A 64 años del hundimiento del barco Ciudad de Buenos Aires. Pasajeros de nuestra ciudad viajaban en él
La historia de cualquier ciudad, no solo se debe a la vida de sus hombres y mujeres, sino también a los hechos alegres y por supuesto catástrofes que marcan esa historia. No escapa a esto Concepción del Uruguay, cuna de grandes hombre como el Gral. Francisco Ramírez, el Gral. Justo José de Urquiza, Capital Histórica de la provincia de Entre Ríos, en efecto, la ciudad sufrió una de las mayores catástrofes se sucedió en el año 1959, donde el río Uruguay se desbordó por varios metros sobre su marca normal de un metro, o la tragedia del “Puerto Viejo”, hechos a los que ya nos hemos referido en este sitio, entro otros, seguramente menores.
Hoy nos vamos a dedicar a otro de ellos, que ocurrió el día 27 de agosto de 1957. El hundimiento del barco Ciudad de Buenos Aires que transportaba desde el puerto de Buenos Aires pasajeros a nuestra ciudad y departamento. Concepción del Uruguay se vio enlutada en este hecho, ya que en el mismo desaparecieron dos vecinos de la ciudad, como la señora Ethel Witcoff de Ciacon, esposa de Beril Ciacon que también viajaba en la nave y pudo ser rescatado y el señor Miguel A. Izaguirre, suboficial de la Banda de la Escuela de Ingenieros, de 26 años. En el barco viajaban otros dos Uruguayenses que afortunadamente salvaron sus vidas, ellos eran Marcelo Martínez Uncal, que fue trasladado a Colonia y Julio Arrarte, que luego de ser rescatado fue derivado a la isla “Martín García.
El Sr. Izaguirre viajaba junto con su esposa, la que logro ser salvada por una de las embarcaciones que acudieron en socorro de los náufragos.
¿Qué había ocurrido aquella fatídica noche del 27 de agosto de 1957?
El barco Ciudad de Buenos Aires, pertenecía a la flota fluvial, anteriormente hacia el servicio nocturno entre Buenos Aires y Montevideo.
La nave, muy moderna para la época, tenía una velocidad de 16 nudos, contaba con turbinas de vapor con 5825 CV de potencia de 3754 ton de registro bruto. Podía transportar 720 pasajeros y medía 110 metros de eslora (largo).
El 27 de agosto de 1957, afectado a navegar desde Buenos Aires a puertos del río Uruguay, zarpo a las 17.00 horas desde Capital Federal y debía arribar a Concepción del Uruguay el día siguiente, es decir el 28 de agosto a las 08:00 horas.
Desde el puerto de la ciudad de Rosario había zarpado el carguero de bandera norteamericana Mormacsurf que tenía como destino el puerto de hacia Buenos Aires. A la altura del Km. 126,7 ambos barcos se encontraron proa a proa. Ambos correctamente maniobraron a estribor (derecha). Pero el Ciudad de Buenos Aires tal vez por miedo a varar sobre el veril, cayó a babor (izquierda), cruzándose frente al carguero que venía e n bajada con carga y corriente a favor, siéndole imposible, a este último, evitar el choque, que se produjo sobre la banda de estribor del Ciudad de Buenos Aires. Este comenzó a escorarse (inclinarse) de inmediato hacia babor, haciendo caer al agua a la gente que estaba en cubierta y por supuesto generando pánico entre la tripulación y pasajeros al ver toda el agua que entraba al barco.
La colisión sucedió, aproximadamente, a las 22:45, a la altura del Km. 126 del canal principal del Río de la Plata, en las cercanías de la isla “Juncal” entre las desembocaduras de los ríos “Paraná Guazú” y “Paraná Bravo”.
El Capitán Silverio Brizuela trato de salvar vidas en todo momento. Un tripulante al testimoniar lo ocurrido dijo que vio al Capitán ir a su camarote y no lo vio más. Nunca se supo si se suicidó o se hundió con el barco, como indica la tradición.
Ante la gravedad de la situación, el capitán del Mormacsurf, enviste nuevamente al Ciudad de Buenos Aires para arrastrarlo a un lugar de menor profundidad, ya que el canal tiene, en ese lugar, 20 metros de profundidad y a su vez, se emitían señales de socorro. Desde el país vecino salieron lanchas de salvatajes y desde Buenos Aires fue el Rastreador Drummond y remolcador Pancho. Una de las primeras naves en arribar al lugar y prestar ayuda fue el remolcador “Don Pablo”, que afortunadamente se encontraba cerca.
Los sobrevivientes fueron trasladados a Nueva Palmira, Martín García y Carmelo. Luego del naufragio, solo quedaba a la vista los palos y el radar que quedaron fuera del agua.
Salvar a las personas fue muy difícil por la oscuridad, la corriente del rio y además el combustible derramado en el agua hacia difícil tomar a los pasajeros que estaban sumergidos.
Aproximadamente venían 200 personas en el barco, y de las mismas desaparecieron 71 pasajeros y 23 tripulantes, no todos ellos murieron ahogados sino, como relataron algunos sobrevivientes, el impacto de la nave norteamericana fue tan violento que prácticamente destrozó al “Ciudad de Buenos Aires”, provocando la muerte de algunos pasajeros que estaban en sus camarotes. Este hundimiento ha sido una de las más grandes tragedias de nuestro país. Algunos cuerpos fueron rescatados de las aguas por las embarcaciones que acudieron al rescate y otros, por ejemplo, aparecieron en la costa de la ciudad Uruguaya de Colonia, entre ellos el de la señorita Elena Plaski.
En el diario “La Calle” del viernes 30 de agosto de 1957, se publicaron declaraciones de un sobreviviente. Había llegado el día anterior a nuestra ciudad y se alojaba en la casa de un familiar, Don Sixto Minetto, desde donde partiría a su lugar de residencia Urdinarrain. Se trató del Señor Hugo Eduardo Bouyrier.
Este joven no pudo describir como fue el accidente pues viajaba en su camarote. Al sentir el choque sale a cubierta, donde el pánico brotaba a todos los pasajeros. Cuenta que el Mormacsurf, choca nuevamente el barco y en contados minutos el Ciudad de Buenos Aires se hunde, 45 minutos, según indicaron algunos de los pasajeros rescatados. Él se tira al agua y el vacío ocasionado por el hundimiento lo absorbe y cree que lo introduce en la chimenea, que al expulsar el agua es despedido nuevamente y cae junto a un salvavidas y presta ayuda a una señorita, a la que logra llevar, a nado, hasta un banco de la embarcación que flotaba en las cercanías, así flotan hasta ser rescatados por el remolcador Don Bartolo.
El hundimiento del barco “Ciudad de Buenos Aires”, si bien afectó tangencialmente a personas de nuestra ciudad, es otro de los hechos relacionados con el río todavía recordados por los viejos habitantes de la ciudad, al igual que lo ocurrido con el “Captain Papis”, el hundimiento de la “Bouchard” y la tragedia del Puerto Viejo y, creemos que es bueno que estas historias, tanto las buenas como las malas de la ciudad y región, deben ser recordadas ya que forman parte de nuestra historia cotidiana.
Texto: Civetta, María Virginia/Ratto, Carlos Ignacio. Fuentes: Diarios “La Calle” del 29, 30 y 31 de agosto de 1957. Agradecemos a la Museóloga Ana Trípoli por colaborar con la obtención del material periodístico. Fotos: Revista Weekend