El Palacio San José, residencia del general Urquiza, está ubicado a seis leguas (30 Km.) al oeste de la ciudad de Concepción del Uruguay, y luego de atravesar una larga avenida arbolada se erige la casa que construyera Justo José de Urquiza a partir de 1848 y que habitara hasta su muerte, en una de sus galerías, el 11 de abril de 1870.
Justo José de Urquiza, fue un hacendado y empresario, militar y caudillo, gobernador entrerriano y primer presidente constitucional de Argentina. Su casa familiar fue el centro político y social de la región a lo largo de poco más de veinte años, en tiempos de organización nacional.
La mansión refleja una síntesis cultural, en la que conviven armoniosamente diferentes estilos desde una base poscolonial, enriquecida con el aire ¨palladiano¨ y el espíritu de las villas italianas. La casa está conformada por 38 habitaciones de la residencia principal estructuradas alrededor de dos patios, dependencias de servicio distribuidas en dos bloques en el jardín posterior y la capilla. Amplios parques y jardines sirven de marco excepcional a la residencia.
Un paseo por el Palacio. Ingresando por el portón principal, un camino de 90 metros bordeado de magnolias nos lleva al Parque Exótico, con su avenida de lajas, dos artísticas pajareras, una fuente de hierro fundido y árboles de especies diversas como araucarias, encinas reales y robles.
Un portón de doble hoja con pilares coronados por dos estatuas de mármol representando a Europa y África da acceso al Jardín Francés, circundado por un cerco perimetral con rejas de hierro fundido. Con un diseño de amplios canteros simétricos, dos fuentes y un cantero central circular con azulejos pais de calais, permite apreciar en toda su magnitud el frente del edificio.
La fachada principal consta de una galería con un frente de arcos que caen sobre ocho columnas de tipo toscano. El frente se encuentra enmarcado por dos torres simétricas de dos pisos y unos 17 metros de altura en las esquinas. La fachada está adornada con un friso de estilo dórico con metopas decoradas y triglifos, coronada por un barandal de hierro.
Por la gran puerta principal de dos hojas se ingresa a un amplio zaguán decorado con pinturas murales. A la izquierda, la sala de Recepciones, y a la derecha, el escritorio político, lugar de trabajo de Urquiza. Atravesándolo, se accede al Patio de Honor. De planta cuadrada, en las dieciocho habitaciones que conforman este ámbito se desarrollaba la vida familiar y social de San José. Se destaca la Sala de Recepciones con un impresionante cielorraso realizado con más de cien lunas de espejos franceses y un artesonado de pino blanco. Todos los cielorrasos de las salas de este patio tienen un diseño diferente, con finísima talla y decoración. El amplio comedor, las habitaciones familiares, los dormitorios de huéspedes, exhiben la jerarquía de este espacio, enmarcado en una galería con piso de baldosas de mármol en damero y arcadas de medio punto con veintiocho columnas toscanas. En las esquinas, ocho óleos que integran el conjunto ¨Las batallas de Urquiza¨, pintados por Juan Manuel Blanes.
El Patio del Parral es el segundo de los dos grandes ambientes de la residencia. Se accede por otro amplio zaguán. De planta rectangular, la sencillez del mismo fue realzada con una pérgola de hierro forjado que forma una arquería de medio punto hacia el patio y una bóveda virtual de cañón corrido en las galerías, generando con las vides la sombra necesaria para disipar el calor del verano. Las diecisiete habitaciones estaban destinadas a alojamiento y tareas cotidianas como escritorio comercial y administración, despensa con sótano, cocina, comedor diario y dependencias de servicio.
Una cancela nos abre sus puertas hacia el Jardín Posterior, con sus dos avenidas de lajas, una de ellas continuando el eje central del edificio, comunicando la residencia con el Parque del Lago. La otra avenida comunica dos cuerpos laterales. Al sur, la antigua tahona, panadería y cochera y al norte la pulpería, el gran portón lateral y la Capilla, construcción, cuya riqueza arquitectónica se completa con la cúpula decorada con pinturas murales de Juan Manuel Blanes y el altar, púlpitos y palco con hermosas tallas. En el Baptisterio se ubica la pila bautismal. Desde este patio, a través de una larga avenida arbolada, se encuentra el Lago artificial, última construcción monumental de San José.
El Palacio San José fue declarado Monumento Histórico Nacional por Ley 12.261 del 30 de agosto de 1935, creando el Museo Urquiza, que fuera inaugurado el 13 de agosto de 1936. Hoy, el museo recibe más de 150.000 visitantes al año siendo uno de los más visitados de Argentina.
