Conocer el origen o el significado de los nombres de diferentes lugares de un territorio, es decir su toponimia, es muy interesante, ya que podemos distinguir connotaciones sociales, históricas, políticas, culturales, educativas y económicas. Todo hace a la identidad en este caso particular de nuestra provincia.
La toponimia entrerriana es muy rica y variada. Algunos nombres que se conservan son los dados por los aborígenes, veces “castellanizados” por los españoles, otros dados por el proceso de poblamiento con inmigrantes, generalmente europeos. También dados por la unión de estos dos últimos, y más tarde por el trazado del ferrocarril que recorrió la provincia de Este a Oeste y de Sur a Norte, dando nombre a sus estaciones, denominación que luego fueron tomando varios pueblos surgidos en torne a ellas.
Hoy, vamos a hacer referencia de sitios y/o accidentes geográficos que están relacionados con cursos de agua, y, en general, con diferentes balnearios de la ciudad y la región. Es sabido que desde tiempos inmemoriales, los pobladores, originarios en un primer momento y los inmigrantes y criollos después, motivados por las altas temperaturas de la zona en general y por motivos de higiene muchas veces, buscaron el auxilio de diferentes zonas cercanas o distantes de la ciudad, que por sus características permitiera el baño sobre la costa, cosa que aún hoy sigue inalterable, aunque ya la población los busca por motivos recreacionales, entre ellos podemos mencionar el Balneario Itapé, Paso Vera, La tigrera, entre los actuales y otros ya fuera de uso como los arroyos Curro, Del Molino y el mismo Arroyo de la China.
Hoy contaremos el origen y/o significado de cada uno de esos nombres
Arroyo “El Curro”: Afluente del margen derecho del arroyo “Del Molino”, antiguamente era llamado “Salvatella”, por Salvador Salvatella, regidor del cabildo de Concepción del Uruguay en 1783. En 1808 figura una posta sobre ese arroyo. En la cartografía antigua figura como “El Curro”, tal como se llama hoy en día. No se sabe bien el motivo del nombre. “Curro” viene del verbo “currar” trabajar o también pegar o golpear. También se dice que puede ser porque en España a los llamados “Francisco” o a los toreros se del dice “Curro” y de ahí puede haber tomado su nombre. Hoy este arroyo está muy contaminado y ya no sirve como recurso de recreación.
Arroyo “Del Molino”: Del Molino o Itapé, tiene sus nacientes al N.E. de la Colonia Caseros, en el distrito Molino, departamento Uruguay. Cruza una región de montes y desemboca en el Uruguay por un brazo común con el riacho Itapé. Está caracterizado por su curso sinuoso. Originalmente llamado Itapé y luego de Vera, en homenaje a Antonio de Vera y Mujica propietario de tierras en esta zona por 1680 que ha dejado su apellido en otros lugares de nuestra toponimia. Entre el Itapé por el sur y el arroyo El Cordobés por el norte y con frente sobre el río Uruguay, estuvo la estancia “Rincón de Urquiza”. El campo pertenecía primitivamente a los jesuitas, luego fue propiedad de los herederos de Hernandariasy sucesivamente pasó por manos de Pedro Larramendi y su esposa María Francisca Arias Cabrera y Saavedra, de don Juan José de Castro, Pedro Duval, José de Urquiza, y luego a sus hijos Cipriano y Justo José de Urquiza.
Actualmente se lo conoce como Molino y también se lo llamó de los Molinos. La denominación de arroyo del Molino o Molino de debe a que a su vera existió un molino harinero con fuerza hidráulica construido entre los años 1868 y 1870, por empresario José María Barreiro, quién como Presidente del Directorio del Banco Entrerriano, había tomado posesión de las tierras de una sociedad compuesta por Juan José Soneyra y Martín Martinez Castro, fundadores de la “Colonia Perfección”. La construcción de este molino fue al ingeniero francés Silla Saint Gully, quién posteriormente tendrá a su cargo la construcción del “hospital de caridad” (el hospitalito) y el panteón de la familia del general Urquiza en el cementerio local. Con el tiempo fue pasando por diferentes dueños hasta llegar a nuestros días como de propiedad de la familia Arlettaz.
En la actualidad funciona en el lugar un balneario denominado “Molino Barreiro” por su propietario original. Antiguamente, antes de la puesta en funcionamiento de este centro recreacional se lo conocía como “Molino Arlettaz”.
Arroyo “De la China”: Es un curso de agua que desemboca en el riacho Itapé, al sur de Concepción del Uruguay. El Instituto Geográfico Nacional lo llama arroyo “La China”, pero la tradición histórica y lugareña lo distingue como “de la China”. En el mapa confeccionado por Tomás de Rocamora en 1782 figura un curso con el nombre “China A”; en otra carta posterior, sin fecha pero que se considera de la última década del siglo XVIII, aparece ubicada la Villa de la Concepción o Arroyo de la China. Se desconocen los motivos que dieron origen al nombre. El vocablo es de origen quichua y define a la hembra del ciervo, como “china-taruka”, y por extensión a la mujer. En 1778 los vecinos radicados en la costa de este arroyo solicitaron autorización para fundar una capilla. Los problemas surgidos por la posibilidad de ser desalojados de esas tierras, apresuraron la acción de Tomás de Rocamora, que eligió una loma algo al norte del arroyo para proceder a la fundación de Concepción del Uruguay. La barra de este arroyo fue declarada Lugar Histórico en 1942.
Arroyo “Urquiza”: es un paraje situado en el distrito Molino, departamento Uruguay, sobre el ex ramal ferroviario de Concepción del Uruguay a Concordia que fue habilitado al tráfico en 1913. El arroyo es un afluente del río Uruguay y desagua frente a la isla Almirón. Constituye parte del límite entre los departamentos Uruguay y Colón. Recuerda a José de Urquiza, Comandante de Entre Ríos entre 1804 y 1811, propietario de la estancia llamada “Rincón de Urquiza”.
Primitivamente se lo conocía como arroyo “Largo o del Cordobés”. En las inmediaciones de este arroyo, en un establecimiento ganadero que más tarde sería conocido como “Talar del Arroyo Largo”, nació Justo José de Urquiza, el 18 de octubre de 1801. En las márgenes del Urquiza funcionó, en la década de 1870, uno de los primeros molinos harineros a vapor, el “Santa María”, de Maury Hnos.
El balneario “Viejo Molino”, antes “Ruinas del viejo molino”, ubicado sobre ambas márgenes del arroyo, recibe ese nombre ya que en ese lugar funcionó un molino harinero, construido por Ludovico y Próspero Maury en el año 1884, lo que constituye la primera iniciativa de importancia en la utilización del agua como fuerza motriz en la Provincia de Entre Ríos. Este molino, paso por diferentes etapas y dueños, hasta que, siendo propiedad de Fabani Hnos., el 11 de Octubre de 1929 el viejo molino detuvo sus maquinas para siempre.
Banco Pelay: Era un inmenso banco de arena, donde en sus inmediaciones habitaba un pescador de apellido Pelayo, que todos conocían por Pelay. Los pocos visitantes que tenían acceso a este paraje, para identificarlo, decían: “estuvimos en la Playa de Pelay”.
Se han tejido una serie de anécdotas y leyendas, sobre quienes eran los que habitaban este lugar. Era una familia de pescadores, que siempre habían habitado ese privilegiado lugar, recibido como herencia. Vivian en una precaria vivienda, los moradores eran Don Pelay y su esposa Doña Rosa, no tenían hijos.
Don Pelay, todos los días en forma rutinaria, realizaba esa sacrificada tarea del pescador, recorría los espineles en busca de presas, que luego comercializaba en el puerto de Concepción del Uruguay. Con lo obtenido de la venta, adquiría alimentos para la subsistencia de él y su señora. Regresaba pasando el medio día, con su embarcación cargada de provisiones. Por la tarde, recorría las trampas estratégicamente ubicadas en la vegetación y comprobaba si no había alguna presa atrapada.
La felicidad, la paz y tranquilidad, que disfrutaban los Pelay, fue alterada por una inesperada visita. En una lancha arribaron unos señores, aduciendo ser los nuevos propietarios del lugar, el mismo había sido rematado por el fisco debido a la falta de pago de los impuestos. Que sabían los Pelay de ello, absolutamente nada, por ignorancia pasaban ahora de propietarios a encargados. Los nuevos dueños, introdujeron un centenar de ganado vacuno, Don Pelay paso ahora de pescador a tropero.
Doña Rosa, fue la que más sintió este cambio, el dolor y la tristeza fue minando sus fuerzas, hasta que falleció. Su esposo, sin consuelo, no demoro en seguir el camino trazado por su compañera.
La Tigrera: arroyo y puente. Este paraje situado en el distrito Molino, departamento Uruguay sobre el curso del arroyo Molino, era conocido como el Potrero de Chiloteguy. Allí vivía Francisco Lozano conocido como “El Tigrero”, debido a que se dedicaba a la caza de tigres y gatos monteses que abundaban en la zona. Cuando murió a su viuda, Manuela que quedo viviendo en el lugar, se la empezó a llamar “La Tigrera”, origen del topónimo. En la actualidad funciona al oeste del puente que atraviesa el arroyo un balneario camping que ha tomado este nombre: “La Tigrera”.
Riacho Itapé: Situado entre la ciudad de Concepción del Uruguay y la isla del Puerto. Para Buffa, la etimología de Itapé sería “piedra chata”, asociado a la abundancia de piedras grandes y planas que se encuentran sobre la costa del lugar denominado Salamanca. De ítá: piedra y pé: chata, recordemos que antiguamente se solía llamar Itapé a todo el largo de este curso de agua, lo cual incluí toda la extensión del arroyo “Del Molino”. El balneario, del mismo nombre fue creado por Ordenanza N° 0781 del 24 de septiembre de 1930 y es, en la actualidad, el más antiguo de la ciudad en funcionamiento.
Isla Cambacuá: es una isla, situada sobre el Rio Uruguay al sur de Concepción del Uruguay. La palabra de origen guaraní que significa “Cueva de negro”, de cambá: negro y Cuá: cueva y hace referencia a que ese lugar era un escondite seguro para los esclavos que resistían su situación.
Paso Vera: de la ciudad de Concepción del Uruguay sobre el río Uruguay. Recuerda al general Francisco Antonio de Vera Mujica, que en 1680 pasó a la banda oriental del río Uruguay con un contingente de tropas, en la campaña llevada por los españoles contra los portugueses. En años posteriores el mismo Vera Mujica vadeaba por este paso sus haciendas. Figura en el mapa del Padre Quiroga (1749) y se repite en otra carta fechada en 1768. A mediados de mayo de 1818 se instaló una batería de tres cañones ocultos en el Paso de Vera para la defensa de la costa. Actualmente es un balneario a continuación del Banco Pelay.
Río Uruguay: Nace en Brasil y desagua, junto con el Paraná, en el de la Plata. Constituye el límite de la provincia con el estado uruguayo. Dice Buffa que “pocos topónimos entrerrianos presentan las variantes que caracterizan a Uruguay. Durante el siglo XVI, la denominación característica fue “Río de Lopeti”. En la misma centuria, algunos geógrafos franceses e italianos consignaron el nombre “San Salvador”.
El nominativo aborigen sufrió muchas variantes: Urua, Uruall, Uruau, Urubay, Uruan. Ulrico Schmidel consignó la grafía Urquá. Caboto identificó al Uruguay con el Plata y lo llama Huruai. La cartografía de la época registró la denominación ‘Río Negro” dada al Uruguay. En el transcurso del siglo XVII, se sucedieron estas denominaciones en informes de los gobernadores al monarca o en cartas geográficas: Uruguay, Uraig, Uruayig. El padre Oñate, en su Carta Anual de 1620, lo llama Hiruguay. En el siglo XVIII, fue conocido como “Río de las Misiones” pues sobre sus riberas se alzaban numerosas reducciones. En mapas de la misma época, se usó la denominación actual, Uruguay, que ya apareciera en cartógrafos del siglo anterior, alternando con Vuraguay y Uruguaig. El vocablo Uruguay es un ejemplo de anarquía ortográfica. A través de los autores señalados, de distintas épocas y nacionalidades, se comprueba la deformación sufrida por la palabra.
Fue consecuencia del procesa de desfiguración de la lengua vernácula por los europeos, quienes transcribían los sonidos aborígenes como los interpretaban, pues desconocían las lenguas del Nuevo Mundo y, en muchos casos, apenas dominaban la materna. Ignorantes de las reglas para la transcripción de los sonidos característicos, los registraban con las articulaciones más similares de su idioma original”. Siguiendo a Buffa, “las palabras que componen el vocablo son las siguientes: urú: pajarillo de pechuga de gallina y gua: país o región e i: río, de lo que surge “Uruguay”, “río de la región del urú”.
En tanto el jesuita Nicolás Mastrillo Duran le llama “río de los caracoles” por la abundancia de estos moluscos en sus riberas, hipótesis que sostiene Irigoyen; de “urugua”: caracol de agua e y: río.
Edición: Virginia Civetta y Carlos Ratto. Texto extraído de: Bourlot, Rubén y Bertolini, Juan, “Índice sintético de la toponimia entrerriana”, 2016, Argachá, Celomar, Gregori, Miguel Á. y Rousseaux, Andrés, “Ruinas del Molino Barreiro”, Bourband Néstor y Brossard, Araceli, “Banco Pelay, el paraíso, pasado y presente”, Rousseaux, Andrés, “Cuando los tigres merodeaban la ciudad” y Miloslavich de Álvarez, María del Carmen, “El molino Maury”