Los campos deportes del Colegio del Uruguay a lo largo de su historia

Alumnos del colegio en el campo de deportes de la ex-Chacra del establecimiento. C. 1910


Por María Virginia Civetta y Carlos Ignacio Ratto

El Colegio del Uruguay “Justo José de Urquiza”, que arriba en 2024 a sus 175 años, fue y es uno de los pocos colegios de la República Argentina que ha propagado su prestigio dentro y fuera del país. Miles de alumnos año a año van pasando por este recinto histórico que fue pionero en muchas medidas educativas de avanzada que marcaron, en varios sentidos, el rumbo de la educación argentina.

Heredero del Gral. Justo José de Urquiza, guiado por Rectores y plantel docente ha dejado su impronta en los anales de la educación, no solamente de Argentina, sino que sus métodos se han extendido también a otros países de la región. Se impartieron cursos y clases de Jurisprudencia, Agrimensura, Estudios Militares, Comercio, Arte y Oficios y también sobre el tema que compete a este artículo, la Educación Física y los lugares de los que dispuso el colegio para su práctica.

Es importante para los autores de este artículo, hacer mención al Prof. Celomar Argachá, cuyas obras e investigaciones realizadas sobre diferentes aspectos de la vida del Colegio del Uruguay se convierten en fuente primaria para cualquier trabajo que intente reflejar algunas de las múltiples facetas de la historia del heredero del general Urquiza. Esta reseña sobre los campos de deportes del colegio, no es una excepción y se basa, en algunos aspectos históricos, en este historiador de reconocida trayectoria.

Si bien es innegable el aporte fundamental de José Benjamín Zubiaur a partir de su asunción como Rector, por Decreto del Poder Ejecutivo Nacional del 5 de enero de 1892, lo cierto es que ya en 1872, el entonces Ministerio de Instrucción Pública aprueba la creación de la cátedra de “Gimnasia” para aquellos institutos que desearan incorporarla a su currícula para 1873. En aquel entonces solo dos colegios solicitaron la designación de un profesor para dicha asignatura el primero fue el de Tucumán, el 14 de enero de ese año y el 20 de febrero hizo lo propio el Colegio del Uruguay, designándose a Juan Laveggio como el primer docente de “Gimnasia” del histórico (Argachá, 1999b, p. 31). Lamentablemente, estas prácticas se extendían por varios meses, pero luego, quedaban a criterio de cada uno de los rectores si se continuaban implementando o no.

Como se ha mencionado, fue José Benjamín Zubiaur (31 de mayo de 1856 – 6 de septiembre de 1921), paranaense, ex alumno y Rector desde 1892 hasta 1899, uno de los rectores que más se preocupó y ocupó del desarrollo de las aptitudes físicas de los estudiantes de esta institución. Por tal motivo es interesante que se conozca, brevemente, su historia y el porqué de esta prédica por el deporte en general. Al terminar sus estudios en el Colegio del Uruguay, y en mérito a sus buenas notas, ingresa a trabajar en el Ministerio de Justicia e Instrucción Pública de la Nación y a su vez continúa estudiando graduándose, en la Universidad de Buenos Aires, como Doctor en Derecho. Al ser nombrado inspector General de Colegios Nacionales y representando a nuestro país, viaja a la Exposición Universal de París (1889). En este viaje conoce a Pierre de Couberten, quien le inculca la importancia de la educación física en las escuelas. Además, este viaje sirvió para que el doctor Zubiaur observara y se interiorizara de diferentes formas de educar, no solo lo vinculado al aspecto físico.

Es todo lo observado y aprendido en su viaje lo que aplica en el Colegio cuando llega a ocupar el cargo de rector. Entre otras cosas, organizó viajes de estudios, permitió el ingreso de las mujeres, siendo Teresa Ratto la primera en recibirse de Bachiller en el año 1895, y estableció las clases de educación física con un criterio totalmente diferente al que era de práctica usual en ese tiempo. Si bien se debe mencionar que este tipo de actividades ya se llevaban a cabo en el colegio de Corrientes (1890) y en el de Tucumán, desde ese mismo año.

Hasta ese momento, año 1892, los alumnos hacían, generalmente, sus ejercicios dentro de las aulas como, por ejemplo, flexiones junto a sus mesas de estudios y en algunos momentos utilizaban el patio para movimientos de brazos. Además, eran impartidos de manera simultánea los llamados “ejercicios militares”, a los que calificaba de “muy monótonos” y “… de poca importancia para el desarrollo físico” del alumno (Argachá, 1999a, p. 47-48). Zubiaur, había traído un amplio conocimiento de Europa y, a poco de ser designado se plantea implementar clases de Educación Física, al aire libre, en un principio, en el amplio patio del colegio, dónde se había instalado una cancha de pelota vasca y aparatos para gimnasia, como la barra y las paralelas (Argachá, 1999a, p. 48).

Primeros aparatos de gimnasia para los alumnos del colegio. Circa 1893

No las llamó clases de Educación Física, sino que los denominó “Juegos atléticos al aire libre”. Se practicó fútbol, tenis, atletismo, remo, pelota vasca, etc. Estos deportes tuvieron una marcada tendencia inglesa, ya que el rector había designado el 6 de marzo de 1892 a J. H. Gibbon Spilbury, de esa nacionalidad, para que llevara a cabo las clases. Este hizo una lista de elementos necesarios, siendo autorizados y pagados con dinero de la institución. Estas prácticas traspasaron los límites del patio del Colegio y el 12 de octubre de 1892, se realizó el primer encuentro en público, fútbol y regatas escolares (práctica de remos), en festejo del 400 aniversario del descubrimiento de América.

De esta manera se puede ver que el primer campo de deportes del colegio, funcionó, con sus limitaciones de espacio, en el amplio patio del establecimiento.

Segundo campo de deportes. Parte del sitio que hoy ocupa la escuela Normal

Práctica de fútbol de alumnos de primer año, circa 1895.

Ya en 1898, y en ocasión de que el Congreso de la Nación había dispuesto, por un lado, suprimir la enseñanza de la instrucción militar en los colegios nacionales, y por otro implantar las clases de gimnasia en los establecimientos de todo el país, Zubiaur se refiere a la existencia de “…un terreno compuesto por dos manzanas, (…) a cinco cuadras de distancia” del colegio, como campo de deportes del histórico (Argachá, 1999a, p. 51). Estas dos manzanas, pueden verse libres de edificaciones en un plano de la ciudad de 1897. Son las ubicadas entre 9 de julio y San Martín y Chaco (Jordana) y Los Andes (Mariano López). En este lugar se construiría luego, sumando dos manzanas más hacia el sur, el nuevo edificio de la Escuela Normal. Estas tierras fueron demarcadas con un cerco perimetral y un portal. Para 1905, el periódico La Juventud, se hacía eco de lo abandonado que se encontraba el lugar, pidiendo se acondicione y resguarde el predio (Busiello, 2021 p. 246).

Estas clases al aire libre se continuaron en ese espacio durante el rectorado de Enrique de Vedia (1899-1902) y de quien lo sucede, Dermidio Carreño (1902-1910) quien con su vicerrector Juan José Millán, ante la sesión por parte de sus propietarios, la Municipalidad local y la Nación para la edificación del edificio de la citada Escuela Normal, proponen la compra de dos manzanas para práctica de deportes, pero no obtienen la autorización. Este sitio estaba ubicado entre las calles San Martín y Entre Ríos (Norte y Sur) y Piedras y Bulevar del Este (Argachá, 1999a, p. 265). Esas manzanas son las que ocupan hoy, la escuela Santiago del Estero y el club San Martín.

Las actividades fueron aumentando como así también los alumnos que practicaban diferentes deportes, haciendo necesario usar la cancha de La Fraternidad y en varias oportunidades las canchas del Club Atlético Uruguay y Club Gimnasia y Esgrima. Durante el rectorado de Luis Grianta (1940-1948), este solicita la cancha de pelota vasca del Club Uruguay, la que se usó como gimnasio cerrado por las inclemencias del tiempo de esa temporada.

Tercer campo de deportes. La vieja chacra del Colegio

Ya durante su gestión como rector, en 1897, Zubiaur se dirigía en numerosas ocasiones al Inspector General de Colegios Secundarios solicitando, sin resultados positivos, la compra de un predio más amplio, y sugería la adquisición de la antigua chacra del Colegio u otra similar (Argachá, 1999a, p. 231). Esta chacra funcionó, en terrenos del general Urquiza, aproximadamente entre 1851 y 1862, cuando se entrega en explotación a Ambrosio López. En 1899, el rector Enrique de Vedia solicita la restitución de la chacra al patrimonio del colegio basado en una nota enviada en 1873 por el rector Agustín Alió que hacía referencia a una comunicación del Ministerio de Instrucción Pública que otorgaba parte de esos terrenos al histórico. Finalmente, eso no se pudo comprobar y esos terrenos fueron vendidos a particulares, entre ellos al profesor del colegio y constructor del primer edificio de “La Fraternidad” Enrique Delor (Seró Mantero, 1946, p. 11).

Práctica de tenis en el campo de deportes ubicado en la vieja “Chacra del Colegio”, circa 1910.

Finalmente, y por motivos que nada tienen que ver con la práctica de actividad física, la vieja chacra volverá al patrimonio del colegio. En efecto, en 1908 se destinaron $3000 para la compra de un terreno para la construcción de un colegio tutorial (una especie de internado para los alumnos del colegio). Paralelamente, la viuda de Delor, Isabel, ponía en venta las 27 hectáreas de su quinta, terreno que fue adquirido por la Nación, aunque su escrituración se demoró un tiempo y finalmente fue firmada por el rector Eduardo Tibiletti (1910-1920).

Este colegio tutorial nunca se construyó, entre otras cosas porque “La Fraternidad” (1877) había suplido la carencia de alojamiento para los estudiante que proveían de otros lugares del país, y, ante esta situación, el rector Tibiletti decidió, de conformidad con las autoridades nacionales arrendarlo, pero reservando un espacio para ser usado por los alumnos para la práctica de deportes, sobre todo natación y remo, ya que podían usar el arroyo Molino, lindante al predio. Entre otras obras en ese sitio, el rector Tibiletti mandó cercar la cancha de fútbol con un alambrado de tres hilos, colocando en su interior arcos y redes para la práctica de este deporte. También se construyó en el lugar un polígono y un stand de tiro (Argachá, 1999a, p. 287).

La chacra de Delor, como era conocido ese predio, fue utilizado como lugar para la práctica de actividades físicas por los alumnos del colegio hasta 1920 que por Ley Nº 11.049 la vieja chacra fue transferida al Ministerio de Obras Públicas de la Nación. En diciembre de 1923, el presidente Marcelo T. de Alvear dicta un Decreto creando el Policlínico Regional del Litoral “Justo José de Urquiza”. La piedra fundamental de este centro de salud fue colocada el 4 de abril de 1925 y su inauguración sería concretada el 29 de noviembre de 1931, siendo el doctor Pascual Corbella su primer director (Cieri, 2011).

Cuarto campo de Deportes. Plaza Constitución

Durante la gestión de Tibiletti, durante el año 1915, el Ministerio de Justicia e Instrucción Pública de la Nación compró y entregó a los colegios nacionales aparatos para la realización de ejercicios, entre ellos columpios, anillas sin abrazadera, barras, etc. Elementos que recibían el nombre de “Gimnasio Spalding”. Su nombre hacía referencia a Albert Goodwill Spalding, un innovador en materia deportiva que abrió una tienda de artículos de ese ramo en EEUU, 1876 y se convirtió rápidamente en un referente de ese campo. Inventó, entre otros elementos, la moderna pelota de béisbol y el primer guante para ese mismo deporte.

Como en el patio del colegio no había suficiente lugar, Tibiletti solicitó al intendente Vicente Corbalán autorización para colocarlos en la plaza Constitución. Dicho predio fue aceptado por medio de la Ordenanza Nº 0320 de fecha 23 de septiembre de 1915, que expresa que se destinará “…provisoriamente la plaza Constitución como de educación física en base al gimnasio y demás juegos que en ella habrá de instalar el Colegio del Uruguay “Justo José de Urquiza”. Inmediatamente, bajo la supervisión de un técnico del Ministerio de Educación se instalaron los diferentes elementos, entre ellos columpios, barras y paralelas.

Campo de deportes en la plaza Constitución.


La plaza de educación física, la primera de la ciudad, fue inaugurada el 5 de noviembre de 1915 con la presencia de autoridades y alumnos y el Prof. Eduardo Nadal, docente de Educación Física del colegio hizo uso de la palabra (Rousseaux, 1996). Estos aparatos no fueron usados en exclusividad por estudiantes del histórico, sino que otros establecimientos educativos de la ciudad pudieron tener acceso a ellos. Esta plaza funcionó hasta el año 1945, en que fueron trasladados al predio de la cancha de la Liga, donde ya funcionaba el nuevo campo de deportes del Colegio del Uruguay.

Quinto campo de deportes. La “Cancha de la Liga de Fútbol”

Entre 1920, fecha en que se transfiere a la Nación los terrenos de la chacra del Colegio y hasta 1943, en que la municipalidad cede los terrenos de la ex “cancha de la Liga”, el colegio careció de un lugar propio para desarrollar las clases de educación física y estas se trasladaron al lugar que les fuera facilitado, estos pudieron ser la cancha de Atlético Uruguay, de Gimnasia y Esgrima, las canchas de pelota de los clubes Social y de Pelotas Uruguay, hasta incluso sitios baldíos cerca de la institución. También se utilizó para tal fin el patio de la Escuela Normal, cuando el colegio funcionó en dicho edificio debido a su reconstrucción casi total (1938- 1942).

En 1941, el rector Luis Grianta se dirigió a las autoridades nacionales para insistir en la necesidad de que el colegio contara con su propio campo de deportes, y, específicamente solicitó la sesión de la manzana ubicada entre 9 de julio y San Martín al norte y sur y Rizzo y Vértiz al oeste y este respectivamente, dónde hoy está la plaza Urquiza, pero no tuvo respuesta favorable. Este terreno había sido otorgado a la Nación para que allí se construyera una nueva Escuela Profesional de Artes y Oficios para Mujeres, cosa que no había sucedido estando, en ese momento, baldío y sin uso.

En su búsqueda por dotar al colegio de su propio campo de deportes, el rector decidió hacer lo mismo a la municipalidad local, solicitando un terreno de cuatro manzanas, algo alejado del colegio, pero con potencial para construir en él un futuro campo de deportes. Estos terrenos estaban asignados a la Liga de Fútbol de la ciudad y, por medio de la Ordenanza 1252 promulgada el 30 de octubre de 1942, el Intendente Ambrosio Artusi, retira la “administración y usufructo del terreno de propiedad municipal en que dicha institución tiene instalada su cancha de foot-ball” y lo cede en iguales condiciones al Colegio del Uruguay, con destino al campo de deportes de ese establecimiento.

Un tiempo después y por medio de la Ordenanza Nº 1260, sancionada el 4 de febrero de 1943 y promulgada por el DEM dos días después, se establece lo siguiente:
“Art. 1º: Decláranse desafectados como bienes del dominio público los tramos de las calles Pablo Lorentz, entre Calles 6 del Oeste y Boulevard Exterior del Oeste y Calle 7 del Oeste, entre Lorenzo L. Sartorio y 3 del Norte.
“Art. 2º: Dónase al Gobierno Nacional el terreno de propiedad municipal compuesto por 4 manzanas situadas entre los siguientes linderos: Norte calle 3 del Norte; Sud Calle Lorenzo L. Sartorio; Este, Calle 6 del Oeste y Boulevard Exterior del Oeste (Actual Bv. Díaz Vélez), incluso la superficie de las calles comprendidas dentro de este perímetro, a las que se refiere el Art. Anterior”.

La misma Ordenanza, en su artículo 3º le otorga al gobierno de la Nación un plazo de cinco años para la construcción de infraestructura básica, como ser pista de atletismo, canchas de básquet y fútbol, el cercado del predio y la instalación de vestuarios y baños. Estableciendo que, en caso de que esto no sucediera, la municipalidad podrá revocar la cesión del terreno.

Pese a la insistencia del rector para que el gobierno nacional cumpliera con su parte, es decir con la construcción de la infraestructura básica, éste no lo hizo y es así que finalmente la Municipalidad, por medio de la Ord. 2069 de fecha 28 de septiembre de 1961, con la firma del presidente municipal Juan E. Lacava, establece en su Art. 1º “Dejase sin efecto la donación efectuada por esta Municipalidad al gobierno Nacional de una fracción de terrenos compuesto por cuatro manzanas…”. En su Art. 2º vuelve a ceder estos terrenos a la Liga de Fútbol, esta vez por 25 años y a título precario. De esta manera, y por desidia de las autoridades de educación de la Nación, nuevamente, como sucedió entre 1920 y 1943, el histórico se encuentra sin un campo de deportes propio dónde concretar las clases de Educación Física.

Sexto campo de deportes. La costanera Paysandú, campo de deportes de la Escuela de Aprendices

Lugar donde se encontraba el campo de deportes de la Escuela de Aprendices y hoy se encuentran los silos de la ex Junta Nacional de Granos.

 

El domingo 20 de septiembre de 1953, la Escuela de Aprendices Nº4 “Evita” del Ministerio de Obras Públicas, inaugura su propio campo de Deportes. El mismo estaba ubicado sobre el lado este de la Avenida Paysandú (Justo José de Urquiza en ese momento), casi en su extremo sur. En este lugar se construirían años más tarde los silos y elevadores de la Junta Nacional de Granos.
“Uruguay posee ya la pista atlética más importante de la provincia”, titulaba el diario “La Calle” (1953) y agregaba que sería formalmente inaugurada con la realización del “Torneo Primavera” que era auspiciado por la Federación Atlética Entrerriana del Río Uruguay. En efecto, este nuevo centro era muy completo, poseía una pista de 300 metros de extensión, con una recta de 130 metros con siete andariveles; cajones de arena para salto en largo, triple y con garrocha, además de todos los elementos para diferentes tipos de lanzamientos (bala, disco, etc.).

Este campo de deportes, aunque ya sin su brillo anterior, recordemos que en 1971 se cierra por primera vez la Escuela de Aprendices, funcionó hasta 1970, año en que se llama licitación pública (Nº 350/1970), para la construcción de los nuevos silos y elevadores de la Junta Nacional de Granos, los que serán inaugurados el 29 de enero de 1975. A este lugar concurrirán los alumnos del colegio hasta la inauguración de Centro de Educación Física Nº12 en 1973

Séptimo campo de deportes. Centro de Educación Física Nº 12 (Hoy CEF Nº 3 “Mario La Nasa”

Casi en simultáneo con la desaparición del campo de Deportes de la Escuela de Aprendices, se crea en el ámbito del Ministerio de Educación de la Nación el Centro de Educación Física Nº12 (CEF Nº12). El mismo fue creado el 16 de abril de 1969 por medio de la Ley Nacional Nº16.727, Decreto Nº5633/67. Si bien ya en 1970 hay registros de que ya se hallaba en actividad, recién el 24 de septiembre de 1973 se inauguran las primeras instalaciones, que incluían una pista de carbonilla. El 1 de enero de 1993, deja de ser nacional y pasa a ser una institución educativa provincial, recibiendo la denominación CEF Nº 3 “Prof. Hugo Mario La Nasa”.

Por más de 40 años la totalidad de los estudiantes del colegio concurrieron a este campo para cursar la materia “Educación Física”, y si bien no era un predio propio, así lo consideraban quienes asistían a estas, ahora, viejas instalaciones. El 27 de julio de 2017, se inauguró la nueva pista sintética del CEF Nº3. Esta obra había sido acordada durante el año 2014 con un costo estimado de 24 millones de pesos de la época, lo que convirtió a esta institución en un espacio para competencias de alto rendimiento deportivo.

En sus orígenes y hasta la actualidad, aunque en menor grado, ya que actualmente es un centro de alto rendimiento deportivo este sitio fue ocupado por todos los colegios de la ciudad, dando fin a la incesante búsqueda del colegio Justo José de Urquiza, para que sus alumnos practiquen diferentes deportes. Este lugar, sin ser de su propiedad, le permitía a sus alumnos realizar sus clases de educación física sin contratiempos mayores.

Actualidad

Desde que el Centro de Educación Física Nº3 “Profesor Hugo Mario La Nasa” se convirtió en un espacio dedicado al alto rendimiento deportivo, poco a poco ha ido perdiéndose para diferentes instituciones educativas locales, entre ellas el Colegio del Uruguay, como un espacio para poder desarrollar las clases de Educación Física.

En la actualidad, año 2024, el colegio cuenta con 59 divisiones de alumnos, de las cuales siete corresponden a la educación de adultos. Por lo tanto, son 52 divisiones (27 cursos del turno mañana y 25 del turno tarde) que tienen la asignatura de Educación Física. Las clases se desarrollan a contra turno y se distribuyen en tres lugares. El CEF Nº3, el predio Multieventos, en terrenos de la vieja estación del Ferrocarril, este es el grupo más numeroso y el tercer espacio ocupado es el del salón Anexo al Colegio del Uruguay, dónde se realizan específicamente las prácticas de handball y básquet y concurren a sus clases los alumnos de primer año. Este anexo del colegio, fue inaugurado el 3 de septiembre de 1999 (La Calle, 1999), aunque ya en 1991 se utilizaba para el dictado de clases, y en él se encuentran aulas, oficinas y un gimnasio cerrado frente al Colegio, en el espacio que ocupaba la vieja “Casa del Rector”. Desde aquellos primeros docentes que dictaban sus clases en soledad, hoy el plantel docente está integrado por numerosos profesores, los que son coordinados por el Prof. Carlos Burgos.

El futuro

Estos espacios, si bien permiten el desarrollo con normalidad de las clases de Educación Física, no son los ideales para ello, por diferentes razones. No obstante, siempre está en la idea de las autoridades del colegio el poder contar con un campo de deportes, que ya no sería propio como en el pasado, sino compartido por las diferentes instituciones de educación secundaria de Concepción del Uruguay.

 

Agradecimientos:

Lic. Mario Pelisier, ex Director del Centro de Educación Física Nº 3 “Prof. Hugo Mario La Nasa”; Museóloga Analía Trípoli, Hemeroteca del Museo “Casa de Delio Panizza”. Lic. Pedro Fruniz, Coordinador del “Museo de la ciudad”. Prof. Ramón Cieri, Rector del Colegio del Uruguay “Justo José de Urquiza” y Mirta Parejas, encargada del área de Digestos de la Municipalidad de C. del Uruguay. Prof. Cristina Escalante, por su colaboración.

Bibliografía:

Argachá, Celomar (1999a). El Colegio del Uruguay a través de sus rectores. 150 años al servicio de la educación. Concepción del Uruguay: EDUNER.
Argachá, Celomar (1999b) Un ayuda memoria. Colegio del Uruguay “Justo José de Urquiza”. 1849-1999. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Imprenta del Congreso de la Nación.
Busiello, Orlando César (2021). Instituciones sociales y deportivas de Concepción del Uruguay 1854-1920. Concepción del Uruguay: Espacio Editorial Institucional UCU.
Cieri, Ramón (2011). “El Estado y el Sistema de Salud al inicio del Siglo XX Policlínico Regional del Litoral ¨Justo José de Urquiza¨. https://www.entrerios.gov.ar/hospitalurquiza/historiadelhopital.doc
“La Calle” (1999). “1849-1999. 150 aniversario del Colegio del Uruguay Justo José de Urquiza”. Suplemento. Concepción del Uruguay.
“La Calle” (1953). “Uruguay posee ya la pista atlética más completa de la provincia”. 23 de septiembre de 1953. Concepción del Uruguay.
Rousseaux, Andrés (1996). “La primera plaza de ejercicios físicos”. Diario “La Calle”, 4 de marzo de 1996. P. 11. Concepción del Uruguay.
Seró Mantero, Rodolfo (1946). La chacra del Colegio. Diario La Calle, Nº 700. Concepción del Uruguay.

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