Para hablar de los italianos en Concepción del Uruguay, debemos remontarnos a la década de 1870, donde la colonia italiana crecía día a día, muchas de ellos venían desde Europa, otros desde Paysandú, y habían cruzado el río después del sitio de la ciudad uruguaya por las tropas de Venancio Flores. Dedicados a diferentes profesiones sobre todo a sastrería, la panificación y el arte de la construcción.
Es así, que se fue pensando en fundar una sociedad que nucleara a los italianos residentes en la ciudad. Esta idea se concreta el día 24 de mayo de 1874. Se reunieron ese día alrededor de veinte Italianos que respondieron a la convocatoria, la historia le adjudica ese relativamente bajo número a las malas condiciones climáticas de esa fecha. En esa primera oportunidad se reunieron en la casa denominada “La Bomba”. Como presidente de esa primera Comisión fue electo el Señor José Donatti. Como Secretario Aniello Giugliano, y como vocales Antonio Pirovani, Luis Scappatura, José Agnese, Horacio Giuliani, Juan Yuranice, Amborosio Lantelme, Pedro Volonterio y José Scelzi
Esta comisión tenía como cometido “Redactar un Reglamento” o “adaptar el de otra sociedad italiana a las condiciones y circunstancias locales”. Es importante destacar que en esta primera reunión no se le asigna nombre alguno a la nueva Asociación, sino que será recién en la Asamblea del 26 de junio, dónde se le asignará el nombre de “Unione e Benevolenza”.
Un mes más tarde, ya en el teatro “1º de mayo”, y con la presencia de más de 400 italianos, se lleva a cabo la primera Asamblea General Ordinaria (26/06/1874), donde se nombra la Comisión Directiva, y se aprueban los reglamentos. Esta Sociedad italiana se la denomino Sociedad Italiana de Unione e Benevolenza.
El presidente, recayó la elección en Francesco Ratto y como vicepresidente fue electo Juan Fossati.
Diversas circunstancias producen un desdoblamiento de esta sociedad quedando por un lado “Unione e Benevolenza” y por otro “Italiani Uniti”, quien tendría como presidente a Francisco Ratto.
Al año siguiente este desdoblamiento se deja de lado, pero los volvería a separar la imposición del nombre.
En efecto el 18 de abril de 1875, se reúnen las Comisiones Directivas de ambas entidades y resuelven “Refundir” a las dos asociaciones existentes, para lo cual se nombra una Comisión que tendrá como fin “…redactar un estatuto básico de la nueva sociedad, cuyo nombre sería aprobado por una asamblea de ambas asociaciones reunidas, (…) pero teniendo en cuenta que ambas desistían de imponer a la nueva entidad el nombre de una de sus componentes”. Esa Comisión “conciliadora” estuvo integrada por Donatti, Sartorio, Volonterio, Ratto, Scappatura, Sobrero, Fossati, Francioni y Sartorio.
Esta Comisión, se pone de inmediato a trabajar, y tomando como base el estatuto de “Italiani Uniti”, finalmente y luego de varios días de trabajo, queda redactado el nuevo Estatuto que tendría 39 artículos y, a indicación de su presidente Giuseppe Donati, se denominará de ahora en más “Benevolenza degli Italiani Uniti”. Demostrando un avance respecto de esos tiempos, el Art. 7 expresaba que “”La madre, esposa e hija del socio podrán formar parte de la sociedad con igualdad de derechos”.
Todo lo actuado por la comisión “conciliadora” fue aprobado el 6 de junio de 1875 por la soce9dad “Italiani Uniti”, pero no lo fue por la “Unione y Benevolenza”, quien en la reunión del 30 de mayo, si bien aprobó el nuevo reglamento no se mantuvo firme en que la nueva sociedad debía llevar su nombre, a contrapelo de lo resuelto en la reunión del 18 de abril de ese mismo año
Pasaron cuatro años y se lleva a cabo una nueva Asamblea, el 26 de setiembre de 1880, donde se forma una nueva comisión presidida por Pietro Riva y el nombre aceptado fe “La Benevolenza”.
Como toda sociedad de socorros mutuos, uno de los objetivos fue ofrecer atención médica y farmacia. También se ofreció servicio fúnebre completo (cajón, carro fúnebre y carroza) y educación, contando con una escuela en la sede.
La sede social.
La primera inversión sobre inmuebles fue realizada el 7 de octubre de 1875, cuando se adquirió la casa de Fortunato Falchi, ubicada en la calle Real, por la que se pagó la suma de 933 pesos al contado. No obstante, con el objeto de aumentar los recursos de la Sociedad, la casa fue alquilada a don Alfredo Parodié, vicerrector del Colegio, por 30 pesos mensuales, Además, la institución poseyó otra propiedad, ubicada en calle San José (hoy Tibiletti), donde por varios años funcionó la sede social. Muchos años después, en 1888, por iniciativa del consejero Natale Pelletti, se resolvió la adquisición de un terreno ubicado en la calle 3 de Febrero, entre las actuales calles Sarmiento y Almafuerte.
Ya en el año 1893, surgía la idea de construir un edificio para que en el funcione definitivamente la sede social. En la asamblea realizada el 10 de septiembre de ese año, el señor Carlos Gatti, que terminaba de ser electo vicepresidente, pide a la asamblea que autorice a la Comisión Directiva para formalizar los trámites para la “…construcción de un nuevo edificio social con las comodidades inherentes al rango de la sociedad, autorizando a vender propiedades” y a vender “…las cedulas hipotecarias para destinar los recursos a tal fin”. Esta propuesta fue aprobada por unanimidad.
En la asamblea realizada el 21 de marzo de 1897, y a propuesta del socio Domingo Yannielli, se aprueba por unanimidad que ésta dote de amplios poderes a la Comisión Directiva para elegir el terreno dónde se construiría la nueva Sede.
El 26 de diciembre de 1897, se realiza una nueva asamblea, ésta muy numerosa, con 138 socios presentes, dónde luego de una prolongada discusión, se resuelve nombrar una comisión de 7 socios, que tendrá como fin la concreción de la idea del nuevo edificio y también tendrá facultades para vender bienes sociales y emitir acciones para destinar los fondos al objetivo de la construcción de la sede social. La comisión, electa en la misma asamblea, quedo integrada por Octavio Cometta, Francisco Ratto, Francisco Franceschi, Bautista Sai, Juan Manzini, Carlos Canavessi y Antonio Colombo. Posteriormente, el 4 de enero de 1898 se nombra presidente de la comisión a Francisco Franceschi y se la autoriza a funcionar en la sede socila para sus deliberaciones. Como vice es designado Francisco Ratto, como tesorero Antonio Colombo y como secretario Julio Cometta (8 de julio de 1898).
No fue inmediato seleccionar un lugar para construir el nuevo edificio ni obtener los fondos necesarios para ello, recordemos que la sociedad tenía dos posibles lugares, el terreno de calle 3 de febrero y la casa de la calle Tibiletti. A esto se sumó la oferta, tratado en la reunión del 22 de enero de 1989 del señor Carlos Canavessi de vender su terreno frente a plaza Ramírez, cosa que finalmente no prosperó, a pesar de que muchos socio lo veían como algo muy positivo para la institución.
Entre las acciones para obtener fondos se dispuso que se realizara una rifa de 800 números que tendría como premio la casa de calle Tibiletti y se vendería al costo el terreno de calle 3 de Febrero. Luego de varia postergaciones, y a pedido del socio Bautista Sai, en la asamblea del 25 de agosto de 1898 se resuelve suspender la rifa ya que solo se habían vendido 328 números. Respecto del terreno, solo se había recibido una oferta, la que fue rechazada por inconveniente (22 de enero de 1898).
En 1898, después de superar ciertos inconvenientes financieros y aun criterios dispares dentro de la Comisión Directiva, se decidió llevar adelante la construcción del edificio actual. Ello significó la desestimación de la opinión de algunos asociados que sostenían que el lugar era inadecuado, porque su ubicación “no respondía a la importancia de la Sociedad, y, por lo tanto, no merecía gastarse en ese lugar el tesoro social acumulado durante veinticinco años”. En efecto en la reunión realizada el 25 de julio de 1899 se resolvió aprobar la nota presentada por la “Comisión de edificación” determinando proceder a la edificación de la sede en el terreno de calle 3 de Febrero, “sin jardín en el frente, con un salón en el piso superior, largo total 21,75 por 10 metros”, realizar los planos correspondientes y Realizar la colocación de la piedra fundamental el 10 de agosto de ese mismo año. La propuesta fue aprobada por la Comisión Directiva con la sola oposición de Francisco Ansaldi que expreso que “hubiese deseado que la casa social se construyera en un lugar más céntrico, lo que se hubiera logrado si la Comisión Edificadora hubiera aplicado mayor empeño en encontrarlo”
No obstante haberse aprobado el proyecto, y en función del pedido de 86 socios, se lleva a cabo una reunión extraordinaria el 31 de agosto de 1899 para tratar la nota elevada por quienes se oponían al proyecto. En ella se hacía el pedido de que se convocase a una asamblea extraordinaria para que trate la posibilidad de que no se construya el edificio en calle 3 de febrero. La nota, avalada como se dijo por 36 firmas, decía lo siguiente, “1º No somos de la opinión de que se construya el edificio social en el terreno de la calle 3 de Febrero, porque esa ubicación, no responde a la importancia de la sociedad, y no merece gastarse en ese lugar el tesoro social acumulado durante 25 años siendo un lugar que desmerece completamente y sin ninguna esperanza, o remota, de una posible valoración; 2º Que en tal decisión de la Comisión Edificadora no se ha tenido en cuenta para nada la opinión de 400 y más socios; 3º Que la decisión de la misma carece de valor en cuanto por la muerte de su vicepresidente Francisco Ratto, no podía legalmente reunirse y tomar la decisión que adoptó, porque actualmente está reducido el número de sus miembros a seis, no habiendo la Asamblea nombrado sustituto”.
También se oponían al “gasto de 500 pesos presupuestado para celebrar las bodas de plata de la sociedad puesto que el día de la fundación no es el veinte de septiembre”.
Para tratar estos temas se convocó a una asamblea extraordinaria que se llevó a cabo el 4 de septiembre y contó con la presencia de 116 socios. En la misma se aprobó que la celebración de los 25 años de la sociedad se celebrara el 20 de septiembre como estaba previsto y, a pesar que gran parte de los firmantes de la nota pidiendo que la nueva sede no se construyera en el lugar previsto, no hay mención de que eso hubiera sido tema de debate, evidenciando que los opositores habían modificado su opinión.
Ellos querían que el edificio social se levantara frente a la Plaza Ramírez, máxime que se había recibido una oferta del socio don Carlos Canavessi, poniendo en venta un terreno de su propiedad justamente en esa ubicación. Finalmente, privó el criterio que ya hemos señalado y poco después comenzó a levantarse el edificio de “La Benevolenza”, en el terreno ubicado en calle 3 de Febrero.
Luego de esas turbulencias, finalmente el proyecto fue aprobado y el 20 de septiembre de 1899 en un gran acto es colocada la piedra fundamental de la nueva sede social. El acto se llevó a cabo a las 10 de la mañana, fueron padrinos la señora Rosa Risso de Scelzi y Miguel Ricardini, en su calidad de Cónsul de Italia, además, estuvieron presentes los miembros de la Comisión Directiva, encabezada por su presidente Luis Delfino y sus vicepresidentes 1º y 2º, Domingo Yannielli y Severio Barone, además de los miembros de la Comisión pro-edificio. Entre los presentes se hallaban los integrantes de la Comisión de las fiestas del 25º aniversario y casi todos los socios de la entidad.
Acto seguido se procedió a firmar el acta por todos los presentes y depositarla en un cofre de plomo junto a los estatutos de las dos sociedades anteriores junto con diversos objetos como ser monedas, medallas y otros elementos llevados por lo asistentes al acto. El cofre fue enterrado dentro de la piedra angular del edificio, el que “fue sepultada solemnemente en medio de un profundo silencio y de las honda emoción circundante”. A su término, dirigió unas palabras el Dr. José Scelzi uno de sus más entusiastas impulsores. Es de destacar que al momento de la colocación de la piedra fundamental, ya se habían comenzado los trabajos del nuevo edificio y ya se encontraban cavas las fundaciones y levantados los marcos de las aberturas y se comenzaban a levantar ya algunas de sus paredes.
Finalmente se pudo concluir con la construcción, que había comenzado en 1898, bajo la presidencia de Luis Delfino, el nuevo, y actual edificio de “La Benevolenza” fue inaugurado el último día del año 1900, con lo que conjuntamente se celebró la iniciación del nuevo siglo.
Texto: Civetta, María Virginia y Ratto, Carlos Ignacio. Fuentes: Urquiza Almandoz, Oscar, “Historia de Concepción del Uruguay”, Tomo III y “Bodas de diamante de la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos “La Benevolenza””, editado por su Comisión Directiva, 1949