Panadería “Clara B. de Ratto e Hijo”

Panadería “Clara B. de Ratto e Hijo” hacia 1939

La panadería “Clara B. de Ratto e Hijo”, conocida y recordada simplemente como “Panadería Ratto”, fue fundada el 30 de agosto de 1886 por Juan Bautista Ratto inmigrante Italiano, y, posteriormente, recibió el nombre de su esposa Clara Barattini de Ratto. Fue durante casi 100 años una de las panaderías más importantes de la ciudad, junto a otras recordadas como la “Garibaldi”, “Briozzo”, “El despertar del Obrero” o “Mitre”. Poseía dos cuadras con sus respectivos hornos a leña y distribuía sus productos no solo en la ciudad sino en diferentes puntos y localidades del departamento Uruguay. Finalmente cierra sus puertas a mediados de la década de 1980.

La panadería “Ratto”

La panadería “Ratto” fue, como hemos dicho, una de las más antiguas y duraderas empresas Uruguayenses. Su trayectoria se desarrolló por casi 100 años, cerrando sus puertas a principios de los años 80.

De los relatos que los mayores fueron dejando en el seno de una familia grande más el aporte de diferentes medios de comunicación escritos de la ciudad y de diferentes archivos, se puede reconstruir su historia a grandes rasgos. La misma comienza con la llegada de Juan Bautista Ratto, procedente de Génova a mediados del siglo XIX.

Juan bautista Ratto (h) y Marieta Albizzatti, en el despacho de la panadería. Año 1919

Este fue impulsado, en parte por la experiencia de su primo, Ángel Ratto (padre de Teresa Ratto), propietario de la panadería ubicada en el Puerto Viejo, y, a poco de llegado a esta ciudad Juan Bautista, comenzó a relacionarse con la actividad panaderil trabajando en un comercio de dicho rubro ubicado cerca de la plaza Constitución, que subsistió hasta principiosde1980  .

En la década de 1880, más precisamente el 2 de septiembre de ese año, Juan Ratto, italiano (de Génova), nacido en 1853, de oficio “trabajador” contrae enlace con María Clara Barattini, natural de Buenos Aires, nacida en 1863, de oficio “costurera”. Eran los padres de Juan, José Ratto y María Oberti, y de Clara, Natalio Barattini y María Bala. Según los registro de la iglesia parroquial de C. del Uruguay, fueron testigos Santiago Ratto y Juana Barattini.

Pese a su juventud, es Clara la que lo anima para que acometa la empresa de instalar una panadería por su cuenta. Así comienza a funcionar la panadería Ratto, un 30 de agosto de 1886, día de Santa Rosa, en un local ubicado en Millán y Estrada, cerca de la estación de trenes. Se inicia con la elaboración de “media bolsa de harina” que se amasaba a mano en una batea de madera lo que se conservó durante mucho tiempo en la familia.

Don Juan Bautista casado como ya se dijo con Clara Barattini tuvieron más de diez hijos, falleciendo algunos muy chicos, algo bastante común en esa época. Siete de ellos (Virginio, Carlos, José, Pedro, Ignacio, María y Elvira) se fueron criando en ese ambiente típico de los hogares de inmigrantes, donde el trabajo fue prácticamente la única pauta a seguir. Luego del fallecimiento del fundador, Juan Bautista, su esposa Clara Barattini; junto a estos hijos pasa a dirigir los destinos de la empresa familiar.

La Popular

Tarjeta de propaganda de la panadería “La Popular”

Desde un principio la panadería se denominó “La Popular”. En su dilatada existencia tuvo como es de suponer muchas alternativas. Fue la primera panadería que elaboró la “galleta marinera” a pedido del personal de los barcos que llegaban al puerto Uruguayense para cargar cereales, y debían estar un mes en navegación. Por esa razón, pedían que se les proveyera un producto que mantenga su buen estado durante ese tiempo. La publicidad decía que la galleta a la que se llamó “Galleta Ratto”, era “de mucha durabilidad, preservándola del aire, sol y humedad”.

Fue una de las primeras panaderías en poseer el “teléfono Lagiard” y tuvo una importante flota de “jardineras” con las que se llevaba el pan a los comercios de la ciudad y de la región, llegando hasta la ciudad de Basavilbaso. En una tarjeta publicitaria de la época puede leerse “No confundir nuestras jardineras con las otras. Las nuestras llevan el nombre y la marca de la casa en el costado”.

Máquinas de una de las cuadras de la panadería

Para la época de los años 1920 y 1930, ya con la ayuda de medios mecanizados alcanza grandes premios por sus productos y especialidades, tal es, el primer premio en galletas y bizcochos otorgado por la “Exposición Internacional Higiene-Arte-Industria, Segundo centenario de Rosario” en el año 1925/6 y además; el primer premio a los productos de panificación de la “Exposición de Agricultura, Ganadería y Granja” de Concepción del Uruguay, en 1935, con medalla de plata.

 Entre 1940 y 1955, la panadería vivió su momento de mayor auge. En 1946 contaba con 55 obreros, y se fabricaba el pan que se consumía en la guarnición local del Ejército, antes que el destacamento militar contara con su propia producción de pan.

Hubo también épocas difíciles, sobre todo durante la segunda guerra cuando era muy complicado conseguir harina. Por ese tiempo, se hicieron gestiones en Buenos Aires lográndose partidas con la que se elaboraba un pan llamado “sol” vendiéndose a 20 centavos el kilo.

En otra oportunidad y siempre debido a la falta de harina se elaboró pan con mijo, y fue la panadería “Ratto” la primera en ensayar esa materia prima, lográndose un producto poco satisfactorio hasta que se logró mejorarlo con el agregado de harina de trigo.

Una tradición familiar

Trabajo en una de las cuadras, foto de 1940

Luego de la desaparición del fundador, tomó la conducción de la misma su esposa, junto con varios de sus hijos. Por ese tiempo ya se encuentran ubicados en un nuevo local sito en 14 de julio y Estrada, donde durante muchos años se funcionó la panadería Briozzo, permaneciendo durante algunos años en ese local.

 

En 1915 comienza la construcción de un nuevo edificio que incluía la fábrica de pan con dos cuadras y dos hornos a leña encargados a una prestigiosa empresa de Buenos Aires, la vivienda y el despacho de pan, estaban ubicados en la esquina, la nueva panadería Ratto, ocupaba un cuarto de manzana, que incluía además un depósito de harina y otro de la leña con que se alimentaban sus hornos.

Fallecido José Santiago, que estuvo a cargo de la panadería luego del  fallecimiento de su fundadora, tomó a su cargo la empresa Ignacio Juan Ratto como gerente y Juan Bautista (Juancito) como encargado de personal, estando el despacho a cargo de Ana Elvira Ratto (Pichona) y Clara Ratto de Zaffaroni. En 1946 tomó el nombre de “Clara B. de Ratto e hijo”, con el que terminó sus días, eliminando la tradicional denominación de “La Popular”. Al jubilarse Ignacio Juan y luego fallecer al poco tiempo (1973), ocupa la gerencia Clara “Clarita” Ratto, hasta el cierre de la empresa.

A mediados de la década de 1970 trabajaban en la panadería alrededor de 10 personas, amasándose aproximadamente 15 bolsas de harina por día. Los trabajos se realizaban en dos cuadras, una para la elaboración del solicitado pan “francés” (de 1 y ½ kilogramo) y galletas y; la otra para la producción de facturas y especialidades. Para esta época estaban al frente de la empresa familiar Clara Ratto de Zaffaroni (gerente), Teresa Ratto de Sartori, y las sucesiones de Juan Bautista e Ignacio Ratto.

Era tradicional que todos los años, a partir del 8 de diciembre, se comenzara con la elaboración del famoso pan dulce, muy apreciado por ese entonces; el común, elaborado con margarina y el especial con manteca y coronado con un higo abrillantado. A lo largo del tiempo aquel amasijo a mano, fue reemplazado por maquinas amasadoras, sobadoras y cortadora de bizcochos y galletas mecánicas.

Parte de la familia Ratto en una de las cuadras, durante los festejos por los 90 años de la panadería

En 1976 la panadería celebro sus 90 años de vida comercial con diferentes actividades, la que incluyó un depósito de una ofrenda floral al pie del Cristo Redentor en el cementerio local en memoria de los familiares y obreros fallecidos y la realización de un minuto de silencio frente al panteón de la familia.  Estos actos finalizaron con una misa en una de las cuadras de la panadería y luego un lunch para familiares, amigos, proveedores y clientes, muchos de más de 80 años.

A lo largo de su historia, casi 100 años, trabajaron en la firma más de 120 empleados y obreros, muchos de los cuales, luego de haber aprendido el oficio se alejaron para emprender el negocio por cuenta propia, otros; en cambio obtuvieron allí su jubilación, luego de haber trabajado, en algunos casos, más de 40 años.

Luego de terminado el nuevo edificio, en 1916, la empresa se trasladó a ese sitio, en el barrio de la “Placita San Martín” permaneciendo allí hasta su cierre a comienzos de la década de 1980 donde todavía puede verse la parte principal, ya con algunas modificaciones tras su venta a fines de la década de 1980.

La  vieja panadería Ratto, había cerrado sus puertas, pero todavía a casi 40 años, hay mucha gente que recuerda su pan francés, sus facturas, sus galletas y su pan dulce. Seguramente todos o muchos recordarán  las “maicenas”, las galletitas de chocolate, los “coquitos”, los “churrascos”, las medialunas, los merengues, los sacramentos, los polvorones, las tostadas, las roscas de Pascua o de Reyes, las pre pizzas que se comenzaron a elaborar en la década de 1970 y su pan de “Viena” y el pan de miga para sándwiches y tantos otros productos más. Recuerdos, sabores y momentos que quedarán para siempre en los corazones de quienes la conocieron y disfrutaron de sus emblemáticos productos.

Texto: Civetta, María Virginia y Ratto, Carlos Ignacio. Fuentes. Relatos familiares, periódico “La Juventud” (junio de 1915), revista Panorama (año 1939), diario Sucesos (Agosto de 1980), diario “La Calle” (29 y 30 de agosto de 1976) y archivo de la basílica Inmaculada Concepción.

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2 comentarios en "Panadería “Clara B. de Ratto e Hijo”"

  1. HOLA soy bisnieto de Clara y de Juan Bautista, me encantaria tener estas publicaciones como debo hacer para tenerlas y averiguar algo mas sobre la Familia Ratto y Barattini
    Gracias

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