Por Civetta, María Virginia y Ratto, Carlos Ignacio
Hasta el momento de redactar este artículo, ningún autor había mencionado quien fue el autor del panteón de Dolores Costa en el cementerio local. Erróneamente si le adjudicaba la obra al arquitecto francés Sylla de Saint Guily, quien había hecho otra bóveda, pero para el general Urquiza y en el año 1867. También se ha postulado que en el sepulcro de Dolores es dónde estuvo el cadáver de Urquiza en el tiempo que media entre si asesinato y el traslado de sus restos a la basílica de la Inmaculada Concepción.
En este trabajo conoceremos quien fue el diseñador y constructor y quién con sus trabajos de conservación y restauración hizo posible que aún hoy podamos conservar esta bóveda en nuestro patrimonio histórico.
Para ellos hablaremos primero de Dolores Costa y Brizuela, luego veremos los detalles de la obra y sus restauraciones.
¿Quién fue Dolores Costa?
Dolores Costa Brizuela, nació en la ciudad de Gualeguaychú 27 de noviembre de 1833. Fue hija Cayetano Costa (Genovés), patrón de barco de una empresa naviera del general Urquiza y de Micaela Brizuela (nacida en la provincia de Córdoba).
Este matrimonio tiene tres hijas, Dolores (1833), Dolariza (1835) y Mercedes (1839), las tres hermanas aprenden a leer, escribir, aritmética, música y dibujo con el preceptor Félix Riesco.
Siendo muy joven, en una recepción ofrecida en su ciudad al general Urquiza, lo conoce y desde ese momento surge una relación que se mantendrá durante18 años, hasta su muerte en 1870. Un año después, en 1852 ante el riesgo que podría ocasionar para la seguridad de “Dolorcita” como él la llamaba y ante la inminente invasión a Gualeguaychú y C. del Uruguay de los generales Hornos y Madariaga, le ofrece quedarse en el palacio y un mes después ya está instalada en la residencia de campo del general.
Dolores y Justo José se casan por primera vez el 11 de octubre de 1855, en una ceremonia que luego no será considerada válida, debiéndose realizar una nueva ceremonia el 23 de abril de 1865. De este matrimonio nacieron once hijos.
Luego del asesinato de su marido, 11 de abril de 1870, Dolores se radica en Buenos Aires, pero lejos de replegarse a una vida de recogimiento toma ella el mando de las tierras y empresas, entre ella la de la fábrica de paños en sociedad con Ubach y Roca, Demás crea colonias con colonos llegados a nuestro país, entre ellas la Colonia Caseros en 1874.
Dolores Costa Brizuela, falleció en Buenos Aires, el 8 de noviembre de 1896, a las 16 horas, tras sufrir una larga enfermedad. Sus restos fueron depositados en el Cementerio de la Recoleta. El 6 de julio de 1943, se trasladan al Cementerio de Olivos y desde 1967, descansan en el Mausoleo al General Justo José de Urquiza, tumba histórica, ubicada en Basílica de la Inmaculada Concepción, de Concepción del Uruguay (E.R.).
La historia del panteón
Pese a estar radicada en Buenos Aires, Dolores, nunca perdió el contacto con C. del Uruguay, ya que siguió vinculada a esta por sus asuntos comerciales y afectivos como asegurarse que el palacio se conservara siempre en buenas condiciones, además de la mantención de su casa en esta ciudad, en la que se alojara en diciembre de 1885 el presidente Miguel Juárez Celman, en ocasión de la inauguración del muelle exterior.
Entre las acciones que desarrolló Dolores Costa en C. del Uruguay, se encuentra la construcción de un panteón o bóveda ubicado como cierre de la calle de acceso al cementerio municipal, construido en el año 1883 y dónde descansan su padre, Cayetano Costa y algunos de sus hijos como Micaela (1862-1872), Cándida (1870-1872) y Carmelo Urquiza (1868-1909).
Suele haber, como se dijo, una confusión entre éste y el panteón de Justo José de Urquiza, construido en 1867 y obra del arquitecto francés Sylla de Saint Guily. Han atribuido otros autores a este arquitecto el panteón de Dolores costa o que fue en este lugar dónde permanecieron por espacio de un año y cuatro meses los restos del general antes de ser trasladados a la cripta secreta de la parroquia de la Inmaculada Concepción el 25 de agosto de 1871. Estos dos últimos datos no son correctos, Urquiza no estuvo en esta bóveda, ya que es de 1883 y el general murió doce años antes y Saint Guily no construyó el panteón de Dolores como veremos a continuación.
En el año 1994, la Prof. Celia D’angelo publicó en el diario “La Calle” un artículo titulado “Doña Dolores Costa de Urquiza y la ciudad de los muertos”, donde da cuenta de la historia de esta bóveda basada en documentación del archivo municipal, hoy inaccesible, lo que no nos ha permitido profundizar esta investigación por este lado.
Por esta razón tomaremos este trabajo como base este trabajo y lo profundizaremos con datos provenientes del archivo de Palacio San José para que nos permita conocer algo no mencionado en el trabajo de referencia ¿Quién fue el arquitecto y constructor de este monumento existente hoy en día en el cementerio local?
El 28 de julio de 1882, el Sr. Andreasi, en representación de la viuda del general eleva una solicitud al Presidente Municipal Francisco Ferreyra expresando su intención de adquirir un terreno en el cementerio público local con el objeto de construir una bóveda para lo que solicita un espacio de 5 varas de frente (4,20 m.) por 6 de fondo, con frente a la del Sr. Urdinarrain” (Esta bóveda no se encuentra en la actualidad).
El 13 de agosto de 1882 la municipalidad deniega este pedido informando que no se le puede conceder más que 5 varas de fondo por ser lo que tenían las demás construcciones existentes en esa línea, mientras que de frente no existían obstáculos al respecto lo que nos da la pauta de que no eran demasiado numerosos los monumentos funerarios en el sector conocido como “casco histórico”, hoy, totalmente saturado. La operación finalmente se concretó por una suma de 250 pesos fuertes.
No obstante esto, Dolores, no estaba conforme con el lugar adquirido, lo que pone de manifiesto en una carta de fecha 20 de diciembre de 1883 a la Honorable Corporación Municipal de puño y letra de la interesada aclarando sus deseos de permutar el terreno obtenido recientemente por otro “Más céntrico y notable”, justificando tal pedido “… por la estructura del monumento, por la calidad del material que va a emplearse, por las demás condiciones contenidas en el contrato celebrado con el arquitecto, no es un error asegurar que no solo será de agradable aspecto, sino que puede el contribuir y contribuir a hermosear nuestro cementerio, llamando la atención de los que en adelante quieran visitarlo como a uno de los centros que se encuentran aglomeradas las más hermosas construcciones de una población…”
Propone en cambio que el terreno elegido será el punto de encuentro de las calles que van de N. a S., y de O. a E., donde sería percibido desde los cuatro extremos de las mismas. En su evidente deseo de impresionar a las autoridades municipales para lograr su objetivo pone en su conocimiento que las columnas y planchas de mármol se habían encargado a Italia, “… y que por su clase será de lo mejor y más costoso que ha llegado al país… Aclarando que abonaría “alguna diferencia” si fuera necesario para concretar la permuta referida.
La respuesta de la Comisión de Obras Públicas con fecha 22 de diciembre de 1883 fue afirmativa, con la sola aclaración que la obra se iniciara a los 2/3 del común central del cementerio, debido a la existencia de otra sepultura particular en el punto señalado, de la que no hemos hallado dato alguno.
Hasta aquí seguimos el trabajo de D’angelo, el que, como dijimos no da indicios sobre quien fue el arquitecto o el constructor de dicho monumento. Pero se puede asegurar que si la cesión del terreno fue a fines de 1883, el proyecto debió materializarse durante 1884.
¿Quién diseño y construyó el panteón de Dolores Costa?
En el archivo del Palacio San José se encuentra una carta del 14 de diciembre de 1883 firmada por Belisario Massa y dirigida a José Ballestrini, en la cual expresa: “El portador de la presente Antonio Solari es mi socio en esta y es la persona que va a empezar los trabajos en el cementerio por cuenta de la Señora viuda de Urquiza con este motivo tendrá Ud. la bondad de entregarle las escrituras del terreno si las precisa e indicarle donde debe dar cuentas para empezar estos trabajos”. Conociendo estas fechas, podemos saber que Dolores ya tenía el proyecto listo, aún antes de que le fuera autorizado el uso del terreno.
Debemos suponer que fue Belisario Massa, constructor afincado en Buenos Aires, quien fue el autor del diseño y quién se encargó de construir la obra, ya sea directamente o por medio de Antonio Solari, como aparece en esta nota. Esta suposición se confirma cuando un poco más de un año después, en mayo de 1885, Massa acusa el recibo de un pedido de Dolores Costa, realizado por medio de su hija Dolores U. de Sáenz Valiente, para que venga al “cementerio del Uruguay” ya que “la Bóveda que le he construido en el cementerio del Uruguay se ha llovido copiosamente y que Ud. desea que vaya yo al Uruguay para arreglarla”. De esta manera queda en claro que Belisario B. Massa fue quién construyo la bóveda de Dolores Costa en el cementerio local.
No obstante esto, es claro que Dolores no estaba conforme con el trabajo de Massa, ya que casi simultáneamente le encarga a Natale Pelletti se encargue de los arreglos de la misma, de modo que no creemos que le haya respondido la carta que le enviara el 21 de mayo Belisario Massa.
En efecto, 9 días después de recibida la correspondencia de Massa, aparece en el Archivo del Palacio un recibo de Natale Pelletti fechada el 30 de mayo de 1885 en la cual acusa el recibo por parte de Dolores Costa de “100 pesos nacionales a cuenta del trabajo que estoy haciendo en la bóveda del cementerio de su propiedad”.
También existen dos asientos en el libro diario de Dolores Costa de fecha 23 y 27 de junio, donde se detallan los trabajos y materiales utilizados por el constructor Natale Pelletti “Por trabajos hechos en la bóveda del cementerio de su propiedad”, importando un total de 235,45 pesos pagados $ 100 el 23 de junio y el resto ($ 135,45) el 27 del mismo mes.
Estos trabajos incluyeron, entre otros ítems los siguientes: El haber sacado todo el cordón de piedra de la vereda. Haber hecho un cimiento todo en giro a los cuatro frentes de la bóveda y a las cuatro piletas de un ladrillo y medio de ancho por cuarenta y una vara y tres cuartas de largo lineal y dos varas de profundidad, por sacar la humedad de adentro (sótano) rellenado de un ladrillo y medio asentados en cal con buena mezcla, el cordón de la vereda de piedra y la canaleta de ladrillos asentados con mezcla y también todas las rajaduras de la vereda y del zócalo de la misma mezcla”.
Para esta obra que fue muy significativa se utilizaron once mil quinientos ladrillos, doce carradas de arena, 37 fanegas de cal, “cuatro changas del carrero del pueblo al cementerio” más personal, peones y oficial de obra por 21 y 29 días respectivamente.
Si bien, como hemos visto Pelletti no fue el constructor original, resulta muy llamativo que en tan solo un año la obra pueda sufrir tanto deterioro, lo que justificaría el “enojo” de Dolores con Massa.
Pelletti era un viejo conocido de la familia Urquiza, ya en 1879 se encuentra un recibo “Vale por doscientos pesos moneda boliviana que el encargado del escritorio de mi Sra. Hermana Dolores Costa de Urquiza pagará al maestro Natale Pelletti por el segundo plazo a cuenta de la obra según contrato fecha agosto 18 de 1879”, sin que se especifique a que obra se refiere, posiblemente la casa de la familia Costa en Gualeguaychú. Sea cual sea esta obra este documento nos muestra que ya existía una relación entre el constructor y la familia de Dolores Costa.
Es de destacar que Natale Pelletti era una persona de suma confianza, primero de la familia y luego de Dolores costa como se verá más adelante.
Diez años después, el 2 de febrero de 1895, Pelletti eleva a Dolores Costa una propuesta para refaccionar el panteón, lo que demostraría los daños que había sufrido desde su construcción. El detalle de las obras a realizar son “Arriba del piso del sótano le hare tres pisos de ladrillo alrededor enteramente le hare una pared de ladrillo bien trabada con la existente al alto de dos metros los ladrillos para hacer el dicho trabajo será de un ladrillo especial, hecho a propósito.
“La mezcla para hacer el piso abajo mencionado y para hacer la pared antes mencionada será (…) arena blanca del arroyo del molino, dos paladas de arena, una de cal y una de portland. Arriba del piso de ladrillo, le haré un piso de argamasa de tres centímetros de espesor bien fratachada.
“La mezcla para hacer el piso y para el revoque de la pared que hare de nuevo enteramente será en el modo siguiente arena blanca del arroyo del molino dos paladas de arena una palada de cemento y una de portland.
“Desaceré la vereda a los cuatro frentes del lado de afuera del panteón y las harte de piedra trabajada del país pasada dos veces por el gradino para que queden bien parejas. Todas las piedras que colocaré será de un pedazo del ancho de la vereda de un metro toda la piedra de las cuatro frentes tendrán cinco centímetros de entrada embutida en la pared existente. Todas las juntaduras de la colocación de la piedra será hecho con portland.
“El cuadrado de la vereda como es la forma de la planilla como es hecha la piedra de un solo pedazo del ancho como explica la propuesta y la juntadura de las dos piedras y la colocación de las dos grampas que quedarán como si fuese hecho el cuadrado de una sola piedra.
“A los cuatros frentes arrimado a la misma vereda haré y colocaré un cordón de igual piedra de la vereda de diez centímetros de ancho por treinta y cinco centímetros de entrada abajo del nivel de la vereda. Todo el trabajo mencionado lo haré para la cantidad de ochocientos pesos nacionales de curso legal”.
No obstante no ser el constructor de la bóveda, no podemos negar que fue éste quien prácticamente lo reconstruyo e hizo posible que hoy se encuentre todavía entre nosotros este monumento vivo de la obra y el carácter de Dolores Costa., que a diferencia del construido por el general Urquiza, se encuentra hoy todavía en pie para ser visto por quienes concurren al cementerio municipal de C. del Uruguay.
No hemos podido encontrar datos sobre la vida y la obra de Belisario B. Massa ni de su socio en Concepción del Uruguay, Salvador Solari, pero si del otro protagonista de este monumento, Natale Pelletti, en un próximo articulo contaremos detalles de su vida y su obra.
Fuentes: “Los primeros 75 años de “la Benevolenza”, 1874-24 de mayo- 1949. Urquiza Almandoz, Oscar, “Historia de C. del Uruguay” Tomo 3. Miloslavich de Álvarez, “Los restos del general Urquiza, como fueron encontrados”, Peppino Barale, Ana y Domínguez Soler, Susana “Doña Dolores Costa y Brizuela, esposa y viuda del Gral. Justo Jose de Urquiza”, D’angelo, Celia (1994) “Doña Dolores Costa de Urquiza y la ciudad de los muertos”, Diario “La Calle”. Agradecimiento a la Mus. Daniela Molina y al personal del Archivo Histórico del palacio San José y a la Hemeroteca del museo “Casa de Delio Panizza”