Campanas significativas de nuestra ciudad (Basílica y Colegio)

Sobre el muro de la izquierda pueden verse las campanas de la basílica

Campanas de la Basílica de la Inmaculada Concepción

Es muy difícil determinar cuántas campanas hay en nuestra ciudad, pero tenemos tanto en Basílica de la Inmaculada Concepción, como en el Colegio del Uruguay, Justo José de Urquiza, campanas con historia.

Cuenta la tradición que el 8 de diciembre de 1858, a la hora de la Misa Mayor, se escucharon por primera vez las campanas en el templo mayor, una llamada “La Misioneras”, que tiene inscripta la fecha “Año 1729” y la otra donada por Dolores Costa, llamada “La Justa”.

Seis años más tarde el Gobernador de la Provincia de Entre Ríos, Don Justo José de Urquiza, hace elevar una nueva campana, a la que llamaron “La Campana del General” y lleva inscripto su  nombre.

Estas campanas han anunciado los actos litúrgicos, vibraron los días patrios, acompañaron las horas de duelo, llamaron a las plegarias, marcaron el “Toque de Oración”, cuando los hombres se descubrían y las mujeres se inclinaban y en sus labios florecía el “Acción de Gracias”. Sonaban cuando era 25 de mayo y se izaba el pabellón patrio. Sonaron con su cantar triste en las horas luctuosas del 13 de abril de 1870, cuando se traslada el féretro del Gral. Urquiza, desde la casa de su hija Ana Urquiza de Victorica hasta la Inmaculada Concepción.

Estas campanas a través, de los años fueron recibiendo lluvia, frío, viento, sol, granizo, y un día callaron.

La Basílica ya con sus torres-campanario y campanas

Cuando se construyó la iglesia, esta no tenía las torres campanario, de modo que las campanas estaban ubicadas sobre el muro norte del mismo. Esto fue hasta que fueron agregados al templo original las dos torres campanario, en los trabajos realizados entre 1920 y 1930 y, en una de ellas, la ubicada al norte de la Basílica se ubicaron las tres campanas originales. 

En el año 1948, se envían al Ministerio de la Nación para ser reparadas. En octubre de 1949, el Cura Párroco Zoilo Bel, informa de la llegada de las mismas en óptimas condiciones. En ese momento, se solicita la colaboración de dos campanarios mecánicos, para suprimir el uso de las cuerdas, pero no se  hizo lugar por razones de economía.

Estas campanas nos han acompañado hasta el año 2013, en que se compran tres nuevas campanas, en San Carlos Centro, Santa Fe.

Las antiguas campanas no fueron sacadas del Campanario Norte, si no que permanecerán ahí, siguiendo los hechos históricos que pasan en nuestra ciudad.

Las nuevas campanas fueron izadas, al Campanario Sur, que hasta entonces permanecía vacío, y también tienen nombres:

La campana mayor se llama: “Don Tomas de Rocamora”, fundador de la ciudad. La campana de la derecha, “Don León Almirón”, lugareño de la Villa, quien en 1778 solicita autorización para levantar una capilla en el asentamiento, dando origen  de esta manera a la incipiente villa de Concepción del Uruguay,  y la campana de la izquierda “Fray Pedro Goytia”, primer sacerdote a cargo de la capilla, designado por la Catedral de Buenos Aires.

La campana del Colegio del Uruguay

Campana original del Colegio

Pero estas no son las únicas campanas, en el Colegio del Uruguay, Justo José de Urquiza, también las hay. La actual campana no es la de la primera hora del establecimiento, es la tercera. Pero intentemos relatar la historia de estas campanas.

En el año 2003, el rector del Colegio Profesor Eduardo Giqueaux, recibe un llamado de la provincia de Tucumán, era una descendiente del Dr. Luis Aráoz, ex alumno, quien vivió los primeros años de este claustro educativo.

Luis Aráoz había escrito su historia en el Colegio del Uruguay y su paso por el internado, esta señora cuyo nombre era, Carmen del Valle Aráoz de Ezcurra, ponía a consideración del Rector, estos escritos.

Evaluado el contenido, el Profesor Giqueaux, aconseja la impresión de un libro, que por suerte se llevó a cabo y se llama “Del Tiempo Viejo”.

Este material tiene muchos datos de cómo era la ciudad y el Colegio en esos años, algunos de los cuales ya hemos ido publicando en este sitio.

Es ahí donde se lee, que la primitiva campana, que los llamaba para la hora de la comida, ubicada en la que sería hoy la galería del oeste, un día se rompe.

El entonces Rector del Colegio, el Dr. Honorio Leguizamón, le solicita al entonces presidente de nuestro país, General Julio Argentino Roca, la reposición de la misma.

Este accede enviando una campana nueva, pero solicito, a cambio, la campana que tantos recuerdos guardaba para él. Cosa que así ocurrió, Leguizamón le regala la sentida pieza. El General Roca, llevo la campana a su estancia “La Larga” en la provincia de La Pampa.

Con estos datos se abocaron a la búsqueda de la campana, que en definitiva es de nuestro colegio.

Se realizaron diversas llamadas telefónicas, y el Gobernador de la provincia de La Pampa a través de su secretario informa que la estancia no estaba en La Pampa, sino en Daireaux, provincia de Buenos Aires.

Se ponen en contacto con el Intendente de este lugar, quien hace el comentario que la vieja campana existente en la estancia, había sido donada al museo de la ciudad. Sugiere hacer una nota y solicitar la tenencia de la misma al menos por un año. Es así que se viaja y traen la tan ansiada campana. Que llega a nuestra ciudad el 15 de octubre de 2003, siendo recibida a la media noche por muchas personas que la esperaban en el Monumento al Gral. Urquiza, quienes acompañaron a la campana en caravana y tocando bocinas, hasta le dieron una vuelta a la plaza Francisco Ramírez, antes de guardarla en el Colegio. Fue presentada a la población el día 18 de octubre del mismo año.

Hermosa historia de la campana que supo de la compañía de Olegario Andrada, Onésimo  y Honorio Leguizamón, Martín Ruiz Moreno, Secundino Zamora, Julio A. Roca, Eduardo Wilde, Luis Aráoz y tantos otros alumnos.

En el año 2010, se cambia la campana que dono Gral. Roca por una nueva. Esta segunda campana también se encuentra en el Museo Histórico de la casa.

Texto: Virginia Civetta/Carlos Ratto. Fuentes: Abescat, Francisco, “La Ciudad de Nuestra Señora de la Concepción del Uruguay” y Giqueaux, Eduardo “Historias de Medio Tiempo”

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