Al venir a Entre Ríos Don Josef de Urquiza, se instala en el establecimiento “La Centella”, que pertenecía al presbítero Dr. García de Zúñiga, donde, al nacer Cipriano José, era su padre administrador del establecimiento. Fue el primer hijo de Don Josef nacido en suelo entrerriano; se lo bautizó el 25 de septiembre de 1789 en la iglesia de Gualeguaychú por su cura, José Fortunato Gordillo, siendo madrina su hermana Doña Ventura Gordillo. El conocimiento de las primeras letras las recibió de su madre y del Padre Gordillo. Más tarde, la familia Urquiza se traslada a una estancia ubicada en el Talar del Arroyo Largo, al norte de Concepción del Uruguay y la llama luego “San José”.
Allí se desarrolla la niñez y la juventud del pequeño Cipriano, en el ambiente libre y agreste de sus cuchillas, sus montes y sus ríos; quizá allí va aprendiendo lo que es Patria, porque ese suelo entrerriano le va plasmando su corazón y su alma.
Es posible que haya concurrido a la primera escuela que hubo en Uruguay, la de Juan Inciarte, llamada así por haberla construido y también dado alojamiento y pago al primer maestro; también pudo haber sido instruido en la religión por el Padre Redruello.
Llega al Real Colegio de San Carlos de Buenos Aires, siendo un jovencito de diez y seis años; allí se
hace de varios amigos: Feliciano Mariano Chiclana, Pablo Sáenz Valiente, José Vicente Cossio, Juan Nepomuceno Terrero, etc. No fue mucho el tiempo que pudo permanecer en el Colegio; las invasiones inglesas interrumpieron sus estudios y su padre ya algo enfermo, con mucho trabajo en su establecimiento de campo y su cargo de Comandante General de Entre Ríos, decidió llevarlo a su Provincia. Para ese entonces ya Cipriano José contaba con diecisiete años y tomó bajo su responsabilidad todos los trabajos rurales, figurando también como porta-estandarte del primer escuadrón de caballería de Concepción del Uruguay.
En 1810, el Virrey Hidalgo de Cisneros lo promueve en mérito, dice, de su conocido valor, conducta y aplicación, al cargo de alférez de la primera compañía del citado escuadrón.
Vienen ya los sucesos de Mayo, momentos en que la población estaba dividida; los europeos eran todos realistas pero sus hijos criollos ya vislumbraban la emancipación de la Patria.
En 1811, Don Josef de Urquiza, emigra a la Banda Oriental y deja a sus hijos la libertad de abrazar la causa patriota.
José Cipriano, al frente de la estancia “San José”, tuvo que soportar saqueos y toda clase de depredaciones de parte de las fuerzas artiguistas.
Pocos años se llevaban con el que sería más tarde el jefe Supremo de Entre Ríos, Don Francisco Ramírez, gran amistad los une desde temprana edad a estos dos personajes tan aproximados por sus ideales políticos, es de suponer con qué entusiasmo, propio de su edad, habrán abrazado la causa patriótica.
El 24 de noviembre de 1814, el Director Supremo Don Gervasio Antonio de Posadas nombra Gobernador Interino de Entre Ríos (recién creada la Provincia), al Coronel Don Juan José Viamonte, quién al llegar a Concepción del Uruguay (designada Capital), dispone la formación de un Cabildo, el que fuera integrado por las siguientes personas: Sebastián López, Hermenegildo Mexias, Francisco Ramírez, Cipriano de Urquiza, Santos Calvento y Antonio Sálvatela.
Francisco Ramirez y Cipriano de Urquiza, cada vez tienen una amistad más estrecha. Más tarde, los dos estaban empeñados en reunir fuerzas, organizarlas y uniformarlas para el ejército de Entre Ríos.
Existen cartas muy interesantes a este respecto en el Archivo General de la Nación, donde Cipriano encarga a su hermano Juan José, que reside en Buenos Aires, que le confeccionen ropa para los jefes y soldados del ejército de Ramírez.
En el año 1818, ocupa el cargo de Administrador General de la Provincia de Entre Ríos y en 1819 adquiere un terreno para edificar su casa en la que vivirán también sus padres y sus hermanos, compra que hace a Doña Francisca Redruello, hermana del Padre José Bonifacio Redruello. Damos a conocer la escritura: “Digo yo, Doña Francisca. S. Redruello, vecina de esta Villa, que doy en venta formal a Don Cipriano de Urquiza dos sitios de tierra linderos al norte con esta Parroquia, por el sur con uno mío y otro de Doña Florencia Suasnavar; por el este, con la plaza principal y por el oeste, con la finca del finado Bayolo, los cuales fueron en años pasados donados por este Cabildo a mi hermano el Dr. José Bonifacio Redruello, cuyas acciones represento y por cuanto el expresado comprador me ha entregado en dinero la cantidad de cincuenta pesos, desde luego me separo y a mi dicho hermano de todo derecho y acción a los enunciados sitios, sin que pueda persona alguna hacer reclamos sobre esta venta en lo sucesivo. Y para su resguardo le doy este en la Villa de Concepción del Uruguay, 15 de octubre de 1819, Francisca Redruello.”
Este boleto no ha sido un documento suficiente y es necesario obtener de la autoridad competente el titulo definitivo. Cipriano de Urquiza se dirige al Comandante General Don Francisco Ramírez y le solicita:
“El ciudadano Cipriano José de Urquiza de este vecindario ante V.S. con el debido respeto digo: que siéndome de gran necesidad poblar los dos sitios del Cura Redruello que corren de este a oeste calle por medio con el costado sur de esta iglesia, con el objeto de acomodar, en ellos mi dilatada familia (se refiere a la familia de su padre; el recién se casa diez años después), y hallándose estos baldíos, pido y suplico se sirva concedérmelos en consideración a los repetidos Bandos y Ordenes de V.S., que en ellos recibiré gracia justa. Cipriano de Urquiza”.
Al margen se halla la resolución siguiente: “Coronda, 15 de octubre de 1819.
“Por presentado y respecto a que los sitios que solicitan son pertenecientes al Estado se los conceden al suplicante para que como dueño y señor absoluto de ellos, los pueble, edifique con arreglo a mis repetidos Bandos y Ordenes, sirviendo este decreto se suficiente documento de propiedad”. Firma: Francisco Ramírez.
Aquí existen contradicciones: si los terrenos son, según se manifiesta en la escritura, los que estaban con los linderos que allí se mencionan, la casa debió estar en donde hoy existe la Casa Parroquial, si estaba como dice el petitorio de Cipriano de Urquiza, calle por medio con la Iglesia, la casa de Urquiza debió estar en la esquina de enfrente: esquina suroeste de las cales actuales: 3 de Febrero y San Martín. Tampoco puede tener la misma fecha del 15 de octubre de 1819 la compra de los terrenos y el permiso que concede en Coronda, Ramírez.
Don Eduardo de Urquiza en “Antecedentes biográficos de Cipriano de Urquiza”, describe la casa: “La construcción modesta y transitoria, por el apremio de su fábrica, era la corriente en la época de las Villas entrerrianas. Lo principal, edificado en mampostería formada por grandes ladrillos cocidos asentados en barro convenientemente revocados, con techo de paja y -las dependencias secundarias de estanteo de ñandubay, con sitio de cuarenta varas de frente y ochenta de fondo cercado de palo a pique, de ñandubay…con un pozo de balde dentro del sitio con su brocal correspondiente”.
Secundando fielmente a su amigo Francisco Ramírez, Urquiza atendió las cosas del Estado, mientras El Supremo podía dedicarse de lleno a su vocación militar.
Cuando se compra la imprenta de Carreras, se la trae directamente de Montevideo a Concepción del Uruguay; de allí sale el primer periódico llamado Gaceta Federal, cuyo redactor era Don Cipriano.
Después de la muerte del General Ramírez, Cipriano de Urquiza, siendo perseguido por Mansilla, se exila en la Banda Oriental. Al volver a su Patria ocupa cargos públicos; es elegido Diputado Provincial, pero debe renunciar debido a que lo eligen como representante de la Provincia de Entre Ríos al Congreso Constituyente de las Provincias Unidas del Río de la Plata instalado en Buenos Aires, firmando la Constitución de 1826.
Urquiza, además de la dedicación que debía a la administración de sus bienes, se ocupaba también de los intereses de su padre, dado que sus hermanos residían en Buenos Aires, salvo Justo José, que ya venía actuando en política y a quién Cipriano le brindaría toda su ayuda.
Largo sería enumerar la azarosa vida de Don Cipriano entre los vaivenes de la política. Ocupando el cargo de Gobernador Delegado, se hallaba en Nogoya, por aquel entonces una población de unos dos mil habitantes, de casas de paredes de adobe o de estanteo, con techumbre pajiza y cercos de palo a pique. La casa que ocupaba el Gobernador Delegado, la formaban dos piezas, una era dormitorio, la otra, despacho con azotea y algunos otros cuartos y dependencias de paja.
Allí, el 26 de enero de 1844 fue ultimado Cipriano de Urquiza por una banda de forajidos. ¿Quién ordenó esta muerte? ¿Ferré?, ¿Madariaga?, ¿Echague?. Cualquiera de ellos pudo mandar ejecutar aquella acción así en forma solapada, con manos bastante culposas de crímenes y fechorías.
De la “Sumaria Criminal” levantada a raíz del asesinato no se desprende culpabilidad fehaciente sobre ninguno de los nombrados, sólo leves sospechas recaen en Madariaga.
El gobernador Delegado recibió sepultura en la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Carmen, al día siguiente de su muerte; más tarde, en 1860, por orden de su hermano justo José, sus restos fueron trasladados a la Iglesia de Concepción del Uruguay con gran pompa y honor.
Con motivo de los varios arreglos que efectuaron en la Iglesia, la urna desapareció; fue más tarde hallada en el campanario, vacía, localizándose más tarde, el cráneo. Eduardo de Urquiza, nieto de Cipriano, efectuó una larga tramitación apoyado por la Comisión de Lugares y Monumentos Históricos de Entre Ríos ,Filial Concepción del Uruguay; Se consiguió su entrega dándosele cristiana sepultura el 2 de septiembre de 1963. Transportada en una cureña del ejército, cubierta por la bandera argentina, la cabeza de Cipriano de Urquiza fue colocada en el panteón de su yerno, Dr. Martín Ruiz Moreno, tumba que fuera declarada histórica por la Comisión de Lugares y Monumentos Históricos de Entre Ríos, por hallarse en ella los restos del distinguido historiador Ruiz Moreno.
Don Cipriano de Urquiza casó en primeras nupcias el 7 de febrero de 1829, con Doña
María Teresa de Jesús López Jordán en la Iglesia de la Inmaculada Concepción. Doña María Teresa era nacida en la Villa de Concepción del Uruguay, bautizada el 18 de octubre de 1802 dos días después de su nacimiento y fallecida en el mismo lugar el 15 de mayo de 1838. En su Acta de casamiento figuran como padrinos: Isidro Urquiza y Cruz López Jordán.
Teresa era hija de Lorenzo López y Doña Tadea Florentina Jordán. Los hijos del matrimonio Urquiza-López Jordán fueron: Teresa de Urquiza, nacida el 29/01/1830. Cipriano Manuel de Urquiza, nacido el 01/01/1831 (en Paysandú) casado con Dolores Rodríguez. Sus hijos: Cipriano (soltero); Juan José Urquiza (soltero); Dolores Urquiza (soltera); Ricardo Urquiza, casado con sucesión.
Juan José de Urquiza, bautizado el 30/05/1832 (soltero); Teresa, bautizada el 18/05/1834, casó con Pedro Irigoyen, hijo de Juan José Irigoyen, casado sin sucesión; Cándida Tadea de Urquiza, 13/05/1838, casó con José Bernardo Palomares en 1860, con sucesión. Justo José de Urquiza, 13/07/1837 (fallecido a los seis días; la madre; Doña Teresa de Jesús López Jordán fallece de parto.
Don Cipriano de Urquiza, contrae segundas nupcias con Isidora Miró Sanabria, el día 23 de julio de 1839. Sus hijos fueron dos: José Antonio, que contrajo primeras nupcias con su prima Doña Cándida, con sucesión y Vicente Benito, casado, con sucesión.
Luego de varios años Don José Antonio contrae segundas nupcias con Doña Vicenta Tudury, nacida en Gualeguaychu (hija de Don Bautista Tudury y Doña María Vicenta González); la unión se llevó a cabo en la Iglesia San José de Gualeguaychú; Doña Vicenta Tudury falleció el 28 de noviembre de 1928, en Buenos Aires. Hijos de este matrimonio fueron: Elisa Micaela, casada sin sucesión; José Antonio, casado con sucesión y Eduardo, nacido en Buenos Aires el 23 de septiembre de 1893.
Don josé Antonio falleció el 12 de octubre de 1915 en Buenos Aires.
Eduardo de Urquiza casó con Elena Manuela de Estrada siendo sus hijos: Maria Elena de Urquiza (falleció soltera), Lucía Carmen de Urquiza, casó con Luis Santiago Sanz el 2 de marzo de 1946. Sus hijos fueron: Alejandro Marcelo Sanz Urquiza, casado con Beatriz Elena Rodríguez Elroa. Javier Augusto Sanz Urquiza, casado con Susana Saravia; sus hijos: María de los Milagros Sanz de Urquiza. Fernando Gustavo Sanz Urquiza, casado con María Cristina Grieve; son sus hijos: Florencia, Mariana, Cristina, y María Lucia Sanz de Urquiza. Victoria Eugenia Sanz de Urquiza, casó con Jorge Alberto Grimoldi; su hijo: Tomás Luis Grimoldi. Lucía Elena Antonio Sanz Urquiza, casó con Fernando Rizo Patrón Loeguía. Su hijo: Lucia Carmen Rizo Patrón. Rosario Sanz de Urquiza.
De los hijos de José Antonio de Urquiza y Cándida de Urquiza, Cándida casa con Eduardo C. Fernández, con descendencia; Vicente casa con Laura Tudur y sus hijos son: Mario José, Georgina Cándida; Marta María Ángela; Justo José y Carlos.
Marta María Ángela casa con Marcos Victorica; sus hijos: Silvia Elena y Marcos.
Silvia Elena casa con el Cap. Enrique Baltasar Moreno (fallecido); sus hijos: Enrique Baltasar y Juan Agustín. Segundo matrimonio de Silvia Elena con Donald Smith, sin sucesión. Marcos, casado con Irene Filippini, sin sucesión. Segundo matrimonio con Ana Patricia Pinel: hijo: Marcos.
La otra hija de Cipriano de Urquiza y Doña María Isidora Miró, Doña María Isidora Petrona Urquiza Miró, contrajo matrimonio con el Dr. Martin Ruiz Moreno y Castro, el 15 de abril de 1857 en Concepción del Uruguay.
El Dr. Ruiz Moreno y Castro, era hijo del Mayor de Caballería José Ruiz Moreno y de Doña Dolores Castro y Borda.
Uno de los hijos del matrimonio Ruíz Moreno-Urquiza, Isidoro Ruiz Moreno y Urquiza, nació en Concepción del Uruguay el 29 de junio de 1876 y casó en Córdoba con María Ercilia Castellanos, el 12 de agosto de 1902; un hijo de este matrimonio, Isidoro Ruiz Moreno Castellanos, nació en Córdoba el 13 de agosto de 1905 y contrajo matrimonio en Buenos Aires con Amelia Baires y Bustos Morón el 14 de julio de 1933; el hijo varón de éstos Isidoro Ruiz Moreno Baires (jurisconsulto e historiador que prologa esta obra), nacido en Buenos Aires el 18 de abril de 1934, casó con Nora Racedo el 4 de septiembre de 1962. Son sus hijos: Dolores, Ercilia, Marina, Martin y Lucrecia.
Hoy los restos de Cipriano, en realidad, sólo si calavera se hallan depositados en el panteón del Dr. Ruiz Moreno en el cementerio local
Edición: Civetta, María Virginia y Ratto, Carlos Ignacio. Fuente: Miloslavich de Álvarez, María del Carmen; “Hace un largo fondo de años, genealogía Uruguayense”, 1988.