Remodelaciones y ampliaciones del Colegio del Uruguay

Vista del patio del colegio antes que se le agregara el piso de alto que da sobre calle Leguizamón, puede verse el aljibe en el centro del patio

El 28 de julio de 1849, se funda en Concepción del Uruguay, de manos del Gral. Urquiza, el Colegio del Uruguay. El 14 de octubre de 1849, se colocó la piedra fundamental y para el 1° de mayo de 1851, ya contaba el edificio con planta baja terminada. En 1880 se le agrega a la planta baja y mirador el primer piso frente a plaza Ramírez. Y en 1935 al 1942, se le sumo el primer piso de la parte posterior, siendo estas las más importantes remodelaciones y ampliaciones.

Primera remodelación y ampliación

Debido al asalto a sangre y fuego del Colegio realizado por las tropas de Ricardo López Jordán en 1870, el edificio sufrió una serie de importantes deterioros, a los que debían sumarse los producidos por el paso del tiempo.

El Rector Dr. Agustín Mariano Alió comenzó a gestionar ante la superioridad la remodelación y ampliación del mismo, resolviendo por decreto del Presidente Domingo Faustino Sarmiento, en el año 1873, llevar a cabo la obra.

Se autorizó la construcción de un primer piso como así también realizar las ochavas en las esquinas de la planta baja para llenar una disposición municipal reciente.

Cinco empresas se presentaron a la licitación y después de una serie de problemas con quien había presentado el presupuesto más bajo la obra fue adjudicada a José Fossati, firmándose el 28 de octubre de 1873 el contrato para la ejecución de la obra.

El proyecto del primer piso fue realizado por Don Pedro Melitón González, presidente del Departamento Topográfico de la Provincia siendo designado inspector de obra, labor que desarrollo con eficacia y esmero. Llamó nuestra atención la rapidez con que fue concluida, ya que el 30 de junio de 1874 el constructor hizo entrega del edificio terminado el cual fue aceptado por el inspector.

Segunda y la más importante reconstrucción y ampliación

El 10 de enero de 1934 escribió el Rector Dr. José Haedo a superior jerárquico una nota diciendo entre otras cosas que “…exageración puede afirmarse que en muchas aulas y dependencias el estado del edificio representa un verdadero peligro”.

Meses después volvió a describir el estado lamentable del Colegio afirmando que se “…notan grietas no solamente en los muros sino también en los cielorrasos de yeso, produciéndose desprendimientos (…) No sería del caso limitarse a simples reparaciones o retoques, pues se requieren obras de consolidación, reconstrucción y ampliaciones…” sugiriendo el desmantelamiento, pero conservando el tipo de arquitectura.

Finalmente en noviembre de 1934 el Ministerio de Obras Públicas de la Nación informó la necesidad del desalojo del edificio en los primeros días de enero de 1835, cosa que se realizó, pasando a funcionar en tumo de la tarde de la Escuela Normal.

Más que una reparación profunda fue una verdadera reconstrucción. La realización del proyecto llevó prácticamente dos años completos iniciándose en 1937 la demolición de tres de sus lados, quedando solamente frente y el Mirador, que fueron considerados de mayor valor histórico. El Arquitecto Canavessi nos dice al respecto: “En esa oportunidad se decidió dejar el frente del edificio tal cual era en la época de su fundación. Se estudió el color con que había estado pintada las paredes, se dejaron las puertas y ventanas con postigos y pasadores; quedaron los techos del zaguán y galería interior con sus viguetas de madera dura la vista; los faroles y bancos de los corredores, son originales. También en esta oportunidad se le agregó el primer piso de la planta baja posterior sobre calle Onésimo Leguizamón”.

Debemos decir que en los lados norte y sur fueron demolidas las aulas y dependencias que daban sobre el patio, quedando unas galerías cubiertas. Recordemos que en esta instancia estaba previsto demoler el mirador, lo que fue impedido gracias a la movilización de las fuerzas vivas de la ciudad.

El proyectista y director de obra de estos trabajos fue el arquitecto Pelayo Sainz y la empresa constructora fue Sincomaco (Sociedad de Ingeniería y Construcciones Malvicino y Cía).

Después de muchos inconvenientes y quejas sobre detalles de la obra, la misma fue entregada con fecha 29 de abril de 1942 y el 27 de mayo de mismo año se procedió a iniciar las clases en el edificio restaurado después de un periodo de más de 7 años» informaba el Ministerio del ramo.

Estas dos importantes refacciones no le han quitado al edificio su coherencia arquitectónica original presentándose actualmente como una verdadera joya del pasado entrerriano.

Texto extraido de: Argachá, Celomar José,  “Colegio del Uruguay “Justo Jose de Urquiza”, 2006

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