Casa de la Dra. Teresa Ratto

Casa de Teresa Ratto en la actualidad (Foto: Mabel Gómez)

Esta casa perteneció a la familia de Don Ángel Ratto. Aquí nació en 1877 Teresa Ratto, quién sería la primer mujer bachiller recibida en el Colegio del Uruguay, a cual ingreso con el apoyo de su rector, el Dr. José Zubiaur, luego de pasar por las aulas de la Escuela Normal. Posteriormente se trasladó a Buenos Aires donde se obtuvo el título de doctora en medicina con su Tesis sobre el “Seudo-reumatismo escarlatinoso, siendo la segunda mujer en el país en obtener ese título en Argentina. Falleció muy joven, el 2 de abril de 1906. En la parte exterior del panteón familiar que se encuentra en el cementerio local se encuentra su placa profesional.

Escuela “Juan José Viamonte”

Escuela “Juan José Viamonte”

La Escuela “Juan José Viamonte” fue fundada en el año 1893. El 9 de julio de 1910 fue colocada la piedra fundamental del edificio que actualmente ocupa en calle Mitre y Santa maría de Oro, en un terreno donado para tal fin por el Sr. Cayetano de Urquiza, nieto del general Urquiza. El proyecto de la escuela pertenece a Bernardo Rígoli siendo su constructor el Sr. Santiago Giacomotti.
En una publicación de la revista Panorama del año 1939 puede leerse: “El edificio es cómodo e higiénico, perfectamente ventilado (…) dispone de dos amplios patios de recreo, uno para los niños y otro para las alumnas”.
En el año 1935, su directora la señorita María Mercedes Rodriguez Cortés, elevó una nota al Consejo General de Educación una nota solicitando la creación de la Sociedad Protectora Escuela Viamonte, lo que fue aprobado el 1° de febrero de dicho año, siendo la escuela Viamonte la primera escuela urbana de Concepción del Uruguay que contó con una institución cooperadora. 

Palacio “Texier”

Vista del Palacio “Texier” desde la plaza Ramírez (Foto: Mario Morasán)

En la esquina de Eva Perón y Rocamora, a una cuadra de la histórica plaza principal Francisco Ramírez, en el nacimiento de la céntrica calle peatonal de Concepción del Uruguay se levanta como desde hace casi 90 años la estructura monumental del Grand Hotel.
Se lo denomina Palacio Texier por su monumentalidad y en honor a quien fuera si impulsor, el señor Ángel Clodomiro Texier, quien comienza la construcción en el año 1929. Posteriormente, en el año 1947, el complejo es adquirido por, entre otros, el Sr. Francisco Sáenz Valiente (nieto del general Urquiza) y que fuera, además, quien convirtió al palacio Santa Cándida (ex saladero de Urquiza) en un exclusivo hotel de lujo.
Este complejo fue el primero que tuvo la ciudad de estas características y que incluyó, además, de las habitaciones del hotel, un restaurante y una sala para proyecciones de cine.
El hotel, que se comenzó a edificar en el año 1930, fue el primero de la ciudad que contó con estructura de hormigón armado y el segundo en poseer ascensor. El primero había sido instalado años antes por la Sociedad Española de Concepción del Uruguay. En la actualidad es el más antiguo que se conserva en un buen estado de funcionamiento, ya que el restante fue cerrado y desactivado hace ya mucho tiempo. De esta manera se incorporaban dos adelantos tecnológicos para la época y de mano de un emprendimiento orientado hacia la actividad turística y de recreación.
La construcción de este edificio, monumental para esos tiempos, convocó a numerosos observadores curiosos por ver este nuevo sistema constructivo. Pronto corrieron rumores que se iba a derrumbar, puesto que las columnas de hormigón parecían muy pequeñas para soportar las dimensiones del edificio.
Como todo lo nuevo, trajo aparejado no pocas controversias, citándose entre las más destacadas las siguientes, el acopio de materiales para la construcción, que se hacía sobre las calles Rocamora y Colón (actual Eva Perón); más de una vez, trajo aparejada quejas de los vecinos, ante las autoridades municipales, argumentando que se “obstruía la libre circulación de los carruajes y coches”. En una ocasión, al producirse el choque de un carro con un automóvil, los conductores argumentaron, que se había debido, a la existencia de escombros y materiales sobre la calle, que dificultaron la maniobra.
En la actualidad, opera bajo el nombre de Grand Texier Hotel Casino y el complejo incluye el casino de la ciudad que ocupa el área que antiguamente estaba destinada al salón comedor y una sala de congresos y convenciones que reemplaza al viejo cinematógrafo.

Casa de Carmen Uribe

Casa de Carmen Uribe (Foto: “Las Mallas del Viaje”)

Esta casa, ubicada en Juan Perón 92, esquina noreste de la intersección con calle Alberdi,  ha quedado reducida a solo el edificio de la esquina con un pequeño patio. Hasta 1918, en el solar sobre Perón, dónde actualmente se levanta el edificio de la escribanía Bernasconi, había una plantación de toronjas, limas, naranjos y otros frutales. Por calle Alberdi, había frutales, gallinero y palmeras.

Esta propiedad fue de la familia Uribe y su última propietaria, Carmen Uribe, la legó a su muerte, en 1902 al Dr. Benito G. Cook. Es tradición que cuando la invasión de Madariaga, Carmen Uribe improvisó un hospital de sangre que atendió junto a su criada de color Irene Jurado y un familiar suyo Teresa Villanueva de Jurado. Irene Jurado era renombrada por sus dulces, a tal punto, que el general Urquiza, en un agasajo que ofreció a diplomáticos norteamericanos, el 11 de marzo de 1859, en el Palacio san José, le encargo 6 dulceras con 9 libras. Visitó asiduamente esta casa la violinista Celia Torrá, vinculada a la familia, dónde acompañada al piano por el Dr. Cook ejecutaba obras de su repertorio.

La familia Jurado tenía 7 esclavos que llevan todos el apellido Jurado, como era costumbre, una de ellos es Irene con los años paso a la servidumbre de Carmen Uribe Britos. Una de las primeras maestras de la ciudad y quién, como se dijo ayudada por Irene Jurado atiende el hospital de sangre que preparan con motivo de la invasión a Concepción del Uruguay de las fuerzas de Madariaga, el 21 de noviembre de 1852.

Al fallecer el 17 de octubre de 1902 el diario local “Radical” publicó una nota en cuyos conceptos rescata….”una de las antiguas maestras de escuela de aquellas que el Uruguay 50 años atrás, empleaban los mejores años de su vida difundiendo los conocimientos que en su esfera le fuera posible en pro de la humanidad…muere pobre, pero querida y respetada por todos los que la conocieron; su muerte enluta a varios hogares a los cuales les deseamos resignación cristiana, y eterna para la tumba que fue en vida tan buena”.

Calle Carmen Uribe

Lorenza Mallea consideró que por su trayectoria ciudadana merecía que una calle de nuestra ciudad llevara su nombre. A tal efecto el 30 de octubre de 1987, se dirigió al Señor Jefe de Cermonial y Prensa de la Municipalidad de Concepción del Uruguay, Don Roberto Gallino, solicitando :`siempre que encuentre mérito para ello, determinar una calle de las que no tienen nombre el de Carmen Uribe, por haber sido destacada personalidad de nuestro medio ciudadano´
Esta sugerencia fue aceptada el 31 de Octubre de 1991, instituyéndose el nombre de Carmen Uribe a la calle numerada 107, ubicada en el tercer cuartel , con nacimiento en 9 de julio al sur, flanqueada por las manzanas 501-502 al este y 451-452 al oeste. Sus restos descansan en nuestra necrópolis (Virginia Civetta/Carlos Ratto. Fuente: Mallea, Lorenza y Coty Calivari, “Las mallas del viaje”, ediciones El Mirador, 1982 y Mallea ,Lorenza “Carmen Uribez, Maestra Heroica” Diario La Calle. Domingo 4 de Noviembre de 1990. Concepción del Uruguay.)

Genealogía

Mercedes Britos, hija de Félix Britos y Antonia Arias, se caso con el Coronel Fernando Uribe o Uribez, de este matrimonio nacen: Carmen Uribe (soltera) y Francisca Uribe casada con José Benito Cook, padres de Mercedes Cook de Mabragaña y Benito Cook (Escribano y abogado). Benito Cook casa con Francisca Llames, estos son los padres de Carmen, Benito (Médico) y Ana Francisca. Ana Francisca Cook Llames casa con Tomás Orihuela, padres de María Ester Orihuela (Lorenza Mallea), historiadora local.

La casa paterna se levantaba  en la intersección de las actuales calles Juan D. Perón y Alberdi. Pertenecía a la familia Uribe y Doña Carmen Uribe, la lega al morir a su sobrino, el padre del Dr. Benito C. Cook.

Estudió en el Colegio del Uruguay durante el rectorado de Honorio Leguizamón. Ya médico dictó cátedra en el Histórico Colegio, pero sin duda, su contribución más importante fue, dentro de su profesión, el brindarse por entero a satisfacer las dolencias y enfermedades de los más necesitados. Tal vez la actuación que le cupo a la Sra. Carmen Uribe durante la invasión de Madariaga en 1852, y donde organizó un hospital de sangre, haya sido la base de la vocación de servicio del Dr. Benito C. Cook, quien recibido de médico, en un aviso aparecido en un diario de 1904 se menciona expresamente ” A los pobres, gratis”. (Fuente: Miloslavich de Álvarez, María del Carmen “Hace un largo fondo de años. Genealogía Uruguayense”, Concepción del Uruguay, 1988)

Fábrica “Lusera”

Edificio original de la fábrica “Lusera”

Su ubicación,abarca la manzana comprendida por las actuales calles Perú (al este) Ambrosio Artusi (al sur), Santa María de Oro (al oeste) y Estrada  (Ex calle Córdoba)  y vías del ferrocarril al norte.

Hablar de “Lusera”, es hablar de parte de la historia de nuestra ciudad, por los destacados vecinos que de una u otra forma estuvieron vinculado con ella, además de los casi noventa años que estuvo relacionada con  la actividad comercial local.

En el año 1871, arriba a nuestra ciudad, desde su lejana aldea de Makose , departamento de Mlini a 15 kilómetros de la ciudad de Dubronic, en el territorio  que posteriormente sería Yugoslavia, un joven llamado Nicólas Miloslavich, trayendo en su espíritu toda la potencia de sus años juveniles.

En el año 1880, funda una fábrica de licores con el nombre de “La Argentina”-en agradecimiento a la tierra que lo había acogido- en la esquina de las calles Galarza y América (hoy 14 de julio) local que en la actualidad es ocupado por “Radio Mecano”, produciendo diversas bebidas y aperitivos con hierbas de la región, industria que no le era desconocida, por provenir de una zona en que la industria licorera era muy importante.

Nicolás Miloslavich en el año 1899 crea un aperitivo que primeramente denomirá “Aperitivo Argentino” y a partir del 7 de mayo de 1907 pasa a denominarse “Gran Aperitivo Argentino” realizado en base a conocidas hierbas de la flora entrerriana, entre las que se encontraban la yerba del lucero o lusera (Pluchea Sauveolens) marcela, arazá,a demás angélica, quina, miní, centaura etc, siendo aprobada su fórmula por la oficina de química de la provincia por certificado Nº 24.931 serie “A”, declarándolo apto para el consumo, puro, con soda o con agua según se desee .El aperitivo estimula el apetito y tonifica el estómago.

Para poder oficializar e inscribir la fórmula de su aperitivo, el Sr. Miloslavich debió recurrir al farmacéutico Antonio Roko, quién efectuó el correspondiente análisis desde el punto de vista químico.

Posteriormente, se efectuó un nuevo análisis  en Buenos Aires a cargo de los químicos Pedro Etchegorry y Pedro N Arata  que establecieron “que era un producto apto para el consumo y de primera calidad…”

El aperitivo se comercializó posteriormente con el nombre de “Paisano” pero como en su  composición, predominaba la lusera , llevó a su creador a cambiarle de nombre por el de “Lucera” (sic) a partir del  13 de marzo de 1909, modificándose posteriormente  la grafía por “Lusera “siendo registrada la marca bajo el Nº 21.952, en base al análisis químico realizado por el Dr Luis Eugenio Grianta ,residente en Buenos Aires en ése entonces, quién con el correr de los años perfeccionará la fórmula original, sin perder su esencia.

La oficina nacional de patentes de invención y marcas registró la marca “LUSERA”  a nombre de Nicolás Miloslavich bajo el acta Nº 24.336.

El aperitivo tuvo amplia aceptación, circulando primeramente entre un reducido grupo, pero al poco tiempo el círculo se fue ampliando, surgiendo la idea de encarar su producción en forma industrial.

En una asamblea popular, realizada el 12 de octubre de 1913, en los salones del Centro Comercial de Concepción del Uruguay, que en ésas circunstancias funcionaba en la planta alta del teatro 1º de Mayo, se constituye la empresa “Sociedad Anónima Lusera Compañía Limitada”  con un capital inicial de $ 250.000 en acciones de 100 pesos cada una, en cinco series de $50.000 cada una, quedando  integrado su primer directorio por: Presidente: Francisco Tavella; Vice-presidente: Clemente Bescos; Secretario: Antonio Bacciadone; Tesorero: Antonio Canavessi; Vocales :Ambrosio Artusi, Pedro Tavella y Rodolfo Miloslavich. Suplentes: Juan Eyhartz y Liberato Cometta; Síndico: Fernando Dodero; Síndico suplente: Francisco Hanza, estando la Dirección técnica a cargo de Nicólas Miloslavich.           

Entre los socios fundadores, además de los nombrados, entre otros, podemos citar a  Pedro Artusi, Pedro Barral, Victoriano Vázquez, Juan Piñón, Nicolás Mugherli, Antonio Salvarezza, Juan Puchulu, Amalio R. Gravano, Carlos Kirchnner, Carlos Marcó, Daniel Tramontín ,Benito Yáñez,  José Tavella,  Dr. Eduardo Tibiletti, Dr. José Haedo, José Arias, Dr. Luis Eugenio Grianta, Simón Montero, Francisco Sánchez, Emilio Barcos, Manuel Castaño, Ángel Núñez y Ramón Ballesteros.

Al quedar constituida la sociedad, Nicolás Miloslavich cede a la misma los derechos de propiedad que tenía sobre la fórmula del “Aperitivo Lusera”, pasando a ser uno de los principales accionistas y manteniendo a su cargo la dirección técnica de la fabricación del aperitivo.

La Sociedad Anónima Lusera Compañía Limitada, fue reconocida como tal por el gobierno de la provincia de Entre  Ríos el 23 de diciembre de 1913.

La aceptación del “Aperitivo Lusera” por parte del público, lleva al directorio a buscar un terreno adecuado para levantar el edificio de la fábrica dado que las antiguas instalaciones de “La Argentina” de la esquina de Galarza y América (14 de julio) habían quedado chica y no había posibilidad de ampliaciones futuras.

El directorio, designa una comisión entre sus miembros, para buscar en la ciudad un terreno  debía tener 40 x 40 metros como mínimo o una manzana como máximo, ubicado en inmediaciones de la estación del ferrocarril o del “Puerto Nuevo”, habiéndose previsto abrir las ofertas  el 28 de febrero de 1915.

Antecedentes del terreno y edificio:

La manzana de terreno donde se iría a construir el edificio de la fábrica “Lusera”, se encontraba delimitada por las calles Córdoba al norte (actual Estrada y vías del FF CC), Uruguay al sur (actual Ambrosio Artusi), Chile al oeste (hoy Santa María de Oro) y calle Perú, al este que mantiene el nombre. Este terreno, en el año 1885 pertenecía a la Municipalidad de Concepción del Uruguay, que lo vende al Sr Rafaél  Paradelo, el 30 de diciembre de ése año en la suma de $ 940 m/n.

La manzana de referencia, el 2 de diciembre de 1911, pasa  a ser propiedad de la Sociedad Tavella Hnos. y Dodero por compra que hacen al Sr. Rafaél  Paradelo en la suma de $ 12.000 m/m.

Esta sociedad, vende a su vez el 4 de marzo de 1915, la mitad este de la manzana Nº 357, al Sr Amalio R. Gravano en la suma de $ 5.000, reservándose la sociedad vendedora la otra mitad-oeste-. El Sr Gravano, que era socio fundador de la  Sociedad Anónima Lusera Compañía Limitada, vende a la misma el 14 de abril del mismo año, la mitad de terreno adquirida, en la suma de $5.000,  siendo las medidas del predio original de 12,55 metros la calle Uruguay (hoy Ambrosio Artusi) y 36,40 metros sobre calle Perú, hasta la calle Córdoba (hoy Estrada) y vías del Ferrocarril.

En éste terreno, la sociedad “Lusera” inmediatamente comienza la construcción de la futura fábrica, la que sólo abarcará la esquina de las calles Perú y Uruguay (hoy Ambrosio Artusi) hasta la mitad de cuadra, aproximadamente 18 metros, sobre calle Perú

La flamante fábrica es inaugurada, con un sencillo acto el 15 de diciembre de 1915, poniéndose en marcha, una industria que llegó a ocupar el cuatro orden en importancia de las industrias licoreras del país.

El modesto edificio original, tal cual lo podemos observar hoy, salvo algunas pequeñas modificaciones, se fue ampliando con el tiempo, a medida que la sociedad se iba expandiendo e incorporando nuevos rubros.

El 24 de julio de 1918, el Ministerio de Agricultura de la Nación, por intermedio de la oficina de patentes de invención y marcas de fábricas y comercio mediante acta Nº 63.226 aprueba el logotipo de “Lusera” y ése mismo año el referido organismo, mediante acta Nº 64.362 aprueba la etiqueta que identificará al “Aperitivo Lusera”.

El 20 de abril de 1920, asume como gerente de la Sociedad Anónima Lusera, el Sr Domingo Risso, poniendo al servicio de la sociedad su capacidad y empeño, bregando sin desmayo por su progreso, cargo que ocupará hasta su jubilación.

El 24 de octubre de 1922, se suma al “Aperitivo Lusera”, el  agua de mesa “Río Uruguay” la que es aprobada por el Ministerio de Agricultura de la Nación, oficina de patentes de invención y marcas de fábrica y comercio, bajo acta Nº 90.700.

A estos productos, en el año 1922, la “Sociedad Anónima Lusera “ piensa agregar la fabricación de hielo de primera calidad, para lo cuál realiza una suscripción de 500 acciones de $ 100 pesos m/n. A tal efecto, “Lusera” contrata con la casa “Agar Cross Limitada” de la ciudad de Buenos Aires la compra de una fábrica de hielo  llave en mano, es decir instalada y funcionando.

Para la instalación de las máquinas, cámaras etc., de esta fábrica  se hacía necesario ampliar los edificios existentes, para lo que se adquiere la mitad oeste de la manzana Nº 357, que había  pertenecido a la firma Francisco y Pedro Tavella y Fernando V. Dodero, y por disolución de sociedad el 24 de abril de 1920, pasa a ser propiedad exclusiva del Sr. Francisco Tavella.

Este a su vez, al constituirse la sociedad “Francisco Tavella y Hnos” la aporta como parte del capital, vendiéndola el 23 de abril de 1922 al Sr Eugenio Basilio Calvo en la suma de $ 4000 m/n quién,  el 15 de mayo de 1922  la transfiere por venta en igual valor, a la “Sociedad Anónima Lusera Compañía Limitada”, quedando de esta manera la manzana Nº 357 en totalidad de propiedad de Lusera.

El 13 de septiembre de 1922, son desembarcadas en el puerto local, las máquinas de la fábrica de hielo (la primera), las que son montadas en el nuevo edificio, sobre calle Uruguay (hoy Artusi), aledaño a la fábrica primitiva, la que inicia su producción en noviembre del mismo año, librándose al servicio público en enero de 1923, previo análisis del Dr. Luis E Grianta que dictaminó “hielo puro y apto para el consumo”.

La “Sociedad Anónima Lusera Compañía limitada”- en el año 1924-producía los siguientes productos: Hielo cristalino; Agua de Mesa “Río Uruguay”; Aperitivo Lusera y bebida sin alcohol “Sidra Lusera”

La gran demanda que tenía la fábrica de hielo, la que no sólo abastecía la ciudad, sino que también a ciudades vecinas, llevan al directorio a considerar la compra de una nueva fábrica de hielo con capacidad de 1000 barras por día.

En abril de 1925, el presidente del directorio debidamente autorizado por asamblea, firma con el Ingeniero Armando Patri el contrato de compra e instalación de la nueva fábrica de hielo con una inversión de $ 117.000 -suma muy importante para la época- siendo las máquinas de procedencia italiana y de la más moderna en su tipo existente en el país.

La compra se efectuó mediante licitación pública habiéndose presentado once oferentes siendo seleccionada la firma italiana ,acorde el asesoramiento que recibiera el directorio por parte del socio accionista ingeniero Emilio Pereyra , quién era en ésa época Jefe de la División Río Uruguay del MOP  “el ministerio”

El 13 de mayo de 1925, en el vapor de la carrera arriba a nuestra ciudad el ingeniero Glager de la casa constructora de las máquinas adquiridas para iniciar los trabajos de montaje. La nueva fábrica entra en producción en enero de 1926.

En la Exposición de la Industria y Comercio, realizada en la ciudad de Rosario en abril de 1926, “la Sociedad Anónima Lusera” obtiene el “Primer Premio” con su aperitivo “Lusera”. este será uno de los muchos galardones que la empresa obtendrá a través de los años en diversos eventos nacionales e internacionales.

En julio de 1926, el Sr Rodolfo Miloslavich, en representación de la “Sociedad Anónima Lusera”, en la ciudad de Bs As  firma,  con la empresa Beretervide Leonardini y Cía. con domicilio en calle Piedras 170, el contrato  designándola representante exclusiva para la comercialización de sus productos despachándose el día 30 de julio de ése año, en la vapor “Vera” la primera partida de 3600 botellas del “Aperitivo Lusera”.

En el año 1927, “Lusera” se encontraba en franca expansión. En la reunión del directorio realizada el domingo 6 de febrero de ése año, se resuelve anexar al establecimiento industrial “una fábrica de soda” para lo cual ha autorizado la compra de una máquina cargadora de procedencia inglesa de nueve picos, con una capacidad de llenado de 100 docenas de  sifones/hora, y 6500 sifones fabricados especialmente de vidrio color verde reforzado con la inscripción en relieve de “Soda Lusera”, siendo intención librarla al servicio en el verano próximo.

Asimismo se resuelve adquirir nuevas máquinas para aumentar la producción de agua de mesa y sidra “Lusera”.

Para satisfacer necesidades edilicias, dado los proyectos de expansión que estaban en marcha, la empresa adquiere el 21 de julio de 1927 la mitad este de la manzana Nº 307, a la municipalidad de Concepción del Uruguay en la suma de $ 800 m/n.

Para completar la compra de la referida manzana de terreno, el 19 de septiembre del mismo año, la adquiere a su propietario Sr Fidel Zaballo en la suma de $ 3000 m/n, quedando de ésta manera toda la manzana Nº 307 del cuartel IV de propiedad de “Lusera”(hoy manzana ocupada por el Barrio Parque de Luz y Fuerza).

El terreno adquirido, se destina a  caballeriza de los animales que tenía para la tracción de sus carros de reparto, que con anterioridad estaban en el sector oeste del predio de la fábrica, que la empresa necesitaba para sus planes de expansión. El plantel de animales, estaba compuesto de “burros, caballos y mulas”, de ahí que en la jerga del popular del barrio, se conocía el lugar como “el corralón de los burros de la Lusera”.

Para fines del año 1927, se libra al servicio público “la nueva fábrica de soda “Lusera”.  

El 18 de diciembre de 1928, la “Sociedad Anónima Lusera Cía. Ltda.” sufre la primera huelga de su historia” como consecuencia de haberse “despedido sin causa justa a un obrero de la sección máquinas” -al decir de los dirigentes gremiales- contando con el apoyo de Federación Obrera Departamental (FOD), que declara un “boicot a todos los productos “Lusera”, siendo la posición del directorio inflexible lo que agrava la situación, paralizando la fábrica e incluido el “reparto de soda y hielo a domicilio”. Los obreros piden el arbitraje del Presidente de la Oficina de Trabajo Provincial, llegándose a un arreglo, reanudándose las tareas el 27 de diciembre del mismo año.

En noviembre de 1929, “Lusera” pone a la venta la conocida “Naranja Lusera”, la que hacía el deleite de los “gurises de la época”, dado que aún no se conocían la “Coca Cola” o la “Pepsi”.

Al cierre del ejercicio de ése año-1929- en la asamblea anual, entre otras cosas se anuncia que el total de accionistas de la empresa ascendía a 2297 personas, teniendo un capital en inmuebles, vehículos, maquinas etc. de $ 61.336.

Se dispone la compra de tres camiones “Chevrolet” para los repartos en ciudad y localidades vecinas a los efectos de ahorrar fletes por ferrocarril.

El jurado de la Exposición Hispánico-Americano llevada a cabo en Sevilla (España) en el año 1930, adjudica a la “Sociedad Anónima Lusera Compañía Limitada” medallas de oro por su “Aperitivo Lusera” y “Agua de Mesa Río Uruguay”.

La gran crisis económica de la época, se hace sentir en toda la actividad industrial, no obstante ello, las previsiones tomadas con anterioridad por el directorio con extremas medidas de austeridad en todos los órdenes, llevan que la empresa pueda capear sin problema la situación económica, cerrando el ejercicio del año 1930 con una ganancia de $ 51.328,58, resolviéndose -entre otros puntos- adquirir un nuevo camión, para transportar hielo y productos Lusera diariamente a las localidades de Caseros, San Justo, Herrera, Villa Mantero y Basavilbaso.

La empresa “Lusera”, en el año 1931, es designada “distribuidora oficial de la reconocida cerveza “Santa Fe” para el departamento Uruguay y Colón, incorporando de ésta manera un nuevo producto a línea de productos a comercializar.

El 18 de octubre de 1932, fallece en nuestra ciudad, el creador del   “Aperitivo Lusera” Don Nicolás Miloslavich laborioso industrial, que fuera pionero de la industria licorera de nuestra ciudad y cuya trayectoria aún no ha sido  reconocida debidamente por sus conciudadanos.

En el año 1933, la “Sociedad Anónima Lusera” incorpora a su línea de productos el “Te” que con el tiempo fuera el  conocido como  “El Entrerriano”.

El gran jurado de la exposición industrial, realizada en la ciudad de Bs. As. en el año 1934, acuerdo a la “Sociedad Anónima Lusera” medalla de oro por la calidad de los productos presentados siendo un galardón más a su brillante trayectoria comercial.

Siguiendo sus planes de expansión, Lusera adquiere en el año 1935 una moderna fábrica de helados común y “helados palito” los que son puesto a la venta en diciembre de ése año, mediante vendedores ambulantes, minuciosamente seleccionados y pulcramente uniformados, transportando el helado en unos novedosos “carritos”, diseñados y construidos en los talleres de la fábrica. Además para la venta al público, se inaugura un local  en la calle Vicente H Montero (hoy Juan Perón) Nº 24 frente a la plaza General Ramirez, contando con servicio a domicilio llamando al Teléfono 2448.

Un grupo de entusiastas obreros y vecinos de la “Lusera”, fundan el 6 de abril de 1936  el “Club Atlético Lusera”, para participar exclusivamente en el campeonato de la “Liga de Fútbol Amateur”,  donde por espacio de varios años compitió hasta su disolución

En la asamblea constitutiva, se designó presidente honorario al gerente de la fábrica Sr Domingo Risso, Presidente Rodolfo Muñoz y vice-presidente el Sr Carlos María Cherot.

Los depósitos del aperitivo Lusera -cubas o pipas- tenían un capacidad de 150.000 litros, lo que nos da una idea del desarrollo, que desde su fundación en el año 1913 había tenido.

Por iniciativa del “Automóvil Club” de nuestra ciudad, presidido por el Sr Pedro Mazzoni conjuntamente con la municipalidad local, en el año 1937 se organiza una importante carrera automovilística de fuerza libre, con la participación de los más destacados volantes argentinos, disputándose elPremio Lusera”, consistente en la suma de $ 10.000 m/n donado por la empresa homónima, suma muy importante para la época.

Al cierre del ejercicio del año 1938 y en celebración del 25 aniversario de su fundación la “Sociedad Anónima Lusera” concede a sus empleados y obreros, en concepto de aguinaldo, medio sueldo, siendo esta industria pionera en este tipo de retribuciones.

El 23 de abril de 1945 fallece en la ciudad de La Plata (Bs As) el Sr Francisco Tavella, socio fundador y primer presidente del directorio de la “Sociedad Anónima Lusera Compañía Limitada”, siendo sus restos sepultados en el cementerio local.

El Directorio, en reunión especial, en marzo de 1947 aprueba la propuesta del constructor Juan José Rizzo, para realizar los trabajos de ampliación de la fábrica y la construcción de la casa habitación, que primeramente se destinó al capataz y luego al gerente, sobre la calle Perú esquina Estrada (vías del FF.CC) con un presupuesto de $60.000 m/n.

Las nuevas instalaciones, permitirá a la empresa a llevar al doble su producción con la instalación de nuevas cubas (depósitos de madera de roble) llevando su capacidad de almacenaje a 600.000 litros y una moderna máquina de limpieza de envases y clasificación de productos.

Fábrica “Lusera, alrededor de 1947

La empresa “La Entrerriana” en el año 1959 de la firma Suilar y Bidart, con fábrica y depósitos en la calle  Alberdi conocida por la jerga popular como “la Quilmes” cierra su planta productora de hielo, quedando de ésa manera ,la “Lusera” como única elaborado de hielo en la ciudad.

En principio, se había resuelto también cerrar la fábrica de hielo de la “Lusera”, por el estado de obsolescencia de las máquinas, pero ante la situación que se iba a plantear, al no haber hielo en la ciudad, el directorio, resolvió efectuar una reparación integral, con miras de continuar la producción de este imprescindible elemento, sobretodo en época de verano. No obstante las reparaciones efectuadas, la planta de frío, estaba prácticamente inutilizada, por la acción del amoníaco en las serpentinas de enfriado y su reemplazo resultaba antieconómico, lo que motivó el cierre y posterior desmantelamiento de la fábrica de hielo a fines de 1961.

A ello, se suma la entrega de la comercialización  de la “soda Lusera”, a la distribuidora  local “Condelú” a partir del 1º de diciembre de 1963

Estas dos medidas,-cierre fábrica de hielo y concesión de la venta de la soda- llevan a la dirección de la “Lusera”  a vender en diciembre de 1963, los tradicionales carros (cinco) y caballada (2 mulas y 6 caballos), quedando desocupada la manzana que se destinaba a caballeriza.

Hoy, gracias a la visión preservadora del Sr Raúl Abramovich, conserva un carro “Lusera” que algún día debería  exhibirse en el museo de la ciudad.

En el año 1966, la empresa construye, en la esquina de Santa María de Oro y Artusi sus nuevas y modernas oficinas, donde se trasladan, desde su anterior ubicación en la esquina de Perú y Artusi

La incorporación de una nueva y moderna línea de lavado y llenado del aperitivo “Lusera” con una capacidad de 8.500 botellas por hora, permite a la empresa, en el año 1967, destinar su anterior máquina, para fraccionar vinos de la marca “CAVIC”, incorporando un nuevo producto, a los tradicionales que producía, lo que implicó el incremento de personal.

La empresa sigue creciendo y diversificando sus productos, incorporando en el año 1969 la elaboración y distribución de la caña marca “Lusera” y “La Litoraleña” (seca y quemada), jugos de naranja y pomelo, bajo la dirección técnica del Dr Luis Grianta, en su carácter de químico de la fábrica.

En el edificio de lo que fuera la carpintería de la fábrica, sobre calle Perú y vías del FF.CC se establece una planta de “desnaturalización de alcohol para combustible” que la firma comercia con el nombre de “alcohol Condelau” ,siendo ésta la primera y única planta de este tipo en toda la provincia.

En el año 1973, se desempeñaba como Gerente General de la “Sociedad Anónima Lusera Compañía Limitada” el Sr Alejandro Masoni, trabajando en la planta, entre empleados y obreros 70 personas a lo que se debe sumar, alrededor de 45 sin relación de dependencia (viajantes-transportistas, etc.).

La manzana Nº 307, conocida como “el corralón de los burros de la lusera” es vendida el 26 de julio de 1974 por parte de Sociedad Anónima Lusera Compañía Limitada a la Federación Argentina de Trabajadores de Luz y Fuerza para la construcción de “un barrio parque” de 40 viviendas bajo el régimen de la propiedad horizontal (Ley Nacional 13.512 y Provincial Nº 3687).

En el año 1975, “Lusera” hace una de sus últimas grandes inversiones en su fábrica, al construir un nuevo galpón sobre la calle Artusi, entre el antiguo edificio y las nuevas oficinas, dotado de un amplio portón, para permitir el acceso a la planta de los camiones, cargando “bajo techo” los productos elaborados.

En el año 1981, la empresa continúa con la misma fuerza con que había iniciado sus actividades en el año 1913, poniendo en marcha una moderna “planta de fabricación de vinagre de alcohol“ con un costo de alrededor de los U$D 500.000 con capacidad de cubrir el mercado interno provincial y exportar a la República Oriental del Uruguay, abriendo importantes perspectivas futuras, desempeñándose en éstas circunstancia, como gerente general el ingeniero  Raúl José Chudoba.

Al realizarse la Expo 200, en febrero de 1983, Lusera en un gesto que la enaltece ,sede su stand a “LALCEC”.

La participación de “Lusera” en todas las actividades de la ciudad, siempre fue una constante de la empresa ,apoyando las actividades deportivas, sociales, culturales y más de una vez tendió su mano generosa, a las instituciones de beneficencia o religiosas.

El 12 de octubre de 1983, con motivo de cumplirse el 70° aniversario de la fundación de “Lusera” , en el diario LA CALLE ,se publica un hermoso “suplemento especial”, hoy pieza histórica de la ciudad , siendo el último de este tipo ,dado que a los pocos años, su estrella comienza a declinar.

 El ocaso:

 A partir del año 1987, circunstancias de índole económicas y la intensa campaña de los grandes trust licoreros del país, tendiente a sacar del mercado a “Lusera” de cualquier forma.

Como primer paso de su caída anunciada, se hace cargo de la distribución del “Aperitivo Lusera” la empresa licorera “Dellepiane S.A”, la que  nombra como gerente general al Sr Luis Demarco con la “misión de liquidar a la Lusera”.

Como si la situación económica fuera poca, el 30 de agosto de 1989, un voraz incendio se registra en la planta procesadora, siendo combativo por elementos propios y el Cuerpo de Bomberos de la ciudad, logrando sofocarlo habiendo producido importantes pérdidas en envases y edificio.

Para febrero de 1992, la “Lusera” estaba prácticamente muerta, sus máquinas paradas y puertas cerradas, sus instalaciones “en venta “por parte de un martillero local , haciéndose cargo de la misma, la reconocida licorera local “SIBSAYA” (La Marcela para nosotros).

La empresa SIBSAYA, en su carácter de propietaria de la ex fábrica “Lusera” y de la marca de sus productos, procede al retiro de parte de las máquinas, cubas, etc. utilizando el edificio como depósito de envases, alcohol para su planta, etc.

El antiguo edificio de “La Lusera” comienza a ser fraccionado para su venta por parte de sus nuevos dueños.

El 14 de octubre de 1994, se vende al Sr Juan Carlos José Clerici y su Sra. María de los Milagros Squivo de Clerici, la parte sobre la calle Perú y vías del FF.CC, correspondiente a parte de depósitos y casa habitación del gerente.

El edificio correspondiente a las nuevas oficinas y depósitos sobre la calle-Artusi y Santa María de Oro y parte sobre Artusi, es vendido el 7 de diciembre de 1994 a la empresa “Muriel SA” de la localidad de Rafaela (Prov de Santa Fe).

El edificio histórico la esquina de las calles Perú y Artusi, pasa a propiedad del titular de lo que queda de “Lusera SA”, Sr. Raúl Abramovich, quién posteriormente construye varios Loft para viviendas, quedandose solamente con la parte central de la ex fábrica (ex sala de máquinas).

El edificio  de la Ex Fábrica “LUSERA”, por decreto Nº 9.018 de fecha 22 de septiembre de 1986 de la municipalidad de Concepción del  Uruguay fue incorporado al “Registro de Interés Histórico” y por Ordenanza Nº 3.647 fue declarado “Construcción de Interés Histórico Arquitectónico”   

Texto: Rousseaux, Andrés, “Ex fábrica Lusera”, Concepción del Uruguay. Edificios con historia, Tomo  II

 

 

La casona de la familia Elliot Grieve

Casona de la familia Elliot Grive, pude apreciarse la esquina sin ochava

Esta vieja casona se encontraba emplazada en la esquina sureste de las actuales calles 8 de Junio (Ex Rioja) y Carosini (Ex Santa Fe)

Alrededor del año 1850, el General  Justo José de Urquiza contrata al ” experto ” inglés D. Cristóbal Grieve para cooperar en la administración del saladero de su propiedad “Santa Cándida” quién contrae matrimonio con Doña Juana Elliot, tronco de la tradicional familia ” Elliot -Grieve”, matrimonio que construye la ” quinta ” alrededor del año 1860 en el solar (cuarta manzana de 40 x 40 varas de lado) en la intersección de las calles La Rioja o Rioja (actual 8 de Junio) y Santa Fe (actual Carosini).

La parte edificada constaba de cinco habitaciones principales, una habitación de servicio, una cocina, un baño y un galpón sobre la calle Santa Fe (Carosini), estando asentada en barro, edificada sobre ambas calles-sin ochava- frente el típico estilo italiano con ventanas a la calle con hermosas rejas labradas a mano por los artistas herreros de ésa época y zaguán de ingreso sobre calle Rioja (8 de Junio).

Al fallecer el matrimonio Grieve – Elliot, la casona es hereda por su hijo el Ingeniero Agrónomo Juan Elliot Grieve que había cursado sus estudios primarios en la ciudad y el bachillerato en el Histórico Colegio del Uruguay, obteniendo su título de ingeniero en la Ciudad de Mendoza donde conociera a quién iba a ser su esposa Doña Agustina Silva Recuerdo. Esta distinguida dama mendocina era hija del Coronel D Casimiro Recuero quién desde niño abrazó la causa patriótica ingresando en el Ejército de los Andes en el año 1819 siendo designado al año siguiente por el General José de San Martín Porta-Estandarte del 2do Escuadrón de Cazadores a Caballo y de Doña Agustina Lemos, hija del Conde de Lemos Virrey del Perú.

El matrimonio Elliot Grieve – Recuero se establece en Concepción del Uruguay, ocupando la casona heredera de sus padres. Su esposa, era una eximia concertista de piano, realizándose en su hogar reuniones en la que participaba lo más granado de la sociedad Uruguayense que se deleitaban ante las interpretaciones musicales de la dueña de casa.

Al fallecer el ingeniero Juan Elliot Grieve y su Sra. esposa Agustina Recuero, la propiedad que nos ocupa es adjudicada en el año 1904 a su hija Doña Esther Grieve de Narvatte incluyendo terreno, muebles y demás útiles. En el año 1904, se vende el lote de terreno que da frente a la calle Santa Fe (actual Carosini) de 409 m2.

La tradicional casona, pasa por manos de los sucesivos herederos, siendo su propietario en el año 1944 el Dr. Cristian Elliot Grieve destacado médico que ejerció su profesión en la vecina localidad de Caseros (ER) donde falleció en el año 1945, llevando en la actualidad, una de las calles de la localidad, su nombre en homenaje y recordación de la humanitaria labor desarrollada. El 18 de Marzo de 1958 la sucesión de Agustina R. de Elliot Grieve transfiere la propiedad a Celina Esther Elliot Grieve y otros herederos.

En 1982, las reconocidas historiadoras concepcioneras Doñas Lorenza Mallea y Coty Calivari gracias a su obra “Las Mallas del Viaje” en su capítulo ” La Sala donde se detuvo el Tiempo ” nos permite conocer a través de una detallada descripción algunos aspectos interiores de la antigua casona: “…ricos muebles tallados, un enorme espejo de cristal, diversos objetos de porcelana, los bastidores de donde pendieron los doseles de terciopelo rojo en las ventanas son algunas de las tantas cosas que aquí se conservan como recuerdos venerados de un pasado glorioso por los descendientes de Doña Agustina Silva y Don Juan Elliot Grieve”. “En esta sala poblada de evocaciones llama la atención el antiguo tarjetero de porcelana con borde de plata que quedó luego de la última velada, aquí…en esta sala donde se detuvo el tiempo”. En 1986, Mediante Decreto N° 9.018 de fecha 22 de Septiembre de 1986 la Municipalidad de Concepción del Uruguay (ER) aprobó el “Registro de Edificios de interés Histórico-Arquitectónico” de la ciudad consignándose en el Anexo l punto t) -Edificios de Viviendas- la Casa de Carosini y 8 de junio -esquina sureste- (sin ochava) que perteneciera a la familia Elliot Grieve.

En marzo de 1999, un heredero de la familia Elliot Grieve adquiere la propiedad y dispone su demolición, trabajos que fueron interrumpidos por parte de la Policía Municipal al no haberse dado cumplimentado los trámites pertinentes en la Dirección de Obras Privadas, iniciándose a partir de ese momento una larga disputa a los efectos de determinar el destino del edificio, incluso se llevó a propiciar su adquisición por parte de la comuna, que fuera descartada por la falta de fondos y el estado ruinoso del edificio, máximo al haberse retirado el maderamen de los techos dejó prácticamente “en el aire” las viejas paredes, con peligro de derrumbe.

Hoy, la antigua casona ha sucumbido ante la inexorable piqueta del “progreso”, sin que se respetara su historia y lo que representaba al acerbo cultural de la ciudad, símbolo de una época que no volverá.

Textos y fotos extraídos de: Rousseaux, Andrés, “Concepción del Uruguay, edificios con historia”, Tomo III, Concepción del Uruguay, 2013 y Mallea, Lorenza y Coty Calivari, “Las mallas del viaje”, ediciones El Mirador, 1982

 

 

Policlínico Regional del Litoral “Justo José de Urquiza”

Hospital “Justo José de Urquiza” a poco de ser inaugurado

Durante la presidencia del Dr. Victorino de la Plaza, en 1911, el Estado adquiere 30 hectáreas, para edificar un gran Colegio Tutorial, del que luego se desistió.
La Sociedad de Beneficencia de Concepción del Uruguay, consigue la donación de dicho terreno para la construcción de un nuevo Hospital, bajo la presidencia de Hipólito Yrigoyen, y gestiona ante los poderes nacionales su construcción, con la colaboración del Senador Martín Torino y el Diputado Alberto Carosini.
En diciembre de 1.923, el presidente Marcelo T. de Alvear dicta un Decreto creando el Policlínico Regional del Litoral “Justo José de Urquiza”. El nosocomio dependería de la Comisión de Asilos y Hospitales Regionales del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la Nación y su construcción se realizaría en el nordeste de la ciudad de Concepción del Uruguay. El día 4 de Abril de 1.925 se coloca la Piedra Fundamental del Policlínico Regional
A los pocos días de la colocación de la Piedra Fundamental comienzan las actividades,
Y es así que en el año 1.928 ya estaba concluida la primera su primera fase, que comprendía siete pabellones. Numerosos obstáculos de índole política y económica, entre ellos el golpe de estado que destituyó al presidente Yrigoyen y la crisis económica de 1930 fueron postergando su finalización y fecha de comienzo de la prestación de sus servicios. Finalmente se dio a conocer a la comunidad que el acto de inauguración del Policlínico sería el 29 de noviembre y comenzaría desde las 10 a 11 horas con la Llegada de Funcionarios Nacionales por vía fluvial.
Una vez inaugurado el Policlínico Regional del Litoral, solo quedaba por saber la fecha de su habilitación para ello, el Dr. Pascual Corbella, realiza un viaje a Bs. As. Al llegar de regreso el médico Director envía al Semanario La Juventud, un texto diciendo que el Policlínico comenzaría a funcionar el 22 de diciembre de 1931, tal como finalmente sucedió, En el año 2005 finaliza la obra del Nuevo Hospital, que también se vio atravesado por problemas económicos y políticos a donde se hubo que trasladar todos los servicios que se prestaban en el antiguo nosocomio. Desde el traslado, sólo dos dependencias quedaron ocupadas en el viejo policlínico: un centro de salud y el pabellón central donde en la actualidad es ocupado por la Sección Verificaciones de la División Investigaciones de la Policía de Entre Ríos.

Directores de la primera década
Dr. Pascual Corbella, desde la inauguración hasta el 31 de diciembre de 1.939. Dr. Oscar García, asume interinamente desde el 31 de diciembre de 1.939 hasta el 13 de abril de 1.940. Dr. Enrique Cirilo Sorcaburu, asume el 19 de febrero de 1.940 hasta el 24 de octubre de 1.940. Dr. Oscar García, asume el 24 de octubre de l.940 interinamente el cargo hasta el 25 de febrero de 1.941. Dr. Antonio Berrondo, asume el 25 de febrero de 1.941.

Fuente: El Estado y el Sistema de Salud al inicio del Siglo XX Policlínico Regional del Litoral ¨Justo José De Urquiza¨. Autor: Prof. Ramón Enrique Cieri. Artículo completo en: https://www.entrerios.gov.ar/hospitalurquiza/historiadelhopital.doc

El Castillo de Reibel

El Castillo de Reibel, vista completa del edificio

Se encontraba ubicado en calle Galarza y Máximo Álvarez, esquina noroeste. En el sector este de la ciudad, a pocas cuadras del riacho Itapé existió, ya  que con las remodelaciones que se han realizado prácticamente ha desaparecido, un singular edificio en torre, construido por orden de su propietario, el Doctor Francisco Martin Reibel en el año 1888, por el maestro constructor de nacionalidad italiana D. Ángel Luiggi o Luissi, en el solar (1/4 de manzana) en la esquina de la entonces calle N° 3 del este (hoy Máximo Álvarez) y Ciencias (actual Galarza).

Reseña biográfica del Dr. Francisco Martín Reibel

Nació el 5 de octubre de 1846,en la ciudad de Schlestad -Alsacia- Francia, graduándose de doctor en medicina a la edad de 24 años, participando como médico en la guerra franco-prusiana de 1870, en la que fue herido en dos oportunidades.

Las provincias francesas de Alsacia y Lorena, como consecuencia del conflicto bélico, fueron incorporadas al imperio Alemán, lo que motivó que el Dr. Reibel decidiera emigrar a la Argentina en el año 1871, ante una invitación que le hiciera su amigo D. Alejo Peyret.

Se estableció en la ciudad de Colón (ER) donde ejerció la medicina entre los años 1872 y 1884

El 24 de agosto de 1874, contrajo enlace con la Señorita Diana De Donatis, de nacionalidad italiana, de 17 años de edad, siendo éste el primer matrimonio civil llevado a cabo en la Argentina.

Independiente de sus actividades profesionales, desempeñó diversos cargos en la administración de la Colonia ” San José”; fundó y redactó los periódicos colonenses ” La Gaceta de Colón ” y ” El industrial”.

Fundó colonias y promovió exposiciones regionales de productos agrícolas, fomentó la siembra de la vid y la elaboración de vinos y alcoholes. Se desempeñó como médico de policía y de la municipalidad.

En enero de 1885, se establece con su familia en Concepción del Uruguay desarrollando una intensa actividad profesional. Al poco tiempo atendiendo sus relevantes cualidades, es convocado para ejercer la cátedra de alemán en el Histórico Colegio del Uruguay, asumiendo posteriormente la enseñanza de diversas materias por espacio de quince años.

Fue socio-fundador del establecimiento industrial “Destilería La Uruguaya “, conocida como la “destilería de Reibel”, donde se elaboraron diversas bebidas hasta su cierre en el año 1899.

Se desempeñó por dos veces como concejal municipal, presidente de la Sociedad Francesa de Socorros Mutuos, agente consular de la República Francesa, siendo condecorado por el gobierno de éste país con el título de “Oficial de Academia”.

Fue médico, industrial, docente y filántropo, falleciendo en nuestra ciudad a la edad de 53 años, en la extrema pobreza el lunes 10 de abril de 1899. Debiendo hacerse cargo de los gastos de su sepelio el rector del colegio Enrique de Vedia, quién cursó al Inspector General de Colegios Nacionales el siguiente telegrama “Acaba de fallecer en la pobreza nuestro digno profesor y cumplido caballero Dr. Francisco Martin Reibel”.

En su homenaje, la municipalidad local, en el año 1925, mediante Ordenanza N° 646/1925 impuso su nombre a la calle N° 148 (Ex calle B sud) y en el año 1949, el Ministerio de Educación de la nación le dio su nombre a la escuela N° 4 del Departamento Colón.

El castillo del Doctor Reibel

Los terrenos, donde se edificaría éste singular y particular edificio, de aspecto de “castillo europeo en torre”, pertenecieron originalmente al Sr. Rómulo Hermelo, quién se lo vende, con una fracción mayor, al conocido agrimensor de nuestra ciudad Juan Leo, comprendía todos los terrenos circundantes entre las actuales calle 8 de Junio y 9 de Julio, y desde Antártida Argentina hasta la ribera del Riacho Itapé.

El solar, (1/4 de manzana de 40 x 40 varas de la esquina de las calles 3 del este (hoy Máximo Álvarez) y Galarza es adquirido por el Doctor Reibel de la ciudad de Colón, en el año 1878 en la suma de $262, pesos m/n ,lo que demuestra su intención de radicarse en un futuro en nuestra ciudad.

En el mes de enero de 1885, la familia Reibel – De Donatis e hijos, se radican en Concepción del Uruguay, ocupando una casa arrendada mientras se construía su residencia (el futuro castillo de Reibel)

La obra estuvo finalizada para mediados del año 1888, habiendo estado su construcción a cargo del maestro constructor Ángel Luiggi o Luissi, de nacionalidad italiano, con quién lo unía una estrecha amistad desde la época que residiera en Colón.

El edificio, toda una novedad para la época y aún hoy, constaba de tres plantas “en torre” con una altura de quince metros desde el nivel del piso. Tenía la particularidad, que todas las habitaciones eran redondas, por lo cual se debieron construir especialmente los muebles, manteniendo ésa forma y adecuarlos a cada habitación. En el primer piso, se encontraba el comedor principal, con una mesa redonda en la que podían sentarse alrededor de quince comensales; en el segundo piso se encontraba el dormitorio del matrimonio y en el tercero los dormitorios de los hijos. Se accedía a los “pisos altos” por una hermosa escalera tipo “caracol”.

Poseía un amplio sótano, para depósito de víveres y bebidas, encontrándose debajo de éste la cisterna depósito de agua, lo que lo hacía extremadamente frío y adecuado para los fines que se había destinado. Desde el sótano, existía un túnel que comunicaba con los otros subsuelos de las otras dependencias del edificio.

El señorial edificio, fue el centro de la actividad social de la ciudad por varios años, siendo visitado por distinguidos personajes, entre los que podemos citar al dramaturgo y periodista Florencio Sánchez, los periodistas Eduardo Talero y Monteavaro.

Se comenta, que desde su torre, Florencio Sánchez, en su calidad de corresponsal del diario ” La Prensa”, mediante un catalejo observaba los desplazamientos de las fuerzas orientales en oportunidad de los enfrentamientos entre “blancos y colorados” en la costa uruguaya.

Al fallecer el Dr. Reibel en el año 1899, el castillo, como se lo conocía en la jerga popular, pasó a mano de sus únicos y universales herederos, su esposa Diana De Donatis e hijos.

Sus herederos, apremiados por la situación económica en que estaban atravesando, lo venden el 13 de diciembre de 1913, ante el escribano Diógenes Vallarino, al Sr. Federico Gans. En 1920, es puesto en venta por su propietario, con una base de $17.500, acorde avisos publicados por el periódico La Juventud de la época. A pesar de haberse presentado varios interesados, la operación no se realizó continuando en poder del Gans.

 El 28 de julio de 1928, Federico Gans lo vende al Sr. Miguel Esteban Mugherli en la suma de $16.000 pesos m/n interviniendo en la escrituración el escribano Wenselao Gadea. Miguel Esteban Mugherli, a su vez, el 31 de julio de 1933 lo enajena a favor de su hermano Nicolás Mugherli en la suma de $20.000, ambos de la localidad de Caseros. Al fallecer Nicolás Mugherli, la propiedad pasa a manos de su señora esposa y posteriormente a la distinguida historiadora Uruguayense, Doña Maria del Carmen Miloslavich de Álvarez.

A fines de 1973, empresarios de la Capital Federal, tuvieron la intención de alquilar el edificio para instalar en él una confitería bailable o club nocturno-whiskería, sin llegar a concretar el proyecto.

En víspera del fin del año 1973, en horas de la noche, se produjo en derrumbe de la cúpula de la torre mayor, de unos tres metros de diámetro y partes de las rejas que circundaban los pisos de alto, sin producir felizmente ningún daño.

Era notorio que la acción de los años y la falta de mantenimiento, iban mellando la resistencia del señorial edificio, lo que llevó a su propietaria, Sra. de Álvarez a hacer retirar todas las rejas que estaban en los balcones, para evitar ulteriores accidentes.

El 25 de abril de 1980, la Sra. Miloslavich de Álvarez, vende el lote donde se encuentra edificado el “castillo” a Luis Roberto Bonus y Elsa Mabel Blanc de Bonus interviniendo en el acto notarial el conocido escribano local Néstor Hugo Nichele. Sus nuevos propietarios, realizan importantes trabajos de remodelación del antiguo edificio, para adaptarlo a sus necesidades, lamentando que no se haya mantenido su estructura original, desapareciendo la clásica torre estilo medieval, estando hoy, prácticamente irreconocible a la vista.

Es muy lamentable que las autoridades locales del momento, cuando la Sra. de Álvarez, en dos oportunidades, quiso donar el edificio para destinarlo a un “centro cultural”, no hayan tenido la suficiente visión de aceptarlo y preservar éste patrimonio arquitectónico e histórico para la ciudad y que sin duda, podría haber sido un atractivo más en el circuito de turismo histórico de la ciudad.

Edición: Civetta, maría Virginia y Ratto, Carlos Ignacio. Texto: Rousseaux, Andrés, “El castillo del Dr. Francisco Reibel”, “Concepción del Uruguay, Edificios con Historia”. Tomo  III

 

Escuela Normal de Maestras

Vista de la Escuela Normal a principios del siglo pasado

Edificio construido en el año 1914. Es la sede final de la segunda Escuela Normal de Maestras del país fundada por el Presidente Sarmiento por medio de un Decreto de fecha 21 de junio de 1869.

Su primera sede fue el edificio mandado a construir por el general Urquiza en 1869, en esquina de calles Galarza y Supremo Entrerriano (Municipalidad vieja), luego funcionó en el edificio de Correos, hasta trasladarse definitivamente a su nuevo edificio. Su superficie abarca cuatro manzanas.

El origen de la Escuela Normal Superior “Mariano Moreno” de Concepción del Uruguay se remonta a un acuerdo celebrado a mediados de 1869, entre el entonces gobernador de Entre Ríos, Justo José de Urquiza, y Domingo Faustino Sarmiento, presidente de la República.

Primer edificio de la Escuela Normal, luego fue Sede de la Municipalidad de C. del Uruguay.

Luego de un intervalo producido por los hechos que sucedieron al asesinato de Justo J. de Urquiza, el 7 de mayo de 1872, la Cámara Legislativa de la provincia de Entre Ríos sancionó la ley por la que se creó la escuela. Con la firma del gobernador Leónidas Echagüe y la de su ministro Secundino Zamora, la ley fue promulgada el 13 de mayo de 1872.

El primer edificio destinado a la Escuela Normal de Maestras del Uruguay, estuvo ubicado en calles Gral. Galarza y Supremo Entrerriano, conocido más como “La municipalidad vieja” ya que durante muchos años funcionó ahí la Municipalidad de Concepción del Uruguay. Para su construcción se tomó como modelo los planos de la Taskers School de Nueva York, siguiendo las orientaciones que enviara  Domingo F. Sarmiento quien impulsara la fundación de Escuelas Normales Argentinas.

Este plano era una escuela de dos plantas, allí, marzo de 1873, la Escuela abriría por primera vez sus puertas,

 El plano que reemplaza a este, fue de una escuela chica, con frente a calle 9 de julio, calle que la Municipalidad denominaba Avenida hacia el Puerto. El inspector Benjamín Zubiaur, realizo gestiones para que la superficie donada fuera un poco mayor. Obtuvo con la ayuda del pueblo y algunos políticos la cesión de dos manzanas más.

Esto hizo girar el frente del edificio actual a calle Jordana. De esta manera nuestra Escuela Normal, es única en nuestro país por su estructura y dimensiones.

Contó con un parque con Jardín Botánico, asesorado por Carlos Thays. Se intercambiaban especies autóctonas con el Jardín Botánico de Buenos Aires. En el frente posterior de la Escuela (calle Mariano López), había una quinta de citrus.

En 1858, se completará el nombre de la escuela con el de “Mariano Moreno”

Las rectoras de la Escuela Normal

1873 – 1899: Clementina Comte de Alió

El 17 de marzo de 1873 se da inicio a la misión de formar maestras en la Escuela Normal de Preceptores de Concepción del Uruguay. Se nombra la Directora a Doña Clementina quien lo fue por 26 años y tuvo la responsabilidad de organizar los primeros pasos de nuestra escuela.

El primer año, se recuerdan a las primeras alumnas que terminaron el año escolar: Concepción Calvento, Toriba Cuaz, Josefina Díaz, Dolores Ruiz Moreno y Tomasa Sánchez.

1899 – 1904: Miss  Isabel  King

Estadounidense, graduada en Ciencias de la Educación. Fue regente de nuestra Escuela durante los años 1884 y 1887, siendo también  Vice directora.

Su gestión se caracterizó por la iniciativa, fuerte y práctica, bajo una dimensión inteligente con prácticas educativas. Así como observaba las clases de los diferentes cursos, seguía a sus alumnas después de su paso por la Escuela, ayudándolas en dificultades que les podían surgir en su vida de egresadas.

1904 – 1910: Trinidad Moreno

Nacida en Concepción del Uruguay y egresada de la Escuela en 1881. Como todo docente de aquellos tiempos, trabajo primeramente en Córdoba y Rio IV, fundando y dirigiendo Escuelas de Niñas y Mayores. También fue profesora en La Plata. Y en 1904 es nombrada Directora de la Escuela.

Su gestión fue muy importante, fomentó el hábito de la lectura y la concurrencia a la biblioteca, proyecto un Cuerpo Médico Escolar. Apoyada por el Diputado Nacional Dr. Emilio Goudon y el Dr. López  gestionaron y logran la construcción del edificio actual.

En 1910 fue designada Directora de la Escuela de Córdoba, donde creo el Profesorado de Escuela Normal.

El emblema de la Escuela Normal

Corría el año 1949, el entonces Rector Prof. Lucio J. Macedo, tuvo la idea de representar al establecimiento con un emblema. Lo encargo a un profesor de dibujo de la casa.

“He imaginado, el que me complazco en ofrecer a la consideración de Uds., admirablemente traducido por nuestro distinguido compañero de tareas, el Prof., López Duhalde”. Palabras estas del Rector al someter el dibujo a consideración del resto del personal.

En la misma explica: “La idea central es la asociación de la dulcísima cosecha de la abeja con el trabajo útil, vinculado a la Patria por la bandera y la flor nacional”. Con la leyenda “Melicate Apes”, cuyo significado es: si no trabajas de manera ímproba o sea tenazmente todo se puede lograr.

Fue adoptado por resolución el 9 de junio de 1950.

Hoy, además de poseer los cursos de jardín de infantes, primario, secundario y terciario, es sede de la Facultad de Humanidades de la UADER.

Edición: Civetta, Virginia/Ratto, Carlos, texto extraído de Revista conmemorativa 140 años, Nosotros La Normal, 2013

 

Biblioteca Popular “El Porvenir”

Biblioteca “El Porvenir” a principios del Siglo XX. (Foto Mario Morasán)

Fue fundada el 22 de abril de 1872, en una asamblea reunida al efecto en uno de los salones del Histórico Colegio del Uruguay. Fueron más de 116 personas entre las que se encontraba el Gobernador de la Provincia los que tomaron esa decisión. Durante su larga vida la biblioteca funcionó en varias casas alquiladas o cedidas por personas interesadas en el progreso cultural de los habitantes de C. del Uruguay. En la década de 1880 funcionó en dependencias del Colegio “J. J. de Urquiza”, en 1896 se traslada a un predio cedido por el gobierno nacional en 9 de Julio y Leguizamón, lugar de que debió abandonar en 1906 al construirse en ese lugar el Juzgado Federal de C. del Uruguay.

En efecto, por Ley Nº 3381 de fecha 25 de Agosto de 1896, el Ministerio del Interior de la Nación resuelve donar a favor de la Biblioteca Popular “El Porvenir” de Concepción del Uruguay, la casa y parte del terreno propiedad nacional, de la esquina de las calles 9 de Julio y Mendoza (actual Onésimo Leguizamón), comprendiendo 24 metros sobre la primera y 17 metros sobre la segunda, gracias a gestiones que realizara el Uruguayense Dr. Mariano E López.
En la ley de transferencia del predio se establecía que la nación recobra la propiedad en caso “que la sociedad dejara de existir o se diese al bien donado, un destino ajeno a los fines de la “institución popular…”
En el año 1906, siendo Presidente de la Biblioteca Popular “El Porvenir” D José E Argüello y Secretario D. José Haedo, por Ley del 11 de Septiembre de ese año se “Ordena a la Biblioteca a “entregar el edificio y terreno que se le había donado en por (Ley Nº 3381/1896) en la esquina de “las calles 9 de Julio y Mendoza (Onésimo Leguizamón) por ser necesario para obras de “ampliación del Colegio Nacional del Uruguay…. (Obras aprobadas por Ley 5081/ 1907).
El gobierno nacional indemniza a la sociedad de la Biblioteca Popular con la suma de $ 20.000 pesos fuertes “que se destinarán a la construcción del local propio, que será levantado en “el terreno que la Institución posee sobre la calle San Martín de la ciudad de Concepción del “Uruguay (se refiere al actual edificio de la Biblioteca Popular El Porvenir”)
La transferencia del dominio del edificio y terreno se concreta el 2 de Abril de 1908 interviniendo en la escrituración el Escribano Público Francisco Martoq firmando el representación de la Biblioteca Popular “El Porvenir”, su Presidente Salvador Sartorio y en nombre de la Nación el Rector del Colegio Nacional del Uruguay “Justo José de Urquiza” Dermidio Carreño, actuando como testigos los ciudadanos Víctor Tófalo y Miguel Bordato.

Finalmente en el año 1914 se trasladó a su actual edificio en calle San Martín 782. Se destaca su mobiliario hecho en roble europeo y cristales importados con sus respectivos monogramas que actualmente se puede apreciar. A partir de 1937 funciona en su planta baja el Salón Municipal de Bellas Artes.