El vínculo entre Argentina y la República del Uruguay
Desde que comenzó a haber pobladores en ambas márgenes del río Uruguay, la navegación fluvial era la manera más usual de trasladarse de un lugar a otro del río de los pájaros. En un primer momento con precarias embarcaciones hechas de cueros o de maderas ahuecadas. Más adelante el sistema de movilidad fueron las velas y más cerca en el tiempo, el vapor fue monopolizando el transporte fluvial hasta que ya en el siglo XX los motores a combustión se convirtieron en el sistema más utilizado para el transporte comercial y recreativo por el río Uruguay.
Esta etapa terminó casi instantáneamente con la inauguración del puente “General Artigas” que uniría por primera vez por vía carretera, la provincia de Entre Ríos con la República Oriental del Uruguay, echo que ocurrió el 10 de diciembre de 1975, con la presencia de los presidentes de ambos países: María Estela de Perón por Argentina y Juan María Bordaberry por Uruguay.
La historia nos indica que el primer servicio regular de vapores desde C. del Uruguay a la ciudad de Paysandú data del mes de abril del año 1866, fue a través del vapor “Dos Hermanas” y realizaba dos viajes semanales.
El general Urquiza al ver la importancia comercial que existía entre las dos ciudades, mando a construir en los talleres de la Fundación Argentina en Buenos Aires, un buque de pasajeros con máquina a vapor 12 HP al que llamo “San Jose”. Este vapor hace su viaje inaugural el 11 de noviembre de 1866, partiendo desde C. del Uruguay, llevando a bordo al Gral. Urquiza, el ministro Sagastume y vecinos destacados de nuestra ciudad.
El San José, realizaba tres viajes semanales y su capitán fue el sr. Raymond. Los puertos que tocaba a lo largo del viaje eran C. del Uruguay, Casas Blancas,, Paysandú y Colón
En el mes de diciembre, un nuevo servicio se estableció, se trató del vapor “Antonio”, de bandera francesa, al mando del Capitán Francisco Raux. Salía del Puerto Viejo los días lunes y regresaba los días miércoles.
En noviembre de 1868, se incorpora el vapor uruguayo “Reconocedor”, haciendo viajes desde Colón, pasando por San Francisco, Paysandú, arroyo Sacra, Casas Blancas, Paso Almidón, arroyo Negro, llegando, finalmente, hasta Santa Cándida. Este vapor fue reemplazado el 1 de abril de 1869, por “el Saladerista” y luego, desde el 25 de junio de 1869 se incorpora a “la carrera” el vapor argentino “Zorro”.
Tanto el comercio entre ambas costas, como el traslado de pasajeros, fue creciendo. En 1887, se incorpora el vapor “Niña Amalia”, el que dos años después es vendido ya que el servicio no era rentable para sus propietarios
En diciembre de 1887, se inaugura el puerto exterior y en 1898 se comienza a construir el canal artificial, que luego de sucesivas ampliaciones y de ser profundizado su calado, permite, desde febrero de 1907 la entrada de buques de mayor porte.
En 1901, el vapor “Mignón”, realiza el trayecto en menor tiempo y en 1907, se estableció la empresa Galeano, con el vapor “Victoria”. Para estos primeros años del siglo XX, adquiere importancia el frigorífico Liebig, haciendo que el servicio de lanchas, llegará a ese puerto.
En 1912, Juan Duran, vecino de Colon, adquiere la lancha a nafta “Flirt”, realizando el trayecto Liebig – C del Uruguay. Esta lancha tenía capacidad para 22 pasajeros y 6 camarotes privados. Salía desde nuestra ciudad a las 7 horas y desde Colón a las 15 horas. El costo era de ida y vuelta a Paysandú $ 3,5 y a Colón $ 5, los interesados en adquirir sus pasajes debían dirigirse a los señores Durand o Amatrian, o a bordo de la lancha. Fuera de los traslados regulares, el navío “Flirt” realizaba paseos de recreo saliendo a la mañana y regresando en horas de la tarde.
La empresa “La Nasa Hermanos”
Ya con el nuevo siglo, el transporte permanente entre Concepción del Uruguay y Paysandú comienza el 1 de agosto de 1912 y es una iniciativa de la empresa de los “Hermanos La Nasa”, siendo su fundador Juan La Nasa y su hermanos (Mariano, Antonio Lorenzo), cuando con el vapor “Fulgor” comienza “la carrera” como se decía entonces en nuestra ciudad y Paysandú pasando también por Colón y el saladero “Casas Blancas”. El viaje salía, de lunes a sábados, desde la dársena interior del puerto local a las 8 de la mañana y regresaba a las 17, hora argentina. Los costos en ese momento era los siguientes: Ida a Paysandú $ 3 m/n o 1,20 peso oro; ida y vuelta a Paysandú $ 5 m/n o su equivalente $ 2 uruguayos; ida a Colón $ 4 m/n y pasaje Ida y vuelta a Colón $ 7 argentinos o 3 uruguayos. En un aviso aparecido en el periódico “La Juventud”, la empresa aclaraba que “los equipajes se entregan a bordo sin responsabilidad aduanera” por parte de la transportista. Los primeros barcos afectados a este servicio fueron los vapores “Fulgor” y “Don Antonio” y la lancha a vapor “Souvenir”.
Como dato anecdótico, podemos decir que esta última, la lancha “Suvenir”, fue la embarcación que traslado a Carlos Gardel hasta la ciudad de Paysandú luego de sus presentaciones en el viejo teatro “Avenida”, los días 21 y 22 de octubre de 1933. El domingo 22, luego de la que sería su última presentación en Argentina, Gardel se dirigió al puerto de C. del Uruguay desde dónde emprendió su viaje a Paysandú y luego a Salto en la República Oriental del Uruguay. Gardel viajo con sus tres acompañantes y, la tradición oral dice que era tan la cantidad de equipaje que llevaban con ellos que ocupaban mucho espacio en la nave. Lamentablemente, como ha sucedido con tantos documentos, luego del fallecimiento de Humberto, casi todo el material que atesoraba se perdió, entre ellos estaba el manifiesto de pasajeros en el que estaba registrado Gardel, con su propia firma, además de otros formularios y muchas fotos de la empresa.
Años después, según nos relata Ricardo La Nasa, bisnieto de los fundadores de la empresa, hasta la construcción en 1975 del puente General Artigas (Colón-Paysandú), las lancha de la empresa eran utilizadas por el famoso grupo sanducero “Los Iracundos” para trasladar se hacia Buenos Aires para realizar sus presentaciones, a veces realizando viajes en exclusividad más que nada por la gran cantidad de equipamiento que viajaba con ellos
La nave insignia, el vapor Fulgor, había sido construido en la ciudad de Gualeguaychú por el astillero de Lázaro Giusto para cubrir la línea entre esa ciudad y Fray Bentos, y luego adquirida por la empresa de los hermanos La Nasa. Tenía capacidad para cien pasajeros. Con este barco, los días domingo, en que no se prestaba el servicio de transporte, la empresa ofrecía excursiones de recreo que realizaban una vuelta a la isla del puerto (el canal había sido habilitado definitivamente el 1 de febrero de 1907 con el ingreso del vapor “Rivadavia” de la compañía Mihanovich) con un costo de $ 0,50 mayores y 0,10 menores, destinando en 10% de lo recaudado en donación al “Hospital de caridad”, actual “Hospitalito”.
El puerto interior continua desarrollándose, es así que el 30 de noviembre de 1919, se habilita el muelle de alto nivel y el 18 de septiembre de 1922 se inaugura la “estación fluvial”, completando la infraestructura necesaria para que operen con comodidad los servicios de pasajeros.
A mediados de la década de 1930, se incorporan nuevas generaciones y la empresa cambia el nombre a Juan La Nasa e hijos (Antonio, Pablo, Mariano, Humberto y Carlos). Para 1930 se incorporan nuevas embarcaciones, ya más modernas y con motor a combustión, de esa época son la “San Antonio” y “La Argentina”. Esta última fue construida especialmente por pedido de la empresa por los astilleros Parodi Hermanos, de la localidad de Tigre, siendo colocada su quilla el 2 de enero de 1948.
“La Argentina” fue botada el 10 de abril de ese año, mes en que realiza los viajes de prueba. Esta embarcación era una moderna unidad y estaba construida siguiendo todas las especificaciones que solicitaban las autoridades navales. Tenía 17 metros de largo, 3,25 m de ancho y 1,75 m de altura y una capacidad para 120 pasajeros sentados. Fue entregada a sus propietarios el 21 de abril de 1948, zarpando con destino a C. del Uruguay tres días después, con escala en el puerto de Nueva Palmira (ROU), para reabastecerse de combustible.
Fue bautizada en Paysandú el 26 de abril a las 12 horas por el presbítero Benito Conte Grand, siendo su madrina la señora Irma G. de Volonterio participando del acto autoridades argentinas y uruguayas.
La gran demanda de pasajes, obligo a la empresa a incorporar otra lancha, adquirida en la zona del Tigre”, la que sería la última de la flota, denominada “Río de la Reconquista”.
Luego, aproximadamente ya en la década de 1960, la empresa vuelve a llamarse “La Nasa Hermanos” y estaban a cargo Antonio, Humberto, Carlos y Pablo La Nasa, siguiendo bajo esta razón social hasta su cierre en la década de 1970.
En sus 66 años de servicios, nunca hubo que lamentar ningún tipo de siniestro, lo que habla por un lado, de la idoneidad en el cuidado de las embarcaciones y por otro de la pericia de sus capitanes, ya que, a pesar del clima, hubiera niebla, lluvia o tormenta, el servicio se prestaba igual, esto gracias al gran conocimiento del río que poseían los hermanos La Nasa, en una época dónde no existían, o al menos no eran tan accesibles los modernos aparatos de GPS o ecosondas, tan indispensables en la actualidad.
La solidaridad puesta de manifiesto en los viajes de recreación, dónde se donaba parte de lo obtenido al viejo hospitalito, fueron lo único acto altruistas, ya que en variadas ocasiones cuando las aguas del río crecían peligrosamente los hermanos La Nasa, ponían a disposición de las autoridades navales sus lanchas para prestar auxilio a los moradores de las costas o de las islas que veían afectada su seguridad. También, realizaban traslados de piezas postales entre nuestra ciudad y Paysandú sin cobrar un solo peso por este servicio público.
La apertura del puente Colón – Paysandú (1975) y luego la nueva y asfaltada ruta nacional Nº 14 con el consiguiente auge del transporte por carretera fue haciendo disminuir poco a poco el público que utilizaba este servicio y finalmente, el 27 de abril de 1978, la lancha “La Argentina” realizó su último viaje de esta larga historia de viajes atravesando de ida y vuelta el río Uruguay. Como dato de referencia en febrero de 1975 el viaje entre C. del Uruguay y Paysandú tenía un costo de 8,94 pesos argentinos o 7,26 pesos uruguayos.
Según refieren sus descendientes, luego del cierre de la empresa, las lanchas fueron vendidas, una de ellas, “La Argentina”, fue comprada por una empresa de Concordia pero al sacarla del agua para hacerle el correspondiente mantenimiento, una de las lingas se cortó y la lancha cayo rompiéndose el casco, por lo que finalmente quedo inutilizable. Otra de las embarcaciones, la “Río de la Reconquista, fue llevada al Tigre, dónde sigue prestando servicios, aunque con otro nombre, lo que hace difícil saber su estado actual.
Texto: Virginia Civetta y Carlos Ratto. Fuentes: Charla con Ricardo La Nasa, bisnieto del fundador de la empresa. Periódico “La Juventud”, 1 de agosto de 1912 (Hemeroteca museo “Casa de Delio Panizza”); Rousseaux, Andrés, “Vapores y lanchas entre C. del Uruguay – Paysandú – Colón”, La Calle, 30 de diciembre de 2001; Quintana, Diego, “Una ciudad con historia y algo más”; La Calle 19 de febrero de 1975. Fotos gentileza de Ricardo La Nasa y César Ritú