El Centro Comercial de Concepción del Uruguay fue fundado el 22 de junio de 1913. En sus primeros tiempos estableció su sede en los altos del teatro 1° de mayo y más tarde consiguió del gobierno de la provincia de Entre Ríos el lugar que actualmente ocupa frente a Plaza Ramírez y que en 1922 fue transferido por una Ley especial de la legislatura entrerriana.
Su primer presidente fue el Dr. Mariano López, ocupando la vice presidencia el Dr. Eduardo Tibiletti (ex gobernador de Entre Ríos).
En la década de 1960 comenzó a construir el edificio que hoy alberga sus dependencias.
Casas y edificios
Primer edificio de la “Escuela Normal de Preceptoras” de Concepción del Uruguay
El origen
La Escuela Normal de Preceptoras de Concepción del Uruguay tiene su génesis en el acuerdo convenido entre el gobierno de la Nación y el de la provincia de Entre Ríos, celebrado a mediados de 1869.
Era el Inspector General de Colegios Nacionales José maría Torres. Egresado de la Escuela Normal Central de Madrid y que había llegado a Buenos Aires en 1864. Poco después, consustanciado con la política educativa del presidente Sarmiento y su ministro Avellaneda, arriba a la función pública.
En 1869, el gobierno nacional lo envió a Concepción del Uruguay, por ese entonces capital de la provincia de Entre Ríos, para entrevistarse con Urquiza. El diálogo entre ambos fue muy productivo, ya que de esas conversaciones surgieron varios acuerdos que darán nacimiento, poco después, a los textos legales, tanto en el orden nacional como en el provincial, que determinaron el establecimiento de dos escuelas normales, una de mujeres y otra de varones, en la provincia de Entre Ríos, más precisamente en la ciudad de Concepción del Uruguay.
Según los acuerdos mencionados, el gobierno nacional se comprometió a establecer una escuela de preceptores anexa al Colegio del Uruguay, mientras que el gobierno provincial, asumió el compromiso de poner en funcionamiento, una escuela normal para mujeres en la ciudad capital de Entre Ríos.
La Escuela de Preceptores anexa al Colegio del Uruguay, fue creada por decreto del 19 de julio de 1869 y al poco tiempo inició su cometido.
El gobierno provincial se dispuso también a cumplir su compromiso aunque debió realizar una etapa previa: la construcción de un edificio apropiado, para la Escuela Normal de Preceptoras.
El 4 de agosto de 1869, el general Urquiza “en virtud de los arreglos hechos con el gobierno nacional de construir un edificio para la creación de una Escuela Normal de Preceptoras idéntica a la de niños que se ha establecido en el Colegio de Uruguay”, dispuso la erección de un local con arreglo a los planes presentados por el agrimensor Fossati.
El entonces Jefe del Departamento de Educación, Juan José Soto resumió de esta manera la labor realizada por el gobierno de Urquiza en relación a la creación de las escuelas normales. En su Memoria de 1869, expresaba: “La formación de profesores de instrucción primaria es la más trascendental medida para el porvenir de la Provincia, porque importa crear la más sólida de organización social y porque según la feliz expresión de un sabio estadista “ensanchar la educación es ensanchar las bases de la república pública”. Sin buenos preceptores es imposible tener buenas escuelas, y sin buenas escuelas, el pueblo no puede alcanzar la conveniente ilustración, ni ser, por consecuencia, verdaderamente libre y feliz. \/.E. comprendiendo perfectamente estas verdades, ha marchado rectamente al objeto y superando todo género de dificultades ha dado el gran paso de crear dos Escuelas Normales en esta capital, una de Preceptores y otra de Preceptoras. Aquella abrirá su matrícula en los primeros meses del año Próximo; en cuanto a la segunda, el infrascripto se va permitir entrar en algunos detalles, como que mereció la confianza de que V.E. se sirviera nombrarle miembro de la comisión que ha velado y dirigido la construcción del edificio. La creación de un Departamento de Educación, la fundación de una Escuela Normal de Preceptoras y a la vez, Escuela Primaria o Escuela Práctica de Enseñanza y el establecimiento de una Escuela Modelo de varones; todo eso realizado en cuatro meses y en medio de la más grande escasez de recursos, habla muy alto en elogio de la administración actual y muestra lo que el pueblo tiene que esperar de la acertada iniciativa de un gobierno tan laborioso como ilustrado”.
El año 1870 se abrió, pues, con magníficas perspectivas para la educación. En Concepción del Uruguay, ciudad que desde hacía veinte años cobijaba en su seno al Colegio Histórico, habrían de funcionar dos escuelas normales, una para varones y otra para mujeres.
Pero, el destino quiso otra cosa. La tragedia de San José y luego las luchas entre comprovincianos que ensangrentaron el territorio de Entre Ríos postergarían por mucho tiempo uno de los aspectos del ambicioso proyecto. En efecto, la Normal de Preceptoras, cuyo edificio se hallaba casi concluido, no pudo abrir sus puertas hasta marzo de 1873.
Por su parte, la Escuela Normal de Preceptores anexa al Colegio del Uruguay, la primera que funcionó en la provincia de Entre Ríos, continuó se labor por algunos años más hasta que, finalmente fue clausurada.
El primer edificio de la Escuela Normal de Preceptoras
Una vez formalizado el convenio entre el gobierno de la Nación y de la Provincia, el presidente Sarmiento, por decreto del 19 de julio de 1869, refrendado por su ministro Nicolás Avellaneda, dispuso que en razón de haber resuelto el gobierno de Entre Ríos la construcción en la ciudad de Concepción del Uruguay de un edificio para la fundación de una Escuela Normal de Preceptoras “se autorizaba a dicho gobierno para invertir cinco mil pesos fuertes de la subvención acordada por decreto del 14 de enero último, aplicándolos a costear, en parte la construcción de un edificio destinado a la fundación de la Escuela Normal”.
Con ese apoyo (material y político), el gobierno de Entro Ríos se dio a la tarea de levantar el edificio destinado a la Escuela Normal de Preceptoras de Concepción del Uruguay. Así, por decreto del 4 de agosto de 1869, se estableció que “en el terreno comprado últimamente a la Asociación Promotora del Progreso se proceda luego a la construcción que ha de servir para la Escuela Normal de Preceptoras, con arreglo al plano presentado por el agrimensor Juan Fossati”. Además, se encomendó la administración de la obra a una comisión de vecinos que el gobierno designaría y que sería presidida por el Presidente del Departamento Topográfico.
El interés de Urquiza por poner en funcionamiento lo antes posible la Escuela Normal quedó evidenciado con la celeridad con que se iniciaron los trabajos de construcción del edificio. El 12 de agosto de 1869, a sólo ocho días de haberse dado el decreto mencionado, comenzaron a abrirse los cimientos y cuatro meses después “el edificio se encontraba en estado de recibir el techo y merced a las economías hechas en la compra de materiales y en los contratos para las obras de carpintería, sólo se habían invertido 8.900 pesos bolivianos, quedando sólo pagar los tirantes, el esqueleto del techo, la última parte de las puertas y algo de su trabajo al arquitecto, todo lo cual importaría unos 4.500 pesos aproximadamente. El infrascripto (Juan José Soto, Jefe del Departamento Educación) calcula que terminada la obra, su costo no bajará de 25.000 pesos, siempre que se continúe con el sistema de economías adoptadas hasta hoy”.
El primer edificio que ocuparía la Escuela Normal de Concepción del Uruguay, construido especialmente con esa finalidad, se levantó sobre una superficie de 750 metros cuadrados en el terreno ubicado en la intersección de las actuales calles Galarza y Supremo Entrerriano, y se convirtió en el correr de los años, en sede de la Municipalidad.
El arquitecto se ciñó al modelo por entonces en boga en los Estados Unidos, al que se le hicieron algunas pequeñas modificaciones con el propósito de albergar en el mismo local al curso normal y a la escuela de aplicación. En consecuencia, el edificio, con verja y jardín a su alrededor, se construyó de dos plantas; la baja, compuesta de tres amplias aulas y piezas de servicio, y la alta, de cuatro aulas, una sala para la dirección y dos pequeñas piezas de servicio más otras dependencias indispensables.
Los sucesos de abril de 1870 y sus consecuencias, que se prolongaron por largo tiempo en la tierra entrerriana, paralizaron la obra cuando faltaban muy pocos detalles para su terminación. En el informe elevado el 18 de noviembre por el Jefe del Departamento Topográfico, Pedro Melitón González, en el capítulo correspondiente a Edificios Públicos, expresó que “Uno de los más importantes cuya construcción se ha abandonado después de hallarse ya muy adelantado, es el destinado para Escuela Normal de Preceptoras. Por acuerdo de fecha 4 de agosto de 1869 fue organizada una comisión encargada de la construcción de esa obra. La guerra vino a paralizar los trabajos ya al concluir el edificio. Todo quedó así y el Departamento Topográfico como encargado de las obras públicas -continúa el informe- pasó por este motivo una nota con fecha 7 de diciembre pasado al gobierno, diciendo que hoy que habían desaparecido las causas que motivaron la suspensión de los trabajos, y que la administración ha vuelto a su estado normal, sería inexcusable si se dejase por más tiempo abandonado y sin concluir ese edificio que tanto dinero ha costado y del que tanto bien se debe esperar para el adelanto moral e intelectual de quienes deben aprovecharlo, y que creía necesario la reinstalación de la comisión que según decreto debe ser presidida por el jefe de esta Oficina y demás disposiciones que creyese oportunas. El Departamento aguarda esas resoluciones para comenzar a dar nueva vida a este asunto”.
También el Jefe Político de Concepción del Uruguay, don Avelino González, se refirió al abandono en que se hallaba el edificio y a la necesidad de continuar la obra. En la Memoria correspondiente a 1871, daba cuenta que “este valioso edificio cuya obra fue interrumpida por la guerra, sufre deterioros como es consiguiente por falta de techos al primer piso y principalmente de puertas. Una obra de tanto costo expuesta a perderse en el estado que se encuentra, bien merece que el Excmo. Gobierno dispusiera su conclusión como lo había probablemente determinado”.
Pero el Jefe Político de Concepción del Uruguay, con un criterio excesivamente utilitario e influenciado por el escaso número de alumnos varones que por ese entonces cursaban sus estudios en la Escuela de Preceptores anexa al Colegio del Uruguay, terminó su exposición, con estas palabras: “A juzgar por el número de alumnos que hoy cursa el magisterio, no parece tan necesario, el edificio puramente al objeto que se destinaba, pero sería muy a propósito para tener en él además las escuelas primarias que demanda el crecido alquiler de ciento veinte pesos mensuales por las dos casas particulares que ocupan”.
El entonces gobernador de Entre Ríos, Leónidas Echagüe, apoyo a quienes reclamaban la terminación de este edificio para su fin original, y finalmente a principios de 1873, estaba listo para ser inaugurado.
Como se dijo, los sucesos de abril de 1870, interrumpieron la continuidad del proceso e impidieron a Justo José de Urquiza dejar culminada su obra. Así también lo entendieron los funcionarios del gobierno de Entre Ríos en 1872. Martín Ruiz Moreno, en la Memoria correspondiente a 1871, expresó: “La creación de este establecimiento es otra necesidad de la mayor urgencia”.
Es así que el 7 de mayo de 1872, se sancionó la ley que creó la Escuela Normal de Preceptoras de Concepción del Uruguay y que fuera promulgada por el gobernador Leónidas Echagüe el día 13 de ese mismo mes, de esta manera en un lapso de un año y nueve meses, volvía a crear se la Escuela en C. del Uruguay.
Debió transcurrir todavía algún tiempo antes de que el establecimiento creado por la ley a que nos acabamos de referir, pudiese iniciar su cometido. Mientras tanto, en la provincia de Entre Ríos se hallaban en pleno funcionamiento dos escuelas normales: la de Preceptores, anexa al Colegio del Uruguay fundada el ,19 de julio de 1869, y la de Paraná, creada también por el gobierno nacional, en virtud del decreto del 13 de junio de 1870. Esta última funcionó en el edificio que había sido casa de gobierno de la Confederación y se componía de un curso normal de cuatro años y de una escuela de aplicación con seis grados. Su primer director fue el maestro estadounidense Jorge A. Stearns. En sus comienzos, y de acuerdo con el decreto de fundación, la Escuela Normal de Paraná fue únicamente para varones, pero desde 1876 y a propuesta de su director, se admitieron algunas mujeres.
Presupuesto para la instalación y funcionamiento de la Escuela Normal durante 1873.
Creada la Escuela Normal por la ley del 13 de mayo de 1872 y terminado el edificio comenzado a construir en 1869 y aprobado su reglamento y y Plan de Estudios Por el gobierno de Entre Ríos, estaban dadas las condiciones para que el nuevo instituto comenzase a funcionar. En relación a esto, el Jefe del Departamento de Educación expresó al gobierno de la provincia, en nota del 23 de octubre de 1872 que, dadas estas condiciones, “hallo conveniente abrir la matricula desde el 1 de noviembre. Como el año escolar termina en noviembre y principia el 19 de febrero, soy de opinión que se postergar la instalación hasta el 1º de enero”.
La Escuela Normal de Preceptoras de Concepción del Uruguay fue, como ya hemos explicado, una creación de carácter provincial. Y por lo tanto funcionó dentro de esa jurisdicción durante algunos años. Por esa razón correspondió al gobierno provincial atender los gastos que demandó la instalación del establecimiento y las remuneraciones del personal.
La Ley de Presupuesto para 1873, previó los siguientes cargos: Una Directora, Una Subdirectora; Una Auxiliar y15 becas para alumnas maestras.
Debe recordarse que, al menos durante los primeros tiempos, el dictado de casi todas las asignaturas contempladas en el Plan de Estudios estuvo a cargo de la Directora y Subdirectora del Establecimiento y mucho debió bregar la primera directora, D. Clementina C. de Alió para que poco a poco fueran designadas nuevas profesoras para la atención de las distintas cátedras.
No obstante su carácter provincial, el gobierno nacional, en enero de 1973, resolvió “conceder una subvención de 600 pesos para ayudar a los gastos de instalación de la Escuela.
No era la primera vez que el gobierno nacional sumaba su aporte para posibilitar la erección de la Escuela Normal, asi fue que en julio de 1869, se autorizó al gobierno de Entre Ríos a invertir cinco mil pesos de la subvención que se le había, acordado a principios de ese año, “aplicándolos a costear en parte la construcción de un edificio destinado a la fundación de una Escuela Normal”.
Autoridades y primeras alumnas.
Martín Ruiz Moreno, en su carácter de Jefe del Departamento de Educación, pretendía que la Escuela Normal de Preceptoras abriera sus puertas en los primeros meses de 1873. Pero faltaba aún un paso más: la designación de las autoridades que debían regir la vida del instituto y cuyos cargos habían sido determinados expresamente por la ley de creación de 1872.
El 20 de enero de 1873, Ruiz Moreno se dirigió al Poder Ejecutivo proponiendo a la señora Clementina Comte de Alió, para Directora de la Escuela Normal y a la señorita Victoria Reingueissen, para vicedirectora. “Una y otra –agregaba- reúnen condiciones de instrucción y moralidad que conviene exigir para el desempeño de la dirección de ese importante establecimiento”.
Al principio, Ruiz Moreno intentó obtener el concurso de una maestra normal de Chile, y al no conseguirlo centro su mirada en Clementina Comte, esposa del, en ese momento, rector del Colegio del Uruguay, doctor Agustín M. Alió, conocedor de del “grado de instrucción de la señora de Alió se empeñó nuevamente por conseguir que aceptase su propuesta y por fin pudo vencer la resistencia que ponía la modestia de la señora de Alió”.
El gobierno de la provincia de Entre Ríos, aceptó de inmediato la propuesta y, por decreto del 23 de enero de 1873, firmado por el gobernador Leónidas Echagüe y su ministro José Lino Churruarín, procedió a designar a “D. Clementina Conte de Alió, directora de la Escuela Normal de Preceptoras de la Capital (Concepción del Uruguay) y para vicedirectora a la señorita Victoria Reingueissen, ambas con la calidad de interinas”.
Apenas efectuada la designación oficial, Ruiz Moreno se dirigió a la señora de Alió en los siguientes términos: “El Gobierno de la Provincia de Entre Ríos ha nombrado a Ud. directora de la Escuela Normal de Preceptoras que debe instalarse el día 19 del próximo mes de marzo en esta capital”. Clementina respondió a Ruiz Moreno de la siguiente manera: “Comprendo la delicada misión que me impongo al aceptar dicho puesto, aprecio en todo lo que vale la confianza que en mi deposita el Exmo. Gobierno. Dedicarme con celo y buena voluntad a la difícil tarea de formar maestras que sean a su vez capaces de educar e instruir a la juventud de esta provincia, será el único modo de probar mi gratitud al país…”
Para que la Escuela Normal pudiese desarrollar plenamente su cometido, era necesario dotarla de una escuela de aplicación, donde las futuras maestras pudiesen realizar con comodidad y eficacia la práctica de la enseñanza. Por esa razón, el Departamento de Educación de la Provincia de Entre Ríos destinó para tal fin la Escuela de Niñas que dirigía la señora Lugarda R. de Pila, que quedo bajo la dirección de la Directora de la Escuela Normal.
Abierta la matrícula correspondiente, se inscribieron trece alumnas. Ellas eran: Segunda Calvet, Fermina Iñarre, Toribia Cuaz, Tomasa Sánchez, Margarita Chavaneau, Carmen Mendier, Dolores Barú, Dolores Ruiz Moreno, Josefina Díaz Concepción Calvento, Carmen López, Eva Fernández y Eudoxia Gerich.
Inauguración de la Escuela Normal de Preceptoras
Al Promediar el mes de marzo de 1873, las autoridades educativas decidieron que había llegado el momento de inaugurar, finalmente, la Escuela Normal de Preceptoras de Concepción del Uruguay.
Martín Ruiz Moreno propuso al Ministro General que la inauguración podría llevarse a cabo el domingo 16 de marzo, lo que fue aceptado, Fue así que en esa fecha, a la una de la tarde, se reunieron autoridades, alumnos y público en el local de la Escuela Normal. Fue ese día, y no el 17, y menos aún el 19 de marzo, como algunos han sostenido equivocadamente, que se procedió a la solemne inauguración. Cobraba vida la tercera Escuela Normal -primera para mujeres- que abría sus puertas en el territorio de Entre Ríos.
Las crónicas de la época indican que la ceremonia fue presidida por el Gobernador de la Provincia y por la Clementina Conte de Alió, directora de dicho colegio y por el Presidente del Departamento de Escuelas.
“Muchas señoras, señoritas y caballeros concurrieron a ella; pero habríamos deseado fuera todavía mayor el número de las primeras”, refería la prensa local. En este acto hicieron uno de la palabra, el Gobernador, que declaro la apertura d ela Escuela Normal, la Directora, Clementina Conte, luego lo hicieron Ruiz Moreno y
Agustín Alió “pronunciando ambos brillantes discursos”, finalmente habló el Coronel González, quien fue “interrumpido varias veces por los aplausos de los concurrentes”. Concluido el acto, ·tuvimos el gusto de notar los méritos musicales de la señorita vicedirectora del Colegio, (…) quien tocó en el piano piezas de primer nivel”. Luego se paso a un salón dónde había preparada una mesa con refrescos.
Al día siguiente, lunes 17 de marzo de 1873, la Escuela Normal de Preceptoras de Concepción del Uruguay comenzó su actividad con la asistencia de ocho alumnas, a las que en el mes de abril, se sumarían otras cinco se iniciaron las clases de este proyecto soñado hacía más de 4 años por dos figuras como Sarmiento y Urquiza.
Este edificio que tanto había costado terminar, pronto quedó chico para el número de alumnas que concurrían a él, es así que la Escuela fue ocupando otros edificios, como el “Hotel Argentino” o la casa de Urquiza, hasta que en 1914 se traslada a su actual edificio que ocupa cuatro manzanas en el centro de la ciudad.
El viejo edificio de la Escuela, finalmente, es cedido a la municipalidad de Concepción del Uruguay para que allí instale sus oficinas, en efecto, el Gobierno de la Provincia de Entre Ríos a cargo de D. Ramón Mihura ofrece a la intendencia de la ciudad de Concepción Del Uruguay la cesión definitiva del terreno y edificio de la ex Escuela Normal de Maestro a fin que en el edificio se instalen las oficinas municipales. Por Ordenanza Nº 570 de fecha 23 de enero de 1924, es aceptada esa cesión. El municipio funcionará por casi 60 años en el viejo edificio hasta el año 1984 en que se traslada al actual “Centro Cívico”, por lo que hoy en día es muy común mencionarlo como la “municipalidad vieja” en lugar de la “Vieja Escuela Normal”
Edición: Virginia Civetta y Carlos Ratto. Texto extraído de: Urquiza Almandoz, Oscar, “La Escuela Normal de Concepción del Uruguay. Su origen. Su fundación. Sus comienzos”
Maternidad “Juan A. Piñón”
En 1933, el Senador departamental Sr. Carlos Marcó, a pedido del Director de la Maternidad, Dr. Justo solicito que se le cediera a la municipalidad con el fin de ampliar la maternidad la mitad restante que ocupara hasta entonces el Telégrafo de Entre Ríos, esta iniciativa es aprobada mediante la Ley de diciembre de 1933.
Sus primeros directores fueron: 1920/1924: Dr. Augusto Blanchet; 1925: Dr. Pascual Corbella; 1926/1927: Dr. Francisco Hanza Zabaleta y 1928/1935: Dr. Justo G. Ravenna. Su crecimiento fue notable, pasando de 63 pacientes en 1920 a 480 en 1937.
Casa de Congreso de Tucumán y Galarza: Sede del Banco Hipotecario y Banco de Entre Ríos.
En la esquina noroeste en la intersección de las calles Galarza y Congreso de Tucumán, existía una casa propiedad de Doña Cándida Sagastume de Oliver. Esta residencia que mandó a construir, tenía: 8 habitaciones, 2 baños, 4 habitaciones de servicio 2 patios y cocheras.
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Casa de José María Díaz Vélez
La casa de José María Díaz Vélez, se encuentra ubicada en calle Juan Domingo Perón N° 95, en la intersección de las cales Perón y Alberdi, esquina noroeste.
La manzana en que está ubicada esta casa perteneció originariamente a José María Díaz Vélez, la primera escritura de ella data del 10 de septiembre de 1803 y perteneció al senador Olegario Mabragaña. Según es tradición, en esta casa se reunieron los integrantes del Pronunciamiento del 1° de mayo de 1851, y desde ahí se dirigieron hacia la plaza Ramírez desde dónde se proclamó el Bando por la voz de Pascual Calvento. En otros lugares de la ciudad fue leído por el entonces estudiante del histórico Dr. Juan José Vázquez. Cuando Hilario Ascasubi visitó nuestra ciudad se alojó en esta casa. Esta casona se conserva casi igual que en ese tiempo, con la salvedad del garage.