En la esquina noreste de las actuales calles 25 de Mayo y 8 de Junio, existió hasta principios del siglo XX (1904) una antigua propiedad que perteneciera a una tradicional familia uruguayense la que fuera adquirida, juntamente con un terreno aledaño sobre la calle 8 de Junio, por el Dr. Benito Casildo Cook (Ver biografía) para la construcción de un edificio destinado a consultorios médicos y habitaciones de internación…” lo que en la actualidad sería una clínica médica, siendo la primera de su tipo que contó la ciudad.
El Doctor Benito Casildo Cook, nació en nuestra ciudad el 9 de abril de 1868, hijo del abogado Benito G. Cook y Doña Francisca Llames, siendo bautizado en la Parroquia de la Inmaculada Concepción el 14 de diciembre del mismo año por el sacerdote Domingo Ereño. La casa de sus padres y donde el pasa su niñez y juventud, estaba ubicada en Vicente H. Montero (hoy Juan Perón) y Alberdi.
Cursó sus estudios primarios en su ciudad natal ingresando posteriormente al histórico Colegio del Uruguay Justo José de Urquiza, egresando como bachiller. Se traslada a la ciudad de Buenos Aires, para cursar la carrera de medicina, graduándose de médico con notas sobresaliente, radicándose en Concepción del Uruguay.
Ejerció su profesión con enteres y desinteresadamente, brinda sus conocimientos profesionales tanto que los que podían pagar la consulta como a los que no tenían, siendo reconocido como el “el médico de los pobres….”
Contrajo enlace con la Señorita Obdulia María Herrera con quién tuvo cuatro hijos: María Obdulia, Eloísa, Julio César y Jorge Alberto
La casona del Dr. Cook
El terreno de la esquina noreste de las calles 25 de Mayo y Rioja (actual 8 de Junio) pertenecía en el año 1854 al destacado vecino D Juan Andrés Vázquez, que fuera el pregonero del bando del pronunciamiento del 1º de mayo de 1851, quién lo vende, el 23 de noviembre de ése año a Doroteo Larrauri en 25 pesos plata, quién manda a construir su casa en el año 1860.
La propiedad y terreno aledaño, es vendida el 3 de noviembre de 1879 a la señora Ciriaca Cuesta de Blanco, esposa del Coronel Carlos María Blanco, quién fuera el Jefe del primer Batallón de Infantería de Marina con que contara la nación creado por Decreto del 3 de noviembre de 1880, teniendo como asiento nuestra ciudad.
Al fallecer el Coronel Blanco, su esposa en carácter de única y universal heredera vende la propiedad a Carmelo García, quién fuera Subprefecto (Jefe) de Concepción del Uruguay entre el 21 de noviembre de 1893 al 21 de marzo de 1899.
Los herederos de D. Carmelo García, venden la propiedad y terreno aledaño al Dr. Benito Casildo Cook el 1º de Julio de.
El Dr. Cook, en el año 1906, manda a construir en el lugar, previa demolición de la antigua construcción un moderno edificio (para la época) para destinarlo exclusivamente a consultorios médicos y habitaciones para alojamiento de los pacientes en base a los planos que le encomendara al ingeniero del “ministerio” Wuidmüller, dándose inicio a los trabajos en el mes de septiembre del mismo año.
No se ha obtenido al fecha exacta de la finalización del edificio, pero de acuerdo a un aviso publicado en el periódico local “La Juventud” del mes de octubre de 1907, por el Dr. Cook, decía: “…la atención en su nuevo consultorio de calles 25 de mayo esquina Rioja…” con la aclaración “pobres gratis…”
La vida del Dr. Cook, transcurría apaciblemente, rodeado de su hermosa familia, alternando sus actividades profesionales con la docencia en el Colegio del Uruguay y Escuela Normal de Maestros.
Una desgracia en el seno de su familia, va a alterar la vida del distinguido médico, al contraer su hija Eloísa “meningitis”, que motiva su fallecimiento el 24 de septiembre de 1912, ante la impotencia de su padre, que anda puso hacer para salvarla.
Este hecho, quebrantó la voluntad del Dr. Cook, entrando en una profunda depresión al sentirse culpable del fallecimiento de su hija. Esta situación le lleva a radicarse en la ciudad de Buenos Aires, siendo despedido en el puerto local por autoridades y el pueblo que él tanto había ayudado
Su domicilio en Buenos Aires, siempre tuvo abiertas sus puertas para todos los uruguayenses que por uno u otro motivo, llegaban buscando ayuda o apoyo que él nunca eludió, sea rico o pobre, no era su estilo, siempre estuvo dispuesto a tener su mano a quién se lo pidiera.
El destino de la casona
Al radicarse el Dr. Cook en Buenos Aires, la casona queda por un tiempo cerrada, hasta ser alquilada por Máximo Singercisky, quién aprovechando la amplia disponibilidad de habitaciones establece el “Hotel Nacional” con entrada por calle 25 de Mayo Nº 156.
Este vende el fondo de comercio, en la década de 1930 al Sr. Alfredo Rousseaux, que lo rebautiza con el nombre de Restaurant Urquiza. En el año 1936, se lo vende a su hermano Andrés Rousseaux, girando bajo la denominación de “Pensión y Restaurant Urquiza” hasta su venta en el año 1947 al Sr. Richard.
La casona siguió siendo propiedad del Dr. Cook, hasta su fallecimiento el 10 de junio de 1947 en la ciudad de Buenos Aires, siendo sus restos trasladados a su ciudad natal por su pedido, recibiendo sepultura en el cementerio local.
Al cumplirse el primer aniversario de fallecimiento, se levantó un hermoso cenotafio en su honor, donde está plasmado un hermoso poema del Dr. Delio Panizza que dice: “...Al Doctor Benito Casildo Cook, por noble, por digno, por bueno…”
Y al cumplirse cien años de su nacimiento, la Municipalidad, bautiza a una calle de nuestra ciudad con su nombre.
La casona, se siguió utilizando como “pensión y restaurante” hasta el año 1951, en que los herederos del Dr. Cook, María Obdulia Herrera de Cook e hijos, vende el terreno sobre calle 8 de junio que es adquirido por Francisco Sáenz Valiente, para ser habilitado como playa de estacionamiento del “Gran Hotel”.
El edificio principal, sobre calles 25 de mayo y 8 de junio, se subdivide en tres lotes, siendo rematados el 27 de abril de 1952, por los martilleros locales “Bastreri y Canavessi”
La antigua casona, es totalmente remodelada con destino a viviendas y negocios como se la puede apreciar en la actualidad.
Edición: Virginia Civetta y Carlos Ratto. Artículo de Andrés René Rousseaux del libro “Edificios con historia” Tomo II.