del intendente Germán Ravenna, acompañado de los miembros de la Comisión de Homenaje. Una vez amarrado el buque, las autoridades de la fragata y de la ciudad, se dirigieron a la parte inferior de la explanada del muelle para descubrir una placa recordatoria de la visita, que aún hoy puede verse.

Entre las actividades que realizaron los marinos fue una visita al Palacio San José, una gran cantidad de personas si hicieron presentes en la ex residencia del General Justo José de Urquiza, para homenajear a los visitantes, que fueron recibidos por una delegación de la Comisión Honoraria encabezada por el Esc. Wenceslao Gadea y en la que figuraba también un nieto del General Urquiza, el almirante (R) Jorge Campos Urquiza. En el patio de Honor formaron los marinos ante la presencia de autoridades Nacionales, Provinciales y Municipales, además del público asistente, ejecutándose el Himno Nacional Argentino por una banda de músicos de Paraná. Luego, el Dr. Eufemio Muñoz, miembro de la Comisión Honoraria dio la bienvenida a los visitantes y el Dr. Delio Panizza leyó una poesía de su autoría, dedicadas a la nave.
Terminado el acto, una larga caravana de de visitantes se dirigieron a la Estanca San Pedro para asistir a un almuerzo ofrecido por la Sra. Justa Urquiza de Campos, nieta del general Urquiza, ocasión en que el capitán de la Fragata Sarmiento, Luis Malerba pronuncio un discurso. 

El 3 de diciembre, se realizó un homenaje a los caídos durante el combate del Arroyo de la China (1814), en esta ocasión, las autoridades, acompañadas por el Cónsul General de Grecia, que viajara para este acto, descubrieron en la zona del balneario Itapé una placa recordatoria de este histórico hecho, el texto de la misma decía “En estas aguas tuvo lugar el Combate del 28-3-1814. La Municipalidad de Concepción del Uruguay rinde homenaje a los caídos. 1938″. Esta placa, tiempo después fue robada, reemplazándola la Municipalidad por otra similar cuya única diferencia es que no menciona el año de colocación origina (1938). Finalmente, el 5 de diciembre dejo la ciudad con destino al puerto de Buenos Aires. Sin embargo, esta no fue la última vez que la fragata arribaría a nuestro puerto, aunque ya como “Buque de instrucción”.

La segunda visita se realiza entre el 30 de enero y el 3 de febrero de 1947, dónde entre otras actividades y agasajos, participan de los actos recordatorios del las batallas de caseros y San Lorenzo.

El tercer viaje a nuestra ciudad se concreta entre el 27 julio y el 1 de agosto de 1949, donde la histórica nave vino con el fin de participar de los actos celebratorios de los 100 años del Colegio del Uruguay, en esta oportunidad, como en la anterior los ciudadanos de Concepción del Uruguay pudieron subir a bordo para visitar la nave.

El último viaje hacia nuestro puerto lo realizo la Fragata Sarmiento entre el 28 y el 31 de agosto de 1959.

El 18 de Junio de 1962 el PEN dictó el Decreto Nº 5.589, que declaraba a la Fragata ARA “Presidente Sarmiento” como Monumento Histórico Nacional. Fue inaugurada como Buque Museo el 22 de Mayo de 1964. Hoy se encuentra amarrada en Puerto madero y puede visitarse esta embarcación que tuvo como último destino oficial como buque escuela, el puerto de Concepción del Uruguay.

Edición: Civetta, María Virginia y Ratto, Carlos. Fuentes: “Una visita memorable” Revista Panorama, 1939 y Rousseaux, Andrés “La Fragata “Presidente Sarmiento”, sus viajes a C. del Uruguay”, 1990

La Fragata Sarmiento: 
En 1893 el capitán Rivadavia elevó al señor jefe del Estado Mayor General de Marina, Contraalmirante Daniel de Solier, un proyecto para construir un buque-escuela para la Armada Argentina. Los fundamentos de Rivadavia lograron que las autoridades políticas los consideraran, concretándose el proyecto que derivó luego con la firma del respectivo contrato de construcción de la nave.
El 13 de setiembre de 1895, mediante decreto, el Capitán de Navío Manuel Domecq García fue designado comandante-inspector del buque-escuela a construirse. El nuevo navío fue construido en Inglaterra por el Astillero Laird Brothers, en Birkenhead. Las pruebas de mar tuvieron lugar el 19 de mayo de 1898 y cinco días después se probaba el armamento. El 30 de junio de 1898 se enarboló el pabellón nacional en la fragata Presidente Sarmiento.
A cargo del teniente Thorne, la Sarmiento zarpó de Liverpool el 14 de julio de 1898, con escalas en Vigo y en Génova. Navegando sólo a vela, arribó a la Rada Exterior del puerto de Buenos Aires el 10 de septiembre de ese año. 
Prestó servicios como buque-escuela entre 1899 y 1939, realizando 37 viajes de instrucción por todo el mundo, circundándolo en varias oportunidades y siendo siempre embajadora de Paz de la Nación Argentina. En sus escalas fue visitada por personalidades de la época, hoy figuras históricas como el Kaiser Guillermo II de Alemania o el Zar Nicolás II de. Participó además de la apertura del Canal de Panamá y la inauguración de la estatua de San Martín en Boulogne-Sur-Mer y la del Gral. Belgrano en Génova.
El día 18 de abril de 1938 la histórica nave zarpaba del Puerto de Buenos Aires para cumplir el último de los viajes de aplicación (Nº 37), que finalizaría en noviembre de ese año.
de Marinería y curso profesional de Cabos de Mar.
El año 1961 es el último como unidad naval pues a fines de Diciembre pasa a convertirse en Buque Museo de la Amada Argentina y se estudia su conservación y ubicación definitiva para su custodia

(Fuente: http://www.ara.mil.ar/pag.asp?idItem=112)

Escuela Normal de Maestras

Vista de la Escuela Normal a principios del siglo pasado

Edificio construido en el año 1914. Es la sede final de la segunda Escuela Normal de Maestras del país fundada por el Presidente Sarmiento por medio de un Decreto de fecha 21 de junio de 1869.

Su primera sede fue el edificio mandado a construir por el general Urquiza en 1869, en esquina de calles Galarza y Supremo Entrerriano (Municipalidad vieja), luego funcionó en el edificio de Correos, hasta trasladarse definitivamente a su nuevo edificio. Su superficie abarca cuatro manzanas.

El origen de la Escuela Normal Superior “Mariano Moreno” de Concepción del Uruguay se remonta a un acuerdo celebrado a mediados de 1869, entre el entonces gobernador de Entre Ríos, Justo José de Urquiza, y Domingo Faustino Sarmiento, presidente de la República.

Primer edificio de la Escuela Normal, luego fue Sede de la Municipalidad de C. del Uruguay.

Luego de un intervalo producido por los hechos que sucedieron al asesinato de Justo J. de Urquiza, el 7 de mayo de 1872, la Cámara Legislativa de la provincia de Entre Ríos sancionó la ley por la que se creó la escuela. Con la firma del gobernador Leónidas Echagüe y la de su ministro Secundino Zamora, la ley fue promulgada el 13 de mayo de 1872.

El primer edificio destinado a la Escuela Normal de Maestras del Uruguay, estuvo ubicado en calles Gral. Galarza y Supremo Entrerriano, conocido más como “La municipalidad vieja” ya que durante muchos años funcionó ahí la Municipalidad de Concepción del Uruguay. Para su construcción se tomó como modelo los planos de la Taskers School de Nueva York, siguiendo las orientaciones que enviara  Domingo F. Sarmiento quien impulsara la fundación de Escuelas Normales Argentinas.

Este plano era una escuela de dos plantas, allí, marzo de 1873, la Escuela abriría por primera vez sus puertas,

 El plano que reemplaza a este, fue de una escuela chica, con frente a calle 9 de julio, calle que la Municipalidad denominaba Avenida hacia el Puerto. El inspector Benjamín Zubiaur, realizo gestiones para que la superficie donada fuera un poco mayor. Obtuvo con la ayuda del pueblo y algunos políticos la cesión de dos manzanas más.

Esto hizo girar el frente del edificio actual a calle Jordana. De esta manera nuestra Escuela Normal, es única en nuestro país por su estructura y dimensiones.

Contó con un parque con Jardín Botánico, asesorado por Carlos Thays. Se intercambiaban especies autóctonas con el Jardín Botánico de Buenos Aires. En el frente posterior de la Escuela (calle Mariano López), había una quinta de citrus.

En 1858, se completará el nombre de la escuela con el de “Mariano Moreno”

Las rectoras de la Escuela Normal

1873 – 1899: Clementina Comte de Alió

El 17 de marzo de 1873 se da inicio a la misión de formar maestras en la Escuela Normal de Preceptores de Concepción del Uruguay. Se nombra la Directora a Doña Clementina quien lo fue por 26 años y tuvo la responsabilidad de organizar los primeros pasos de nuestra escuela.

El primer año, se recuerdan a las primeras alumnas que terminaron el año escolar: Concepción Calvento, Toriba Cuaz, Josefina Díaz, Dolores Ruiz Moreno y Tomasa Sánchez.

1899 – 1904: Miss  Isabel  King

Estadounidense, graduada en Ciencias de la Educación. Fue regente de nuestra Escuela durante los años 1884 y 1887, siendo también  Vice directora.

Su gestión se caracterizó por la iniciativa, fuerte y práctica, bajo una dimensión inteligente con prácticas educativas. Así como observaba las clases de los diferentes cursos, seguía a sus alumnas después de su paso por la Escuela, ayudándolas en dificultades que les podían surgir en su vida de egresadas.

1904 – 1910: Trinidad Moreno

Nacida en Concepción del Uruguay y egresada de la Escuela en 1881. Como todo docente de aquellos tiempos, trabajo primeramente en Córdoba y Rio IV, fundando y dirigiendo Escuelas de Niñas y Mayores. También fue profesora en La Plata. Y en 1904 es nombrada Directora de la Escuela.

Su gestión fue muy importante, fomentó el hábito de la lectura y la concurrencia a la biblioteca, proyecto un Cuerpo Médico Escolar. Apoyada por el Diputado Nacional Dr. Emilio Goudon y el Dr. López  gestionaron y logran la construcción del edificio actual.

En 1910 fue designada Directora de la Escuela de Córdoba, donde creo el Profesorado de Escuela Normal.

El emblema de la Escuela Normal

Corría el año 1949, el entonces Rector Prof. Lucio J. Macedo, tuvo la idea de representar al establecimiento con un emblema. Lo encargo a un profesor de dibujo de la casa.

“He imaginado, el que me complazco en ofrecer a la consideración de Uds., admirablemente traducido por nuestro distinguido compañero de tareas, el Prof., López Duhalde”. Palabras estas del Rector al someter el dibujo a consideración del resto del personal.

En la misma explica: “La idea central es la asociación de la dulcísima cosecha de la abeja con el trabajo útil, vinculado a la Patria por la bandera y la flor nacional”. Con la leyenda “Melicate Apes”, cuyo significado es: si no trabajas de manera ímproba o sea tenazmente todo se puede lograr.

Fue adoptado por resolución el 9 de junio de 1950.

Hoy, además de poseer los cursos de jardín de infantes, primario, secundario y terciario, es sede de la Facultad de Humanidades de la UADER.

Edición: Civetta, Virginia/Ratto, Carlos, texto extraído de Revista conmemorativa 140 años, Nosotros La Normal, 2013

 

Biblioteca Popular “El Porvenir”

Biblioteca “El Porvenir” a principios del Siglo XX. (Foto Mario Morasán)

Fue fundada el 22 de abril de 1872, en una asamblea reunida al efecto en uno de los salones del Histórico Colegio del Uruguay. Fueron más de 116 personas entre las que se encontraba el Gobernador de la Provincia los que tomaron esa decisión. Durante su larga vida la biblioteca funcionó en varias casas alquiladas o cedidas por personas interesadas en el progreso cultural de los habitantes de C. del Uruguay. En la década de 1880 funcionó en dependencias del Colegio “J. J. de Urquiza”, en 1896 se traslada a un predio cedido por el gobierno nacional en 9 de Julio y Leguizamón, lugar de que debió abandonar en 1906 al construirse en ese lugar el Juzgado Federal de C. del Uruguay.

En efecto, por Ley Nº 3381 de fecha 25 de Agosto de 1896, el Ministerio del Interior de la Nación resuelve donar a favor de la Biblioteca Popular “El Porvenir” de Concepción del Uruguay, la casa y parte del terreno propiedad nacional, de la esquina de las calles 9 de Julio y Mendoza (actual Onésimo Leguizamón), comprendiendo 24 metros sobre la primera y 17 metros sobre la segunda, gracias a gestiones que realizara el Uruguayense Dr. Mariano E López.
En la ley de transferencia del predio se establecía que la nación recobra la propiedad en caso “que la sociedad dejara de existir o se diese al bien donado, un destino ajeno a los fines de la “institución popular…”
En el año 1906, siendo Presidente de la Biblioteca Popular “El Porvenir” D José E Argüello y Secretario D. José Haedo, por Ley del 11 de Septiembre de ese año se “Ordena a la Biblioteca a “entregar el edificio y terreno que se le había donado en por (Ley Nº 3381/1896) en la esquina de “las calles 9 de Julio y Mendoza (Onésimo Leguizamón) por ser necesario para obras de “ampliación del Colegio Nacional del Uruguay…. (Obras aprobadas por Ley 5081/ 1907).
El gobierno nacional indemniza a la sociedad de la Biblioteca Popular con la suma de $ 20.000 pesos fuertes “que se destinarán a la construcción del local propio, que será levantado en “el terreno que la Institución posee sobre la calle San Martín de la ciudad de Concepción del “Uruguay (se refiere al actual edificio de la Biblioteca Popular El Porvenir”)
La transferencia del dominio del edificio y terreno se concreta el 2 de Abril de 1908 interviniendo en la escrituración el Escribano Público Francisco Martoq firmando el representación de la Biblioteca Popular “El Porvenir”, su Presidente Salvador Sartorio y en nombre de la Nación el Rector del Colegio Nacional del Uruguay “Justo José de Urquiza” Dermidio Carreño, actuando como testigos los ciudadanos Víctor Tófalo y Miguel Bordato.

Finalmente en el año 1914 se trasladó a su actual edificio en calle San Martín 782. Se destaca su mobiliario hecho en roble europeo y cristales importados con sus respectivos monogramas que actualmente se puede apreciar. A partir de 1937 funciona en su planta baja el Salón Municipal de Bellas Artes.

Canal de acceso al Puerto Interior

Canal de acceso, se puede ver una draga trabajando

En 1893, siendo intendente interino Dn. Agustín Carosini y con la colaboración de un grupo de vecinos entre los cuales se encontraba el Ingeniero Julio Henry y en razón de haberse obstruido el canal denominado “Boca Falsa” determinaban que las aguas del Arroyo Itapé se “estancarían” y atribuían a dicha causa los brotes de “Cólera Morbus” que había hecho estragos entre el vecindario, y sugerían la construcción de un pequeño canal que cruzara la “Isla de las Garzas” inmediatamente al sur del terraplén del ferrocarril que iba al puerto exterior, considerando que con ello se lograría la mejor renovación de las aguas. No olvidemos que en esa época la mayor parte del agua que consumía y/o utilizaba la población provenía del Arroyo Molino (Puerto Calvento-actual Salamanca) y/ o del Riacho Itapé (Puerto de Las Carretas, actual zona del Alto Nivel) donde cargaban las “Pipas” o “Toneles” los aguateros que suministraban el agua a la ciudad.

El vapor Rivadavia, el primero en ingresar por el canal (aún no habilitado) en febrero de 1907 (Foto: Gentileza Andrés Rousseaux)

A raíz de esta petición el Gobierno Nacional por Decreto del 25 de enero de 1894 designa una comisión integrada por el ingeniero  Octavio Esquer y Sebastián Ghiliazza como ayudante para que efectúen un estudio sobre el particular, asignándole una suma de $ 25.000 pesos m/n. Además de los fines sanitarios nombrados, se buscaba con el canal unir el Puerto Exterior con el llamado Puerto de las Carretas (interior), para evitar el viaje que debían efectuar las embarcaciones por el “Paso Cambacuá”.

Efectuado el “corte” de la isla, al “pico y pala” el canal no dio los resultados esperados, dado que no se sanearon las aguas y no permitió el pasaje de embarcaciones de cierto porte, sólo lo navegaban canoas o botes menores.

En 1899 se proyecta profundizar este canal y utilizar el material extraído para rellenar la zona de la ribera inmediata a las vías férreas y a los edificios de la Subprefectura y Aduana (zona actual donde se encuentra debajo del Alto Nivel), constituyendo esta obra el punto inicial para el futuro puerto “Nuevo” de Concepción del Uruguay.

Plano del puerto exterior indicando el canal sobre su lado sur

Este proyecto se materializa por el Decreto de fecha 13 de Junio de 1902 en que se dispone aumentar su ancho a 21,36 metros y la profundidad a 3,35 metros (once pies) a fin de permitir el ingreso de los vapores al Puerto Interior.

La erosión propia de las aguas y el dragado a que fue sometido permitieron el ingreso al Puerto Interior de buques de mayor calado siendo el primero en hacerlo el Vapor de la Carrera “Rivadavia”, propiedad del señor Mihanovich al mando del Capitán Dn. Juan Canoniero, a quien el pueblo de Concepción del Uruguay le obsequio con una medalla de oro en recuerdo de tan trascendente hecho para la vida de la ciudad.

Posteriormente, por Decreto de fecha 29 de noviembre de 1904 se autoriza al Ministerio de Obras Públicas a ampliar el canal de acceso al muelle de Ultramar del Puerto Interior ensanchando el mismo a 200 metros de ancho, 18 metros de profundidad y en una longitud de 1.300 metros con un presupuesto de $118.700 pesos m/n.

La inauguración del ensanche del canal estuvo presidida por el Doctor Enrique Carbó Gobernador en esa circunstancias de la provincia de E. Ríos (1901-1907).

El puerto interior sufrió con el tiempo diferentes modificaciones, las que continúan hasta la actualidad

 

Edición: Civetta maría Virginia y Ratto, Carlos Ignacio sobre  un artículo sin firma, Diario “La calle”, “El canal de acceso”, Suplemento Especial, 14 de junio de 1991

 

 

Centro Comercial de Concepción del Uruguay

Centro Comercial, revista “Panorama”, año 1939

El Centro Comercial de Concepción del Uruguay fue fundado el 22 de junio de 1913. En sus primeros tiempos estableció su sede en los altos del teatro 1° de mayo y más tarde consiguió del gobierno de la provincia de Entre Ríos el lugar que actualmente ocupa frente a Plaza Ramírez y que en 1922 fue transferido por una Ley especial de la legislatura entrerriana.
Su primer presidente fue el Dr. Mariano López, ocupando la vice presidencia el Dr. Eduardo Tibiletti (ex gobernador de Entre Ríos).
En la década de 1960 comenzó a construir el edificio que hoy alberga sus dependencias.

Primer edificio de la “Escuela Normal de Preceptoras” de Concepción del Uruguay

En la foto puede verse el edificio con un muro perimetral y se puede apreciar que aún no se había construido el Centro Comercial, sobre el lado derecho

El origen

La Escuela Normal de Preceptoras de Concepción del Uruguay tiene su génesis en el acuerdo convenido entre el gobierno de la Nación y el de la provincia de Entre Ríos, celebrado a mediados de 1869.

Era el Inspector General de Colegios Nacionales José maría Torres. Egresado de la Escuela Normal Central de Madrid y que había llegado a Buenos Aires en 1864. Poco después, consustanciado con la política educativa del presidente Sarmiento y su ministro Avellaneda, arriba a la función pública.

En 1869, el gobierno nacional lo envió a Concepción del Uruguay, por ese entonces capital de la provincia de Entre Ríos, para entrevistarse con Urquiza. El diálogo entre ambos fue muy productivo, ya que de esas conversaciones surgieron varios acuerdos que darán nacimiento, poco después, a los textos legales, tanto en el orden nacional como en el provincial, que determinaron el establecimiento de dos escuelas normales, una de mujeres y otra de varones, en la provincia de Entre Ríos, más precisamente en la ciudad de Concepción del Uruguay.

Según los acuerdos mencionados, el gobierno nacional se comprometió a establecer una escuela de preceptores anexa al Colegio del Uruguay, mientras que el gobierno provincial, asumió el compromiso de poner en funcionamiento, una escuela normal para mujeres en la ciudad capital de Entre Ríos.

La Escuela de Preceptores anexa al Colegio del Uruguay, fue creada por decreto del 19 de julio de 1869 y al poco tiempo inició su cometido.

El gobierno provincial se dispuso también a cumplir su compromiso aunque debió realizar una etapa previa: la construcción de un edificio apropiado, para la Escuela Normal de Preceptoras.

El 4 de agosto de 1869, el general Urquiza “en virtud de los arreglos hechos con el gobierno nacional de construir un edificio para la creación de una Escuela Normal de Preceptoras idéntica a la de niños que se ha establecido en el Colegio de Uruguay”, dispuso la erección de un local con arreglo a los planes presentados por el agrimensor Fossati.

El entonces Jefe del Departamento de Educación, Juan José Soto resumió de esta manera la labor realizada por el gobierno de Urquiza en relación a la creación de las escuelas normales. En su Memoria de 1869, expresaba: “La formación de profesores de instrucción primaria es la más trascendental medida para el porvenir de la Provincia, porque importa crear la más sólida de organización social y porque según la feliz expresión de un sabio estadista “ensanchar la educación es ensanchar las bases de la república pública”. Sin buenos preceptores es imposible tener buenas escuelas, y sin buenas escuelas, el pueblo no puede alcanzar la conveniente ilustración, ni ser, por consecuencia, verdaderamente libre y feliz. \/.E. comprendiendo perfectamente estas verdades, ha marchado rectamente al objeto y superando todo género de dificultades ha dado el gran paso de crear dos Escuelas Normales en esta capital, una de Preceptores y otra de Preceptoras. Aquella abrirá su matrícula en los primeros meses del año Próximo; en cuanto a la segunda, el infrascripto se va permitir entrar en algunos detalles, como que mereció la confianza de que V.E. se sirviera nombrarle miembro de la comisión que ha velado y dirigido la construcción del edificio. La creación de un Departamento de Educación, la fundación de una Escuela Normal de Preceptoras y a la vez, Escuela Primaria o Escuela Práctica de Enseñanza y el establecimiento de una Escuela Modelo de varones; todo eso realizado en cuatro meses y en medio de la más grande escasez de recursos, habla muy alto en elogio de la administración actual y muestra lo que el pueblo tiene que esperar de la acertada iniciativa de un gobierno tan laborioso como ilustrado”.

El año 1870 se abrió, pues, con magníficas perspectivas para la educación. En Concepción del Uruguay, ciudad que desde hacía veinte años cobijaba en su seno al Colegio Histórico, habrían de funcionar dos escuelas normales, una para varones y otra para mujeres.

Pero, el destino quiso otra cosa. La tragedia de San José y luego las luchas entre comprovincianos que ensangrentaron el territorio de Entre Ríos postergarían por mucho tiempo uno de los aspectos del ambicioso proyecto. En efecto, la Normal de Preceptoras, cuyo edificio se hallaba casi concluido, no pudo abrir sus puertas hasta marzo de 1873.

Por su parte, la Escuela Normal de Preceptores anexa al Colegio del Uruguay, la primera que funcionó en la provincia de Entre Ríos, continuó se labor por algunos años más hasta que, finalmente fue clausurada.

El primer edificio de la Escuela Normal de Preceptoras

Una vez formalizado el convenio entre el gobierno de la Nación y de la Provincia, el presidente Sarmiento, por decreto del 19 de julio de 1869, refrendado por su ministro Nicolás Avellaneda, dispuso que en razón de haber resuelto el gobierno de Entre Ríos la construcción en la ciudad de Concepción del Uruguay de un edificio para la fundación de una Escuela Normal de Preceptoras “se autorizaba a dicho gobierno para invertir cinco mil pesos fuertes de la subvención acordada por decreto del 14 de enero último, aplicándolos a costear, en parte la construcción de un edificio destinado a la fundación de la Escuela Normal”.

Con ese apoyo (material y político), el gobierno de Entro Ríos se dio a la tarea de levantar el edificio destinado a la Escuela Normal de Preceptoras de Concepción del Uruguay. Así, por decreto del 4 de agosto de 1869, se estableció que “en el terreno comprado últimamente a la Asociación Promotora del Progreso se proceda luego a la construcción que ha de servir para la Escuela Normal de Preceptoras, con arreglo al plano presentado por el agrimensor Juan Fossati”. Además, se encomendó la administración de la obra a una comisión de vecinos que el gobierno designaría y que sería presidida por el Presidente del Departamento Topográfico.

El interés de Urquiza por poner en funcionamiento lo antes posible la Escuela Normal quedó evidenciado con la celeridad con que se iniciaron los trabajos de construcción del edificio. El 12 de agosto de 1869, a sólo ocho días de haberse dado el decreto mencionado, comenzaron a abrirse los cimientos y cuatro meses después “el edificio se encontraba en estado de recibir el techo y merced a las economías hechas en la compra de materiales y en los contratos para las obras de carpintería, sólo se habían invertido 8.900 pesos bolivianos, quedando sólo pagar los tirantes, el esqueleto del techo, la última parte de las puertas y algo de su trabajo al arquitecto, todo lo cual importaría unos 4.500 pesos aproximadamente. El infrascripto (Juan José Soto, Jefe del Departamento Educación) calcula que terminada la obra, su costo no bajará de 25.000 pesos, siempre que se continúe con el sistema de economías adoptadas hasta hoy”.

El primer edificio que ocuparía la Escuela Normal de Concepción del Uruguay, construido especialmente con esa finalidad, se levantó sobre una superficie de 750 metros cuadrados en el terreno ubicado en la intersección de las actuales calles Galarza y Supremo Entrerriano, y se convirtió en el correr de los años, en sede de la Municipalidad.

El arquitecto se ciñó al modelo por entonces en boga en los Estados Unidos, al que se le hicieron algunas pequeñas modificaciones con el propósito de albergar en el mismo local al curso normal y a la escuela de aplicación. En consecuencia, el edificio, con verja y jardín a su alrededor, se construyó de dos plantas; la baja, compuesta de tres amplias aulas y piezas de servicio, y la alta, de cuatro aulas, una sala para la dirección y dos pequeñas piezas de servicio más otras dependencias indispensables.

Los sucesos de abril de 1870 y sus consecuencias, que se prolongaron por largo tiempo en la tierra entrerriana, paralizaron la obra cuando faltaban muy pocos detalles para su terminación. En el informe elevado el 18 de noviembre por el Jefe del Departamento Topográfico, Pedro Melitón González, en el capítulo correspondiente a Edificios Públicos, expresó que “Uno de los más importantes cuya construcción se ha abandonado después de hallarse ya muy adelantado, es el destinado para Escuela Normal de Preceptoras. Por acuerdo de fecha 4 de agosto de 1869 fue organizada una comisión encargada de la construcción de esa obra. La guerra vino a paralizar los trabajos ya al concluir el edificio. Todo quedó así y el Departamento Topográfico como encargado de las obras públicas -continúa el informe- pasó por este motivo una nota con fecha 7 de diciembre pasado al gobierno, diciendo que hoy que habían desaparecido las causas que motivaron la suspensión de los trabajos, y que la administración ha vuelto a su estado normal, sería inexcusable si se dejase por más tiempo abandonado y sin concluir ese edificio que tanto dinero ha costado y del que tanto bien se debe esperar para el adelanto moral e intelectual de quienes deben aprovecharlo, y que creía necesario la reinstalación de la comisión que según decreto debe ser presidida por el jefe de esta Oficina y demás disposiciones que creyese oportunas. El Departamento aguarda esas resoluciones para comenzar a dar nueva vida a este asunto”.

También el Jefe Político de Concepción del Uruguay, don Avelino González, se refirió al abandono en que se hallaba el edificio y a la necesidad de continuar la obra. En la Memoria correspondiente a 1871, daba cuenta que “este valioso edificio cuya obra fue interrumpida por la guerra, sufre deterioros como es consiguiente por falta de techos al primer piso y principalmente de puertas. Una obra de tanto costo expuesta a perderse en el estado que se encuentra, bien merece que el Excmo. Gobierno dispusiera su conclusión como lo había probablemente determinado”.

Pero el Jefe Político de Concepción del Uruguay, con un criterio excesivamente utilitario e influenciado por el escaso número de alumnos varones que por ese entonces cursaban sus estudios en la Escuela de Preceptores anexa al Colegio del Uruguay, terminó su exposición, con estas palabras: “A juzgar por el número de alumnos que hoy cursa el magisterio, no parece tan necesario, el edificio puramente al objeto que se destinaba, pero sería muy a propósito para tener en él además las escuelas primarias que demanda el crecido alquiler de ciento veinte pesos mensuales por las dos casas particulares que ocupan”.

El entonces gobernador de Entre Ríos, Leónidas Echagüe, apoyo a quienes reclamaban la terminación de este edificio para su fin original, y finalmente a principios de 1873, estaba listo para ser inaugurado.

Como se dijo, los sucesos de abril de 1870, interrumpieron la continuidad del proceso e impidieron a Justo José de Urquiza dejar culminada su obra. Así también lo entendieron los funcionarios del gobierno de Entre Ríos en 1872. Martín Ruiz Moreno, en la Memoria correspondiente a 1871, expresó: “La creación de este establecimiento es otra necesidad de la mayor urgencia”.

Es así que el 7 de mayo de 1872, se sancionó la ley que creó la Escuela Normal de Preceptoras de Concepción del Uruguay y que fuera promulgada por el gobernador Leónidas Echagüe el día 13 de ese mismo mes, de esta manera en un lapso de un año y nueve meses, volvía a crear se la Escuela en C. del Uruguay.

Debió transcurrir todavía algún tiempo antes de que el establecimiento creado por la ley a que nos acabamos de referir, pudiese iniciar su cometido. Mientras tanto, en la provincia de Entre Ríos se hallaban en pleno funcionamiento dos escuelas normales: la de Preceptores, anexa al Colegio del Uruguay fundada el ,19 de julio de 1869, y la de Paraná, creada también por el gobierno nacional, en virtud del decreto del 13 de junio de 1870. Esta última funcionó en el edificio que había sido casa de gobierno de la Confederación y se componía de un curso normal de cuatro años y de una escuela de aplicación con seis grados. Su primer director fue el maestro estadounidense Jorge A. Stearns. En sus comienzos, y de acuerdo con el decreto de fundación, la Escuela Normal de Paraná fue únicamente para varones, pero desde 1876 y a propuesta de su director, se admitieron algunas mujeres.

Presupuesto para la instalación y funcionamiento de la Escuela Normal durante 1873.

Creada la Escuela Normal por la ley del 13 de mayo de 1872 y terminado el edificio comenzado a construir en 1869 y aprobado su reglamento y y Plan de Estudios Por el gobierno de Entre Ríos, estaban dadas las condiciones para que el nuevo instituto comenzase a funcionar. En relación a esto, el Jefe del Departamento de Educación expresó al gobierno de la provincia, en nota del 23 de octubre de 1872 que, dadas estas condiciones, “hallo conveniente abrir la matricula desde el 1 de noviembre. Como el año escolar termina en noviembre y principia el 19 de febrero, soy de opinión que se postergar la instalación hasta el 1º de enero”.

La Escuela Normal de Preceptoras de Concepción del Uruguay fue, como ya hemos explicado, una creación de carácter provincial. Y por lo tanto funcionó dentro de esa jurisdicción durante algunos años. Por esa razón correspondió al gobierno provincial atender los gastos que demandó la instalación del establecimiento y las remuneraciones del personal.

La Ley de Presupuesto para 1873, previó los siguientes cargos: Una Directora, Una Subdirectora; Una Auxiliar y15 becas para alumnas maestras.

Debe recordarse que, al menos durante los primeros tiempos, el dictado de casi todas las asignaturas contempladas en el Plan de Estudios estuvo a cargo de la Directora y Subdirectora del Establecimiento y mucho debió bregar la primera directora, D. Clementina C. de Alió para que poco a poco fueran designadas nuevas profesoras para la atención de las distintas cátedras.

No obstante su carácter provincial, el gobierno nacional, en enero de 1973, resolvió “conceder una subvención de 600 pesos para ayudar a los gastos de instalación de la Escuela.

No era la primera vez que el gobierno nacional sumaba su aporte para posibilitar la erección de la Escuela Normal, asi fue que en julio de 1869, se autorizó al gobierno de Entre Ríos a invertir cinco mil pesos de la subvención que se le había, acordado a principios de ese año, “aplicándolos a costear en parte la construcción de un edificio destinado a la fundación de una Escuela Normal”.

Autoridades y primeras alumnas.

Martín Ruiz Moreno, en su carácter de Jefe del Departamento de Educación, pretendía que la Escuela Normal de Preceptoras abriera sus puertas en los primeros meses de 1873. Pero faltaba aún un paso más: la designación de las autoridades que debían regir la vida del instituto y cuyos cargos habían sido determinados expresamente por la ley de creación de 1872.

El 20 de enero de 1873, Ruiz Moreno se dirigió al Poder Ejecutivo proponiendo a la señora Clementina Comte de Alió, para Directora de la Escuela Normal y a la señorita Victoria Reingueissen, para vicedirectora. “Una y otra –agregaba- reúnen condiciones de instrucción y moralidad que conviene exigir para el desempeño de la dirección de ese importante establecimiento”.

 Al principio, Ruiz Moreno intentó obtener el concurso de una maestra normal de Chile, y al no conseguirlo centro su mirada en Clementina Comte, esposa del, en ese momento, rector del Colegio del Uruguay, doctor Agustín M. Alió, conocedor de del “grado de instrucción de la señora de Alió se empeñó nuevamente por conseguir que aceptase su propuesta y por fin pudo vencer la resistencia que ponía la modestia de la señora de Alió”.

El gobierno de la provincia de Entre Ríos, aceptó de inmediato la propuesta y, por decreto del 23 de enero de 1873, firmado por el gobernador Leónidas Echagüe y su ministro José Lino Churruarín, procedió a designar a “D. Clementina Conte de Alió, directora de la Escuela Normal de Preceptoras de la Capital (Concepción del Uruguay) y para vicedirectora a la señorita Victoria Reingueissen, ambas con la calidad de interinas”.

Apenas efectuada la designación oficial, Ruiz Moreno se dirigió a la señora de Alió en los siguientes términos: “El Gobierno de la Provincia de Entre Ríos ha nombrado a Ud. directora de la Escuela Normal de Preceptoras que debe instalarse el día 19 del próximo mes de marzo en esta capital”. Clementina respondió a Ruiz Moreno de la siguiente manera: “Comprendo la delicada misión que me impongo al aceptar dicho puesto, aprecio en todo lo que vale la confianza que en mi deposita el Exmo. Gobierno. Dedicarme con celo y buena voluntad a la difícil tarea de formar maestras que sean a su vez capaces de educar e instruir a la juventud de esta provincia, será el único modo de probar mi gratitud al país…”

Para que la Escuela Normal pudiese desarrollar plenamente su cometido, era necesario dotarla de una escuela de aplicación, donde las futuras maestras pudiesen realizar con comodidad y eficacia la práctica de la enseñanza. Por esa razón, el Departamento de Educación de la Provincia de Entre Ríos destinó para tal fin la Escuela de Niñas que dirigía la señora Lugarda R. de Pila, que quedo bajo la dirección de la Directora de la Escuela Normal.

Abierta la matrícula correspondiente, se inscribieron trece alumnas. Ellas eran: Segunda Calvet, Fermina Iñarre, Toribia Cuaz, Tomasa Sánchez, Margarita Chavaneau, Carmen Mendier, Dolores Barú, Dolores Ruiz Moreno, Josefina Díaz Concepción Calvento, Carmen López, Eva Fernández y Eudoxia Gerich.

Inauguración de la Escuela Normal de Preceptoras

Al Promediar el mes de marzo de 1873, las autoridades educativas decidieron que había llegado el momento de inaugurar, finalmente, la Escuela Normal de Preceptoras de Concepción del Uruguay.

Martín Ruiz Moreno propuso al Ministro General que la inauguración podría llevarse a cabo el domingo 16 de marzo, lo que fue aceptado, Fue así que en esa fecha, a la una de la tarde, se reunieron autoridades, alumnos y público en el local de la Escuela Normal. Fue ese día, y no el 17, y menos aún el 19 de marzo, como algunos han sostenido equivocadamente, que se procedió a la solemne inauguración. Cobraba vida la tercera Escuela Normal -primera para mujeres- que abría sus puertas en el territorio de Entre Ríos.

Las crónicas de la época indican que la ceremonia  fue presidida por el Gobernador de la Provincia y por la Clementina Conte de Alió, directora de dicho colegio y por el Presidente del Departamento de Escuelas.

“Muchas señoras, señoritas y caballeros concurrieron a ella; pero habríamos deseado fuera todavía mayor el número de las primeras”, refería la prensa local. En este acto hicieron uno de la palabra, el Gobernador, que declaro la apertura d ela Escuela Normal, la Directora, Clementina Conte, luego lo hicieron Ruiz Moreno y

Agustín Alió “pronunciando ambos brillantes discursos”, finalmente habló el Coronel González, quien fue “interrumpido varias veces por los aplausos de los concurrentes”. Concluido el acto, ·tuvimos el gusto de notar los méritos musicales de la señorita vicedirectora del Colegio, (…) quien tocó en el piano piezas de primer nivel”. Luego se paso a un salón dónde había preparada una mesa con refrescos.

Al día siguiente, lunes 17 de marzo de 1873, la Escuela Normal de Preceptoras de Concepción del Uruguay comenzó su actividad con la asistencia de ocho alumnas, a las que en el mes de abril, se sumarían otras cinco se iniciaron las clases de este proyecto soñado hacía más de 4 años por dos figuras como Sarmiento y Urquiza.

Este edificio que tanto había costado terminar, pronto quedó chico para el número de alumnas que concurrían a él, es así que la Escuela fue ocupando otros edificios, como el “Hotel Argentino” o la casa de Urquiza, hasta que en 1914 se traslada a su actual edificio que ocupa cuatro manzanas en el centro de la ciudad.

El viejo edificio de la Escuela, finalmente, es cedido a la municipalidad de Concepción del Uruguay para que allí instale sus oficinas, en efecto, el Gobierno de la Provincia de Entre Ríos a cargo de D. Ramón Mihura ofrece a la intendencia de la ciudad de Concepción Del Uruguay la cesión definitiva del terreno y edificio de la  ex  Escuela Normal de Maestro a fin que en el edificio se instalen las oficinas municipales. Por Ordenanza Nº 570 de fecha 23 de enero de 1924, es aceptada esa cesión. El municipio funcionará por casi 60 años  en el viejo edificio hasta el año 1984 en que se traslada al actual “Centro Cívico”, por lo que hoy en día es muy común mencionarlo como la “municipalidad vieja” en lugar de la “Vieja Escuela Normal”

Edición: Virginia Civetta y Carlos Ratto. Texto extraído de: Urquiza Almandoz, Oscar, “La Escuela Normal de Concepción del Uruguay. Su origen. Su fundación. Sus comienzos”

 

Maternidad “Juan A. Piñón”

 
Edificio de la Maternidad “Piñón”, en calle 9 de Julio y C. de Tucumán, esquina noreste
 
Se encontraba ubicada en la intersección de las calles 9 de Julio y Congreso de Tucumán en el edificio, que aún se conserva, y que por muchos años albergo a la Escuela de Música y a las oficinas de la Dirección de Turismo Municipal.
 
Su fundación se debió a una iniciativa del Sr. Juan Piñón, quien siendo presidente municipal fue autorizado a instalarla el 31 de mayo de 1919. Para concretar este proyecto el gobierno de la provincia donó a la Municipalidad de Concepción del Uruguay de la mitad del edificio que ocupara la antigua Escuela Provincial de Varones. El 31 de mayo de 1920 se inauguró la nueva maternidad. En enero de 1922 fallece el Sr. Juan Piñón, por tal motivo en mayo de ese mismo año se le dio su nombre a la Maternidad.
 
Su reglamento, de amplio sentido humanitario, expresaba, por ejemplo lo siguiente:
“Art. 16. Toda enferma, cualquiera sea su clase y condición, entrando a la Maternidad, se someterá a las reglas establecidas y jamás podrán valer derechos o regalías, que no se conocen en la casa, dónde todas se tratarán bien y en perfecta igualdad.
Art. 123. La puerta de calle de la Maternidad permanecerá abierta toda la noche y en ella se recibirán a las enfermas a cualquier hora que lleguen , sin requisitos previos de ninguna especie, debiendo estos, ser llenados al día siguiente”
 
Vista de la Sala de Partos de la Maternidad

En 1933, el Senador departamental Sr. Carlos Marcó, a pedido del Director de la Maternidad, Dr. Justo solicito que se le cediera a la municipalidad con el fin de ampliar la maternidad la mitad restante que ocupara hasta entonces el Telégrafo de Entre Ríos, esta iniciativa es aprobada mediante la Ley de diciembre de 1933.

Esta donación le permitió a la Maternidad, incorporar una terreno de 20 metros de frente sobre calle 9 de Julio, por 40 metros de fondo, con cuatro piezas-habitación y un gran salón,
 
La revista “Panorama del año 1939 indicaba “Desde 1935 hasta junio de 1938, la maternidad se ha ido ampliando. Las construcciones nuevas son cuatro piezas, dos salones, una sala de partos, una salita para consultorios externos, un baño y una galería cerrada de 20 metros de largo por 4 de ancho. además se han cambiado los pisos, techos y puertas en mal estado de la edificación vieja. (…) Se la ha dotado de una nueva autoclave a la sala de esterilización, se ha aumentado el instrumental quirúrgico y adquirido una nueva cama de partos”.
“Por su capacidad, comodidades, número de enfermas atendidas, higiene, etc. es hoy (1939) la principal maternidad de la provincia” afirmaba la revista Panorama.
A fines de 1935 comenzó la ampliación de la maternidad que paso a contar con 40 camas, duplicando su capacidad de internación respecto de antes de esa fecha.
 
Personal de la Maternidad en 1938

Sus primeros directores fueron: 1920/1924: Dr. Augusto Blanchet; 1925: Dr. Pascual Corbella; 1926/1927: Dr. Francisco Hanza Zabaleta y 1928/1935: Dr. Justo G. Ravenna. Su crecimiento fue notable, pasando de 63 pacientes en 1920 a 480 en 1937.

Esta Maternidad prestó sus servicios hasta principios de la década de 1960, fecha en que paso a funcionar en el viejo “Hospitalito” de calle Perú.
 
Luego, en ese edificio funcionó durante mucho tiempos, entre los años 1980 y 2010 la Dirección de Turismo Municipal y la Escuela de Música. Hoy funciona Oficina Municipal de Defensa del Consumidor y la parte correspondiente a la Escuela de Música esta desocupada.
Parte de ese edificio ocupa desde la década de 1960 la “Casa de la Cultura” de Concepción del Uruguay.
 
Texto: Civetta, María Virginia y Ratto, Carlos Ignacio. Fuente Revista Panorama, 1939
 

Casa de Congreso de Tucumán y Galarza: Sede del Banco Hipotecario y Banco de Entre Ríos.

La sede del Banco Hipotecario Nacional a principio del siglo XIX

En la esquina noroeste en la intersección de las calles Galarza y Congreso de Tucumán, existía una casa propiedad de Doña Cándida Sagastume de Oliver. Esta residencia que mandó a construir, tenía: 8 habitaciones, 2 baños, 4 habitaciones de servicio 2 patios y cocheras.

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