Probablemente no lo sepas, pero las campanas de la basílica, tanto las viejas, de la época de su construcción (1859), como las nuevas (2014) tienen nombre.
Desde sus orígenes, el templo basílica de la Inmaculada Concepción, cuenta con campanas, si bien no tuvo originalmente las torres-campanario, que fueron agregados al templo original en los trabajos realizados entre 1920 y 1930 y, en una de ellas, la ubicada al norte de la Basílica se ubicaron las tres campanas originales. Ahora, con tres campanas más que se sumaron desde su última puesta en valor, serán seis los instrumentos de bronce sonoro, que convocarán al pueblo cristiano para la asamblea litúrgica y celebrarán los principales acontecimientos de la comunidad local desplegando su llamado al viento.
Históricamente, la Iglesia ha guardado la tradición de otorgar nombres a las campanas, como una forma de honrar el nombre de la Virgen y/o de santos, como de personas que han contribuido al crecimiento del Reino de Dios entre los hombres, Dice la tradición que las viejas campanas de la torre norte, fueron llamadas con los nombres de: “La Misionera”, con data en 1727, “La Justa” donada en mediados del siglo XIX por Doña Dolores Costa de Urquiza y “La campana del General”, entregada por el Presidente Justo José de Urquiza al momento de inaugurarse el edificio.
Siguiendo la tradición, se otorgó nombre a las nuevas campanas, intentando de esta manera homenajear a aquellos hombres que acompañaron el hacer no solo religioso, sino también al origen e historia de esta ciudad. Pero, particularmente que fueron parte del nacimiento de la Parroquia de la Inmaculada Concepción. Atentos a la documentación existente y al relato de diferentes historiadores locales, se propusieron distintos nombres, resolviéndose bautizar a cada uno de estos instrumentos con nominaciones de tres hombres íntimamente relacionados con la génesis parroquial.
Por ende, se confirió a la campana mayor de la torre sur el nombre de Don Tomas de Rocamora, quién como comisionado del Virrey del Río de la Plata, Juan José de Vértiz y Salcedo no solo funda la ciudad el 25 de junio de 1783, sino también intercedió ante él para que la villa llevará en su denominación el nombre de la Patrona de la Parroquia: la Purísima Concepción; llamar a la campana menor ubicada a la derecha de la campana mayor con el nombre de Don León Almirón, lugareño de la Villa del Arroyo de la China, que hacia 1778 solicitó a las autoridades virreinales la autorización para levantar una capilla (hoy templo basílica de la Inmaculada Concepción); y finalmente conferir a la campana menor ubicada a la izquierda de la campana mayor el nombre del sacerdote franciscano Fray Pedro de Goytia, primer sacerdote designado oficialmente a cargo de la capilla por el Cabildo de la Catedral en Sede Vacante de Buenos Aires con “todas las facultades parroquiales, cargos, cargas, gravámenes y obligaciones comprendidas y expresadas en el ritual romano de Paulo V y a las que se añade la novísima declarada por la Santidad de Benedicto XIV…” según dice el Libro 1 del Archivo Histórico de Templo Basílica de la Inmaculada Concepción. (Fuente: Adrián Bertolyotti )