El Bar-Parrilla “Filippini”

Publicidad de “Parrilla Filippini” aparecida en la revista del Rally 1986

El edificio de la “Parrilla Filippini”

El primer propietario del solar (1/4 de manzana) de la esquina aludida, perteneció a Cipriano de Urquiza (hermano del General Justo José de Urquiza) que lo había recibido del Cabildo de la entonces Villa de Concepción del Uruguay, con el compromiso de “poblar y edificar” construyendo en la esquina propiamente dicha, un edificio de material con techo de paja, aproximadamente en el año 1822.

El solar y vivienda el 30 de marzo de 1829, pasa a ser propiedad de José Ramirez y su señora esposa  Doña Margarita Gonzalez de Ramirez, que en el año 1820 habitaban el partido “del Tala”, en la otra margen del arroyo de La China…”

Al fallecer los esposos José Ramirez y Doña Margarita Gonzalez, la propiedad pasa a manos de sus sucesores que se radican en la ciudad de Buenos Aires, quedando como administrador de los bienes el reconocido escribano uruguayense Wenceslao S Gadea

Este notario, por orden y representación de la familia Ramirez, vende el 23 de julio de 1900, el solar (1/4 de manzana) de la esquina noreste de las calles Rocamora y Colón, con ingreso por la primera de las calles nombradas, a Antonio Rebacco en la suma de $ 25.000 m/n.

En el año 1904, se instala en nuestra ciudad, la Companía de Obras Públicas del Río de la Plata propietaria de la primera usina eléctrica (corriente contínua) con que contaramos, instalando sus oficinas en la antigua casa de Antonio Rebacco.

En 1908 el suministro de energía eléctrica, pasa a manos de la Companía Anglo Argentina de Electricidad (corriente contínua) la que mantiene sus oficinas en la misma casa, hasta el 4 de octubre de 1913, fecha en que se inauguran la nueva usina y oficinas en la esquina de las calles 25 de Mayo y Estrada  actual asiento de la universidad autónoma de Entre Ríos

Al fallecer Juan Rebacco, esta propiedad y otros bienes, pasan en el año 1936 a  sus legítimos herederos, su esposa Luisa Villanueva de Rebacco y sus hijos  Pedro o Pedro Luis, Teresa Luisa o Teresa Juana, María Angela y María Teresa Rebacco, interviendo en el correspondiente acto notarial el escribano local Juan Lema.

 El Bar-Parrilla “Filippini”:

La antigua casa, es alquila por la “sucesión Rebacco” en el año 1940 a Carlos Filippini (Carlitos) quién previa refacciones y adecuaciones de los locales para el funcionamiento de “un bar parrilla” abre sus puertas el 8 de junio de ése año con el nombre de “Petit Bar” (pequeño bar) nombre poco conocido, dado que la jerga popular por años indentificó el negocio como “parrilla Filippini” en alusión al apellido de su propietario, quién contaba con la ayuda de su hermano “Augusto”.

Para la época de verano, la parrilla tenía un “patio al aire libre” en un terreno aledaño sobre calle Colón (de ésa época) el que es vendido el 15 de marzo de 1942 por la viuda de Antonio Rebacco -Doña Luisa Villanueva- a su yerno D Fortunato Zamudio en la suma de $6.600 m/n  continuando alquilado al Sr Filippini, interviniendo en el acto notarial el escribano José Rivera.

La  propiedad de la esquina (donde funciona el bar y parrilla Filippini), el 20 de agosto de 1946, es vendida por los sucesores de Antonio Rebacco, a su hermana Teresa Luisa o Luisa Juana Rebacco de Zamudio interviniendo el escribano Julián Chiloteguy, continuando alquilando el local Carlos Filippini.

El 15 de septiembre de 1957, se inaugura la terminal de omnibus “General  San Martín” en el conocido local “Salón Tavella o Salón Monumental”, frente a la parrilla “Filippini”, siendo ésta el lugar preferido por todos aquellos que debían viajar o arribaran a la ciudad, siendo ésta época la de mayor esplendor de esta tradicional parrilla.

Después de haber estado al frente del negocio, por veinticinco años, Carlos Fillipini, entrega “la posta” en el año 1965 a sus hijos Néstor Edgardo y Carlos Hugo quienes continúan con la tradición familiar, acuñada a través de largos años de esmerada y personalizada atención a sus clientes.

Al poco tiempo, Néstor se hizo cargo de otro tradicional negocio de la ciudad el “restaurante  Isondú” que funcionaba haciendo cruz a la parrilla Filippini, que sigue al timón de  Carlos Hugo continuando la senda de su padre.

El 24 de abril de 1967 -lunes- alrededor de las 0500 horas, un principio de incendio afectó parcialmente la parte posterior del negocio, el que fuera rápidamente sofocado por el Cuerpo de Bomberos Zapadores de la ciudad.

El 23 de noviembre de 1970, se inaugura la nueva terminal de ómnibus “El Supremo” en la manzana comprendida por las calles Rocamora-Dr Scelzi-Galarza y Benito T Martinez (actual de los Constituyentes) siendo intendente de la ciudad Miguel Ángel Gregori. El cambio de emplazamiento de la terminal, va a incidir en el futuro comercial de la tradicional parrilla “Filippini”

Al fallecer el  Fortunato Zamudio, sus bienes quedan en poder de su esposa Teresa Luisa Rebacco, a quién el 14 de junio de 1972, los hermanos Filippini (Néstor Edgardo y Carlos Hugo) adquieren la propiedad de la esquina de las actuales calles Rocamora y Eva Perón, donde funcionaba el “bar y parrilla Filippini” desde el año 1940, interviniendo el la escrituración el reconocido escribano local Néstor Hugo Nichele.

Los nuevos dueños, introducen importantes mejoras para ponerlo en condiciones acorde las nuevas necesidades y evolución comercial de la zona, a partir de la inauguración de la peatonal “Rocamora”

El terreno -sobre calle Eva Perón- donde funcionaba el tradicional  patio al “aire libre” es adquirido por una sociedad, para la construcción de un moderno hotel; no obstante  se continúa usando por los hermanos Filippini, hasta que se inícia la construcción del hotel “Carlos 1°”.

En el año 1997, el decaimiento de la actividad comercial y otros motivos llevan a los hermanos Filippini, a vender el el negocio gastronómico, el 3 de marzo de ése año al Señor Hugo José Francou con la intervención del escribano Roberto Balher. Este fue el fin de un establecimiento de casi 60 años, ya convertido en uno de los “Clasicos” en la ciudad.

Luego vendrían “Vieja Esquina”, “Lo de Pí-Pí” (con relación al nombre de su propietaria “Pipi” Ravenna, en 1999  “Las Cuartetas”, luego, en 2002, Parrilla “El Remanso” de Jorge L Sittoni, muchos otros negocios más, pero claro, eso ya es otra historia.

Texto: Andrés Rousseaux, aparecido en “Concepción del Uruguay. Edificios con historia” (Tomo III)

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