Palacio San José, fue la residencia del Gral. Justo José de Urquiza y su familia. Lugar donde el Organizador de la República, pasará sus últimos veinte años de vida.
Fue una residencia muy importante y como tal debió tener una capilla, indispensable para la época. Sabido es que en aquellos tiempos se anotaban en ellas, los bautismos, casamientos y defunciones.
Urquiza recibe la autorización para la erección de dos capillas en el año 1851, de parte del Vaticano, a través del Cónsul Romano en la República del Uruguay, Salvador Ximenez. Dos capillas, si, una para su residencia y la otra para Concepción del Uruguay.
Comenzó la construcción en 1856, terminada la obra en 1859 y fue responsable de la obra Pedro Fossati, quien había sido contratado para la construcción del templo de Concepción del Uruguay.
Fue consagrada el 19 de Marzo de 1859, cumpliéndose esta año (2022) 163 años de su consagración, ceremonia que fue presidida por el Nuncio Apostólico Monseñor Marino Marini, poniendo de manifiesto el restablecimiento de lazos de amistad con el Vaticano.
La construcción de estilo corintio, de planta octogonal, orientada se Este a Oeste y posee tres entradas, al Norte, al Este y al Sur.
El altar realizado en cedro policromado, presidido por la imagen de San José y el Niño Jesús. Rematado con figuras alegóricas de las virtudes todólogas, Fe, Esperanza y Caridad.
Es una obra realizada por los tallistas españoles José Crusellas y Pedro García.
A ambos lados púlpitos de madera, elevados engarzados en los muros, de base octogonal, con imágenes de dragón, figuras alegórica de la propagación de la palabra de Dios. Sobre ellos, una artesonada cubierta con la representación del Espíritu Santo, rematada con imágenes de ángeles tocando la corneta.
El recinto adornado con ocho columnas corintias, una bóveda de casco decorada con pinturas murarías, cuyo autor fue Juan Manuel Blanes, pintor uruguayo.
Coronando la entrada principal a ambos lados, dos palcos elevados y sobre la puerta el palco del coro, magnificas tallas en madera.
Las Pilas Bautismales, fueron traídas de Génova en 1857.
La Capilla contó con oficio de un capellán que residía permanentemente en Palacio. Entre otros recordamos a: Lorenzo Cot, Domingo Ereño y Genaro Rodríguez.
El sacerdote era solventado económicamente por el dueño de la residencia. Estaba encargado de dar los sacramentos y los días domingo daba la misa, al igual que los días festivos.
Los elementos del culto fueron comprados en Barcelona, al igual que los adquiridos para la basílica de la Inmaculada Concepción.
Edición: Civetta, Virginia/Ratto, Carlos. Texto: Folleto impreso por Presidencia de la Nación, La Capilla del Palacio San José, 2002