Terminado el mes de octubre de 1959, se realizó en nuestra ciudad una Santa Misión, terminábamos de vivir una catástrofe natural, la crecida del rio Uruguay más alta de que se tenga memoria, recordemos que el 17 de abril de 1959 el río registró una altura de 10,22 metros.
En el barrio “Puerto Nuevo”, el padre Misionero Rolando Federico, toma la iniciativa conquistando varias almas, fruto de concretos de la inspiración divina.
Al no tener un espacio físico para reunirse la Prefectura Naval Marítima, presta un galpón para realizar las celebraciones, donde se dieron Misas de Campaña.
Esto llevo a que el barrio viera la necesidad de tener una capilla, la que decidió por cercanía de la Prefectura estuviera bajo la advocación de la Virgen Stella Maris.
Se formó una comisión en presencia del padre Juan Ángel Fiorotto, presidida por la Señora María Angélica D. de Alfonso, quien fue acompañada por los vecinos: Bernay, Cherot, Grandi, Rizzo, Chichi, Ratto, Parodi, Costa, D`Agostino, Minaglia, Donatti entre otros.
Con diferentes beneficios se pudo comprar un terreno, en 8 de junio y Máximo Álvarez, esto ocurrió con el permiso del obispo Monseñor Jorge Chalup en 1960.
Los planos y presupuestos estuvieron a cargo del Almirante Gastón Clement.
La imagen donada por Don Elbio, de 1,35 metros de altura, hecha en cerámica y comparada en casa Majo de Buenos Aires.
Así nace la capilla de estilo sencillo, moderno y acorde a las normas sacras. Fue consagrada el 29 de octubre de 1967, por el obispo de Gualeguaychú, Pedro Boxler.
Recuerdo que mi abuela Elvira Ratto de Conci donó monedas viejas que tenía para, con ellas, fundir la campana del templo.
Bibliografía: Boletín Parroquial Basílica Inmaculada Concepción, septiembre de 2017